¿Educando?

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Es curioso como cambian las dinámicas de relaciones personales a medida que nos vamos haciendo mayores, y sobre todo cuando tenemos hijos y nuestras vida social pasa a un segundo término. Llega un momento, sin que nos demos cuenta, en que nuestras relaciones se circunscriben a las relaciones de nuestros hijos, y eso puede ser bueno y malo a la vez. O más malo que bueno, dependiendo de unos casos. O más bueno que malo, dependiendo de otros.

Cuando te conviertes en padre pasas en un pestañeo de los bares de copas a los parques infantiles, de relacionarte con adultos a admirar las monerías de tus hijos y de los de alrededor y de tener una conversación fluida y culta a hablar con diminutivos. Ese momento, para los que aún no han experimentado la maravilla de la paternidad, es lo más parecido a una regresión. De ese momento a querer ser tu el que se tira por el tobogán van segundos. Una vez completado el ciclo ya estás preparado para ponerte a la altura intelectual de los niños, para picarte con otros menores para hacer prevalecer los derechos de tus hijos ante ellos y te conviertes en una entidad imaginaria llamada padre o madre de….

Esto que relato, esa pérdida de identidad en beneficio de nuestros pequeños y la suya es, quizá, la parte más negativa de todo este proceso y realmente es una dinámica muy actual, muy novedosa. Yo no recuerdo este tipo de cosas cuando yo era pequeño, los adultos eran adultos y poco se inmiscuían en los juegos infantiles. Lo padres de entonces eran esos señores y señoras que se sentaban en un banco a ver como sus hijos se jugaban la vida en unos columpios de hierro mientras fumaban y conversaban de cosas de adultos. A los padres de hoy ya no se les está permitido no solo fumar en presencia de niños o en las proximidades de un parque con menores, sino que se les echa en cara, otros adultos, que no dediquen la debida atención a sus hijos y a sus posibles heridas.

¿Qué postura es mejor? Pues ambas tienen algo de positivo o de negativo, yo tengo mi opinión y en este caso me voy a mantener al margen, prefiero que cada uno saque sus propias conclusiones. Donde si que me voy a mojar y a posicionarme es en la sobre protección que solemos ejercer sobre nuestros retoños. Ahora no los tratamos como a niños, los tratamos como a jarrones chinos de la Dinastía Ming, de valor incalculable y extremadamente frágiles. Hoy en día pensamos por ellos, actuamos por ellos y hasta cierto punto, jugamos y nos relacionamos por ellos. Un ejemplo. A la edad de mi hija pequeña, 7 años, yo iba solo al colegio, el cual estaba relativamente lejos de mi casa, tenía que atravesar una carretera y atravesar un poblado de gitanos, y no pasaba nada. Alguna vez, incluso, me desviaba de mi camino para comprarme algunas golosinas (sí, llevaba dinero) o para ir a buscar a algún amigo a su casa.  Hoy en día, mi hija es incapaz de cruzar una calle por un semáforo porque no se plantea que tiene que mirar, ni detenerse. Está acostumbrada a ir de la mano o conmigo de guía y si la dejo sola se pierde. En aquella época yo iba a comprar y hacer algunos recados para mi madre que era ama de casa y que tenía tiempo libre para hacerlos ella, pero eran otros tiempos. Si hoy dejara que mi hija fuera sola a la panadería, acabaría escoltada por la Guardia Civil, y yo, claro, detenido.

Estamos convirtiendo a nuestros hijos en seres dependientes, porque creemos que es como hay que hacer las cosas. Los tiempos son distintos, no hay duda, todo está más saturado y más evolucionado. Se oyen muchas más cosas malas que pasan por la calle que antes, pero que se oigan no significa que antes no pasara nada o que ahora pasen de más. La protección hacia estos pequeñajos es exagerada y nos va a costar un disgusto. A este paso me veo yendo con mis hijas a hacer la matrícula de la Facultad o a llevarlas en coche a su primera cita, después de hacer una exhaustiva prueba de ADN y sacar el certificado de penales del pretendiente. Eso si no me vuelvo loco antes porque no pueda controlar cuando les viene la menstruación o porque no me decida entre compresas y tampones.

No vamos bien, está genial eso de tener los hijos cerca, no el aparente desapego de nuestros padres, pero no es normal que tengamos que sentarnos con ellos a hacer sus deberes porque sea nuestra obligación o tengamos que ser mejores formadores que sus profesores. No es de recibo crear grupos de Whatsapp de padres en los que hablar de los deberes de los hijos, de las excursiones de los hijos o de los castigos que han impuesto a nuestros hijos. Eso es responsabilidad de ellos, no nuestra. O al menos yo así lo creo y lo manifiesto. Yo no hago deberes, yo no participo en el grupo, a mí me da igual que los niños tengan exámenes…. ya bastante cosas tengo yo en la cabeza como para tener que estar pendiente de sus pocas obligaciones.Puedo ayudar, estar ahí, estar pendiente de que hagan sus tareas y supervisar. Mis hijas, las pobres, saben que si se les olvidan los deberes en el colegio yo no voy a mover un dedo para conseguírselos, así aprenderán a ser más responsables. El otro día me dijo una madre en la puerta del cole….

-Ya está bien, esta semana tenemos dos exámenes….

-¿Perdona? -Respondí yo, lo tendrán ellos, yo ya estudié los míos.

-Ah, tú no… yo es que si no me pongo con mi hijo no se entera….

-Ya -No se me ocurrió otra cosa.

Aunque lo que tenía en mente era… -Ni se va a enterar nunca, ni va a hacer nada por el mismo nunca, ni va a despertar nunca….

Por favor, vamos a pensar un poco en lo que estamos haciendo como padres, en lo bueno y en lo malo y tomemos medidas. ¿Realmente les estamos dando las herramientas necesarias para manejarse en la vida por ellos mismos?  Yo lo tengo claro en lo que respecta a mis hijas, los deberes son de ellas, los estudios son de ellas, sus amigos son los suyos, sus disputas son las suyas, pagar la hipoteca, eso ya es cosa mía y de su madre.

Hasta mañana,

J

14 respuestas a “¿Educando?

  1. Que tiempos en los que jugabamos en la calle tan tranquilos y te apartabas muy de tarde en tarde porque venia «un coche» eso era jugar claro que si, sobre todo en verano cuando venian los «de Madrid» y las «de Bilbao» 😉
    Ahora no saben jugar, no saben estudiar, no saben hacer nada, con la play, el ordenador y los moviles lo tienen todo!! Y si, los tenemos super protegidos, demasiado es cierto que ahora no es igual, hay más peligro en las calles, pero tmb es culpa nuestra los papis el que ellos no sepan enfrentarse a nada!!
    Muy bueno, un bsin!! 😉

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    1. Me alegro que te haya gustado Yoli, que buenos esos tiempos que dices, cuando estábamos como gitanillos todo el día en la calle y solo subíamos a casa a comer y a cenar. Si que era distinto, mas sencillo. A medida que avanzan los tiempos las cosas se complican pero nosotros también tenemos nuestra parte de culpa.
      Un besazo!!

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  2. ABSOLUTAMEMTE DE ACUERDO……..firmo todas y cada una de las reflexiones q haces..los estamos haciendo inutiles y ñoños,ya hace algun tiempo me dije»la estas perjudicando»tanta proteccion es mala,intente y creo q he logrado darla un espacio donde pueda CRECER,cuesta un poco pero es lo mejor q podemos hacer.por ellos.
    Eso es saber quererlos.
    Grande y con amigos en el patio…
    Mi juan

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    1. Es imprescindible que se caigan y que se levanten y que poco a poco se vayan haciendo independientes, con nuestra super visión pero no bajo nuestro control. Coincido contigo, eso también es saber quererlos, al fin y al cabo, ellos también son individuos, no juguetes.
      Un abrazo enorme, Mipe

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  3. Hola,Juanan:

    ¡¡Te aplaudo, cuanta razón!! Es verdad que los protegemos mucho, dímelo a mí, pero ya le he dicho que este año esta en el instituto que se aprenda a defender…
    La suerte que vivimos en un pueblo pequeño.

    Los deberes, sus estudios, bla,bla,bla, son de él… Le hecho una mano en lo que puedo. Si me saca de mis casillas lo mando al repaso.

    Por suerte aún no le he comprado ningún telf, aunque ya se entretiene con el mio, uhh…
    Que complicado que son los tiempos, en mi época la tele en blanco y negro, ni coches en la calle, todos eramos felices… 🙂

    En fin,es un placer poder leerte. Me ha encantado tu entrada.

    Saludos cálidos desde casa

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    1. Hola Elisa, muchas gracias por tus palabras, siempre tan amable.
      Si que los tiempos son distintos, hay muchas más cosas al alcance de su mano pero somos nosotros los que tenemos que poner los límites, mis hijas, por ejemplo, tienen prohibido usar mi teléfono, si quiero que vean fotos, se las enseño yo, en mi móvil no hay juegos para ellas, las animo a que salgan al patio de la urbanización con los patines o a jugar a correr o a lo que les de la gana, no me gusta que se queden en casa, pero eso es una decisión mía y que también me afecta porque yo también estoy con ellas.
      Un abrazo.

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  4. Realmente, lo bueno está en su justa medida supongo. Ni pasar de ellos porque la vida ya no está para eso (pienso que hay muchos más peligros), ni sobreprotegerlos porque estaremos creando personas dependientes, fomentando miedos y creando futuras inseguridades, ya que probablemente sean incapaces de tomar decisiones por sí mismos.
    Un beso Juanan

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    1. Hola Laura, ese es el miedo que me da, que no sean capaces de tomar decisiones ni de ser autosuficientes. Son niños, pero son individuos y tienen que crecer y equivocarse y aprender de sus errores. No es bueno que les allanemos el camino de semejante manera. Es posible que antes fuera mucho más relajado, siempre había dos mundos, el de los niños y el de los adultos, separado por un abismo pero ahora se unen demasiado.
      Seguramente un término medio, como bien indicas, sería la solución perfecta. Yo, de momento, voy a tratar de seguir como hasta ahora, responsabilizando a mis dos brujillas y tratando de hacerlas más independientes.
      Un abrazo!!

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  5. Hoy te doy la razón en parte, cierto es que los extremos nunca fueron buenos, y, ni como nos dejaban antes (quizás excesiva libertad de movimiento) ni ahora (nada de nada). Pero en cuanto a deberes, exámenes y demás, cierto es que tal y como va el “sistema educativo”, por llamarlo de alguna manera, los chavales están más perdidos que una aguja en un pajar Y, a veces, necesitan más ayuda. Que no debería ser así, cierto es, pero es lo que hay. Es su responsabilidad sí, pero cuando se pierden en estos sistemas de 2 y 3 exámenes el mismo día con tan solo 8 años, en libros “globales” que mezclan los conceptos con tan sólo 7, profesores que no saben lo que es una pizarra digital, idiomas nuevos que no saben como enseñar, flauta con 8 años, cuando no son capaces aún de colocar los dedos en los agujeros…y un sin fin de cosas que, a mi parecer deberían cambiar en el mundo de la educación y volver quizás (eso ya es nostalgia) a la EGB.

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    1. Hola Sonia, a lo mejor el problema en estos casos está más en las competencias que están cediendo los educadores. No es posible que se traslade tanto del colegio a casa. Las programaciones deben ser ajustadas y los objetivos académicos de los niños, viables y normalizados. No es normal ni saturar, ni dar por sabido, ni dejar en manos de los padres la formación de los hijos, que para eso están escolarizados.
      Por otro lado, si los padres acatamos estamos entrando en un círculo vicioso. Debemos imponernos, la vida para nosotros tampoco es sencilla, tenemos muchas cosas que hacer y no podemos volver a aprender música, inglés, alemán, flauta o trigonometría. No es justo pero a veces tampoco hacemos nada para cambiarlo.
      Insumisión!!! 🙂
      Un abrazo!!!

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  6. Hola Juanan,
    creo que debo ser de las pocas frikis que no tiene grupo de whatsapp con los padres. En la clase de mi hijo, y en todo el colegio, la mitad de los críos son de origen extranjero, no sé si eso influirá o qué. Pero no será por falta de smartphones, que todos lo tienen…
    Esto de la educación tiene su gracia porque si nos ponemos a analizar lo que conocemos, la mayoría de nosotros seríamos capaces de sacar un tratado sobre educación. De deberes de momento no puedo decir nada porque mi hijo todavía está en infantil. Pero por la gente que conozco es el caballo de batalla, para que luego los de antes digan que ahora las generaciones jóvenes pasamos de los hijos. Yo la verdad que tuve suerte, mi padre tiene estudios y siempre estuvo allí para echar una mano. Y supongo que nosotros haremos lo mismo.
    Con la experiencia ya veremos, pero lo difícil es encontrar un término medio entre pasar de si hacen los deberes o no y matarse excesivamente la cabeza con ese tema.
    Un abrazo 🙂

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  7. Hola Carolina, todo un placer tenerte por aquí.
    No veas lo que te ahorras en quebraderos de cabeza con los grupos de Whatsapp, es posible que la idiosincrasia del cole de tu hijo evite esto, aunque sea de momento. Yo no participo porque las mamis decidieron que el grupo lo iban a hacer de mamis y le tocó la china a mi mujer. Ella tampoco participa, se entera de muchas cosas pero se mantiene al márgen. Todas las tardes se cantan los deberes por el movil, el material que se necesita, los exámenes que hay que preparar…. Pero si todos los niños tienen una agenda para apuntar esas cosas!!!! que la usen. Y luego cada niño entiende una cosa y se lo transmite a su madre y esta a las del grupo, creando un efecto bola de nieve ininteligible… mi mujer y yo lo comentamos y nos reimos.
    Lo de los deberes es como todo, si la disciplina que aprenden en el cole es buena y los deberes son coherentes no hay problema, los niños los hacen y si hay preguntas pues para eso estamos, y si no alcanzamos, pues que lo consulten en clase, que no pasa absolutamente nada. Lo que si es problemático es que los niños vengan a casa con deberes de cosas que no han estudiado en clase y obligaciones sobre ello que al final se hacen extensivas a toda la familia, a esto no hay derecho y los padres no debemos ceder ni aceptar.
    En resumen, tal y como yo lo hago, mis hijas son responsables de sus tareas, yo de asegurarme de que las hacen y de solventar dudas puntuales. Si ellas fallan en sus responsabilidades, yo no les voy a sacar las castañas del fuego, que podría hacerlo, prefiero que ellas se lleven un castigo o que tengan que recuperar deberes para que espabilen y aprendan de cara al futuro. Y oye, ya van entrando, jejejeje. 🙂
    Pero ya verás, cuando tu hijo sea un poquito más mayor como las cosas te empiezan a cambiar y las decisiones que tienes que ir tomando, si necesitas ayuda ya sabes, que tengo experiencia….jajaja.
    Un abrazo!!

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