El fin del primer acto

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Me apetecía ponerle a este post un título tan teatrero aprovechando que estamos en la noche de los muertos, o la de los difuntos, o la de las calabazas, o la de El Corte Ingles, o la de los caramelos, no lo tengo muy claro, pero vamos, que sabeís que noche es. Una noche solemnemente teatral y últimamente, desde que importamos tradiciones que no son nuestras, divertida y terrorífica a partes iguales.

Ya he comentado lo referente a «el primer acto»…. para los más despistados me estaba refiriendo a la teatralidad de la noche…. y ¿por qué hablo de EL FIN? Pues simple y llanamente, porque he llegado al fin del reto que me había propuesto hace un mes, un post diario. Y como todos los fieles seguidores habréis podido comprobar, HE CONSEGUIDO TERMINAR!!! Lo cual, me llena de orgullo y satisfacción, como decia…., si, él.

Estoy muy contento de haber podido cumplir con el reto y hasta cierto punto estoy un poco aliviado también de que se haya acabado, no han sido solo 31 posts, también ha habido promoción, dedicación, inspiración y mucho contacto con los lectores y sus comentarios. Pero a la vez, ha sido duro de llevar a cabo porque las cosas no se hacen solas simplemente con chascar los dedos, necesitan tiempo y esfuerzo, y cuando tienes de los segundo pero escaseas de lo primero, tienes otro tipo de carencias. En este periodo de tiempo he tenido que sacrificar algunas cosas, no me he podido hacer las ingles brasileñas, por ejemplo.

Bromas aparte, porque lo de las ingles ha sido una broma, os voy a relacionar ahora algunas de las cosas que he aprendido durante este mes, con este proceso y lo que ha significado, todo en modo positivo, porque si bien ha sido intenso, no tengo ninguna queja:

1. UN GRAN ESFUERZO. Hacer un post diario supone esfuerzo, ya lo he dicho, porque no solo es escribirlo, es pensarlo, es ilustrarlo, es definirlo, es promocionarlo y supone estar en constante contacto con la audiencia. Cuando planteé el objetivo no pensaba en estos post que os he ido entregando día a día, pensaba en cosas más pequeñas, más anecdóticas, pero me dejé llevar por el momento y cuando enganchaba un tema ya no podía soltarlo hasta sacar todo lo que podría sacar de él. El resultado son estos 31 posts que ninguno de ellos baja de las 850 palabras, ya de la calidad o del valor que pueda generar no voy a hablar, lo dejo a vuestro criterio. Ahora que he probado esta cadencia, reconozco el gran mérito que tienen todos los bloggers que se esfuerzan por publicar contenido a diario o que son redactores de contenidos en varios blogs y tienen que hacer este ejercicio indefinidamente.

2. UN APRENDIZAJE. Todo en esta vida puede suponer un aprendizaje si tienes los sentidos abiertos, si no te cierras en banda y te gusta progresar. Yo he aprendido muchas cosas durante este periodo, algunas porque me he tenido que documentar, otras porque he tenido que estar enterado de lo que pasa a mi alrededor, pero sobre todo he aprendido de mí. De mi capacidad para trabajar, para organizarme, para sacrificar partes de mi vida offline en beneficio de este «contrato» con mis lectores. Y también he aprendido sobre la capacidad de improvisación que he tenido para llegar a redactar estos artículos, la capacidad de concreción que he necesitado para que la tarea no se me alargara en el tiempo afectando sobre manera a otras actividades paralelas y la capacidad creativa necesaria para convertir un hecho pequeño y cotidiano en algo blogueable y comentable.

3. UNA EMOCIÓN. He tratado de mostrar en mis posts el lado más positivo de las cosas cotidianas, algunas veces ha sido más sencillo y claro y a veces un poco más encubierto, obligandoos a leer entre líneas y me he visto desbordado por los comentarios que he recibido a diario, todos de apoyo a las ideas que iba volcando, o de ánimo para seguir por la misma línea. Incluso algunos comentarios que me han llegado a tocar la fibra, no puedo evitarlo, cuando alguien me dice que desea que llegue mi publicación para tener su dosis de buen rollo diaria…, Así que no puedo más que agradecer todos y cada uno de los comentarios recibido y contestados, porque un blog sin comentarios es un diario personal y este se ha convertido en una tertulia.

4. UN AGRADECIMIENTO. Entre todos los comentarios y comentaristas, tengo que agradecer personalmente, deben tener un hueco especial para ellos, a mis dos incondicionales, que no han fallado ningún día, post a post. Pedro, mi amigo de ahora, mi cómplice y mi compinche (que palabra mas bonita le acabo de robar a Mirta) y Yoli, mi amiga recuperada del pasado que se ha volcado como nadie en retomar la relación. Y no me puedo olvidar de toda la gente online que he conocido en este tiempo, todos los nuevos seguidores que se han hecho habituales en este tiempo, todos esos conocidos que han terminado de escalando posiciones hacía la amistad debido a estos días de roce, que hace el cariño.

5. UN FUTURO. Este reto también ha supuesto mirar de cara al futuro del blog con otros ojos, esta temporada ha sido de asentamiento y de crecimiento y me ha dejado claro que puedo tener cuerda para rato, solo hay que saber flirtear con las musas, no aburrir y ser constante. Y yo en eso de la constancia he sido siempre relativamente vago pero últimamente me estoy sorprendiendo positivamente, estoy centrado y enfocado, el blog me da muchas alegrías, me despeja, me ayuda, me sirve de terapia y me supone un reto. Y tener un reto constante es una forma de seguir vivo. Me podría preguntar ahora ¿qué esperas del blog en cinco años? y no sabría que contestar, nunca contesto a estas cuestiones, me duele pensar a tan largo plazo. Yo solo quiero ser feliz y como dice una canción, disfrutar del día a día porque «…Lo importante pasa hoy…»

Y tras definir esto cinco puntos que he sacado en claro y otra vez proponiendo una lectura de más de 1000 palabras, recupero mi saludo de siempre, con la intención de seguir viéndonos por aquí, aunque sea a un ritmo más comedido.

Hasta pronto,

J

Más risas y menos llantos

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Pasado ya el momento de ira, vuelvo por mis fueros, vuelvo a ser positivo y superficial. Realmente me encanta ser así, poco profundo, me resulta mucho más divertido que ser intenso y también mucho más entretenido, puede que haya gente que me tome por lo que no soy con estas declaraciones pero es que es cierto, yo no soy especialmente serio e introspectivo. Pero sobre todo, suelo ser de esta forma con la gente que me rodea y con la gente que me da bola, hasta cierto punto, siempre he pensado que esta actitud es la que se espera de mí. Soy como una especie de payaso buenrollista que ve la botella siempre casi llena, siempre con buen humor y con alegría, en la medida de lo posible.

También me encanta el humor absurdo, ese humor que me da la confianza con las personas con las que suelo juntarme, esos momentos los disfruto a tope, como si no hubiera un mañana, porque soy de esas personas a las que les gusta disfrutar, prefiero reir que llorar, llamadme loco. Aparentemente todas las personas deberían ser así, pero creedme, hay mucha gente que no sabe. Hay personas que siempre están taciturnos y reflexivos, pesimistas que tratan de verle un doble sentido a todas las cosas, personas que no saben ser felices con lo que tienen si el que tienen en frente tiene algo de los que ellos carecen, gente no preparada para ser feliz. Si ahora pensáis sobre ello me daréis la razón, es lógico pensar que todos disfrutamos con lo mismo, pero no es así, seguro que ahora os viene a la cabeza alguna persona en particular que le gusta recrearse en sus problemas y que, por más que trates de ayudarla, no avanza. Es lamentable, pero es cierto, que en principio todos tengamos las mismas oportunidades para disfrutar y solo algunos sepamos aprovecharlas.

Ya se que entre estar todo el día cabizbajo y ser un payaso hay todo un abanico de actitudes ante la vida y yo creo que lo más importante es saber actuar en cada momento como se requiere, no siempre se puede estar riendo a carcajadas, de la misma forma que no siempre se puede estar llorando por los rincones. Yo tengo una forma de ser y soy más de los primeros que de los segundos, quizá debería acercarme más al término medio que es donde dicen que está la virtud, pero también se encuentra la mediocridad y no quiero que se me confunda.

Por eso disfruto tanto con mis amigos cuando nos ponemos en plan niños. A veces nos comportamos incluso peor, tenemos conversaciones que sacadas fuera de contexto serían de estudio psicológico pero no hacemos daño a nadie, todo lo contrario, transmitimos alegría. Quizá deberían pagarnos por eso, o expatriarnos, dependiendo a quien preguntes. Cualquier excusa es buena para liarla, doy por hecho que a vosotros también os ha pasado que en un entorno de confianza, empiezas hablando en serio y acabas desbarrando, y estoy convencido de que esas acciones son terriblemente positivas, tener cerca al niño que llevamos dentro no puede ser malo si lo dejamos salir en pequeñas dosis, para esparcirnos y divertirnos.

Ayer nos pasó un poco eso, salí un rato a ver a mis veciamigos (mitad amigos, mitad vecinos) al patio de la urbanización, que los tengo muy olvidados debido a este proyecto del post diario, entre otras cosas, y hablando un poco de todo, medio en broma medio en serio, salió un tema de conversación muy particular. Mi amigo Pedro, al que conoceréis por los comentarios del blog me preguntó muy serio:

-Juan, tío, tú ahora que corres…. ¿alguna vez te has puesto vaselina en los pezones?

No me podéis negar que en cualquier conversación adulta donde salgan juntas las palabras vaselina y pezones va a haber juego. Así que, a partir de ahí, os podéis imaginar. Si uno decía una burrada, otro la decía mayor…. y entre toda esta risa y cachondeo, llegábamos incluso a decir cosas coherentes como que eso solo se hace si corres largas distancias y estás muy expuesto al roce de la camiseta contra los pezones durante mucho rato, que hay quién también se los cubre con esparadrapo o tiritas o que también hay personas que en este tipo de eventos de larga distancia se ponen vaselina en los muslos para evitar rozarse y generarse heridas. Todo muy instructivo y muy entretenido. Está claro que las lecciones entran mejor en un entorno afable y a nosotros nos quedaron cristalinas las explicaciones.

Podría contaros algunas de las burradas que compartimos, basadas en hechos reales y fehacientes, de cosas muy particulares que nos han pasado a nosotros pero luego tendría que mataros, y oye, no me voy a liquidar a mis lectores. Dejo que vuestra calenturienta imaginación elucubre, que seguro que se os ocurrirán muchas anécdotas.

Indudablemente no siempre nos comportamos de la misma manera, a veces, incluso hablamos de temas serios y nos mojamos, no discutimos porque ninguno nos la jugamos en nada, ni en religión, ni en política, ni en sexo, ni en gustos musicales. Y eso solo se consigue de una forma, respetando la opinión de los demás y aceptando que las personas que nos rodean tienen su particular forma de pensar. Nuestro grupo es tolerante y eso es un gusto, pero, añado, si no fueran así, no serían de mi grupo.

Yo hace mucho tiempo que rechacé a ese otro tipo de personas que son partidistas o sectarios, que tratan de imponer sus opiniones sobre las del resto y que creen en una verdad absoluta, la suya. Y desde entonces soy más feliz, y más auténtico, y más profundo, y más payaso…. En definitiva, y lo voy a dejar así en el aire a modo de resumen y con ánimo de haceros pensar un rato, debemos tratar de rodearnos de la gente que queremos, de esas personas que nos hacen más agradable la vida, que vamos a estar aquí cuatro días y no tenemos por qué estar llorando.

Por favor, buscad a esas personas que os alegran el día y disfrutad de ellas.

Hasta mañana,

J

Ironías

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Hoy iba al trabajo escuchando la radio y ha sonado una canción que me gusta mucho, el «Ironic» de Alanis Morissette, os dejo el vídeo y la letra para que podáis disfrutar de este tema como lo he hecho yo, cantando a grito «pelao». Como ya tiene unos añitos es posible que no sepas cual es pero seguro que la conoces, dale al play y disfruta.

An old man turned ninety-eight
He won the lottery and died the next day
It’s a black fly in your Chardonnay
It’s a death row pardon two minutes too late
And isn’t it ironic… don’t you think

It’s like rain on your wedding day
It’s a free ride when you’ve already paid
It’s the good advice that you just didn’t take
Who would’ve thought… it figures

Mr. Play It Safe was afraid to fly
He packed his suitcase and kissed his kids goodbye
He waited his whole damn life to take that flight
And as the plane crashed down he thought
«Well isn’t this nice…»
And isn’t it ironic… don’t you think

It’s like rain on your wedding day
It’s a free ride when you’ve already paid
It’s the good advice that you just didn’t take
Who would’ve thought… it figures

Well life has a funny way of sneaking up on you
When you think everything’s okay and everything’s going right
And life has a funny way of helping you out when
You think everything’s gone wrong and everything blows up
In your face

A traffic jam when you’re already late
A no-smoking sign on your cigarette break
It’s like ten thousand spoons when all you need is a knife
It’s meeting the man of my dreams
And then meeting his beautiful wife
And isn’t it ironic…don’t you think
A little too ironic…and, yeah, I really do think…

It’s like rain on your wedding day
It’s a free ride when you’ve already paid
It’s the good advice that you just didn’t take
Who would’ve thought… it figures

Life has a funny way of sneaking up on you
Life has a funny, funny way of helping you out
Helping you out

La canción habla de esas circunstancias tan irónicas que suceden en la vida y que se escapan a nuestro control, como lo que cuenta en el primer párrafo… «Un viejo cumple 98 años, gana la lotería y muere al día siguiente….» Son cosas que pasan y no por impredecibles son menos verdad, son casualidades de la vida. Hoy para mí, esta canción ha sido premonitoria.

Ayer, si leíste el post diario, me pillé un cabreo considerable por la enésima trama de corrupción que se ha destapado en nuestro país. Pues bien, hoy he acudido a un curso, me he tenido que desplazar desde mi oficina a otro edificio de la misma empresa para asistir a una formación que versaba sobre el código de conducta de la compañía, y de como evitar el fraude y la corrupción. Date! no podía haber sido en otro día. No, ha sido hoy con los rescoldos de las brasas de ayer aún humeando.

Después de una par de horas de vídeos y de actividades, el curso no da para más, nos han quedado claros (o por lo menos a mí) unos conceptos que son completamente extrapolables desde la multinacional donde trabajo a la vida en general. Unas directrices dictadas y basadas en el sentido común pero que no están de más recordarse de vez en cuando, os voy a hacer un breve resumen de los dos puntos más críticos:

TODOS somos responsables del cumplimiento de nuestras obligaciones, tanto en la compañía como fuera de ella, como ciudadanos, la responsabilidad que poseemos dentro de esta estructura es vital, el cumplimiento de las leyes, los procedimientos y las normativas no son solo para managers, directivos, alcaldes o concejales, todos y cada uno de nosotros somos responsables.

El INCUMPLIMIENTO de estas directrices básicas no solo afecta al infractor, sino que afecta a la credibilidad del conjunto, un acto de corrupción a pequeña escala, como por ejemplo aceptar un soborno de 300 euros puede tener un impacto en el que lo cobra, pero también en sus superiores que lo consienten y si esto se lleva a saber, afectará a la reputación de la compañía, al trato con los clientes y proveedores y a los inversores, que pueden llegar a perder dinero y el respeto del sector o de la opinión pública. Este daño se inflige en un segundo pero la pérdida de reputación tarde años en recuperarse. En la vida pública sucede lo mismo, el daño para el Ayuntamiento u organismo infractor es irreparable, y por ende, se traslada a la credibilidad del partido y/o de las personas, honradas o no, que han tomado parte en las decisiones. Si es un caso muy grave, afectará incluso a la reputación del país.

En el mundo empresarial es relativamente sencillo auditar estas prácticas fraudulentas, la figura del Responsable del Cumplimiento se está instalando en la mayoría de los organigramas como un ser independiente que vela por que se cumplan tanto los protocolos como las políticas de empresa, siempre acorde a las leyes vigentes en cada país y siempre en consonancia con el código ético de conducta. En este escenario, cada empleado puede denunciar libremente un acto supuestamente delictivo o por lo menos consultar sus sospechas.

Lamentablemente, y esto está a la orden del día, en la vida real eso no pasa. Bueno, si que pasa porque la mayoría de las veces, este tipo de tramas de corrupción comienzan a investigarse y seguirse porque alguien da la voz de alarma, alguien con las manos limpias por convicción, o alguien con las manos limpias porque no ha sabido o no ha tenido la oportunidad de acceder a su parte del pastel. Vuelvo a lo de ayer, aun debe haber gente buena, gente íntegra, comprometida, honesta y honrada, pero están tan abajo en la pirámide, soportando el peso de tantos caraduras a sus espaldas que no tienen opción de movimiento ni de crecimiento.

Aparentemente perseguir la corrupción es sencillo pero no en un país donde la justicia no es independiente, donde se juzga más a los jueces que a los infractores y donde prima el «tonto el último». Hasta que no haya un organismo realmente independiente y apolítico, apartado de la banca, de los empresarios y de los sindicatos que fortalezca y apoye a una justicia ciega, seguiremos por este camino. Es cuestión de cultura, que crear poso, de que sea cierto eso de que «el que la hace la paga», porque si realmente fuera así, los posibles infractores se lo pensarían dos veces. Otra forma de hacer las cosas es posible, soy optimista, pero antes tenemos que aprender todo lo que nos han dicho en el curso, el incumplimiento recae sobre nosotros y sobre nuestra reputación y la obligación de cumplir con las normas y la obligación de denunciar, es de todos.

Os dejo pensando sobre esto.

Hasta mañana,

J

Calentito, calentito

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Hoy estoy como el día, calentito. Es ilógico que estemos casi en noviembre y tengamos estas temperaturas, pero bueno, yo soy de calor y este tema es el que menos me preocupa. Acabo de pillarme un cabreo considerable con mi hija mayor, que es muy buena y todo lo que queráis pero a veces la agitaría para que espabilara. La pobre actúa como actúa y cuando se ve acorralada miente, pero miente muy mal, o quizá yo ya soy zorro viejo y se por donde van sus tiros, no tiene picardía y siempre la pillo. He tenido que retirarme de la cocina, bufar en silencio y contar hasta cien para no liarme a gritos y a romper cacharros. Pero esta se entera… ya os digo yo que esta se entera.

Esto ha sido la gota que ha colmado un vaso ya de por sí, rebosante. Hoy estaba en el trabajo y nos hemos enterado de la última operación que la Fiscalía Anti Corrupción en colaboración con la Guardia Civil ha llevado a cabo en Madrid Capital, en varios Ayuntamientos y Comunidades Autónomas. Han detenido a un total de 51 personas de distintos partidos políticos acusadas de varios delitos de corrupción, cohecho, prevaricación, blanqueo de capitales, vamos, un poco lo de siempre, y a la cabeza, el que fuera número 3 del Partido Popular de Madrid y hombre de confianza de la entonces Presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre. Un hombre que había salido de sus cargos y de los del partido unos meses atrás, por la puerta trasera, al descubrir una cuenta a su nombre en Suiza con la nada desdeñable cifra de 1.5 millones de euros.

Estamos tan acostumbrados a este tipo de noticias que no debería extrañarnos, pero a mí me ha sentado como un tiro. Este no es mas que otro escándalo en la ya larga lista de corruptos y sinvergüenza que hacen cola esperando a que llegue su turno en la Audiencia Nacional ¿para qué? Pues a la vista de los acontecimientos, para nada. Porque en nuestro país no pasa nada si eres corrupto, si estás imputado en un delito de estas características o si te pasas de bocazas y de prepotente ante la opinión pública. Nunca pasa nada, nunca dimite nadie, nunca se encarcela a nadie y esto, lo único que hace, es crear un estupendo caldo de cultivo para que vengan más sinvergüenzas, más caraduras y más corruptos que se aprovechen del dinero de todos los españoles, de los que estamos en crisis y nos cuesta la vida llegar a fin de mes, para vivir la vida padre.

No me gusta la política, no me interesa aunque si tengo que posicionarme soy bastante más de izquierdas que de derechas pero ya no creo en nada, no creo en ningún partido y mi decisión ha sido gracias a todos estos que están en la palestra y no hacen más que salir en la foto, con cara de circunstancias porque «les han pillado», no porque estén arrepentidos del barrido que han hecho. Aunque mis convicciones sean más progresistas que conservadoras no me alegro que esto que esté pasando suceda bajo un Gobierno de Derechas, no justifico desde el otro lado que los míos roban menos porque ya no hay nadie al que llamar mío. Me da igual el color de los señores que han sido detenidos hoy mismo porque han caído de todos los colores, y no solo hoy, hay casos abiertos que ponen en tela de juicio a muchos de los respetables integrantes de los principales partidos españoles así como de los sindicatos mayoritarios.

Todos se llenan las manos a nuestra costa, todos. El poder corrompe, y los seres humanos son débiles, no se pueden manejar presupuestos tan millonarios sin saber hacer la O con un canuto y no se puede gestionar sin tener unas auditorias potentes que garanticen que los fondos que se utilicen estén perfectamente justificados. Es imposible otra gestión porque los dos partidos mayoritarios han jugado a esto desde el principio. Han jugado a hacer de nuestro país su cortijo donde hacer y deshacer, donde beneficiarse de una leyes que les favorecen hasta en estos momentos de debilidad, unas leyes que les garantizan unos poderes generales totalmente politizados, una ley electoral definida para gestionar a la perfección sus mayorías y sus alternancias.

Llevo todo el día con una sensación de asco en el estómago, con unas ganas de vomitar todo esto que ahora estoy escribiendo y una ganas terribles de pararme en seco y gritar, de gritarles a la cara lo desgraciados que son, lo hipócritas que son, lo mentirosos que son, lo chulos que son. Hoy ya no puedo más, adoro mi país pero me duele esta pasividad que tenemos, dejamos que nos vayan cargando la mochila con todo tipo de mierdas y ellos a cambio a disfrutar. Y todos son iguales, yo no manejo el discurso de nadie, soy independiente, esto no es más que una opinión y lo que siento es lo que digo, que todos son iguales, el partido del Gobierno que se está cubriendo de gloria día sí, día también. El partido de la oposición que quiere regeneración política con los mismos y que también tienen lo suyo, y no solo en Andalucía, la tercera fuerza política de izquierdas que han trincado como los que más y los sindicatos, que defienden los derechos de los trabajadores apropiándose de los fondos europeos para la formación y que encima mantienen su estructura intacta gracias a las subvenciones que pagamos TODOS con nuestros impuestos. Y yo me pregunto:

¿¿HASTA CUANDO??

Si tienen a la justicia de su lado, una justicia para ricos (ellos) y otra para pobres. Una justicia que no es ejemplarizante y que se ha convertido (perdonadme la expresión) en «el coño de la Bernarda», lenta e incapaz. No hay nada de nuestro lado, hay voces alternativas, si, gente con ganas y aún limpios, no se si por convicción o por falta de oportunidad pero están aún muy abajo.

No se como no se les cae la cara en mil pedazos y no entiendo aún como estos partidos que se están riendo de nosotros a mandíbula batiente siguen teniendo afiliados, militantes, simpatizanes y votantes que les financian o ayudan a financiar sus juergas y sus dispendios a nuestra costa. Es posible que tengamos el país y los políticos que nos merecemos porque somos unos cagados que no movemos ni un dedo para cambiar las cosas, humillamos como los toros y dejamos que nos tiren toda la mierda encima. Y nosotros, mientras tanto, deseando que la crisis desaparezca de los medios, que no de la realidad, para mirar hacia otro lado y seguir como hasta ahora.

Pues una cosa os digo, si no somos nosotros los que «tomamos la Bastilla», nadie va a hacerlo por nosotros, seguiremos en el mismo pozo y, lo que es peor, fomentando que esto siga siendo así hasta el infinito y más allá. El mensaje positivo de esto, que lo hay, es que en nuestra mano está la posibilidad de cambiar. Mandemos a la mierda a toda esta gente de una manera ordenada, educada y democrática.

Ahora me voy un rato al coche a gritar en soledad y ya me quedaré mucho más tranquilo.

Hasta mañana,

J

 

Las dos carreras

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Hoy he tenido dos carreras, una de resistencia y una de obstáculos, una física y otra mental y en las dos he salido victorioso. Estoy muy contento, este domingo ha sido uno de esos días en lo que haces muchas cosas y casi todas bien así que no me voy a quejar, ni lo voy a decir muy alto no vaya a ser que algo se estropee. Quiero hacer referencia al comentario que puso Montserrat en el post de ayer para explicar un poco eso tan enigmático que os he dicho al principio de las dos carreras. Tanto en su comentario como en mi respuesta hablábamos de los temas de día, el cambio horario y la re-sintonización de los canales de la TDT y voy a retomar este post desde allí.

Ayer por la tarde, sábado, me acerqué con las niñas a ver a mis padres, a dar una vuelta a los abuelos como decimos nosotros. Mi padre, cuando me vio me dijo:

-Hola hijo, no te esperaba hoy, te esperaba mañana. -Y me miraba con esa cara de cordero degollado que se le da tan bien.

-¿A sí? -Respondí sinceramente, no sabía a qué venía aquello.

-Si hombre, por lo de la tele…. -Ahhhhh! ahora me acordaba, ya me había llamado hacía unos días para «recordarme lo de la TDT».

-¡Ay va!, es cierto. Bueno pues mañana me paso cuando baje de correr.

-Pero… -Casi no me dejó continuar. -¿A que hora vuelves de correr?

-Pues, como la semana pasada, sobre la una y media.. -La respuesta no le gustó demasiado, mi padre es muy transparente.

-Ya…, pero es que si vienes a esa hora, nos estropeas el aperitivo. -No podía creerlo, ya sabía yo de quién había heredado esta desfachatez.

En honor a la verdad, mi padre está intentado tirar de mi madre ya que ella está atravesando una época difícil, de esas en las que prefiere más casa que calle y pensar en sus cosas en lugar de airearse y ver mundo. Para mi padre, poder sacarla por la mañana a tomar unas cervezas con sus amigos era un triunfo pero yo no caí en ese momento, simplemente me pareció que estaba mirando por sus intereses solamente en detrimento de los míos, su particular técnico de televisión.

-Ah, ejem, bueno…. -No sabía si contestarle lo que se me pasaba por la cabeza o… -Vale, entonces me pasaré antes.

-¿A qué hora has dicho entonces? -Y dale con la auditoría.

-Sobre las once, imagino, si puedo antes, antes, y si no por la tarde. -Ahí fui tajante.

Antes de irme de su casa ya me había vuelto a preguntar un par de ocasiones por la hora… -Sobre las once, padre, sobre las once.

LA PRIMERA CARRERA

A eso de las 10:50, aprovechando que me había levantado pronto con lo del cambio horario, me acerqué a casa de mis padres, ahí estaba él, con los mandos listos (tienen dos televisiones, encima) y una sorpresa, sentada en el salón, junto a mi madre y sus rulos, estaba la vecina, ¡la vecina!. Ya ví la encerrona, al final iban a ser tres mandos y tres teles.

Me lo tomé lo mejor que pude, mandé a la vecina a su casa a que fuera encendiendo la tele y me puse manos a la obra, sintonización automática en las tres televisiones, pasillo arriba, pasillo abajo, puerta, descansillo, pasillo de la vecina, salón de la vecina y vuelta a empezar, a ver el progreso de la barra de sintonía en mis tres TVs. Y a cada paso que daba, ahí estaba mi padre, de pie, a mi espalda, iba del salón a la cocina y se me ponía delante, giraba el pasillo para volver al salón y otra vez ahí de pie.

-¡Papá!, quédate quieto en un sitio hombre, que te voy a llevar por delante.

Pero ni con esas, no puede, tiene que explicarme donde está cada mando, donde ha intentado él hacer el trabajo y donde…

-Calla un poco, papá!, que ya estoy en ello, relaja, relaja….

Y luego la vecina, gritando desde la puerta… -Ya está, la barra amarilla ya ha llegado al cien!!!!! -Ya voy -Yo también gritaba, claro -Pero muy importante, no toques nada, ahora pasooooo!!!!

Televisión una, lista, los canales re-sintonizados y en proceso de colocación de los canales, mis padres, detrás de mí repitiendo la letanía de siempre… La Uno en el uno, La Dos en el dos, Antena 3 en el tres, Cuatro en el cuatro….. y así…. y luego los canales infantiles, que si no las niñas empiezan a tocar y….

-Que sí!, que os los voy a poner como los teníais, vamos, como los tiene todo el mundo… La Uno en el uno, La Dos en el dos, Antena 3 en el tres, Cuatro en el cuatro….. y así.

Una vez la tele uno estuvo Ok, con los canales colocaditos le tocó el turno a la de la cocina, al levantarme de la silla y enfilar el pasillo me tropecé de nuevo con mi padre. -Pero!!!! -Dame pacienciaaaaaa.

La tele de la cocina  ha sido imposible, no ordena. Le dije a mi padre que tenía prisa y que en un par de días volvía, que me preparase las instrucciones de la tele para ir a lo hecho y corriendo a casa de la vecina. Ahí tuve más suerte, se pudieron colocar bien a la primera aunque a ella solo le interesaba que pudiera ver Telecinco. -Hasta luego, guapa -Muchas gracias, hijo… ¿que haríamos nosotros sin ti? Pero yo iba volando ya por el descansillo a coger mis cosas que tenía clase de running.. Al entrar en mi casa, mi padre otra vez en mitad del pasillo con las instrucciónes de la televisión Grundig de la cocina, le miré a los ojos y… -Hoy no papá, que tengo mucha prisa, mañana. Dos besos a cada uno y salí por pies, que estrés. La carrera de obstáculos había terminado.

LA SEGUNDA CARRERA

Llegué a continuación a El Retiro con el tiempo justo, un poco acelerado y ya cansado. Hoy tocaba reto final del curso de running y sabía que algo nos tenían preparado. Una meta (de nuevo), un reto, un objetivo a superar, dar una vuelta completa al parque, cerca de cuatro kilómetros, en el menor tiempo posible.

Y lo he hecho, he cumplido el objetivo (de nuevo), he hecho mi carrera, he salido de liebre del grupo, porque la entrenadora se quedaba la última para ir recogiendo a los «caídos», y he empezado a trotar, a trotar y he ido dejando a mis compañeros detrás, no he sido consciente, yo solo quería tirar p’alante, esquivar a todas las personas que me iba encontrando, que no eran pocas, y no encontrarme con mi padre plantado ahí en medio del camino. Mientras corría, mi cabeza se iba relajando, olvidando la carrera anterior y trataba de acompasar la respiración y el movimiento de las piernas. No me he cansado demasiado, he visualizado completamente la carrera y sabía en todo momento por donde iba y cuanto faltaba, el parque lo conozco, así que tampoco era tan difícil. Al enfilar la última recta, he tenido fuerzas aún para acelerar un poco el ritmo y llegar en unos cómodos 20 minutos al final de mi camino. Teniendo en cuenta que nuestra entrenadora nos calculaba el ritmo para hacer unos 23 o 25 minutos, creo que lo he hecho muy bien.

Y ahí me he quedando, respirando, andando y boqueando hasta que ha aparecido mi siguiente compañera, cerca de un minuto después que yo. Me ha hecho ilusión verla, y verlos llegar a todos con esas caras de «lo he conseguido», «si se puede». Han ido llegando todos y nos hemos felicitado, nuestra entrenadora nos ha regalado un vale para un masaje osteopático valorado en unos 40 euros y nos hemos despedido. Unos, yo, por ejemplo, con la promesa de reengancharnos al grupo del siguiente nivel a partir del domingo que viene, otros, pensándoselo aún. Y una compañera, aquejada de dolor en la rodilla, llorando y disgustada porque quería seguir y no puede, a la espera de que le digan si está lesionada y el alcance. Yo espero verla pronto.

Terminada la segunda carrera, he vuelto caminando a casa con la sensación de haber crecido, es una sensación rara, me notaba más alto, más erguido, más importante. Había superado un reto físico, y eso estaba genial, yo me sentía genial, nada me podía parar.

Ahora, ya no me siento así, me duelen un poco las piernas y seguro que mañana tengo agujetas, pero oye, que me quiten lo «bailao».

Hasta mañana,

J

Y todo se volvió oscuro, de nuevo

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Varios cambios este fin de semana y realmente no entiendo a que atienden. Quizá no lo entiendo porque no he querido profundizar mucho en ellos, me dan un poco igual, forman parte del borreguismo con el que a veces acatamos lo que nos vaya cayendo encima.

Del primero de ellos me enteré oficialmente ayer, ya me vale. Creo que había oído ya cosas por ahí pero como quien escucha ruido de fondo, sin prestar atención. Y resulta que hay en marcha una reordenación de los canales de la TDT y que nosotros, los usuarios, tenemos que re-sintonizarlos para poder disfrutar de nuestros programas y contenidos favoritos. Yo se de dos, que como no marquen el número de canal prefijado en el mando a distancia y aparezca Disney Channel o Boing se van mosquear y nos van a mosquear.

Y luego está lo de Clan TV, que por lo visto desaparece, ¿en serio? ¿Y Teledeporte también? Ya os digo que no presté mucha atención a lo que iba oyendo pero eso si que me llamó un poquitín más la atención. Estaría cojonudo (ironía…) que desaparecieran dos de los canales temáticos con más audiencia y encima pertenencientes al Ente Público. Y estaría cojonudo (ironía, insisto…) que uno de ellos sea uno de los escasísimos canales infantiles. Llamadme romántico pero en casa se ve mucho más Clan TV que Telecinco, a la fuerza ahorcan, claro. Este cambio, y yo soy mucho de cambios, no me gusta, me da pereza. No solo por lo que ya he dicho, sino por el hecho de re-sintonizar canales y volver a enumerar y poner en orden, que me maten antes!

Y para colmo, el otro cambio, que este me joroba (iba a utilizar otra expresión) mas si cabe, que es el cambio de hora. A partir de esta madrugada adoptaremos nuestro horario de invierno, que ya el título me hiela la sangre, y seremos más europeos. De los que se van a la cama a las nueve y de los que dejan desiertas las calles a las 5:30 porque ya no hay sol. Esto es una exageración porque estamos en Spain, which is different, y aquí nos tomamos las cosas de manera distinta pero no me digas tú, qué tristeza de horario. Hoy en día, a mis cuarenta y pocos (poquísimos) aún no se si lo que hay que hacer hoy es adelantar o retrasar una hora, hasta que no me digan en las noticias, con un reloj analógico, que a las dos son las tres o que a las tres son las dos, no tendré la verdadera seguridad de que lo estoy haciendo bien, o al revés. Esta incapacidad de horarios es equivalente a la que tenía mi madre para programar el VHS, cosas de famila, cuando algo se nos enquista, es para siempre.

Para colmo están los que afirman que es un horario positivo porque se ahorra energía ¿cómo? Por mucho que me lo han explicado no he sabido entenderlo, si yo cuando me levanto tengo que encender la luz, y cuando llego por la tarde también, porque ya es de noche. Ahorrará uno que se levante a las cinco de la mañana y tenga unos ventanales tan grandes como la Mezquita de Córdoba, donde la luz del amanecer le ilumine hasta las costillas. A los de a pié, que nos lo cuenten mejor o no va a colar. Yo lo único que se es que a partir del domingo, cada vez se va a hacer de noche antes y eso afectará a mi estado de ánimo. Ojo, que a mí me gusta la noche, pero en horario adulto, la de a partir de las 10:30, no la de por la tarde, la de nocturnidad y alevosía, la de las criaturas de la noche no la de ¡qué de noche se le ha hecho a las criaturas….!

Y hablando un poco de esto último, no se si sabéis, y si no ya os lo cuento yo, que a las personas, como ya, que nos gusta la noche y que tenemos mayor actividad a partir de la tarde se nos denomina BÚHOS y que a las personas que, al contrario, son mas diurnas y su actividad está más centrada por la mañana temprano se les llama ALONDRAS. Qué manía hay de etiquetar constantemente todo y a todos. Si eres una cosa, esta etiqueta, si eres otra, venga esta otra. Y casi siempre son excluyentes, porque si eres búho, eres nocturno y si eres alondra eres diurno, si eres de izquierdas no puedes ser católico, si eres católico tienes que ser de derechas, si eres optimista no te pueden afectar las cosas, porque si te afectan es que eres pesimista, si eres urbanita no sabes lo que es una gallina y si eres de campo te mareas en las escaleras mecánicas de El Corte Ingles…. y yo digo… A la mierda con las etiquetas, ¿pero que se han creído?

Hasta aquí mi reivindicación de hoy, vuelvo a lo de los cambios, al fundido en negro que nos toca a partir de hoy mismo, negrura espesa a las siete de la tarde a partir de mañana y quizá, solo quizá si estoy en lo cierto, para algunos canales de los habituales en casa. La vida no es justa y los que dirigen esto no hacen más que tocar… NO TOQUES, ¿POR QUÉ TOCAS?

Hasta mañana,

 J

Meta conseguida, la entrada número 100

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Antes de empezar con mis neuras debo confesaros que es posible que el post de hoy salga un poco disperso porque tengo la casa llena de niños, mis hijas y sus amigos, jugando en el piso de abajo, ¡bendito duplex! Me sorprende enormemente que el ruido que pueden generar estos pequeños, bueno ya no tan pequeños, sea tan elevado. Dos niñas son bastantes ruidosas, pero el ruido crece exponencialmente con cada nueva adquisición, ahora son 6 y les ha dado por hacer música con lo que encuentran. Esto es ingobernable. Si midieran los decibelios en esas habitaciones, nos multaban. Por otro lado no entiendo eso de que todo lo digan chillando, están hablando de sus cosas y jugando pero parece que se están matando, el sonido reverbera en sentido ascendente y lo que surge por el hueco de la escalera es de película de terror, como se nota el espíritu Halloween.

Aclarado esto, debo confesar que me ha gustado mucho hablar de objetivos y metas y disfrutar de vuestros comentarios, a veces creo que no mido mis palabras y que no soy consciente de las cosas que termino escribiendo hasta que ya están publicadas. En el post de ayer se notaba que yo no soy coach ni psicólogo pero tengo una opinión, como cada uno de nosotros, y que no suelo andar desencaminado. Tener un blog abierto y publicar periódicamente favorece esta desfachatez de meterte en jardines que normalmente, en la vida offline, solo te meterías en entornos controlados y con gente de confianza. Se que estoy abierto a críticas, a sembrar polémica con mis palabras y a que algunas de mis reflexiones y afirmaciones puedan sentar mal, aunque debo reconocer que mi intención inicial nunca ha sido polemizar.

Aunque tampoco voy a huir si alguien no está de acuerdo con mi visión de la vida, confío plenamente en el diálogo y en la conversación con respeto y buenos modales, así que ya sabéis, si disentís estáis en vuestra casa. Hasta ahora todos los comentarios han sido positivos, mejor, positivísimos y yo estoy encantado, no voy a negar la evidencia, creo que estoy empezando a tener una buena comunidad de lectores, colaboradores, compañeros y amigos y que mi personal branding está bastante bien perfilado. Pronto acabará este reto loco de publicar a diario pero las novedades no se acabarán ahi, confío plenamente en el movimiento, me gustan los cambios y suelo huir de las cosas estáticas, así que tras un proyecto, llegarán mas.

Esto que acabo de contaros suena un poco, volviendo…, al post de ayer, a los logros personales, a las metas profesionales y a los objetivos a corto o medio plazo. El proyecto del #PostDiario ha sido, bueno, sigue siendo, un objetivo a cumplir, una meta diminuta pero que me aporta mucho, de mi mismo, de mis capacidades, de mi aptitudes y de mi gestión del tiempo. No es un objetivo de futuro que me vaya a reportar un salto cuantitativo pero es que tampoco lo quiero. Ya dije que yo soy mas de proyectos cortos, humildes y realizables y en esos parámetros me gusta moverme, con los pies en el suelo y la cabeza en las nubes… Si, soy alto, ¿y qué?

Otro reto cumplido, aunque nunca me lo había planteado como tal, esta entrada. Este post que estáis leyendo es la entrada número 100 del blog, quien lo habría dicho cuando empecé a desnudarme virtualmente en este medio que hasta ahora había sido hostil y desconocido para mí. Pero he llegado y he marcado una nueva muesca en mis proyectos. Esto es interesante, pensad en ello, he logrado superar una meta que no me había planteado, pero que ahora, una vez conseguida, si que se ha convertido en un hito. ¿no es genial? ¿solo a mí me lo parece? No se si a alguien se le han pasado este tipo de teorías por la cabeza, como la de superar retos no marcados y sus consecuencias. Personalmente superar conseguir cien entradas me parece importante y por eso me lo apunto, quizá a vosotros os pase algo parecido, que solucionáis cosas que estaban enquistadas sin habéroslo propuesto o que un día, de buenas a primeras, sois conscientes de como ha cambiado vuestra vida gracias a las acciones y decisiones que has tomado sin propósito aparente… En ese caso, la verbalización de los objetivos tampoco es tan importante.

Y de un objetivo que ha llegado de soslayo, a uno real que yo no me he impuesto pero que si lo han hecho por mí. El curso de running se acaba, el domingo será el último de esta etapa de iniciación y hay un reto que superar que yo desconocía porque no había estado en la primera clase, y ya se sabe, es esas clases se habla de todo… El domingo vamos a sudar la camiseta, de verdad y nos enfrentamos a una prueba física de resistencia. Nuestra entrenadora ha quitado hierro al asunto diciendo que estamos preparados y que estas semanas de clase y de trabajo personal van a dar sus frutos pero eso aún está por ver. Yo, por si acaso, esta noche salgo a entrenar un rato no vaya a ser que el domingo me flaqueen las piernas o la cabeza.

Esto de hablar de metas tiene su cosa y hasta cierto punto estimula, yo ya os he contado varias de las mías en este y otros posts, así que os propongo que me contéis las vuestras. Esta es la entrada centenaria y debe ser especial, espero vuestros retos, vuestras metas, vuestros objetivos y vuestros comentarios y recordar que no hay metas pequeñas o grandes, hay satisfacción o frustración en el resultado pero con optimismo y poder de recuperación se logra todo, paso a paso. Os espero, no seáis tímid@s.

Hasta mañana,

J

De metas grandes y pequeñas

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Mucho se habla y se escribe por ahí de los objetivos. De esas metas y esas ambiciones que debemos marcarnos y luchar para que se hagan realidad, sueños poderosos, una guía que marque nuestros pasos, que rija nuestro recorrido. Si tenemos sueños grandes, si soñamos en grande, seremos grandes. Todo esto, sobre el papel, esta fenomenal, pero a veces no tiene por qué ajustarse a la realidad.

Creo que se está sobre valorando en exceso este tipo de actitudes, se nos está insistiendo constantemente en fijarnos metas y en procurar alcanzarlas, como si vivir, o sobrevivir no fuera suficiente meta en sí misma. Parece que ahora no eres nadie si no tienes una ambicion «de la buena», porque como el colesterol, hay ambición buena y mala, o no tienes programado y cohesionado tu plan de crecimiento personal, familiar y laboral. Estamos, desgraciadamente, entrando en una dinámica que puede llevarnos por el camino de la frustración, quizá porque las metas que nos han dicho que debemos alcanzar son demasiado ambiciosas o quizá porque estamos mucho más preparados para el éxito que para el fracaso, y ambas circunstancias son dos caras de una misma moneda.

En principio creo que es positivo tener un objetivo en la vida claro y saber marcarse unas directrices para ir separando el grano de la paja durante el camino pero, como hay opiniones y objetivos para todos los gustos, creo que cada persona debe valorar en privado lo que quiere conseguir y ser coherente consigo misma y consecuente con sus actos. Algunos sueños son utópicos y es un absurdo luchar por algo que no vas a conseguir, este es el miedo que me da, que nos estén metiendo en la cabeza que no tenemos límites y que podemos lograr lo que queramos con solo proponérnoslo. Esto, en gran medida, no es cierto.

Al tiempo que se valora el camino a seguir, hay que tener en cuenta que este conlleva unos sacrificios y unos esfuerzos, que hay gente a la que se le olvida esta parte. Sin esfuerzo, sin superación, sin perseverancia y sin suerte no se consigue llegar a ningún puerto. Nos lo pinten como nos lo pinten. Hay frases bonitas por todas partes que nos tratan de dar alas y ayudarnos a exorcizar nuestros demonios, pero las cosas no se hacen por arte de magia. Yo tengo una taza que me regalaron en el trabajo, junto al curso de running que dice: «Hoy voy a conseguir todo lo que me proponga». Está genial, es una frase alentadora pero ¿así de sencillo? ¿solo por tomar café en esta taza lo voy a lograr? ¿o solo por repetir esa afirmación como si de una mantra se tratase va a estar todo el trabajo hecho?

Os propongo una cosa, vamos a tomar este tipo de incentivos en su justa medida, vamos a tratar de ser un poco mas humildes y tomar conciencia de que nosotros somos responsables de las cosas que nos suceden pero que tenemos que invertir mucho de nosotros en ello. Ya he nombrado los puntos necesarios para que este camino nos lleve al destino deseado:

Esfuerzo

Superación

Perseverancia

Suerte

No imagino que las metas se puedan conseguir si falta alguno de ellos por lo que os animo a que os familiaricéis con estos términos y tratéis de fomentarlos si queréis llegar lejos. Otra manera de obtener satisfacción, a mas corto plazo, es fijándoos una meta general separada por etapas más accesibles, como pequeñas escalas, o como diría ese entrenador de fútbol, ir superando partido a partido. Que no se nos olvide que alcanzar una meta pequeña puede ser tan gratificante como una más importante, solo hay que ser optimista y saber disfrutar de ese logro. Para ilustrar todo esto un ejemplo personal, ayer salí a correr un rato y fue la primera vez desde que empecé que conseguí realizar 20 minutos de carrera continua sin descansos, cuando paré y me aparté a un lado para hacer mis estiramientos no podía borrar esa sonrisa de mi cara. Había superado una meta, un logro pequeño, pero necesario para lograr alcanzar otros.

También hay personas que no tienen fijadas ninguna meta, ni grande ni pequeña y no por ello son menos felices, hay personas que, simplemente no lo necesitan. Estas personas tienen un umbral de la frustración mucho más elevado ya que, si no luchan por algo, no llegarán a tener ese sentimiento de pérdida si no lo logran. Estas personas, y hasta cierto punto yo me puedo encontrar dentro de ellas, suelen variar sus objetivos a corto plazo porque poseen una capacidad increíble para la adaptación. Estas personas se caracterizan por tener una espíritu más creativo y pueden ir saltando de un proyecto a otro, si uno no cuaja, se puede modificar, se puede ampliar o se puede eliminar, y no pasa nada. La adaptación es muy importante en nuestros días. La vida es como un río caudaloso que te lleva en volandas pero que puede hundirte o sacarte a flote por circunstancias ajenas a tu voluntad, sacar provecho de cada circunstancia y reinventarse es un logro vital.

Así que, una recomendación desde este lado de la pantalla. Busca tus propias metas porque quieras tenerlas, no porque tengas obligación de hacerlo. Calcula el alcance de tus objetivos y modifícalos en base a tu ambición. Y si no quieres tener metas concretas, no te obligues, adáptate a lo que vaya sucediendo y sigue tu camino, al fin y al cabo, vivir ya supone suficiente esfuerzo, superación, perseverancia y suerte para que nos compliquemos.

Hasta mañana,

J

Bendita ecología

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Cuando se habla de cultivos ecológicos, los que somos muy de ciudad, solemos torcer el ceño y mirar para otro lado. Somos bastante descreídos y acostumbramos a pensar que esto no es mas que una nueva práctica para vendernos frutas y verduras más feas y más caras. La ecología vive un auge importante en nuestros días, se lucha a diario por que los productos que lleguen a nuestra mesa sean más naturales, más orgánicos y más saludables. Y ya os digo, que a los que somos muy urbanitas, que casi creemos que la fruta nace y crece en bandejas del Carrefour, esto nos suele sonar bastante a chino.

Parece evidente que se quiera que los productos de los que nos alimentamos sean buenos y beneficiosos, pero claro, hay tanta proliferación de lo natural que uno llega a plantearse si lo que ha estado comiendo hasta ahora no es más que porquería. -«Los tomates ya no saben a tomates» -dicen algunos entendidos que se acuerdan del sabor de un buen tomate del pueblo. Yo también los recuerdo, rojos y vibrantes, olorosos e intensos. ¿Y donde están ahora? Puede debe ser que se han extinguido porque los se venden en las fruterías de Madrid no son iguales. Aún me acuerdo cuando un tomate era un tomate, así de sencillo y de práctico. Ahora un tomate puede ser, tomate de ensalada, tomate de bola, tomate de pera, tomate raf, tomate cherry, tomate «pata negra»…. Y a cual más caro. Cuanto más caro el tomate, mejor es, o eso es lo que nos dicen. Ahora, además, puedes tener todos esos mismos tomates, pero ecológicos.

Realmente he tenido que investigar aquello de los cultivos ecológicos porque me estaba poniendo un poco tenso. ¿Que coño están haciendo con nosotros? ¿No vienen todos los tomates del mismo sitio? Pues va a ser que no. Los tomates normales, los básicos y no ecológicos, se cultivan de una manera muy peligrosa, se escogen por su tamaño y forma, se desechan los feos y se preparan para el consumo generalizado. Los consumidores nos hemos acostumbrado a comer por los ojos, nos gustan las formas rotundas, similares, bonitas y la fruta de origen no lo es. Pero da igual que compremos en bandejas envasadas o a granel, siempre buscamos la belleza de la pieza. Nos hemos vuelto así de estúpidos, o nos han vuelto así, yo no soy nadie para buscar culpables pero yo compro lo que hay, si los tomates son todos bonitos, pues me tendré que llevar esos, si fueran feos, pues los feos. El consumo agrícola masivo es lo que conlleva, una regulación propia, una sobre-explotación de los recursos y unos medios de distribución dedicados a ganar dinero a expuertas a costa de los agricultores y de los consumidores. Cuanta más producción, mas beneficio para los intermediarios.

Como contrapartida a este tipo de agricultura, surgió hace años una vuelta a los orígenes, a intentar hacer las cosas como antes y a tratar las materias primas y el terreno con más mimo. Los cultivos ecológicos se caracterizan por no utilizar productos químicos de síntesis ni organismos genéticamente modificados ni como abono, ni para combatir plagas. Así se busca una optimización de los recursos naturales, se preserva la fertilidad de los terrenos y se es mas respetuoso con el medio ambiente. Sobre el papel parece bueno pero no podemos llevarnos a engaño, esto también es un negocio, y hasta puede ser un gran negocio que recibe ayuda y subvenciones. Como decía, la ecología está de moda y se fomenta. Las ayudas no van a llegar a un explotador agrícola pequeño que tenga sus huertas y las trabaje de forma artesana y manual. Los que se van a enriquecer son los grandes latifundistas que tienen medios para cambiar el modelo productivo al que toque. Qué ahora la palma se la llevan los cultivos ecológicos, pues nos hacemos ecológicos. Me gustaría saber cuanto de sostenible y de respetuosas son esas explotaciones.

Puede que el futuro sea la rebelión de las verduras, que los pequeños agricultores y ganaderos que trabajan sus tierras de forma natural, sin pesticidas y sin transgénicos busquen su negocio en cadenas de alimentación o en mercados de venta directa al consumidor, así todo el beneficio será de ellos. Pero esto requiere inversión, cuidado y capacidad.

Pero mientras ese momento llega, habrá que ir depurando la cadena de abastecimiento, o si no, que se lo digan a esa familia londinense que se ha comprado unos plátanos que cultivo ecológico que les han llegado con larvas de araña. Pero no de unas arañas cualesquiera, sino de la famosa araña del plátano (Phoneutria nigriventer), una arañita proveniente de Brasíl, que puede alcanzar unos cinco centímetros de «estatura» y que está considerada el arácnido más tóxico del mundo, capaz de matar con su picadura a un adulto en un plazo no superior a dos horas. Una joya, vamos. A la familia de Londres, que se dieron cuenta de la presencia de esos insectos porque se les desparramaron por la encimera de su cocina, han tenido que sacarlos de casa, alojarlos en un hotel y fumigarles su hogar y sus pertenencias. Poca broma con eso.

Alarmante ¿no? Mientras reflexionamos sobre ello yo lo voy a ir dejando, que ahora me pica todo.

Hasta mañana,

J

¿Educando?

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Es curioso como cambian las dinámicas de relaciones personales a medida que nos vamos haciendo mayores, y sobre todo cuando tenemos hijos y nuestras vida social pasa a un segundo término. Llega un momento, sin que nos demos cuenta, en que nuestras relaciones se circunscriben a las relaciones de nuestros hijos, y eso puede ser bueno y malo a la vez. O más malo que bueno, dependiendo de unos casos. O más bueno que malo, dependiendo de otros.

Cuando te conviertes en padre pasas en un pestañeo de los bares de copas a los parques infantiles, de relacionarte con adultos a admirar las monerías de tus hijos y de los de alrededor y de tener una conversación fluida y culta a hablar con diminutivos. Ese momento, para los que aún no han experimentado la maravilla de la paternidad, es lo más parecido a una regresión. De ese momento a querer ser tu el que se tira por el tobogán van segundos. Una vez completado el ciclo ya estás preparado para ponerte a la altura intelectual de los niños, para picarte con otros menores para hacer prevalecer los derechos de tus hijos ante ellos y te conviertes en una entidad imaginaria llamada padre o madre de….

Esto que relato, esa pérdida de identidad en beneficio de nuestros pequeños y la suya es, quizá, la parte más negativa de todo este proceso y realmente es una dinámica muy actual, muy novedosa. Yo no recuerdo este tipo de cosas cuando yo era pequeño, los adultos eran adultos y poco se inmiscuían en los juegos infantiles. Lo padres de entonces eran esos señores y señoras que se sentaban en un banco a ver como sus hijos se jugaban la vida en unos columpios de hierro mientras fumaban y conversaban de cosas de adultos. A los padres de hoy ya no se les está permitido no solo fumar en presencia de niños o en las proximidades de un parque con menores, sino que se les echa en cara, otros adultos, que no dediquen la debida atención a sus hijos y a sus posibles heridas.

¿Qué postura es mejor? Pues ambas tienen algo de positivo o de negativo, yo tengo mi opinión y en este caso me voy a mantener al margen, prefiero que cada uno saque sus propias conclusiones. Donde si que me voy a mojar y a posicionarme es en la sobre protección que solemos ejercer sobre nuestros retoños. Ahora no los tratamos como a niños, los tratamos como a jarrones chinos de la Dinastía Ming, de valor incalculable y extremadamente frágiles. Hoy en día pensamos por ellos, actuamos por ellos y hasta cierto punto, jugamos y nos relacionamos por ellos. Un ejemplo. A la edad de mi hija pequeña, 7 años, yo iba solo al colegio, el cual estaba relativamente lejos de mi casa, tenía que atravesar una carretera y atravesar un poblado de gitanos, y no pasaba nada. Alguna vez, incluso, me desviaba de mi camino para comprarme algunas golosinas (sí, llevaba dinero) o para ir a buscar a algún amigo a su casa.  Hoy en día, mi hija es incapaz de cruzar una calle por un semáforo porque no se plantea que tiene que mirar, ni detenerse. Está acostumbrada a ir de la mano o conmigo de guía y si la dejo sola se pierde. En aquella época yo iba a comprar y hacer algunos recados para mi madre que era ama de casa y que tenía tiempo libre para hacerlos ella, pero eran otros tiempos. Si hoy dejara que mi hija fuera sola a la panadería, acabaría escoltada por la Guardia Civil, y yo, claro, detenido.

Estamos convirtiendo a nuestros hijos en seres dependientes, porque creemos que es como hay que hacer las cosas. Los tiempos son distintos, no hay duda, todo está más saturado y más evolucionado. Se oyen muchas más cosas malas que pasan por la calle que antes, pero que se oigan no significa que antes no pasara nada o que ahora pasen de más. La protección hacia estos pequeñajos es exagerada y nos va a costar un disgusto. A este paso me veo yendo con mis hijas a hacer la matrícula de la Facultad o a llevarlas en coche a su primera cita, después de hacer una exhaustiva prueba de ADN y sacar el certificado de penales del pretendiente. Eso si no me vuelvo loco antes porque no pueda controlar cuando les viene la menstruación o porque no me decida entre compresas y tampones.

No vamos bien, está genial eso de tener los hijos cerca, no el aparente desapego de nuestros padres, pero no es normal que tengamos que sentarnos con ellos a hacer sus deberes porque sea nuestra obligación o tengamos que ser mejores formadores que sus profesores. No es de recibo crear grupos de Whatsapp de padres en los que hablar de los deberes de los hijos, de las excursiones de los hijos o de los castigos que han impuesto a nuestros hijos. Eso es responsabilidad de ellos, no nuestra. O al menos yo así lo creo y lo manifiesto. Yo no hago deberes, yo no participo en el grupo, a mí me da igual que los niños tengan exámenes…. ya bastante cosas tengo yo en la cabeza como para tener que estar pendiente de sus pocas obligaciones.Puedo ayudar, estar ahí, estar pendiente de que hagan sus tareas y supervisar. Mis hijas, las pobres, saben que si se les olvidan los deberes en el colegio yo no voy a mover un dedo para conseguírselos, así aprenderán a ser más responsables. El otro día me dijo una madre en la puerta del cole….

-Ya está bien, esta semana tenemos dos exámenes….

-¿Perdona? -Respondí yo, lo tendrán ellos, yo ya estudié los míos.

-Ah, tú no… yo es que si no me pongo con mi hijo no se entera….

-Ya -No se me ocurrió otra cosa.

Aunque lo que tenía en mente era… -Ni se va a enterar nunca, ni va a hacer nada por el mismo nunca, ni va a despertar nunca….

Por favor, vamos a pensar un poco en lo que estamos haciendo como padres, en lo bueno y en lo malo y tomemos medidas. ¿Realmente les estamos dando las herramientas necesarias para manejarse en la vida por ellos mismos?  Yo lo tengo claro en lo que respecta a mis hijas, los deberes son de ellas, los estudios son de ellas, sus amigos son los suyos, sus disputas son las suyas, pagar la hipoteca, eso ya es cosa mía y de su madre.

Hasta mañana,

J