Añadir título

Pues señoras y señores, esto se acaba.

Como dice mucha gente, que le vayan dando al veinte veinte. Unos días y adiosito, querido. Aunque ahora que lo pienso, eso de «querido» no será para la mayoría. Si algo ha sido este año es inusual y cabrón, de una manera muy loca y muy perra y para mucha, mucha gente, ha sido el peor año de su vida.

Contrariados, golpeados, malheridos, fallecidos, despedidos, arruinados…, jodidos y descontentos, este año va a pasar a la historia en gran parte por el gran reset que hemos tenido que hacer la mayoría. Hemos perdido la libertad que conocíamos, o mas bien, la forma en la que hacíamos las cosas y que nos creíamos que era nuestra LIBERTAD individual y colectiva (que tarados!). Nos hemos llevado las manos a la cabeza diciendo que esto que estaba pasando era ciencia ficción, que si nos lo contaran no lo creeríamos, que si nos contenemos, que si luchamos, que si luchamos contra los que luchan, que si conspiramos, que si conspiran, que si nos manipulan (¿ahora vienes con eso?), que si…. que no… que si bla, bla, bla.

Pero también ha sido un año positivo para otras personas que han sabido reinventarse, moverse o adaptarse a las circunstancias y sacar un rédito. Lo que para la mayoría es crisis, para una minoría selecta y atrevida, es oportunidad y eso hace que se equilibre un poco la balanza. Cuantos avispados y cuantas empresas han ganado en este fango pandémico, y no solo al rebufo de los caídos o de los desasistidos. Han surgido verdaderas posibilidades de negocio, de cada restricción, de cada normativa, de cada retroceso…. No ha sido un fifty fifty, que no, pero es que nunca es así y no podemos hacernos ahora los locos pensando que lo JUSTO es que exista un paralelismo entre lo bueno y lo malo. El karma no funciona así ya que en general, en muy general, las situaciones malas son sobrevenidas, pero las buenas requieren de un proyecto, un desarollo y una ejecución (y si, de una aprobación también).

Recordáis el refrán, «a río revuelto, ganancia de pescadores»…. pues eso, los pescadores pescan, el rió se esquilma y los demás que no son pescadores, a dos velas. Estar en el lugar adecuado en el momento adecuado y con la mente enfocada es fundamental. Con esta premisa también te puedes estrellar, vamos que puedes, pero ¿y si no?

Pues en definitiva, esto va a ser el resumen del año que pronto acaba, negro, negro, negro, blanco, negro, negro…..

Y hay tanta gente esperando que este año acabe que no se están percatando de que las circunstancias en las que estamos no van a cambiar el 1 de enero. Hay personas esperando a recuperar sus vidas como eran antes, sin haber aprendido ninguna lección, millones de individuos que no van a sacar nada en claro de lo que nos ha pasado y lo que nos está pasando. Son esas personas que se han visto forzadas a hacer un paréntesis en sus vidas, que no han pensado, que no han actuado, que no han reflexionado, que no han asimilado que lo que estamos viviendo es tenebroso y decepcionante, pero también único. No culpo a esas personas que creen vivir en un mundo paralelo donde las responsabilidades y las respuestas siempre las tienen que asumir otros, siempre las tienen que dar otros, no solo no puedo culparlos, incluso puedo entenderlos.

Aunque también te digo, muchas de las cosas que han pasado en los últimos meses me han dejado muy mal sabor de boca, una sensación de desasosiego abrumadora y se ha afianzado en mi cerebro la sensación no contrastada de que esto que nos pasa como sociedad lo tenemos merecido, que el planeta nos está poniendo a prueba, que el planeta se está defendiendo y que quizá, solo quizá, esto no se quede así y pase al ataque. Como individuos podemos ser adorables pero como sociedad, como turba, somos insostenibles y desquiciantes. Somos egoístas y perversos, que le vamos a hacer, es nuestra naturaleza. En el «primer» mundo estamos tan acostumbrados a tener y a salir impunes que esto nos supera. Esta pandemia es un zasca! en nuestras bocas de dientes perfectos.

Parece que tengo la intención de ser catastrofista pero no es así, esto que digo ya lo sabemos todas y todos. Que hagamos algo con esa información ya va en cada uno, pero ya estamos enterados, esto no es profundo ni sesudo ni concienzudo, esto es superficial, descerebrado e irreflexivo. #EstamosLocos? pues claro, si no, ¿como nos aguantaríamos? Que nos den nuestra pastilla verde y a descansar.

El Xanzolam de Beth Harmon (Gambito de Dama)

Sea como fuere, pase lo que pase, en un par de días estaremos celebrando la Nochevieja y el Año Nuevo, algunos se sentirán renovados y harán nuevos planes, otros seguiremos en modo perfil bajo y seguiremos, como tantos y tantos cierres de ciclo anteriores, pensando que es una noche más, un día más y que no hay puntos y aparte.

No será gracias a mi aportación pero el aire se llenará de propósitos nuevos, de listas, de balances, de arrepentimientos, de lecciones, de buenos y malos deseos, de trucos para triunfar, de filtros de amor, de sortilegios caseros…. de esa normalidad de una noche especial. Habrá que disfrutarla, ¿verdad?

Hasta aquí la entrada especial de Navidad, ahora varias tonterías mías que casi no tienen nada que ver:

Como te habrás dado cuenta, esta entrada no tiene título, te animo a que se lo pongas tú. ¿Se te ocurre algo? ¿quieres participar en el reto? No te cortes y di lo que se te ocurra, yo escribo siempre así y no me va tan mal. Si nunca te lo has planteado, prueba a hacerlo, un comentario, una reflexión, un resumen, una frase, una foto… todo me sirve, juguemos. Y además, la carencia de título y lo hoja en blanco son unas estupendas metáforas, escribe lo que quieras, crea, comparte, propón… O pasa de todo, eso también es una elección.

Ahora voy a hacer una concesión, un reconocimiento… He escrito esta entrada sin título porque he visto que WordPress me ha felicitado por el séptimo aniversario de este blog y he dicho, ¿pero bueno? ¿como voy a tener un blog sin entradas? Pues aquí está, casi sin pensar, un ratillo después. Por si no me lo dices tú, y mis abuelas ya no están para hacerlo, ya me felicito yo por todos estos años al otro lado de tu pantalla. Y ya te doy las gracias desde aquí por ponerle título a este post, por felicitarme y por leerme, eso se valora mucho, mucho.

Y tres, como no podía ser menos, una canción. No hay celebración, ni festejo, ni pandemia sin música. Y esta me la regalo yo. (Siento defraudar pero no es un villancico, ya hablaremos de eso). Hazy Shade of Winter es una creación de Paul Simon, grabada en los 60’s por Simon & Garfunkel, versionada por cientos de artistas y que se ha incluido en infinidad de bandas sonoras de películas y series. Una de mis interpretaciones favoritas, la de The Bangles (lo se, me pueden las chiquillas roqueras). Pero para salir de mi zona de confort, os dejo la original.

Feliz Año nuevo, cuidaos mucho y disfrutad.

J

Yo pasaba por aquí….

car-1284040_1920

Sinceramente no se lo que me trae aquí ahora mismo después de diez meses sin venir. Impulsos he tenido muchos y todos se han quedado en el sofá o en la cama, tapaditos y a buen recaudo, cocinándose en su jugo y con aliño de pereza, apatía, procrastinación y la falsa idea de una vida ajetreada (que sí lo es) que no da tiempo para nada (aquí viene la excusa).

Demasiadas veces he tenido en mente cosas que quería contar pero las ganas se han escurrido de mis dedos como los sueños cuando suena el despertador y se desvanecen poco a poco hasta que se convierten en la nada más absoluta, negra y lejana. El duermevela de muchas noches me ha servido para idear y estructurar artículos grandes, entradas pequeñas, anécdotas potentes, imágenes reveladoras e incluso para bosquejar lo que podrían ser los primeros borradores de lo que, en un futuro más o menos lejano y con mucho trabajo tedioso, se convertiría en un libro.

Y me da rabia ser así de capullo. Porque yo esto lo disfruto. Tanto el proyectar una historia, desarrollarla mínimamente, hacerla crecer en forma de letras, frases y párrafos hasta expresarla en un texto completo, expresivo, natural e irreflexivo. Es que nos hacemos «daño» deliberadamente muchas más veces de las que queremos o de las que nos merecemos y parece que eso nos alimenta y nos centra en una falsa realidad, que a fin de cuentas es la que terminamos contando, creyéndonos y al final asimilando como de VERDAD Universal.

¿Por qué somos tan deshonestos?

Yo no voy a contestar, a ver si os vais a creer que después de diez meses escondido, una pandemia, un confinamiento y unos rebrotes everywhere mi filosofía de vida ha cambiado y ahora soy más intenso, #EstamosLocos? Este blog sigue llamándose como se llama y su autor y su línea editorial siguen en las mismas vías de tren, la superficialidad, el brilli brilli y el humor cotidiano (aunque a veces no tenga ni puta gracia) son el Leitmotiv de este espacio.

Pero es que yo soy así, a veces pienso cosas elevadas pero no entro en discusiones sesudas, para eso ya están otras y otros, a los que pensar y expresarse se les da mejor. Yo siempre he sido más de tirar la piedra y esconder la mano, una viborilla sibilina si te apetece verlo así. No puedo pretender ser quien no soy, o mejor que eso, no debo renunciar a mi propia naturaleza. Mi obligación, como la de todos, es explorar en lo que somos buenos, en nuestras habilidades, en nuestros puntos fuertes y explotar todo lo que nos hace únicos y especiales.

Dicho esto, que como introducción está extensamente genial, entre las cosas que se me han pasado por la mente en estos meses estaba la de retomar mis reseñas literarias. Lo malo es que no he leído nada digno de tal actividad. Ninguno de los libros que he consumido me ha gustado como para percibirlo con los cinco sentidos, que es como a mi me gusta leer, disfrutar y reseñar (si nunca has leído ninguna, aquí te dejo un enlace). Las novelas que más me han gustado siempre se han quedado a medias, creo que para algunas cosas tengo el listón absurdamente alto. Alguna incluso me han parecido malas de remate, tan malas que lo que me pedía el cuerpo era coger al autor/a y retorcerle las entrañas. Pero eso no está bonito.

También se me pasó por la cabeza reseñar alguna serie pero ahí me siento un intruso. Creo que no solo se puede hablar en términos de me gusta/no me gusta y quedarnos tan anchos. Ahí hay que profundizar y entender, no digo que con los libros no hay que hacerlo, que también, pero me resulta más sencillo. En definitiva, era un descarte obvio, NEXT.

Una entrada segura debería haber sido la experiencia de mi última carrera de quince kilómetros pre-confinamiento pero es que se me dio bien, muy bien, super bien y a mi me gusta mucho más hablar de cuando sufro y «reírme» de mi mismo y de mis limitaciones, ampollas y pájaras. No iba a sacar mucha chicha de aquello.

Tenía también muchos borradores de artículos sobre EL TEMA de estos últimos meses, desde varios enfoques diferentes pero me ha dado mucho pudor, raro en mí que soy muy poco pudoroso a la hora de mostrarme (por escrito). Sinceramente no me sentía a la altura de las circunstancias. Lo que estaba pasando en nuestro país y en el mundo en general me sobrepasaba y si bien he tenido herramientas para sobrevivir a todo este tsunami, ponerme a relatar gracias y desgracias propias y ajenas me quedaba muy grande. Para esta tarea, la superficialidad no estaba en el guión, se requerían y se requieren otros mundos interiores para hacer algo remarcable y con calidad humana, y no, no era mi terreno. Afortunadamente, de ESTO todo bien, gracias.

Dejo pendiente para un próximo artículo, siempre habrá alguno más, hablar de las personas que han pasado y/o se han quedado por aquí en los últimos tiempos, descubrimientos fantásticos y revitalizantes. Nuevas perspectivas de vida, nuevas filosofías, aire fresco… pero eso será más adelante.

Y lo de «escribir» en serio, poco se habla de eso. ¿A nadie le ha sorprendido que haya pasado por mi cabeza escribir un libro? Porque a mí sí, y si a mí sí, a vosotros debería sorprenderos también. Y no porque crea que sea posible o imposible, sino porque vosotras y vosotros sabéis que a mí, el proceso creativo, me satura y me quita las ganas. Y no se puede escribir un libro como se escribe un artículo para un blog. O estos artículos de este blog. (os prometo que cuando acabe de escribir voy a revisar el post sólo para ver si he cometido alguna falta de ortografía, el resto se va a quedar escrito como me ha venido a la cabeza, sin estructura, sin guión y sin pensarlo) 🙂

También podría haber recomendado música, que eso es muy «blanco», porque tiempo he tenido para conocer cosas nuevas, cosas viejas, cosas usadas y cosas azules, como haría una novia. Tampoco se ha dado. Pero como nunca es tarde para retomar, me voy a ir despidiendo, que para haberme puesto un ratillo a escribir e irreflexionar no van mal unas 1200 palabrejas y lo voy a hacer con música, acabando por todo lo alto. Solo os pido una cosa, escuchad la letra de esta canción y decidme que os sugiere. Independientemente de que hable de una relación amorosa yo le veo tantos matices que puedo identificarme en todo esto que os he dejado por escrito. Que la disfrutéis y que os haga pensar, que todo os haga pensar, o no, que os dejéis llevar.

Hasta pronto,

J

Mi reino por un selfie

Acaba de sonar el teléfono y era Manuela Carmena, la Alcaldesa de Madrid.

carmena

Me llamaba como si me conociera de toda la vida, dirigiéndose a mi de tú a tú e invitándome a un evento que tendrá lugar este fin de semana donde pretende hacer balance de estos cuatro años de legislatura, rendir cuentas e informar de su plan para los cuatro siguientes, porque, como ha insistido, ella se ha presentado a la reelección.

Cuando ha acabado la grabación, no era ella en realidad pero vosotros ya los sabíais, he colgado, he encendido mi ordenador y he abierto este nuevo post. Cualquier excusa es buena para meterme en vuestras vidas y esta tiene su aquel, no me lo podréis negar.

Y hasta aquí la introducción que yo de política no suelo hablar, ni yo mismo me hago responsable de mis ideas como para ponerme intensito en plan campaña electoral. Pereza máxima. Y después de estar en la mesa electoral en los últimos comicios y meterme una jornada de diecisiete horas POR LA DEMOCRACIA, pocas cosas me apetecen menos que ahondar en este tema.

Así que voy a hablar de gente gilipollas, que me apetece mucho mas. No es que piense que la Alcaldesa lo sea, no se de donde he sacado esta asociación de ideas pero es que últimamente me encuentro a demasiados y demasiadas por ahí. Gente, que si bien no son organismos unicelulares, si que se comportan como si lo fueran, y si encima van en bandada o están al servicio de las redes sociales….

Hace poco nos enteramos que había muerto en acto de servicio una señorita que solía hacer alpinismo en bikini para fotografiarse después y hacer que sus hazañas fueran virales. La pobre Gigi Wu se precipitó al vacío en uno de sus reportajes y aunque fue capaz de hacer una llamada a unos amigos por el teléfono vía satélite que llevaba consigo, nada pudieron hacer para salvar la vida de la joven que falleció por hipotermia. Descansen en paz ella y su cohorte de seguidores voyeur. Como diría una que yo me se, ¿qué necesidad hay, hija?

gigi

Ir más allá o irse al más allá… todo por una foto, por un reto, por un puñado de seguidores o por la gloria efímera. #EstamosLocos

La señorita Wu no es la primera ni será la última que da su vida por esa instantánea. Casi 300 personas fallecieron en los últimos años a consecuencia de sacarse un selfie en circunstancias extremas, que me parecen hasta pocas con lo chalados que parece que estamos. Nos estamos empeñando en esquilmar la población pero así vamos lentos, leeeenntos. Mas insensat@s por favor.

Como el escalador chino Wu Yongning, famoso por escalar edificios a cambio de likes y buenas sumas de dinero, en su última aparición se le escaparon los quince mil dólares del contrato por un pequeño resbalón de nada, ciento noventa metros hasta el suelo y bye bye. Si queréis ver como se desploma, podéis buscar el vídeo, está, como el resto de sus logros, en YouTube.

wu

O como el fotógrafo polaco Michal Mackowiak y su esposa Hania que se precipitaron por el acantilado de Cabo da Roca en Portugal ante la atenta y desesperada mirada de sus hijos pequeños que contemplaban atónitos como sus papis se acercaban tanto al borde del precipicio para hacer LA foto para desaparecer inmediatamente después risco abajo.

mihal

Y que decir del pobre Darsh Patel. A este no le dio tiempo ni a hacerse el selfie en el parque natural de West Milford, se acercó tanto a un osito de 140 kilos para hacerle unas fotillos que no fue capaz de escaparse de su amoroso abrazo, mutilado y KO en menos de lo que tarda en saltar el temporizador.

darsh

Mas o menos lo mismo que le pasó a James Crowlett en Miami, con un tiburón en lugar de un oso. Esta vez si que hubo selfie. Dicen que los tiburones no suelen atacar a los humanos si no se les provoca… a lo mejor al escualo no le gustó que subiera la foto a redes sin su autorización.. o que no lo etiquetara.

james

Pero no hay que irse tan lejos, en la estación de cercanías de Sabadell Nord vimos como una chicas se tiraban a las vías para hacerse fotos, posar sensuales y poner morritos. A veces las esperas se hacen interminables y hay que entretenerse con algo mientras llega el tren. A estas las podría haber sorprendido en plena pose y desde luego ya ninguno nos reiríamos tanto. Afortunadamente alguien con cabeza las reprendió y subieron al anden entre risas y desprecio, se les había acabado el cachondeo.

¿Y todo esto para qué? Es posible que a veces la audacia se pueda rentabilizar y en algunos casos, las experiencia extremas reporten un beneficio económico elevado y acorde con el peligro, ahí lo puedo entender. ¿pero si no es así? ¿y si solo es por tontuna y por afán de protagonismo? Ser joven en esta generación es complicado, lo se. Ya no se vive como hace cuarenta o cincuenta años, ya no se juega a lo mismo, ya no se socializa de la misma manera. Ahora la moneda de cambio son los LIKES, la popularidad se mide por número de seguidores y por interacciones. No es de extrañar que en esta escalada a la fama triunfen las ideas peregrinas y las consignas filosóficas del HIGHER, FASTER, FURTHER. Al más ALTO, más RÁPIDO, más LEJOS casi habría que añadir más GORE para actualizarlo.

Un poco de música para relajar, esto es SELFIE, de The Chainsmokers.

Ay Carmena y todo esto por tu culpa, si voy a tu evento ya nos haremos unas fotillos, tengo ideas 🙂

Y a vosotr@s, queridos e insansatos lector@s, os espero cámara en mano en la zona de comentarios.

Hasta pronto,

J

Y a mis enemigos también

«Señor; líbrame de mis amigos, que de mis enemigos yo me cuidaré». (Enrique IV)

horda-furiosa

El entrenamiento de hoy, la parte final más bien porque hoy ha sido largo e intenso, consistía en series cuesta arriba. Series potentes y rápidas. Nuestro entrenador nos ha dado la opción de elegir si haríamos cuatro o cinco, cada uno dependiendo de las que pudiera hacer con calidad, cada cual a su ritmo, ya tu sabes.

Indudablemente yo lo he dicho a mi cabeza que íbamos a hacer cuatro, eran suficientes, además hoy no era un buen día, con los mocos en la garganta no podía respirar bien y me costaba un triunfo recuperar así que…. Al final he hecho las cinco, la última era de regalo, para mí y para mi cabeza. Es la forma que tenemos de «mentirnos» para no sufrir en exceso. Mi mente es vaga y hay que quererla así, con lo que yo le doy lo que quiere, el mínimo esfuerzo hasta que está convencida y ahí entra mi cuerpo, que dice, pero si podemos mas, vamos a por otra.

Yo ya sabía que iban a caer las cinco, y ella también, aunque los dos nos hacíamos los suecos, por aquello del «fartlek» (broma privada entre runners).

¿Qué que tiene que ver esta enésima batallita con el título del post de hoy? -preguntan por aquí-. Pues todo. Porque a veces siempre mi cabeza es mi peor enemigo, es la que procrastina y la que intenta boicotear todo tipo de esfuerzo. Así que ya me dirás si se merece esta entree.

Pero realmente yo venía aquí a hablar de otro tipo de enemigos, de esos que nos creamos en la Redes Sociales por el simple hecho de existir. Esos enemigos inútiles que solo sirven para que la gente que esconde su YO real tras una cuenta de Twitter despotriquen criticando, chinchando y lapidando verbalmente al que piensa distinto, al enemigo. Este ejercicio de «hateo» (del ingles, of course, HATE=ODIO) me produce tal repugnancia que hace que se me revuelva el estómago.

Parecía que este asalto a los medios, a la información en general, tan «democrático» iba a ser positivo, yo lo creía seriamente. Qué las voces empoderadas y sesgadas iban a dejar que la inteligencia global se colara entre sus dedos. Era un mundo presuntamente utópico, donde todos teníamos acceso a la información, a dar y a recibir, a diversificar, a nutrirnos de opiniones distintas, complementarias, válidas….

Y lo que nos hemos encontrado es esto, hasta Melendi lo dice en una canción: -«Para poder desahogarnos, hemos inventado Twitter»- El microblogging se ha quedado reducido a un compartimento estanco y pequeño donde el humor, el buen gusto, la poesía, los pensamientos y los gatitos son la anécdota, el resto en un puñetero campo de batalla de energúmenas y energúmenos (aquí si que quiero utilizar el lenguaje inclusivo) que vomitan odio, soberbia, ira y seguro que hasta gula.

Ya nadie se plantea conversar sin agredir, discutir encontrando puntos en común, charlar acaloradamente con respeto… ya todo eso quedó atrás, en la prehistoria del Spectrum. Lo de ahora se basa en defender lo nuestro o a los nuestros (pero no a los de verdad, que ahí le encontraría un sentido…. «por mi hija, M.A.T.O!») sino a esos nuevos ídolos o a esas ideas unidireccionales que tanto creemos que nos dignifican. Hemos vuelto, sin quererlo, al UHF, a la época de los dos rombos y al blanco y negro. Se ha perdido la gama de grises, se ha perdido el color. Muchos creen que se han ganado libertades pero.. #estamoslocos? Esas libertades las estamos tirando por la borda de nuestro yate como si de lastre se tratara.

Lo que pasa a día de hoy es que tratamos de defender lo nuestro atacando lo contrario, pero atacando a dolor, tirando a dar, y no nos damos cuenta de que esa forma altera conceptualmente todo el fondo. Decir de algo que es LO MEJOR porque lo demás es UNA MIERDA no le añade ningún valor a lo nuestro, es más, le dotamos de una mediocridad abrumadora. No es de extrañar que lo mediocre llegue lejos y que el talento se quede sumido, una vez más, en el pozo de la incomprensión.

La libertad de expresión es maravillosa, eso nadie lo va a poner en duda. Yo lo que pongo en duda es la falta de visión y de autocrítica de algunos «opinadores», esos pobres que se creen libres o a los que se les ha hecho creer que son válidos cuando lo que hay detrás de todo es un magnífico guiñol lleno de cuerdas y marionetas. Tu di esto, yo escribo esto, tu acusa aquí y ya verás como la turba nos sigue. Con un panorama así no es de extrañar el triunfo de los extremos.

Fuera del anonimato de las Redes Sociales el «hateo» está muy extendido desde siempre en el mundo del deporte, principalmente deporte mayoritario. Ese sector lleno de valores que llegan a lo más profundo y que sacan lo mejor y lo peor de los acólitos. Risas, lágrimas y cánticos por unos colores prestados y muy vívidos rozan la parodia y la sensación de «asco-pena» con cada comportamiento primario, con cada abuso, con cada agresión…

Pero no todo está perdido, a veces la aficiones dan lecciones (bonito pareado) y se comportan como gente normal y civilizada… o mucho más que eso. Hace unas semanas leí una noticia que me impactó, porque se desarrollaba en una partido de hockey hielo canadiense, donde se juega duro, muuuuuy duro en la pista y en la grada. Y es que los seguidores del Calgari Hitmen acudieron al encuentro de su equipo con un cargamento muy especial. Tras el primer gol del equipo local, la grada hizo llegar a la pista un aluvión de osos de peluche, las imágenes hablan por si solas:

Mas de 25 mil osos de peluche arrojados al hielo para repartir entre Ong,s de la zona. Una tradición aneja al hockey desde hace casi veinte años, tanto en Canadá como en EEUU y que hasta cierto punto da sentido a esa posibilidad de cambio, a esa luz al otro lado de un túnel que a veces se nos antoja demasiado oscuro. O quizá es que estas cosas pasan cerca de la Navidad y nos pillan en un momento «pico» en lo que emociones positivas se refiere.

Otro apunte, uno más sincero y tierno si cabe y a la postre, la frase que me inspiró para escribir este post que estás terminando de disfrutar 🙂

En el programa de radio que escucho por las mañanas, uno de los reporteros visita un colegio y le hace preguntas adultas a los niños más pequeños. La pregunta de ese día era:

-¿Si pudieras, a quién invitarías a tu cumpleaños?»

Un niño contestó: -A todos mis amigos, y a mis enemigos-

El reportero preguntó: -A tus enemigos, por que les invitarías e ellos?

Respuesta: -Porque si no, nunca podrán ser mis amigos.

No hay mas preguntas, señoría.

Hasta pronto,

J

Qué pereza…

trebol

Qué pereza me da toda esa gente que llena el whatsapp y las redes sociales con estampitas religiosas, con frasecitas bienintencionadas, con animalitos monísimos, con corazones, globos, tartitas, flores… y que piden una oración para la cura del cáncer, para honrar a tus padres, para hacer ver que tus prim@s/sobrin@s/herman@s/padres son lo mejor que te ha podido dar la naturaleza.

Los que mandan cadenas de mensajes de «haz esto… y no veas lo que te va a cambiar la vida». No puedo con ello. ¿Alguien se cree algo de esto? ¿O es que hay tanta superstición e inseguridad que nos vemos obligados a compartir por doquier «por si acaso…»?

Yo, os lo digo desde ya, no creo en nada de esto. Y me da una especie de vergüenza ajena por toda esa gente que cae en la vorágine compartiva y da el coñazo de semejante manera.

Tampoco soy supersticioso, o ya no lo soy. Cada vez creo que soy mas «hippie» y paso mas de todo. Serán cosas de la edad.

El otro día, anécdota del abuelo cebolleta, paseando por una calle de Orense vino una gitana a darme una ramita de romero…

gitanas1

-Toma corazón, cógela que tienes la suerte de cara.

-No guapa, muchas gracias.

-No me la desprecies, hermoso, que te va a dar mucha suerte…

-Que no, que no. Muchas gracias.

Logré escabullirme metiéndome en una tienda en rebajas y al salir, otra vez la señora….

-Pero toma, guapetón, cógela. La suerte es tuya.

Y la cogí. Fue un acto reflejo pero a mi mujer le dio una especie de síncope verme agarrado a la planta y me dijo… -ahora le tienes que dar algo!

Y la gitana… -Solo la voluntad. (Si hombre, si quiere le pongo un piso).

Y yo. Ah, no, no, quédesela, quédesela, que no llevo nada suelto.

-No me la devuelvas, que la suerte es tuya (la gitana)

-Pero mira lo que has hecho, ahora no se la puedes dar (mi mujer)

Y yo ahí, medio flipado, agarré el romero y se lo devolví (más bien se lo metí a la gitana en la mano) y le volví a dar las gracias.

Mi mujer estaba alucinada, con los ojos como platos y reprochándome con la mirada lo que acababa de hacer.. -Tu no sabes lo que has hecho, ahora te va a maldecir, o te va a echar «mal de ojo» o…. Y yo, sintiéndome completamente a salvo porque estaba envalentonado y porque llevaba puestas las gafas de sol le dije.

-Bah, chorradas. Yo no creo en eso.

Ayer me empezó a doler un pie, sin previo aviso. ¿Puede ser la maldición de la gitana y el romero rechazado? Pues no creo, ¿Casualidad? quizá. No lo había pensado ni vinculado hasta que no me he puesto a escribirlo. Pensándolo fríamente no puedo concebir que coger una rama de romero o no cogerla, compartir una oración o no compartirla, enviar una foto o no enviarla vaya a cambiar radicalmente nuestro destino, o a alterarlo de alguna forma.

O quizá si, dicen que la fe mueve montañas y estas cosas son un poco «actos de fe». Si crees que te pueden maldecir, es posible que te maldigan, si crees que puedes ayudar con una oración, seguramente ayudes. Es posible que yo sea un descreído y que esto me pase de largo sin calarme porque he perdido la capacidad para que esto me influya. Tal vez en mi proceso de maduración he desechado estas pequeñas supersticiones porque forman parte de un proceso mayor.

Al fin y al cabo lo que debo preguntarme es lo que preguntó Judas cuando supo que alguno de ellos les traicionaría… ¿seré yo Señor, seré yo? Y seguramente yo reciba la misma respuesta que Judas, ¿Sirí yi Siñir, sirí yiiiii? 😀

Seguimos con supersticiones, atentos a la letra de «Malamente» de Rosalía. Una de mis canciones de cabecera últimamente que me muero por compartir con vosotros.

Tu turno, cuéntame en los comentarios si crees, si participas de estas cadenas, si eres tú y solo tú el que está detrás de las frases de Mr. Wonderful.

mr-wonderful-01
Qué pereza!

Hasta pronto,

J

Bronies y Looners

¿Si os dijese que me han tenido secuestrado estos meses una banda de albano-kosovares y que por eso no he podido actualizar mi blog, me creeríais?

Ya, yo tampoco, en mi cabeza sonaba mejor…. 😀

El caso es que estoy aquí de nuevo, sin excusas y con ganas. Con un buen trabajo irreflexivo detrás y una metodología de publicaciones bien esquematizada en mi cabeza. Y dicho esto, vamos al grano.

Amigas, amigos, ¿qué es lo que me ha hecho salir de mi letargo?

Pues os lo digo directamente, la HUMANIDAD. Así, con mayúsculas. Las más asombrosa, excitante y variopinta muestra de humanidad que subyace entre «la norma» entre la que nos movemos como pez en el agua, o eso pretendemos.

Cada vez estoy más convencido de que el ser humano es maravilloso en su diversidad y que si explotáramos esa faceta seríamos mucho más felices. Eso de ir nadando a favor de corriente es cómodo, confortable dicen algunos, pero es completamente falaz, digámoslo alto y claro, somos únicos, somos distintos, somos libres y somos FRIKIS.

Y somos así de particulares en todos los aspectos de nuestra vida. La pena es que el mundo se nos está llenando de etiquetas y ya no podemos ni movernos sin que llevemos detrás, como si fueran la fechas de nuestros próximos conciertos, lo que se supone que somos, en lo que nos definimos, nuestro código de barras, nuestra composición e incluso, nuestra fecha de caducidad.  Tanto tratar de moldearnos y de introducirnos en habitáculos estancos, estandarizados y delimitados me provoca mucha ansiedad. Como si no existiera la transversalidad. Como si no se pudiera ser hetero y enamorarse de un hombre, o zurdo y comer sopa con la mano derecha, o negro y tenerla pequeña. Seguro que para estas desviaciones también hay su sub-etiqueta.

¿No es cansino? Todos esos estudios de la Universidad de Wisconsin, todos esos recursos invertidos en pedagogía, psicología, sociología, antropología, nosequelogía… millones de pasta destinados a oprimirnos.

¿A qué se debe tanto interés? Pues es pura segmentación de marketing. Nos ubican y nos cubican para tenernos a su alcance cuando nos quieran vender algo, ni más ni menos. Somos mercado objetivo, clientes potenciales, el consumidor del futuro. Esos tipos a los que solo le bombardearán con cosas para heteros, para zurdos y para negros. Somos carne de cañón queridos y queridas, así de claro. Y ahora, podemos hacer dos cosas, enfadarnos y no respirar…. o tomárnoslo de buen rollo. Yo elijo lo segundo, y cuando me vea segmentado, ya decidiré yo si compro o paso.

Os recomiendo que toméis ese camino, el otro os va a llevar a oscuros laberintos de teorías conspiranoicas que alimentarán a vuestro demonio interno y os harán volveros más introvertidos, más asociales, más  perturbados y no os servirá de nada, porque estaréis en otro estamento, seréis otro tipo de consumidor, uno triste, pero consumidor al fin y al cabo.

Y para salir se toda esa tristeza que nos produce ser un mero objetivo transaccional, nada mejor que tirar nuestro pudor por los aires y salir del armario de la normalidad a un mundo de etiquetas de colores. Eso es lo que hacen, entre otras cosas…

LOS BRONIES

Los Bronies (no confundir con Brownies, que esos se comen), son personas adultas, hombres adultos, fanáticos de My Little Pony.

My-little-Pony-2-Animemx.jpg

Esa serie de dibujos animados para niñas, basada en los populares juguetes de Hasbro, relata las andanzas de las glamurosas y mágicas ponis, Twilight Sparkle, Rainbow Dash, Pinky Pie, Rarity, Fluttershy y Applejack, amigas y residentes en Ponyville. Un show de televisión que se lleva emitiendo desde 2010 y que tiene una excelente acogida entre las niñas de todo el mundo y un grandísimo merchandising. Las aventuras de estas simpáticas y ecuestres amigas se fundamentan en dos pilares, la amistad y la magia.

Y quizá sea algo de eso, o que ya os lo he dicho yo muchas veces, que la vida con un poco de brilli-brilli es mucho mejor, que también ha calado hondo en un público masculino y heterosexual que no duda en disfrutar de sus muñecas favoritas, vivir su mágicas aventuras, ser fieles seguidores de sus aventuras en TV y en cine, disfrazarse e incluso acudir a convenciones y quedadas varias. Una de las más famosas, es la BroniCon que se celebra en Estados Unidos con carácter anual.

El nombre de esta «tribu» tan particular viene de Bro (brother, hermano) y Ponies, no obviemos el «Bro» porque, si no ha quedado claro, la mayoría de estos fans son hombres. ¿No os parece tierno? ¿¿¿No os parecen tiernos???

bronies1

También hay su versión femenina, aunque mucho menos numerosa y relevante, las Pegasisters. Y es que el mundo del Cosplaying tiene cada vez más adeptos y menos vergüenza. Me refiero a lo de disfrazarse, para los no bilingües….

En el fondo, todas estas personas son «normales», tiene su adoración o su fetichismo por cierto juguete o por cierto personaje pero no suelen hacer daño a nadie. A cada uno le gusta lo que le gusta o le excita lo que le excita, como a…

LOS LOONERS

Siguiendo con el hilo de los dibujos animados os creéis que los Looners son una especie de adoradores de Looney Toons o incluso, gente que se excita viento a Piolín, Silvestre y sus amigos. Reconócelo, tú también lo has pensado.

Pues no, los he puesto a continuación de los Bronies por seguir una estela algo naïf pero aquí daremos un giro un poco más adulto, más serio. Porque os desvelaré que los Looners, son personas «normales» que sienten excitación sexual con globos.

looner

Un inciso, si no habéis visto la película de Paco León, «Kiki, el amor se hace» os la recomiendo desde ya mismo. En ella se relatan en clave de humor varias parafilias sexuales, desde las personas que se excitan al sufrir actos violentos, a las que solo encuentran placer con plantas y muebles o las que disfrutan sexualmente con el roce de una tela, mejor os hacéis una idea….

Si quieres conocer más sobre estas parafilias, echa un vistazo a este enlace.

Fin del inciso.

Volviendo a nuestros globos y a nuestros Looners, no hablo de sentir placer en globos aerostáticos que podría encontrarle el punto, sino a encontrar ese placer inflando globos, globitos o globazos de colores. Debe ser el tacto del látex o la sensación de ir expulsando aire de nuestros pulmones lo que hace que haya gente que se excite sobre manera con estos inocentes artículos. Como de etiquetas hemos comenzado hablando, os definiré que existen distintos tipos de Looners, los «no-poppers» que viven este fetichismo manipulando, tocando y disfrutando de la apariencia de los hinchables y los «poppers«, aquellos que solo obtienen placer sexual cuando hacer estallar los globos. Imagino que un Looner popper disfrutará del acto de hinchar el globo y la culminación de su «orgasmo» vendrá con el estallido final… (¿no es siempre así?).

En definitiva, sean de un tipo o de otro, mantenedlos alejados de los castillos hinchables. El espectáculo puede no ser apto para niños, #EstamosLocos?

Así que, si sabemos que nos van a etiquetar, que nos van a manipular, que nos van mirar con lupa cada cosa que hagamos, donde actuemos y con quien, por lo menos no lo pongamos fácil. Que se esfuercen más, que trabajen más, que analicen nuestras friqueces y traten de darle nombre, a fin de cuentas, cobran por ello.

Y hasta aquí el artículo de hoy, hay muchos más medios para escapar a la norma, muchas más vías de evacuación de lo preestablecido ¿se te ocurre alguna? Es el momento de utilizar la zona de comentarios. Charlemos un rato.

Hasta pronto,

J

Un juego perverso

No podemos evitarlo, lo malo nos llama mucho la atención.

badthings

Sentimos debilidad por lo negro, por lo oscuro, por lo peligroso. Creemos que tenemos nuestra vida centrada en la zona de la luz y que estamos cómodos allí pero el lado oscuro nos susurra constantemente. Nos molan los malos de las películas, nos identificamos con los seres ambiguos y torturados, disfrutamos con las criaturas siniestras y necesitamos de esas dosis de perversión para ser completos. Sabemos que no debemos tocarlo, no debemos adentrarnos, pero está ahí, tan cerca!

Somos sombra y luz, Yin y Yang, tigre y dragón, búho y alondra. En definitiva, somos duales, tenemos muchas facetas y muchas caras, unas mas amables que otras pero todas nos conforman.

Yo me reconozco en esto que digo, me comprendo y os aseguro que tengo mi lado oscuro y mis pasiones más inconfesables (si, inconfesables, que no las voy a decir…) repartidas en mi día a día. Y me gusta que sea así. Es importante no solo reconocerlo, sino equilibrarlo, y dejarlo aflorar cuando haga falta, cuando sea necesario o cuando sea EL momento. No hay que esperar a la luna llena o al solsticio, no se trata de eso.

Y como tenemos esa querencia, es muy fácil para algunos pocos aprovecharse de ello. Algunos visionarios aprovechan nuestras debilidades y características especiales para torturarnos y manejar nuestros instintos a voluntad. Mucho de lo que está pasando en nuestro país en estos días es un reflejo de esto. Se está jugando un juego perverso lleno de odio y de afectación, dirigido por políticos con intereses alejados del pueblo pero que recurren a ese mismo pueblo para abanderar una causa u otra. Esta manipulación me ahoga, me asfixia y me abruma.

Cada cosa que leo en estos días está cargada de grandes dosis de irracionalidad y de manipulación, yo lo veo desde fuera y lo identifico bien, no me creo ni un lado ni otro, pero imagino que estar inmerso en la vorágine debe ser distinto. Las personas se han convertido en una turba, ya no hay conciencia individual, solo colectiva y agresiva y eso me produce mucha inseguridad y desasosiego. Estamos en un mundo en el que las opiniones de cualquiera se hacen virales sin filtro y la desinformación vuela por doquier. Yo he leído mucho y he callado mucho, he estado a punto de tirarme a la piscina en muchas ocasiones y he sabido recular a tiempo, no tengo las armas ni la energía necesarias para participar en este Circus Maximus.

Desgraciadamente se nos está intentando hacer ver que en esta tensión hay lobos y corderos, víctimas y verdugos, acosadores y acosados y mucha gente se está posicionando en estas situaciones. Pero están equivocados, si se toman la molestia de retirarse un poco y de ver las cosas con perspectiva, verán que aquí solo hay lobos. Lobos contra lobos. Esto es una pelea de bandas a cara de perro y sin control. Y las turbas están manejadas con hilos invisibles pero reconocibles, como el dinero, la estabilidad, la patria, el futuro, la identidad…. Cada cual, y esto es muy personal, se agarra a lo que considera en peligro y lo defiende haciéndole el juego a los maestros de marionetas. Es triste pero es lo que somos, unos burdos muñecos que cuelgan inertes hasta que nuestro dueño nos moviliza.

Este juego perverso no me gusta así que estoy intentando aislarme, huyo de las redes sociales, esquivo perfiles implicados, evito noticias sesgadas (¿las hay objetivas acaso?). Como me gustaría poder influir para aportar cordura pero estoy a años luz de poder hacerlo así que a lo mejor me visto de negro y me voy pasadas las doce a mordisquear yugulares. Algo tengo que hacer para calmar este ansia.

wickedgame

O quizá esto se me pase escuchando el juego perverso (Wicked Game) de Chris Isaak, esa preciosa canción que formó parte de la genial banda sonora de Corazón Salvaje (Wild at Heart) de David Lynch. Esa historia de forajidos abocados al lado oscuro protagonizada por Nicholas Cage y Laura Dern. Recuerdo haberme comprado el disto de Isaak y de haberlo triturado literalmente en mi tocadiscos, mucho ha llovido desde aquello, desde que me metía esta canción en vena.

Pero nunca es tarde para volver atrás, nunca es tarde para parar, nunca es tarde para rectificar, nunca es tarde para detenernos, mirar alrededor y exclamar… #EstamosLocos?

Hasta pronto,

J

Caliente, caliente

Como aquello que cantaba hace milenios Raffaella Carrá, pero sin sus Eeeooo, Oooaaa.

caliente_caliente

Hemos pasado un verano caliente y ahora, que aún estamos en agosto pero tenemos un clima algo otoñal, vuelvo a sentarme enfrente de mi pantalla favorita, para hacer una de mis cosas preferidas. Este tiempo alejado de mi blog, de mi espacio, de mi sitio, ha sido como una especie de penitencia. Cuando encontraba de lo que hablar no tenía tiempo o conexión, y cuando lo tenía, la pereza y la procastrinación me hacían anular el impulso.

Hoy no es un día distinto, no ha pasado nada novedoso ni nada especial, pero se han alineado los planetas que rotan y se trasladan dentro de mi cabeza y, aprovechando que el ordenador estaba sobre mis rodillas, he caído sin remedio en el editor de textos de WordPress.

Y ya sabéis lo que eso significa, que mi verborrea (¿o sería mi «teclorrea»?) se desata, mis sinapsis neuronales empiezan a echar chispas y los temas empiezan a cuadrar y a situarse. Todo muy concienzudo y muy organizado ¿no lo parece? 😀

Pues como os decía, caliente, caliente ha sido el verano, y debe ser cosa de la edad que este año me ha afectado sobre manera. Y eso que estaba más delgado que de costumbre, que llevaba unos hábitos más saludables y deportivos y todo eso, y bla, bla, bla… pero yo, que siempre he sido más de chorrear sudor que de pelarme de frío he vivido en mis propias carnes la agonía del «caloret».

La faceta deportiva ha sido la peor parada. A finales de junio corría la que iba a ser mi última carrera de la temporada, bien entrenado y con un objetivo firme y alcanzable en la mira. Quería ganarme las vacaciones rebajando mi marca de los 10 kilómetros y estaba listo para ello. Con lo que no contaba, era con los agentes externos.

Aunque tenía que madrugar el domingo para la carrera, tuve que salir a cenar el sábado por la noche, era una celebración del trabajo y además me daban un reconocimiento por mis años de servicio, no me parecía bien faltar. Me porté muy bien, no bebí alcohol, cené moderadamente y me recogí como la Cenicienta, a medianoche, eso si, yo no perdí los zapatos. La cena se desarrolló en una finca al aire libre donde había de todo menos aire libre, estábamos a casi cuarenta grados y todo lo que podíamos comer y beber lo sudábamos de inmediato. Nada de toxinas al llegar a casa.

Me metí en la cama concienciado en la carrera del día siguiente pero me levanté sin muchas ganas, me vestí, me metí en el metro y me fui donde había quedado con mis hermanos runners para calentar. La pereza que sentía era extrema y después de calentar me noté un poco mareado. Pero yo, adelante, me coloqué en la línea de salida esperando que el papelón pasara cuanto antes. En movimiento me encontraba mucho mejor, iba ligero y a buen ritmo pero el calor empezaba a apretar y no hacía más que buscar sombras donde estar más fresco y desear que llegara el avituallamiento del kilómetro 5 para poder beber agua fría o echármela por encima. Llegó y lo hice.

Un kilómetro y medio más tarde todo se torció, el calor me afectaba demasiado, me agobiaba el sol y mi cabeza no respondía bien. En una cuesta abajo bastante pronunciada sentí un vértigo impresionante, como si se tratara de un gran tobogán lleno de gente e interminable. Me paré y continué caminando para no caerme redondo al suelo. El resto de la carrera, los casi cuatro kilómetros finales, los hice corriendo y andando y jodido porque mis objetivos se alejaban, cada vez que me detenía me enfadaba más y más conmigo mismo…. pero mi cuerpo estaba KO. Crucé la meta más por coraje que por convicción y cuando puede me tiré al suelo a descansar. Menos mal que mis hermanos runners estaban allí compartiendo sufrimiento y agua.

Lo que me sucedió fue un golpe de calor y tardé en recuperarme más o menos una semana, con dolores de cabeza, mareos y una sed constantes. Cuando sentí todos esos síntomas y me encontraba tan mal prometí darme un descanso y no hacer locuras a altas temperaturas, desde entonces no he vuelto a correr. Mi descanso se acaba este domingo y ya hay ganas pero mi tiempo en la «reserva» también lo he aprovechado.

Y precisamente hoy, dia en el que hablo de calenturas, me he enterado del nuevo y peligrosísimo reto que circula por las redes. El hot water challenge (el reto del agua caliente) consiste en tirarse por la cabeza un cubo de agua HIRVIENDO. ¿Se puede ser más subnormal? ¿Es que no hay límites para la imbecilidad humana? Esto es demencial, tremendo y demuestra sin lugar a duda que #EstamosLocos de remate y que nos merecemos que nos pasen cosas macabras. Hablo de la humanidad en general, sin particularizar.

De este reto hay varias versiones, para todos los «gustos». Están los que hierven su agua, se ponen delante de la cámara y se la tiran por la cabeza… los que no tienen huevos para hacerlo y esperan inmóviles a que otro les haga el trabajo y lo más peligroso, los que arrojan agua hirviendo a un tercero sin que se lo espere. A estos, les metía yo dos «guantás» que iban a estar con un golpe de calor como el mío tres decenios. Por graciosos.

¿Y que es lo peor de todo esto? No es que un adulto se fría y se genere quemaduras y cicatrices de por vida por hacer el salvaje, es su puñetera culpa. Lo malo es que estos retos los ven niños, los imitan, los improvisan y las consecuencias son terribles. Hay fotos y vídeos de niños achicharrados e incluso hay fallecidos. De hecho, una de estas historias para no dormir la protagonizan un niño y una niña que se retaron a beber agua hirviendo, la niña se desolló la garganta, le tuvieron que hacer una traqueotomia y después de varios meses en el hospital ha fallecido a consecuencia del jueguecito. Poca broma con esto.

Quizá estas cosas que nos están pasando son las  nuevas pandemias del mundo rico, las consecuencias de la globalización, de la conectividad y de, por qué no, de la gilipollez máxima del ser humano.

Me noto un poco encendido así que voy a dejarlo aquí, no quiero que la calentura acabe como la otra vez, con mareos y dolor de cabeza. Si te apetece, pon un comentario y charlemos sobre lo caliente que estamos 😉

Hasta pronto,

J

Llega «Terminator» #EstamosLocos?

terminator.jpg

Leer la prensa siempre me llena de incertidumbre. Unas veces porque tengo la sensación de que todas las noticias están empezadas y ya… para qué seguir, si me he perdido la trama. Otras porque creo que vivimos en un psiquiátrico enorme en el que todos, y lo digo bien alto, todos, estamos locos de remate. Pocas veces leemos algo normal en la prensa, esas cosas que pasan en el mundo que hay detrás de nuestras ventanas y que en cierta medida ya no nos llaman la atención porque por anormales, las hemos «normalizado».

Cosas como los refugiados, las guerras civiles, el ISIS, el petróleo, las luchas de poder enmascaradas, la economía, la corrupción, los autobuses con mensaje, Corea del norte, la violencia de género,… ¿tengo que seguir? ¿no es todo muy marciano y hasta cierto punto, muy falso?

Porque a veces me da la sensación de que todo es mentira, que todo es inducido, que una cosa es el titular y otra cosa la VERDAD esa que no nos cuentan ni nos contarán nunca y que quedará ahí oculta hasta que un conspiracionista se atreva a hacer un documental de culto que será denostado por los que ostentan el poder. Si habéis pensado que ese de las teorías de la conspiración podría ser yo, iros olvidando. Que lo mío es lo superficial.

El caso es que me acabo de enterar de una noticia que me ha helado la sangre. Y no, no me refiero a que una de las musas de este blog, Leticia Sabater haya sido ingresada por una inflamación en sus falsos labios (de arriba) y que vaya a participar en Supervivientes. Ni que otra musa (¿o muso?), la incombustible Caitlyn Jenner, haya dado una paso más en su re-adecuación sexual y se haya extirpado su pene. Ahora que lo pienso… que irónico todo, a una le sale un bulto, la otra se quita un bulto.

Pero no nos desviemos, que aunque estas noticias sean de alcance, no son lo que me trae por aquí. Lo que me ha puesto los pelos de punta es el juguetito que se ha sacado de la manga la madre Rusia, el robot FEDOR (Final Experimental Demonstration Object Research), un bicharraco capaz de manejar armas de fuego con una pericia implacable. Aunque que conste, que los rusos dicen que aunque FEDOR, de nombre ruso formado por siglas en ingles (qué «moderno» todo) sea capaz de tal despliegue, no está concebido para uso militar. Palabra de Putin.

fedor
No se a tí, pero a mi me acojona

Por lo visto, que el muchacho sea capaz que coger dos pistolas y disparar a dos manos con mayor eficacia que Billy «El Niño» es para potenciar sus capacidades motoras y favorecer la toma de decisiones…. porque él sabe hacer muchas otras cosas, como cambiar bombillas, utilizar todo tipo de herramientas o incluso conducir coches.

Y no te digo yo que no me lo vaya a creer (no me lo creo, llámame loco) pero que igual con una pelota anti-estress o con ejercicios de psicomotricidad fina se consigue eso que dicen que quieren conseguir. Ya me imagino las guarderías del futuro, todo sea por las capacidades motoras.

¿No es verdad que #EstamosLocos?

Sea cual sea el objetivo de FEDOR, dicen que saldrá en misión espacial en 2021, a mi me ha recordado mucho, demasiado, a Terminator. He recordado cuanto la disfruté en el cine aunque me llenaba de desasosiego pero como película estaba genial. Se planteaba lo mismo que otras muchas películas, comics y novelas del género, la rebelión de las máquinas. Un guerra sin cuartel basada en la inocencia y en el desarrollo de las IA (inteligencias artificiales) con fines «buenistas» que se terminan yendo de las manos.

Quizá porque las creaciones son mas «humanas» y por lo tanto, imperfectas, de lo que se les presumía. Y aprenden de ellas mismas, a superarse, a ambicionar, a crecer, a ser independientes y a arrollar con su prepotencia.

Entre tanto, buen caldo de cultivo están cocinando Trump y Kim Jong-un, el cenit de la humanidad «bien» entendida con su «cordura» en las mas altas cotas y unos egos que sobrepasan lo imaginable. Justo en el momento que llega FEDOR con sus pistolas y su buena puntería. Ay Arnold (Schwarzenegger) con lo chulo que era todo cuando era mentira.

Con este panorama no sería de extrañar que acabáramos en un mundo apocalíptico y sucio, esquilmados, dominados por las máquinas e intentando luchar por la poca humanidad que quede en nosotros. De vuelta al guetto, sin globalización y sin glamour… yo no se como se lo tomará Caitlyn, pero seguro que Leticia lo vivirá ajena, en su isla de Supervivientes, en biquini y cantando sus «pepinazos».

O si no, al tiempo.

Hasta pronto,

J

Animalicos

Ayer entró un pájaro en casa.

DSCN0577

Yo volvía de correr y mi mujer me estaba esperando en la puerta de casa con la cara desencajada. Al verme me dijo que no me preocupara, que las niñas estaban bien pero que ella no. Su rostro denotaba entre angustia, acojone y vergüenza así que yo no sabía a que atenerme.

Ella, (mi mujer) que adora el mundo animal proporcionalmente a la distancia que los separe, o sea, cuanto más lejos, mejor, había ido a vestirse a nuestra habitación y se había encontrado un pájaro en nuestra cama, como si tal cosa, con la indolencia típica del que está donde quiere. No tuvo casa para correr la pobre.

Ni que decir tiene que ya no volvió a aproximarse a la habitación hasta que llegué.

Bueno, afortunadamente era un pájaro, así que me relajé, cogí un trapo y me dirigí a expulsar al intruso con decisión. El pájaro estaba ahí, en mi lado de la cama, subido en uno de mis cojines. Feo como él solo, medio negro y destartalado. Enseguida me di cuenta, cuando intenté atraparlo y se movió por la habitación como una polilla, dándose golpes con todo, que debía estar un poco lesionado porque no volaba bien y que tenía tanto miedo o mas que mi mujer.

En unos minutos conseguí echarle el trapo encima, agarrarlo cariñosamente, sacarlo por la ventana y, a instancias de mi mujer, encerrarnos como si viviéramos en un búnker. No se como se quedó de tranquilo el pájaro pero a mi mujer le duró la psicosis todo el día. Y encima tuvimos que lavarlo todo por que el bicho nos dejó un montón de regalos en forma de cagaditas en la cama limpia, los cojines, el suelo…. un amor de visita.

Si mi mujer hubiera tenido ovarios de volver a la habitación mientras yo invitaba al pájaro a abandonar la casa la hubiera oído gritar eso de:

-«SACA A ESA COSA DE AQUIIIIIIII!!!!!»

Esa cosa…. esa cosa… esa cosa me hizo recordar….

…Que me hizo mucha gracia aquello que pasó hace unos meses en el Congreso de los Diputados cuando decidieron por unanimidad declarar a los animales «seres sintientes» dotados de sensibilidad para diferenciarlos de las «cosas». No, los animales no son cosas, no es lo mismo un perro que una bicicleta, ahí estamos todos de acuerdo. O quizá no.

Sinceramente no lo entendí del todo pero comprendo que se busque un marco jurídico que defienda los derechos, e imagino, las obligaciones, de los animales para que cosas tan atroces como el maltrato y la mutilación animal sean punibles.

En este orden de cosas, si que entiendo mas que se haya prohibido o ilegalizado recientemente la amputación del rabo de los perros con fines estéticos. O con el fin que sea, ¡yo que se! Y con esto vuelvo a lo del principio. Muchos «amantes» de los animales han estado toda la vida mutilando legalmente a sus mascotas en mor del pedigrí, de la estética o del vetetuasaber y nunca ha pasado nada.

Eso es algo que me ha chirriado desde siempre, queremos tener animales de compañía (que ya eso, si lo pensamos, es incongruente) y nos dedicamos a:

  1. comprarlos
  2. retocarlos físicamente
  3. encerrarlos

Como siempre, los seres humanos hemos demostrado ser más animales que los pobres animales, más inhumanos y más caprichosos. Nosotros, los seres sintientes por excelencia somos unos cabrones a los que se nos llama civilizados y que sin pensarlo dos veces dominamos a nuestro antojo el mundo animal, lo llenamos de protocolos inventados, de peluquerías caninas, de falsedad y de prepotencia.

¿A que va a ser cierto que los animales son más parecidos a las bicicletas de lo que pensamos? Por lo menos para unos pocos (o unos muchos) que SI que han considerado a sus animales como «cosas». Cosas con las que traficar, a las que castrar, amputar orejas y rabos, tatuar, cortar el pelo de formas grotescas, encerrar en jaulas o minicasas….

A todos estos amantes de los animales se les está viniendo encima toda esta legalidad que han defendido sin quererlo y sin querer mirar y reflexionar antes de hablar, en fin. Será justicia divina o justicia animal.

La verdad es que si miramos un poco más allá de la anécdota y de los sentimientos, todo lo relacionado con los animales es un negocio en alza. Venta, crianza, competición, alimentación, cuidados, complementos e incluso decesos.

Hace poco que yo he sido consciente de que existen empresas dedicadas a otorgar un descanso adecuado, humanizado y «caro» a los animales domésticos. Ahora es posible diseñar un funeral a medida de la mascota, una cremación o un entierro, así como el más variado y sofisticado «merchandising» funerario. Sin duda un negocio en alza, una oportunidad de negocio bestial que ha venido a generar una necesidad que antes no lo era, pero así es como triunfan los visionarios.

En mi humilde opinión, como ya dije en su día no creo que estas cosas nos acerquen más al mundo animal, ni que así seamos más tolerantes y les demos SU sitio a nuestras mascotas. Pero claro es una opinión. Seguro que tú tienes la tuya.

Pues compártela, claro que sí. En la zona de comentarios tienes todo el espacio que quieras. Yo te dejo con la que para mí es una de las canciones de la temporada y que sirvió para una campaña muy bonita sobre la adopción animal.

Hasta pronto,

J