Granos y pelos

Si no me conocierais de hace tiempo, podríais pensar, al leer el título de esta entrada, que soy un adolescente en plenitud de cambios, las hormonas, ya tu sabes. Pero no, ese época dorada y grimosa ya quedó atrás hace unas décadas. Que tiempos aquellos de bigotillo, de cambio de voz, de acné, de cuerpo a medio formar, de brazos largos, de piernas largas, de delgadez extrema. Tiempos también de correr como un gamo, de comer sin engordar, de repudiar la siesta….

Ahora vivo esa etapa con los ojos de padre y veo los cambios, los pelos y los granos a través de mis hijas. Y debo decir, que la adolescencia es insoportable. Para el que la padece en su interior, con esa lucha constante de crecer/no crecer, cambiar, sentir, y el que la padece desde el exterior, como víctima y espectador de los cambios, humores, prioridades, sufrimientos y luchas internas. Y además, la adolescencia, es fea, e incómoda, e ingrata. Pero eso no lo sabes hasta que no la superas (por lo menos la parte mas física), mientras estás dentro y sin la perspectiva adecuada, puede resultar hasta pasable, hasta el punto de que todos los que te rodean en tu franja de edad están en las mismas circunstancias. Mal de muchos…

Y si solo fuera lo físico, sería mas aceptable. Pero la adolescencia ataca a muchos niveles y el psicológico es el peor. Los cambios de humor, la exaltación de lo bueno y de lo malo, las discrepancias intergeneracionales, el darte cuenta como hijo que tus padres son ancianos que no te comprenden y de darte cuenta como padre que tus hijos están a años luz de lo que eran hace meses, que el candor y la admiración ahora se han tornado en apatía, indiferencia, decrepitud y hasta odio. Un lujo, vamos. La «vivas» desde el lado del que la vivas.

Yo aprovecho en esos momentos para mantener un perfil bajo que me haga retraerme para no saltar, que me ayude a empatizar o que me abstraiga egoistamente de la que está cayendo y es en esos momentos cuando recurro a lo que mejor se hacer, dejar que la mente divague y que mi yo físico entre en pleno «viaje astral», o lo que es lo mismo, estar sin estar.

Ya me lo decía mi madre hace muchos años: -Mira el niño, se queda embobado con la tele.

Y era verdad, mi evasión siempre era a través de la caja tonta, de los dibujos animados, de los anuncios de detergente, de los documentales de animales… Debería parecer un niño raro, como medicado, mirando la tele con la boca abierta, sin pestañear, a mi bola, en la más exquisita e interesante plenitud, en un estado de ataraxia completo y ajeno a lo que me rodeaba. Y en realidad eso no ha cambiado mucho, ahora quizá he evolucionado y ya no sufro de ese tipo de desconexiones tan potentes pero si que me flipo de vez en cuando.

En la actualidad tenemos otros muchos canales para dejarnos fluir, ya no solo la tele. Miles de ingenios tecnológicos están a nuestro alcance donde infinidad de distintos canales y opciones están disponibles para nuestro entretenimiento, o para como queramos llamarlo. Entre todos ellos, yo tengo una gran amigo en Youtube.

Y este amigo, pozo sin fondo de tutoriales, caja de pandora de trastornos y agujero negro de experiencias y vivencias me ha traído hasta aquí, hasta los granos y lo pelos. Continuemos con lo menos asqueroso.

LOS PELOS

Hace años me gustaba ver en televisión los programas de Tabatha Coffey, una especie de «pesadilla en la cocina» en la que se sustituían los restaurantes por peluquerías y salones de belleza. Una mezcla interesante de gestión de negocios y de telerrealidad, donde todo partía de un entorno caótico, sucio y catastrófico y que terminaba en pura belleza, plenitud y éxito empresarial. Si a todo aquello se le añadían la parte más humana, para bien o para mal, las decisiones, las prioridades, los errores y los dramas familiares y personales, el resultado era gozosamente catárquico.

Quizá gracias a ello siempre me he atrevido a cortarles el pelo a mis hijas, a peinarlas para sus competiciones y a hacer esos arreglos capilares que parecían insignificantes para acudir a un profesional. Si querían flequillo o trenzas de boxeadora su padre buscaba un tutorial y al lío. Con este bagaje no es de extrañar que un día apareciera en mis sugerencias un vídeo sobre cambios de look y de ahí a toda una colección de tintes de colores, cortes de pelo, cambios radicales, estilismos absurdos. Los mejores y los peores peluqueros y estilistas muestran su trabajo, es un canal perfecto para la publicidad al fin y al cabo y ahí estoy ya para ver tendencias, aciertos y muchos errores.

LOS GRANOS

Esta parte me resulta mucho menos justificable, aunque debo reconocer que explotar granitos (o granos) siempre ha sido una de mis actividades favoritas. Siempre los puntos negros antes que los granos de pus, que siempre ha habido categorías.

No se en que momento apareció en sugerencias un vídeo de unas clínicas de estética especializadas en tratamientos de acné, o lo que viene a ser lo mismo, vídeos de personas explotando granos (muchos) a otras personas. Unos vídeos que debo reconocer como tremendo placer culpable, me enganchan y me desagradan a partes iguales, o no del todo. Creo que me desagradan más pero no puedo dejar de verlos, siempre al borde de la nausea, pero…

Esas incisiones, esos cúmulos de grasa, esas heridas sanguinolentas… son tan sumamente asquerosas y a la vez, tan sumamente adictivas. Yo me considero un completo abducido pero vosotros, debéis verlos para opinar, o igual no, debéis manteneros al margen y escapar de esta atracción tan cochina. Sea como fuere, os dejo una muestra y allá vosotros y las consecuencias 🙂

En fin, pelos y granos, glamour y asco, como la adolescencia, como la vida.

Y tu, eres más de lo uno o de lo otro? Hay algo raro que suelas consumir en esa privacidad tan tuya, tan personal y tan independiente? Pues coméntalo, somos tu grupo de terapia, nada de lo que digas será juzgado, nada será bueno o malo, dale.

Hasta pronto,

J

Resiliencia

Buenas noches.

Estaba yo aquí en soledad disfrutando de «mis momentos», escuchando el último disco de C. Tangana, dejándome llevar por el balanceo de la música y de la sensación íntima de la luz bajita y me he dicho:

-Joder J, hace mil años que no escribes en tu blog.

-Que qué?, sujétame el «cubata».

Y dicho y hecho. ordenador abierto, entrada en blanco y a irreflexionar. Y me ha entrado una sensación de gustete por la espalda que han hecho que me empiecen a salir palabras y frases de forma orgánica, casi sin pensarlas. Y entre todas ellas, una palabra, RESILIENCIA.

Una palabra a la que nos hemos acostumbrado ya de haberla oido hasta la saciedad en la última temporada. Si has estado dentro de una cueva desde hace tiempo y te suena a chino, te digo lo que es según el diccionario de la RAE.

RESILIENCIA:

Del ingl. resilience, y este der. del lat. resiliens, -entis, part. pres. act. de resilīre ‘saltar hacia atrás, rebotar’, ‘replegarse’.

1. f. Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.

2. f. Capacidad de un materialmecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha 

cesado la perturbación a la que había estado sometido.

¿Te suena ahora?

Yo he reflexionado mucho sobre esta palabra y su significado y siempre la he sentido muy cercana porque en mi forma de vivir mi vida y mis circunstancias, de forma bastante natural, siempre he tenido gran capacidad de adaptación. Y eso creo que es muy bueno porque me ha quitado de encima mucha presión, muchas frustraciones y muchas horas de terapia. Es posible que alguien me pueda acusar de ser un «pachorra», de ser excesivamente pasivo o que tengo «sangre de horchata», que haya personas que al ver mis reacciones piensen que hay circunstancias, eventos o situaciones que no me afectan o que me la sudan directamente. Y no, no están en lo cierto. Pero tampoco me voy a extender.

Resulta que de tanto oír esta palabra he llegado incluso a pensar en tatuármela. Estaría bien porque como concepto me gusta pero de momento he desistido, y tengo tres razones muy poderosas para no hacerlo.

Razón de desistimiento número 1

La palabra, que no el significado, está tan de moda que se ha convertido en una suerte de «Best Seller» de los tatuajes. Este término es a la tinta en la piel como el Código Da Vinci a los libros de consumo masivo. Y eso de ser otro mas, amiguis, me da mucha pereza.

Razón de desistimiento número 2

Últimamente, a mis cuarenta y todos, me estoy convirtiendo en un ser viejuno y rancio para algunas cosas, y una de ellas es para la manía que tenemos de tener todo nomenclaturizado, estanqueado, definido, delimitado, etiquetado y contrito. Reducir una expresión, una sensación o una vivencia a un vocablo me parece, en cierto sentido, limitante. Nos estamos haciendo esclavos de la semántica, que le vamos a hacer.

Razón de desistimiento número 3

Para mí la razón mas superficial y a la vez mas importante, que esta palabra NO me gusta. No me gusta ni morfológica ni fonéticamente. Y ahí, uno que siempre busca cierta belleza en todo lo que le rodea, no puede permitir que algo «feo» esté presente. Me recuerda demasiado a otros términos como residencia, resistencia o pestilencia. Y además, es que es una palabra rara, pero no rara y chula como CALISTENIA, es rara y fea. Como siempre, en lo que a gustos se refiere, es solo MI opinión.

Recientemente he publicado una relación de las palabras más molonas, a mi parecer, en mis cuentas de redes sociales así que, si no me sigues, hazlo y descubrelas. Si ya lo haces, te reto a que propongas las tuyas. Me ha parecido muy interesante estudiarme el diccionario y encontrar esas palabras que por una cosa u otra, han logrado pasar el filtro, mi filtro, y convertirse en #palabrasmolonas

Y así, poco a poco, letra a letra, palabra a palabra, párrafo a párrafo, esta entrada se convierte en una resiliente forma de escritura, adaptable y poco encorsetada… o poco pensada que dirían los más puristas. Es cierto que de una palabra, una expresión y un sentimiento he hilado y tirado de la manta y que de una cosa me he ido a otra pero claro, es que no estoy escribiendo un ensayo, estoy haciendo la entrada que quiero en mi blog personal y eso, además de meritorio, es muy personal y poco ortodoxo, no crees?

Ahora, si te fijas, hay todo un recorrido perfecto en esta entrada y mucho mas de lo que en principio pretendía, que realmente era volver a retomar un poco de aquello que me trajo aquí hace años. Hay palabras, hay explicaciones, hay definiciones, hay intenciones, hay desistimientos e incluso hay una vuelta de tuerca en forma de promoción y reto. Muy completito lo veo yo para no tener pretensiones. Así que ahora, una canción y a dormir, porque la vida sin música, es una mierda.

Hoy eligo para nosotr@s una canción que ya tiene algunos añitos, del 2017 concretamente, pero que gracias a Tik Tok y al remix que ha hecho David Guetta se ha convertido en un himno en este ya extinto verano de 2021 (por lo menos en el hemisferio norte). Love Tonight, de Shouse es un canto al amor, a la libertad, a la liberación y a la vuelta a la normalidad después de unos momentos duros, duros. Podría ser mas apropiado para esta entrada? 🙂

Si te ha gustado la canción, o la entrada, o ninguna de las dos, o una si y la otra no… ya me entiendes. Cuéntamelo en comentarios y ya de paso me dices cuánto de resiliente eres. Hablemos un rato.

Hasta pronto (espero no tardar tanto la próxima vez.)

J

Añadir título

Pues señoras y señores, esto se acaba.

Como dice mucha gente, que le vayan dando al veinte veinte. Unos días y adiosito, querido. Aunque ahora que lo pienso, eso de «querido» no será para la mayoría. Si algo ha sido este año es inusual y cabrón, de una manera muy loca y muy perra y para mucha, mucha gente, ha sido el peor año de su vida.

Contrariados, golpeados, malheridos, fallecidos, despedidos, arruinados…, jodidos y descontentos, este año va a pasar a la historia en gran parte por el gran reset que hemos tenido que hacer la mayoría. Hemos perdido la libertad que conocíamos, o mas bien, la forma en la que hacíamos las cosas y que nos creíamos que era nuestra LIBERTAD individual y colectiva (que tarados!). Nos hemos llevado las manos a la cabeza diciendo que esto que estaba pasando era ciencia ficción, que si nos lo contaran no lo creeríamos, que si nos contenemos, que si luchamos, que si luchamos contra los que luchan, que si conspiramos, que si conspiran, que si nos manipulan (¿ahora vienes con eso?), que si…. que no… que si bla, bla, bla.

Pero también ha sido un año positivo para otras personas que han sabido reinventarse, moverse o adaptarse a las circunstancias y sacar un rédito. Lo que para la mayoría es crisis, para una minoría selecta y atrevida, es oportunidad y eso hace que se equilibre un poco la balanza. Cuantos avispados y cuantas empresas han ganado en este fango pandémico, y no solo al rebufo de los caídos o de los desasistidos. Han surgido verdaderas posibilidades de negocio, de cada restricción, de cada normativa, de cada retroceso…. No ha sido un fifty fifty, que no, pero es que nunca es así y no podemos hacernos ahora los locos pensando que lo JUSTO es que exista un paralelismo entre lo bueno y lo malo. El karma no funciona así ya que en general, en muy general, las situaciones malas son sobrevenidas, pero las buenas requieren de un proyecto, un desarollo y una ejecución (y si, de una aprobación también).

Recordáis el refrán, «a río revuelto, ganancia de pescadores»…. pues eso, los pescadores pescan, el rió se esquilma y los demás que no son pescadores, a dos velas. Estar en el lugar adecuado en el momento adecuado y con la mente enfocada es fundamental. Con esta premisa también te puedes estrellar, vamos que puedes, pero ¿y si no?

Pues en definitiva, esto va a ser el resumen del año que pronto acaba, negro, negro, negro, blanco, negro, negro…..

Y hay tanta gente esperando que este año acabe que no se están percatando de que las circunstancias en las que estamos no van a cambiar el 1 de enero. Hay personas esperando a recuperar sus vidas como eran antes, sin haber aprendido ninguna lección, millones de individuos que no van a sacar nada en claro de lo que nos ha pasado y lo que nos está pasando. Son esas personas que se han visto forzadas a hacer un paréntesis en sus vidas, que no han pensado, que no han actuado, que no han reflexionado, que no han asimilado que lo que estamos viviendo es tenebroso y decepcionante, pero también único. No culpo a esas personas que creen vivir en un mundo paralelo donde las responsabilidades y las respuestas siempre las tienen que asumir otros, siempre las tienen que dar otros, no solo no puedo culparlos, incluso puedo entenderlos.

Aunque también te digo, muchas de las cosas que han pasado en los últimos meses me han dejado muy mal sabor de boca, una sensación de desasosiego abrumadora y se ha afianzado en mi cerebro la sensación no contrastada de que esto que nos pasa como sociedad lo tenemos merecido, que el planeta nos está poniendo a prueba, que el planeta se está defendiendo y que quizá, solo quizá, esto no se quede así y pase al ataque. Como individuos podemos ser adorables pero como sociedad, como turba, somos insostenibles y desquiciantes. Somos egoístas y perversos, que le vamos a hacer, es nuestra naturaleza. En el «primer» mundo estamos tan acostumbrados a tener y a salir impunes que esto nos supera. Esta pandemia es un zasca! en nuestras bocas de dientes perfectos.

Parece que tengo la intención de ser catastrofista pero no es así, esto que digo ya lo sabemos todas y todos. Que hagamos algo con esa información ya va en cada uno, pero ya estamos enterados, esto no es profundo ni sesudo ni concienzudo, esto es superficial, descerebrado e irreflexivo. #EstamosLocos? pues claro, si no, ¿como nos aguantaríamos? Que nos den nuestra pastilla verde y a descansar.

El Xanzolam de Beth Harmon (Gambito de Dama)

Sea como fuere, pase lo que pase, en un par de días estaremos celebrando la Nochevieja y el Año Nuevo, algunos se sentirán renovados y harán nuevos planes, otros seguiremos en modo perfil bajo y seguiremos, como tantos y tantos cierres de ciclo anteriores, pensando que es una noche más, un día más y que no hay puntos y aparte.

No será gracias a mi aportación pero el aire se llenará de propósitos nuevos, de listas, de balances, de arrepentimientos, de lecciones, de buenos y malos deseos, de trucos para triunfar, de filtros de amor, de sortilegios caseros…. de esa normalidad de una noche especial. Habrá que disfrutarla, ¿verdad?

Hasta aquí la entrada especial de Navidad, ahora varias tonterías mías que casi no tienen nada que ver:

Como te habrás dado cuenta, esta entrada no tiene título, te animo a que se lo pongas tú. ¿Se te ocurre algo? ¿quieres participar en el reto? No te cortes y di lo que se te ocurra, yo escribo siempre así y no me va tan mal. Si nunca te lo has planteado, prueba a hacerlo, un comentario, una reflexión, un resumen, una frase, una foto… todo me sirve, juguemos. Y además, la carencia de título y lo hoja en blanco son unas estupendas metáforas, escribe lo que quieras, crea, comparte, propón… O pasa de todo, eso también es una elección.

Ahora voy a hacer una concesión, un reconocimiento… He escrito esta entrada sin título porque he visto que WordPress me ha felicitado por el séptimo aniversario de este blog y he dicho, ¿pero bueno? ¿como voy a tener un blog sin entradas? Pues aquí está, casi sin pensar, un ratillo después. Por si no me lo dices tú, y mis abuelas ya no están para hacerlo, ya me felicito yo por todos estos años al otro lado de tu pantalla. Y ya te doy las gracias desde aquí por ponerle título a este post, por felicitarme y por leerme, eso se valora mucho, mucho.

Y tres, como no podía ser menos, una canción. No hay celebración, ni festejo, ni pandemia sin música. Y esta me la regalo yo. (Siento defraudar pero no es un villancico, ya hablaremos de eso). Hazy Shade of Winter es una creación de Paul Simon, grabada en los 60’s por Simon & Garfunkel, versionada por cientos de artistas y que se ha incluido en infinidad de bandas sonoras de películas y series. Una de mis interpretaciones favoritas, la de The Bangles (lo se, me pueden las chiquillas roqueras). Pero para salir de mi zona de confort, os dejo la original.

Feliz Año nuevo, cuidaos mucho y disfrutad.

J

Yo pasaba por aquí….

car-1284040_1920

Sinceramente no se lo que me trae aquí ahora mismo después de diez meses sin venir. Impulsos he tenido muchos y todos se han quedado en el sofá o en la cama, tapaditos y a buen recaudo, cocinándose en su jugo y con aliño de pereza, apatía, procrastinación y la falsa idea de una vida ajetreada (que sí lo es) que no da tiempo para nada (aquí viene la excusa).

Demasiadas veces he tenido en mente cosas que quería contar pero las ganas se han escurrido de mis dedos como los sueños cuando suena el despertador y se desvanecen poco a poco hasta que se convierten en la nada más absoluta, negra y lejana. El duermevela de muchas noches me ha servido para idear y estructurar artículos grandes, entradas pequeñas, anécdotas potentes, imágenes reveladoras e incluso para bosquejar lo que podrían ser los primeros borradores de lo que, en un futuro más o menos lejano y con mucho trabajo tedioso, se convertiría en un libro.

Y me da rabia ser así de capullo. Porque yo esto lo disfruto. Tanto el proyectar una historia, desarrollarla mínimamente, hacerla crecer en forma de letras, frases y párrafos hasta expresarla en un texto completo, expresivo, natural e irreflexivo. Es que nos hacemos «daño» deliberadamente muchas más veces de las que queremos o de las que nos merecemos y parece que eso nos alimenta y nos centra en una falsa realidad, que a fin de cuentas es la que terminamos contando, creyéndonos y al final asimilando como de VERDAD Universal.

¿Por qué somos tan deshonestos?

Yo no voy a contestar, a ver si os vais a creer que después de diez meses escondido, una pandemia, un confinamiento y unos rebrotes everywhere mi filosofía de vida ha cambiado y ahora soy más intenso, #EstamosLocos? Este blog sigue llamándose como se llama y su autor y su línea editorial siguen en las mismas vías de tren, la superficialidad, el brilli brilli y el humor cotidiano (aunque a veces no tenga ni puta gracia) son el Leitmotiv de este espacio.

Pero es que yo soy así, a veces pienso cosas elevadas pero no entro en discusiones sesudas, para eso ya están otras y otros, a los que pensar y expresarse se les da mejor. Yo siempre he sido más de tirar la piedra y esconder la mano, una viborilla sibilina si te apetece verlo así. No puedo pretender ser quien no soy, o mejor que eso, no debo renunciar a mi propia naturaleza. Mi obligación, como la de todos, es explorar en lo que somos buenos, en nuestras habilidades, en nuestros puntos fuertes y explotar todo lo que nos hace únicos y especiales.

Dicho esto, que como introducción está extensamente genial, entre las cosas que se me han pasado por la mente en estos meses estaba la de retomar mis reseñas literarias. Lo malo es que no he leído nada digno de tal actividad. Ninguno de los libros que he consumido me ha gustado como para percibirlo con los cinco sentidos, que es como a mi me gusta leer, disfrutar y reseñar (si nunca has leído ninguna, aquí te dejo un enlace). Las novelas que más me han gustado siempre se han quedado a medias, creo que para algunas cosas tengo el listón absurdamente alto. Alguna incluso me han parecido malas de remate, tan malas que lo que me pedía el cuerpo era coger al autor/a y retorcerle las entrañas. Pero eso no está bonito.

También se me pasó por la cabeza reseñar alguna serie pero ahí me siento un intruso. Creo que no solo se puede hablar en términos de me gusta/no me gusta y quedarnos tan anchos. Ahí hay que profundizar y entender, no digo que con los libros no hay que hacerlo, que también, pero me resulta más sencillo. En definitiva, era un descarte obvio, NEXT.

Una entrada segura debería haber sido la experiencia de mi última carrera de quince kilómetros pre-confinamiento pero es que se me dio bien, muy bien, super bien y a mi me gusta mucho más hablar de cuando sufro y «reírme» de mi mismo y de mis limitaciones, ampollas y pájaras. No iba a sacar mucha chicha de aquello.

Tenía también muchos borradores de artículos sobre EL TEMA de estos últimos meses, desde varios enfoques diferentes pero me ha dado mucho pudor, raro en mí que soy muy poco pudoroso a la hora de mostrarme (por escrito). Sinceramente no me sentía a la altura de las circunstancias. Lo que estaba pasando en nuestro país y en el mundo en general me sobrepasaba y si bien he tenido herramientas para sobrevivir a todo este tsunami, ponerme a relatar gracias y desgracias propias y ajenas me quedaba muy grande. Para esta tarea, la superficialidad no estaba en el guión, se requerían y se requieren otros mundos interiores para hacer algo remarcable y con calidad humana, y no, no era mi terreno. Afortunadamente, de ESTO todo bien, gracias.

Dejo pendiente para un próximo artículo, siempre habrá alguno más, hablar de las personas que han pasado y/o se han quedado por aquí en los últimos tiempos, descubrimientos fantásticos y revitalizantes. Nuevas perspectivas de vida, nuevas filosofías, aire fresco… pero eso será más adelante.

Y lo de «escribir» en serio, poco se habla de eso. ¿A nadie le ha sorprendido que haya pasado por mi cabeza escribir un libro? Porque a mí sí, y si a mí sí, a vosotros debería sorprenderos también. Y no porque crea que sea posible o imposible, sino porque vosotras y vosotros sabéis que a mí, el proceso creativo, me satura y me quita las ganas. Y no se puede escribir un libro como se escribe un artículo para un blog. O estos artículos de este blog. (os prometo que cuando acabe de escribir voy a revisar el post sólo para ver si he cometido alguna falta de ortografía, el resto se va a quedar escrito como me ha venido a la cabeza, sin estructura, sin guión y sin pensarlo) 🙂

También podría haber recomendado música, que eso es muy «blanco», porque tiempo he tenido para conocer cosas nuevas, cosas viejas, cosas usadas y cosas azules, como haría una novia. Tampoco se ha dado. Pero como nunca es tarde para retomar, me voy a ir despidiendo, que para haberme puesto un ratillo a escribir e irreflexionar no van mal unas 1200 palabrejas y lo voy a hacer con música, acabando por todo lo alto. Solo os pido una cosa, escuchad la letra de esta canción y decidme que os sugiere. Independientemente de que hable de una relación amorosa yo le veo tantos matices que puedo identificarme en todo esto que os he dejado por escrito. Que la disfrutéis y que os haga pensar, que todo os haga pensar, o no, que os dejéis llevar.

Hasta pronto,

J

Las dos muertes de Roy

Roy_batty2

Hay que joderse con lo caprichoso que es el Destino, a veces.

Han pasado casi tres meses del fallecimiento de Rutger Hauer pero todavía colea lo irónico que ha sido que haya muerto en el año 2019, justo el mismo año en que vivía y moría su mítico personaje Roy Batty en la mítica e imprescindible Blade Runner.

Como dirían por ahí -¿Coincidencia?, no lo creo.

No podemos negar que este tipo de ocurrencias idealizan y aportan un valor extra a ciertas personas/personajes y que les dotan de un aura distinto. Queda hasta molón, que algo tan potente como La Muerte juegue a alinearse con sus «víctimas», que las ayude a pasar al otro plano encumbrados en una legendaria anécdota que quedará en lo más recóndito de la conciencia colectiva. Rutger Hauer pasó a la historia del cine por esa interpretación y por ese monólogo final, y este pequeño detalle de las fechas ha supuesto una especie de broche de oro genial.

Y es que Ella es así. Desde que la conocí en el Sandman de Neal Gaiman, sabía que ella sería capaz de esto y de más. Sin lugar a dudas el personaje más subyugante del cómic. Muerte, inspirada en la recientemente fallecida (como no) Cinamon Hadley no tiene Facebook, Twitter o Instagram pero no por ello pasa del postureo, píensalo. Lo de Rutger/Roy es el equivalente luctuoso a los post de los más famosos «influencers».

cinamon
La modelo Cinamon Hadley, insparación de Neal Gaiman para el personaje de Muerte

Destino y Muerte, hermanos y residentes…. donde quieran. Ellos son Eternos y hacen lo que quieren, o lo que tienen que hacer. Con desafección muchas veces y con ironía otras muchas. Porque la del actor holandés no ha sido la primera ni será la última anécdota curiosa sobre los decesos. Ya me hice eco que de lo George Michael allá por la Navidad de 2016 cuando vivió su «Last Christmas». La canción sigue sonando año tras año, pero ahora es un poco más amarga, ¿no os pasa?

Si bien estas coincidencias mortuorias causan sensación cuando se trata de personajes tan famosos y relevantes, lo cierto es que en el caso de los anónimos también se da. Os voy a ilustrar con un ejemplo muy personal.

muerte
Muerte by Dave McKean

Mi abuela materna había nacido el 10 de Diciembre de 1910 y había llevado una vida complicada, guerra civil, post-guerra, traumas varios, pérdidas irreparables… quizá gracias a eso tenía un carácter bien forjado y muy potente, lo que no quiere decir que fuera fácil. Tenía muchos ovarios y estuvo viviendo sola hasta que la edad y sus circunstancias se lo impidieron. Padeció la pérdida de su hija favorita en la ola migratoria a Alemania en aquellos años tan difíciles, la pérdida de un marido al que decía no haber querido, superó tres infartos, uno de ellos casi a escondidas para quitarse del medio sin llamar la atención…. así era ella.

Muy probable que sin proponérselo exportaba a la vida todo lo que había importado, frustración, ciertas dosis de mala leche y el estoicismo difícilmente entendible de aquellas personas que se echan todo el peso de su existencia a la espalda hasta que acaban sepultadas.

Su hora llegó el 10 de Diciembre de 2004, ingresada en el hospital y deshecha por dentro, parecía que ella había decidido cuando terminar, dando la campanada, en el día de su 94 cumpleaños.

El mismo día que mi mujer y yo nos enteramos de que íbamos a ser padres por primera vez. ¿Coincidencia….u otro ejemplo de los jueguecitos de esa Muerte gótica, magnética y entrañable? No se tú, pero yo lo tengo claro 🙂

Estos son solo unos ejemplos pero seguro que si rebuscamos en nuestra memoria o en Google (que para el caso viene a ser lo mismo) seguro que encontramos muchos mas. ¿Tu recuerdas alguno? ¿te animas a contarlo en la sección de comentarios? No seas tímid@ y charlemos un rato.

Hasta pronto,

J

Mi reino por un selfie

Acaba de sonar el teléfono y era Manuela Carmena, la Alcaldesa de Madrid.

carmena

Me llamaba como si me conociera de toda la vida, dirigiéndose a mi de tú a tú e invitándome a un evento que tendrá lugar este fin de semana donde pretende hacer balance de estos cuatro años de legislatura, rendir cuentas e informar de su plan para los cuatro siguientes, porque, como ha insistido, ella se ha presentado a la reelección.

Cuando ha acabado la grabación, no era ella en realidad pero vosotros ya los sabíais, he colgado, he encendido mi ordenador y he abierto este nuevo post. Cualquier excusa es buena para meterme en vuestras vidas y esta tiene su aquel, no me lo podréis negar.

Y hasta aquí la introducción que yo de política no suelo hablar, ni yo mismo me hago responsable de mis ideas como para ponerme intensito en plan campaña electoral. Pereza máxima. Y después de estar en la mesa electoral en los últimos comicios y meterme una jornada de diecisiete horas POR LA DEMOCRACIA, pocas cosas me apetecen menos que ahondar en este tema.

Así que voy a hablar de gente gilipollas, que me apetece mucho mas. No es que piense que la Alcaldesa lo sea, no se de donde he sacado esta asociación de ideas pero es que últimamente me encuentro a demasiados y demasiadas por ahí. Gente, que si bien no son organismos unicelulares, si que se comportan como si lo fueran, y si encima van en bandada o están al servicio de las redes sociales….

Hace poco nos enteramos que había muerto en acto de servicio una señorita que solía hacer alpinismo en bikini para fotografiarse después y hacer que sus hazañas fueran virales. La pobre Gigi Wu se precipitó al vacío en uno de sus reportajes y aunque fue capaz de hacer una llamada a unos amigos por el teléfono vía satélite que llevaba consigo, nada pudieron hacer para salvar la vida de la joven que falleció por hipotermia. Descansen en paz ella y su cohorte de seguidores voyeur. Como diría una que yo me se, ¿qué necesidad hay, hija?

gigi

Ir más allá o irse al más allá… todo por una foto, por un reto, por un puñado de seguidores o por la gloria efímera. #EstamosLocos

La señorita Wu no es la primera ni será la última que da su vida por esa instantánea. Casi 300 personas fallecieron en los últimos años a consecuencia de sacarse un selfie en circunstancias extremas, que me parecen hasta pocas con lo chalados que parece que estamos. Nos estamos empeñando en esquilmar la población pero así vamos lentos, leeeenntos. Mas insensat@s por favor.

Como el escalador chino Wu Yongning, famoso por escalar edificios a cambio de likes y buenas sumas de dinero, en su última aparición se le escaparon los quince mil dólares del contrato por un pequeño resbalón de nada, ciento noventa metros hasta el suelo y bye bye. Si queréis ver como se desploma, podéis buscar el vídeo, está, como el resto de sus logros, en YouTube.

wu

O como el fotógrafo polaco Michal Mackowiak y su esposa Hania que se precipitaron por el acantilado de Cabo da Roca en Portugal ante la atenta y desesperada mirada de sus hijos pequeños que contemplaban atónitos como sus papis se acercaban tanto al borde del precipicio para hacer LA foto para desaparecer inmediatamente después risco abajo.

mihal

Y que decir del pobre Darsh Patel. A este no le dio tiempo ni a hacerse el selfie en el parque natural de West Milford, se acercó tanto a un osito de 140 kilos para hacerle unas fotillos que no fue capaz de escaparse de su amoroso abrazo, mutilado y KO en menos de lo que tarda en saltar el temporizador.

darsh

Mas o menos lo mismo que le pasó a James Crowlett en Miami, con un tiburón en lugar de un oso. Esta vez si que hubo selfie. Dicen que los tiburones no suelen atacar a los humanos si no se les provoca… a lo mejor al escualo no le gustó que subiera la foto a redes sin su autorización.. o que no lo etiquetara.

james

Pero no hay que irse tan lejos, en la estación de cercanías de Sabadell Nord vimos como una chicas se tiraban a las vías para hacerse fotos, posar sensuales y poner morritos. A veces las esperas se hacen interminables y hay que entretenerse con algo mientras llega el tren. A estas las podría haber sorprendido en plena pose y desde luego ya ninguno nos reiríamos tanto. Afortunadamente alguien con cabeza las reprendió y subieron al anden entre risas y desprecio, se les había acabado el cachondeo.

¿Y todo esto para qué? Es posible que a veces la audacia se pueda rentabilizar y en algunos casos, las experiencia extremas reporten un beneficio económico elevado y acorde con el peligro, ahí lo puedo entender. ¿pero si no es así? ¿y si solo es por tontuna y por afán de protagonismo? Ser joven en esta generación es complicado, lo se. Ya no se vive como hace cuarenta o cincuenta años, ya no se juega a lo mismo, ya no se socializa de la misma manera. Ahora la moneda de cambio son los LIKES, la popularidad se mide por número de seguidores y por interacciones. No es de extrañar que en esta escalada a la fama triunfen las ideas peregrinas y las consignas filosóficas del HIGHER, FASTER, FURTHER. Al más ALTO, más RÁPIDO, más LEJOS casi habría que añadir más GORE para actualizarlo.

Un poco de música para relajar, esto es SELFIE, de The Chainsmokers.

Ay Carmena y todo esto por tu culpa, si voy a tu evento ya nos haremos unas fotillos, tengo ideas 🙂

Y a vosotr@s, queridos e insansatos lector@s, os espero cámara en mano en la zona de comentarios.

Hasta pronto,

J

Quince mil a ritmo de tractor

tractorismo

La inspiración es una cachonda.

Tenía ganas de relataros mi última «hazaña» pero no encontraba el momento así que WordPress y mis lectores han hecho sus deberes y un subido en las estadísticas una entrada muy concreta, en la que os contaba como había sido mi primera carrera de diez kilómetros. Aunque hace unos añitos ya de aquello, me resulta muy gracioso comprobar que en lo esencial sigo siendo tan descerebrado, pasional, inocente y loco como entonces.

Ya os conté en la anterior entrada lo que había supuesto mi nuevo equipo de corredores domingueros, así que no os extrañaréis si os cuento que cuando nos propusieron irnos todos juntos a un pueblecito de Madrid a correr quince kilómetros por el campo ni nos lo pensamos. Vale que nuestro entrenador, muy motivado y motivador, nos dijo que en los avituallamientos había jamón, bocadillos de nocilla, chuches y hasta cerveza y que era una carrera no competitiva, con muy buen ambiente y que la gente iba a disfrutar. Eso eran muchos puntos a su favor.

Pues fuimos, claro que fuimos, unos se apuntaron a la carrera de cuatro kilómetros pero yo no, me vine arriba con eso de que la carrera era para disfrutarla y me apunté directamente a los 15. Sin haber corrido nunca tanto, sin haber entrenado apenas, sin gustarme el campo…. Y, lo más importante, sin mirar ni una puñetera reseña de la carrera. Fuimos Fui a ciegas y….

La carrera se llama Tractorismo Race, y de verdad que es divertida, bien organizada, no competitiva y muy chula. Destinada a todos esos corredores duros, lentos y fiables, como buenos tractores. Todo muy rústico, muy de campo, muy de andar por casa y muy amigable. Con muy buena animación para ser una carrera para nada masificada. La única pena es que mi experiencia fuera, digamos que dolorosa. Voy por partes.

La salida y la meta estaban situadas en el polideportivo del pueblo y lamentablemente para mí era el único terreno liso que pisé desde que empecé a correr. Salimos al trote y animados por un terreno falso llano que iba ascendiendo lenta pero constantemente, pero bueno, se llevaba bien. Si no se lleva bien a los poco metros de empezar mal iríamos. A los tres kilómetros y medio aproximadamente nos encontramos con lo que la organización llamaría una cuestecilla, pero que para mí era como una pared de tierra, la subí corriendo como si me fuera la vida en ello, creyendo que aquel escollo sería lo más grande a superar en el día, ¡ay que «pringao» soy!. Debo reconocer que subir aquella primera pendiente me dio un brote de empoderamiento runner que se me pasó rápido, el terreno estaba muy seco, afortunadamente este invierno primaveral no lo había convertido en un barrizal, y se me hacía complicado correr sobre un piso tan poco uniforme, lleno de pequeños peligros acechantes. He descubierto que soy un burgués urbanita para esto del correr, que le voy a hacer.

El resto del camino hasta el kilómetro cinco, donde nos iban a dar un poco de agua (si, por favor) o un poco de caldo (#amosnojodas, con el calor que hace) ya se me empezó a hacer cansino, era todo cuesta arriba, cada vez que giraba el paisaje era para enseñarnos una nueva cuesta, sin vegetación, sin sombrita 😦

Llegé a por mi vasito de agua mas o menos en buenas condiciones aunque me había parado a caminar un ratillo, para aliviar mas a la cabeza que a las piernas o al corazón, bebí, esperé a que llegaran mis compañeras, caminamos un rato para no atragantarnos y seguimos la ascensión. Esta parte, la que nos llevaría al kilómetro diez, y al avituallamiento gocho, se me hizo muy pesada, empezé a notar que los pies se me recalentaban, que me rozaban los calcetines, que me empezaban a salir ampollas, que la tierra que pisaba estaba muy dura, que aquello era un secarral cuesta arriba que no se acababa…. Traté de no mirar hacia el frente porque cada vez que lo hacía veía al resto de corredores que iban por delante un plano más alto de lo que yo estaba. No me podía creer que no fuéramos a bajar nunca de allí.

En ese trozo caminé varias veces, me agobié con el ascenso incesante (que bonita expresión) y me daba la sensación de que todo el mundo iba tan guay mientras a mí se me estaba haciendo un mundo dar la siguiente zancada. En este tramo aproveché una de mis caminatas para tomar aire, quitarme la camiseta de manga larga, cambiarme el dorsal a la de manga corta y seguir tirando, cualquier excusa era buena para no correr. Y llegaron los diez mil, se notaba desde lejos por la música, porque la zona estaba arbolada y porque había una fabulosa congregación de gente.

No nos defraudaron, había jamón, fuet, mejillones, pan, cerveza, gominolas, galletas…. era una festín, no apto para atletas normales pero si para aspirantes a tractor. Nos quedamos allí un buen rato reponiendo, descansando y charlando. Yo me fijé que lo primero que teníamos al continuar el camino era una cuesta abajo y eso me dio muy buen rollo, parecía que habíamos coronado el Everest y que ya podíamos empezar a bajar al campamento base. Unos minutos después, con un vasito de cerveza y un poco de jamón en la barriga y unas chuches en el bolsillo comenzamos el descenso.

Enseguida me di cuenta que bajar trotando por esos caminos irregulares no iba a ser todo lo bueno que yo creía, sobre todo para las ampollas que ya chillaban en mis pies (¿he dicho ya que soy un burgués urbanita para esto del correr?) así que dos o tres kilómetros de bajada mas tarde tuve que volver a caminar para calmar, esta vez, a mi cabeza que estaba hasta las pelotas de carrera y a mis pies que querían auto-amputarse. Entre correr y caminar llegué a las cercanías del pueblo con ansía viva de que aquello se acabara y con la dulce sensación de que pisaba otra vez terreno semi llano. Se me pasó pronto.

Descubrimos un último avituallamiento con cosas ricas para comer y un poco mas de agua muy cerca de la meta, pero el trazado del terreno marcado por la organización nos reservaba un par de nuevas escaladas. Fue subir una pequeña irregularidad del trazado y encontrarme a unos voluntarios que me indicaban que debía girar a la derecha, lo que me esperaba a continuación era una nueva cuesta arriba que podría haber subido a gatas si la vergüenza me lo hubiera permitido, coroné y saludé a mi entrenador que nos esperaba arriba haciendo fotos, lo de saludar fue mas bien sonreir porque ni me salía la voz, ni tenía nada bonito que decir, solo quería dejarme morir. Y de ahí, una bajada igual de tremenda, una nueva subida en la que estuve a punto de dejarme los dientes y una nueva bajada para llegar al punto de partida.

Anhelé tanto llegar al polideportivo y a la meta que casi me salto el trazado de la carrera y me meto corriendo en un riachuelo, todo por acortar, por acabar, por el The End.

Al final llegué de una pieza, no me tiré al suelo en la meta e hice la croqueta como pedían los organizadores porque no me hubiera podido levantar pero mantuve mi dignidad casi intacta. Sobro todo cuando una niña me dio mi medalla de finalista. La sensación entonces era de un agotamiento total, físico, evidentemente, y mental. Recordé que tenía unas gominolas en el bolsillo y me metí un par de ellas en la boca, el azúcar me ayudó a traerme de nuevo a la realidad. Para que luego digan que es mala 😀

Aprovechamos que ya estábamos al otro lado de la cinta de llegada para comer algo, reponer, hacernos fotos, contar anécdotas, hacernos mas fotos, ver correr a los niños, comer torreznos, hacernos mas fotos, subirnos al podio, hacernos mas fotos…. En la recogida del dorsal nos habían dado un vale para tomarnos una caña y una tapa en uno de los bares del pueblo pero yo tenía cosas que hacer y me tuve que volver a casa antes de aquello. Una pena, irme de cañas y de comilona con mis compañeros corredores me hubiera salvado el domingo.

Ahora, con los pies curados y con la resaca de la carrera superada nada malo tengo que decir de ella, era todo los que nos habían dicho y más. Reconozco, y creo que os ha quedado claro, que sufrí más de lo que quiero aceptar y he vuelto a enfadarme conmigo mismo o concretamente con mi cabeza por no permitirme disfrutar de un evento tan bien montado. Excepto en las dos cuestas finales, nunca tuve la sensación de tener las piernas en mal estado o la respiración afectada, todas mis limitaciones y mi hartazgo me lo proporcionaban mi vaga cabecita. Pero al final, terminé la carrera, recorrí los quince kilómetros y me gané mi medalla. ¿Qué podría haberlo hecho del tirón? Seguro. ¿Qué podría haberlo hecho mejor? Seguro. ¿Qué podría haberme caído rodando en la bajada final? Seguro. ¿Qué podría haberme evitado todo esto quedándome en casa? Esa no era una opción. 🙂

No salieron las cosas como me las había planteado antes de correr, salieron como salieron pero, y me ha costado llegar a esto, lo considero otro éxito para mí. El siguiente reto está por venir, pero os mantendré informados.

Hasta pronto,

J

12 meses, 12 palabras

palabras

Es la primera vez que me propongo hacer un resumen o un balance de lo acontecido en el año anterior, y fíjate a que alturas de año estamos. Ya ha pasado casi mes y medio de la Nochevieja y vengo yo con esto… Pero claro, es mi blog, es mi tiempo, son mis cositas, yo elijo que, como, cuando y con quién.

El caso es que me había planteado una entrada algo «educativa» y no se me ocurre mejor forma de hacerla que hablando de las palabras que he aprendido o que han llegado a mi vida en el ejercicio pasado. Cuando he reflexionado sobre el QUE de esta entrada me ha venido solo así que esta va a ser mi forma de contar sin contar, o de contar contando o de analizar lo que ha dado de sí el año pasado en lo que a aprendizaje se refiere. Porque todo en la vida se reduce a eso, ¿verdad? a aprender por el camino, a construirnos en «evaluación continua», en avanzar.

Si pensáis que esta entrada va a ser estructurada y definida os equivocáis. El aprendizaje ha llegado aleatorio y así va a ser como os lo muestre, todo parecido con lo pensado, medido y analizado será pura coincidencia…. Empezamos!

«HATEO»

Empiezo con esta palabra/expresión porque ya la utilicé en el anterior post y ha servido un poco de enlace…  es una deformación del término inglés HATE (ODIO) y no es ni más ni menos que lo es podéis imaginar. Este término está muy vinculado al uso de las Redes Sociales y consiste simplemente en odiar. Las Redes nos permiten un anonimato, una indolencia y una democracia totales a la hora de verter nuestras opiniones y la tendencia, en lugar de ser positiva, es de odio y de exacerbación. Por una persona que alaba hay miles que cargan negativamente contra todo con tal de defender lo suyo. El odio se ha convertido en el día a día de los comentarios que leemos. Una forma muy mezquina e infantil de defender lo propio. ¿Acaso no es ridículo imponer las bondades de lo nuestro solo denostando lo de los demás? ¿Aporta algún valor? Pues no. Yo lo se, vosotros lo sabéis y los «HATERS» (Odiadores) deberían saberlo. O no.

La parte absurdamente positiva de esto es que ahora se mide el éxito por el número de «haters» que acumulas. ¿Es mejor tener «haters» que «followers»? ¿Hay algún experto en la sala?

RAMEN

La comida asiática nunca ha sido mi favorita. Yo disfruto de mi basiquismo de hamburguesas, pizzas, pastas, ensaladas, bocadillos y tapas y ahí encuentro todo lo que necesito, satisfacción culinaria real. Pero como tampoco me niego a nada, cuando se propuso ir a cenar RAMEN a un restaurante japonés tradicional ni me lo pensé, allá que fui con la mente abierta y un poco de asquete, no lo voy a negar. No me gusta comer cosas líquidas fuera de mi casa, sopas, cremas, gazpachos…. y el RAMEN es eso, una sopa japonesa hecha con un sabroso y aromático caldo , fideos chinos (si, la receta original es china) y un montón de ingredientes añadidos a modo de topping. Lo podemos encontrar picante, dulce e incluso seco.  ¿Qué podemos encontrar en nuestra sopa (que se come con palillos) además del caldo y de los fideos? Pues un montón de cosas, porque el RAMEN puede ser de carne, de pescado o vegetariano. ¿Lo más «típico»? Pues chashu, que es carne de cerdo asada en filetes, panceta, moluscos, langostinos, un pastel de pescado blanco y rosa cocinado en espiral y loncheado que se llama naruto, algashuevo duro… y para aderezarlo, salsa de soja, semillas de sésamo, pimienta, curry, especias togarashi…

Como no esperaba nada, el resultado fue satisfactorio, cené en muy buena compañía, con un babero super molón y hasta repetí en otra ocasión. Moraleja, no te cierres, experimenta, vive.

FEMINISMO

No es que descubriera esta palabra el año pasado, ya sabía que existía, pero no estaba completamente seguro de su significado. Erróneamente interpreté que era opuesta al machismo y yo mismo, en mi propio inconsciente, le otorgaba connotaciones negativas. Para salir de dudas, os dejo la definición oficial de la Real Academia Española:

Del fr. féminisme, y este del lat. femĭna ‘mujer’ y el fr. -isme ‘-ismo’.

1. m. Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.

2. m. Movimiento que lucha por la realización efectiva en todos los órdenes del feminismo.

Así que, en resumen, donde el machismo es la actitud prepotente y de prevalencia del hombre sobre la mujer, el feminismo supone la lucha por la igualdad de derechos entre ambos sexos.

Siendo marido y padre de dos niñas, no puedo no ser feminista si lo que quiero es que mis chicas tengan las mismas oportunidades, derechos y obligaciones que los varones. Hay otros términos para lo que yo tenía en mente, pero el correcto es HEMBRISMO. Machismo y hembrismo son antónimos, machismo y feminismo no lo son.

Que se nos meta en la cabeza, como un mantra.

SORORIDAD

Al hilo de lo anterior… este año pasado ha sido muy importante en la lucha por el empoderamiento de las mujeres, plataformas como #metoo, #noesno #niunamenos o #yotecreo han dado la vuelta al mundo. El ocho de marzo fue un día muy importante en la lucha por la igualdad y por el rechazo de las actitudes machistas, del abuso, del acoso, de las agresiones sexuales. Las mujeres del mundo entero se lanzaron a la calle, se manifestaron en el Dia Internacional de la Mujer y dijeron BASTA, lo que supuso un punto de inflexión muy potente. A raíz de aquel día se empezó a utilizar este término, SORORIDAD, que supone la empatía entre las mujeres, sobre todo, en casos de violencia machista y empoderamiento.

Una pena que esta SORORIDAD solo se expanda en estos campos, desgraciadamente, en otros, las mujeres siguen siendo las peores enemigas de las mujeres. ¿Es posible que muchas mujeres tengan actitudes machistas en contra de sus compañeras? Pues si lo analizamos fríamente, si. ¿esto tiene que cambiar? Claro que sí.

CALISTENIA

Es mi palabra favorita de este año pasado. Me gusta por su sonoridad, por su mezcla, por su extensión y por su significado. La CALISTENIA busca la gracia y la belleza a través del ejercicio y es un sistema deportivo en el que se utiliza el propio peso corporal para trabajar todos los grupos musculares. No es necesario acudir a un gimnasio para su práctica sino que se puede desarrollar en casa o en el exterior, el mundo que nos rodea se puede convertir en nuestro patio de recreo y podemos aprovechar sus condiciones especiales para, a través de esta rutina de entrenamiento, sacar la mejor versión de nosotros mismos. Con esta palabra me pasó algo curioso, la primera vez que la vi escrita iba acompañada de una imagen muy sugerente, de extrema belleza aunque ciertamente confusa desde mi miope punto de vista. Quizá me guste tanto porque me entró por los ojos, por eso de que «una imagen vale más que mil palabras».

O quizá me guste porque suena a tragedia griega y yo soy muy de teatro, no se….

INSTAGRAM

Hablando de imágenes…. 2018 supuso mi incursión en esta Red Social. Yo ya tenía Facebook y Twitter y no quería mas historias pero la casualidad y otros razonamientos mucho más prácticos y que no puedo comentar aquí me llevaron al mundo de las imágenes, los «hastag» y el postureo máximo. Y yo tan contento. Me parece, con diferencia, la Red Social más entretenida. Podría pasarme la vida ahí dentro cotilleando viendo la vida virtual de los demás, pero ojo, que puede ser adictivo. El poder de las imágenes es muy potente y de ahí su éxito.

Me entretengo mucho con las publicaciones y los comentarios y de vez en cuando me dan ataques de vergüenza ajena, pero bueno eso es cosa mía, «no eres tu, soy yo».

JAB, CROSS, UPPER, HOOK, BACK KICK…

Si, ya se esto no es una sola palabra, son varias, pero son los términos de mi nueva adicción, el FITBOXING. Una disciplina que he descubierto hace meses y de la que me he hecho fiel. Mezcla de Fitness y Boxeo es un entrenamiento multifuncional donde se trabajan todos los grupos musculares con alta intensidad. Las palabras que he puesto en el título son el nombre de los golpes que practicamos y que coreografiamos semana a semana, hay alguno mas pero no quería aburriros. El año pasado fue un año de descubrimientos y esta ha sido muy interesante. Nunca me habían llamado los deportes de contacto (ni los deportes en general) y ahora ya me ves, me vendo las manos, me pongo unos guantes de boxeo chulísimos y a desestresarme varias noches entre semana golpeando el saco.

Y algún viernes, unas cervezas…. ¿No os he dicho ya que deberíais probarlo?

«SHIPPEO»

Otro término anglosajón (shipping) adaptado al catetismo nacional. Este tiene su encanto y viene a emparejar personas reales o ficticias. Es una expresión con mucho recorrido en las Redes Sociales en las que los nombres de «SHIPPEO» de una pareja real, imaginaria y siempre anhelada se convierten en tendencia. Este «SHIPPEO» viene del mundo de los comics, los lectores de la época de los 70, aproximadamente, hacían cábalas sobre las posibles relaciones de sus personajes favoritos. Muchos han sido los que han creído/querido ver una relación amorosa entre Batman y Robin, por poner un ejemplo.

El «SHIPPEO» se ha extendido desde entonces y ha invadido el mundo de las series de televisión, el cine y la literatura. Mulder y Scully de Expediente X, Capitán Kirk y Spok de Star Trek o Harry Potter y Hermione son algunos de los casos más relevantes. Hoy en día, el «shippeo» está más centrado en personajes reales de televisión, como los concursantes de Operación Triunfo… Alfred y Amaia (Almaia), Aitana y Cepeda (Aiteda), Alba y Natalia (Albalia) o Miki y Natalia (Mikalia).

Eso de ver el amor en los demás siempre ha dado mucho de sí, ¿no os parece encantador?

SUPERALIMENTOS

Yo siempre he sido muy de super-héroes así que todo lo que lleve el prefijo SUPER me llama poderosamente la atención. De un tiempo a esta parte la dietética y la nutrición nos están bombardeando con una serie de términos como este que nos ocupa. Los SUPERALIMENTOS son los que tienen mayor densidad de nutrientes y se han venido utilizando por los pueblos indígenas de todas las partes del mundo para sanar y fortalecer cuerpo y mente. La recomendación es añadirlos a la dieta diaria para luchar contra el entorno tóxico en el que vivimos. Y digo yo, si estos SUPERALIMENTOS son la panacea, ¿por qué no los venimos consumiendo desde siempre? ¿por qué nos han dejado crecer y multiplicarnos a base de verduras transgénicas, bollería industrial, carnes hidrogenadas, pescados con mercurio, y aceite de palma? ¿es posible que esta regresión a lo ancestral vaya a revolucionar nuestras vidas? Económicamente hablando seguro que sí, porque, como todo lo SUPER, los SUPERALIMENTOS son caros. Pero ¿no vamos a invertir en salud? Familiarízate con estos nombres: kale, miso, kéfir, tempeh, verduras crucíferas, brotes, agua de coco, chlorella, spirulina, maça, chia, bayas açai, bayas maqui, jenjibre….

Como diría mi abuela, ¡déjate de tontás y cómete una buenas patatas con carne!

SALICORNIA

Es otra palabra, que por su sonoridad, se ha convertido en una de mis favoritas. Es una planta pequeña y carnosa que proporciona un fuerte sabor salado. Hoy en día que la sal común se ha convertido en uno de los alimentos más denostados por su implicación en los fallos cardíacos, productos como la SALICORNIA funcionarán como fieles sustitutos. En España no está muy extendida, de uso restringido a la alta cocina, pero en países como Francia o Inglaterra está mas asimilada. Su sabor característico se debe a que es una planta que crece en agua salada o en zonas de influencia como las salinas y su nombre, a que sus hojas forman pequeños cuernecitos salados. Ahí no se han comido mucho el coco, pero oye, que me a mí como nombre me parece lo más.

Piénsalo, si fueras una planta llamada acelga ¿no te encantaría llamarte así?

PURA VIDA

O como se puede transmitir la pasión por lo que uno ama. PURA VIDA es una expresión de origen costarricense que equivale a «muy bien» pero que tiene muchas otras connotaciones, como optimismo, bienestar, abundancia, buen vivir, felicidad…. Y también es el nombre de mi nuevo club de running. De ahí lo que decía de la pasión. Porque la pasión se pega, se transmite y Jose y Laura son expertos en eso, son seres apasionados por la actividad que forma parte de su estilo de vida y saben como exportarlo. PURA VIDA ha sido una salida y también ha sido para mis hermanos runners y para mí, todo un descubrimiento. Por eso esta expresión, que no palabra, está en esta lista.

ROSALIA

Y para terminar, un nombre propio. ROSALIA se ha convertido en la artista más destacada del panorama español, con gran poderío, enorme presencia y una proyección internacional sin igual. Esta joven cantante irrumpió el año pasado con el avance de su segundo disco, EL MAL QUERER y nos ha enamorado. A mi me ha enamorado. ROSALIA no es solo un nombre, es una artista completa, con una idea muy compleja y completa de lo que es el arte, de lo que es transmitir, de los que es cantar y de lo que es un buen show en directo. Se está codeando con lo mejor de la industria y está llegando a todos los rincones del globo, el cine y la moda ya la reclaman y ROSALIA triunfa con una propuesta musical basada en lo más auténtico de la tradición española pero fusionando sonidos, imágenes y calidades reconocibles en los tiempos que corren. Si aún no sabes quién es, es que no estás en el mundo, pero no te preocupes, yo te ayudo….

Malamente, tra, tra!

Y con este soniquete, acabo con mi particular resumen. Cuéntame en los comentarios que piensas de mis palabras o dime las tuyas… o lo que quieras.

Hasta pronto,

J

Y a mis enemigos también

«Señor; líbrame de mis amigos, que de mis enemigos yo me cuidaré». (Enrique IV)

horda-furiosa

El entrenamiento de hoy, la parte final más bien porque hoy ha sido largo e intenso, consistía en series cuesta arriba. Series potentes y rápidas. Nuestro entrenador nos ha dado la opción de elegir si haríamos cuatro o cinco, cada uno dependiendo de las que pudiera hacer con calidad, cada cual a su ritmo, ya tu sabes.

Indudablemente yo lo he dicho a mi cabeza que íbamos a hacer cuatro, eran suficientes, además hoy no era un buen día, con los mocos en la garganta no podía respirar bien y me costaba un triunfo recuperar así que…. Al final he hecho las cinco, la última era de regalo, para mí y para mi cabeza. Es la forma que tenemos de «mentirnos» para no sufrir en exceso. Mi mente es vaga y hay que quererla así, con lo que yo le doy lo que quiere, el mínimo esfuerzo hasta que está convencida y ahí entra mi cuerpo, que dice, pero si podemos mas, vamos a por otra.

Yo ya sabía que iban a caer las cinco, y ella también, aunque los dos nos hacíamos los suecos, por aquello del «fartlek» (broma privada entre runners).

¿Qué que tiene que ver esta enésima batallita con el título del post de hoy? -preguntan por aquí-. Pues todo. Porque a veces siempre mi cabeza es mi peor enemigo, es la que procrastina y la que intenta boicotear todo tipo de esfuerzo. Así que ya me dirás si se merece esta entree.

Pero realmente yo venía aquí a hablar de otro tipo de enemigos, de esos que nos creamos en la Redes Sociales por el simple hecho de existir. Esos enemigos inútiles que solo sirven para que la gente que esconde su YO real tras una cuenta de Twitter despotriquen criticando, chinchando y lapidando verbalmente al que piensa distinto, al enemigo. Este ejercicio de «hateo» (del ingles, of course, HATE=ODIO) me produce tal repugnancia que hace que se me revuelva el estómago.

Parecía que este asalto a los medios, a la información en general, tan «democrático» iba a ser positivo, yo lo creía seriamente. Qué las voces empoderadas y sesgadas iban a dejar que la inteligencia global se colara entre sus dedos. Era un mundo presuntamente utópico, donde todos teníamos acceso a la información, a dar y a recibir, a diversificar, a nutrirnos de opiniones distintas, complementarias, válidas….

Y lo que nos hemos encontrado es esto, hasta Melendi lo dice en una canción: -«Para poder desahogarnos, hemos inventado Twitter»- El microblogging se ha quedado reducido a un compartimento estanco y pequeño donde el humor, el buen gusto, la poesía, los pensamientos y los gatitos son la anécdota, el resto en un puñetero campo de batalla de energúmenas y energúmenos (aquí si que quiero utilizar el lenguaje inclusivo) que vomitan odio, soberbia, ira y seguro que hasta gula.

Ya nadie se plantea conversar sin agredir, discutir encontrando puntos en común, charlar acaloradamente con respeto… ya todo eso quedó atrás, en la prehistoria del Spectrum. Lo de ahora se basa en defender lo nuestro o a los nuestros (pero no a los de verdad, que ahí le encontraría un sentido…. «por mi hija, M.A.T.O!») sino a esos nuevos ídolos o a esas ideas unidireccionales que tanto creemos que nos dignifican. Hemos vuelto, sin quererlo, al UHF, a la época de los dos rombos y al blanco y negro. Se ha perdido la gama de grises, se ha perdido el color. Muchos creen que se han ganado libertades pero.. #estamoslocos? Esas libertades las estamos tirando por la borda de nuestro yate como si de lastre se tratara.

Lo que pasa a día de hoy es que tratamos de defender lo nuestro atacando lo contrario, pero atacando a dolor, tirando a dar, y no nos damos cuenta de que esa forma altera conceptualmente todo el fondo. Decir de algo que es LO MEJOR porque lo demás es UNA MIERDA no le añade ningún valor a lo nuestro, es más, le dotamos de una mediocridad abrumadora. No es de extrañar que lo mediocre llegue lejos y que el talento se quede sumido, una vez más, en el pozo de la incomprensión.

La libertad de expresión es maravillosa, eso nadie lo va a poner en duda. Yo lo que pongo en duda es la falta de visión y de autocrítica de algunos «opinadores», esos pobres que se creen libres o a los que se les ha hecho creer que son válidos cuando lo que hay detrás de todo es un magnífico guiñol lleno de cuerdas y marionetas. Tu di esto, yo escribo esto, tu acusa aquí y ya verás como la turba nos sigue. Con un panorama así no es de extrañar el triunfo de los extremos.

Fuera del anonimato de las Redes Sociales el «hateo» está muy extendido desde siempre en el mundo del deporte, principalmente deporte mayoritario. Ese sector lleno de valores que llegan a lo más profundo y que sacan lo mejor y lo peor de los acólitos. Risas, lágrimas y cánticos por unos colores prestados y muy vívidos rozan la parodia y la sensación de «asco-pena» con cada comportamiento primario, con cada abuso, con cada agresión…

Pero no todo está perdido, a veces la aficiones dan lecciones (bonito pareado) y se comportan como gente normal y civilizada… o mucho más que eso. Hace unas semanas leí una noticia que me impactó, porque se desarrollaba en una partido de hockey hielo canadiense, donde se juega duro, muuuuuy duro en la pista y en la grada. Y es que los seguidores del Calgari Hitmen acudieron al encuentro de su equipo con un cargamento muy especial. Tras el primer gol del equipo local, la grada hizo llegar a la pista un aluvión de osos de peluche, las imágenes hablan por si solas:

Mas de 25 mil osos de peluche arrojados al hielo para repartir entre Ong,s de la zona. Una tradición aneja al hockey desde hace casi veinte años, tanto en Canadá como en EEUU y que hasta cierto punto da sentido a esa posibilidad de cambio, a esa luz al otro lado de un túnel que a veces se nos antoja demasiado oscuro. O quizá es que estas cosas pasan cerca de la Navidad y nos pillan en un momento «pico» en lo que emociones positivas se refiere.

Otro apunte, uno más sincero y tierno si cabe y a la postre, la frase que me inspiró para escribir este post que estás terminando de disfrutar 🙂

En el programa de radio que escucho por las mañanas, uno de los reporteros visita un colegio y le hace preguntas adultas a los niños más pequeños. La pregunta de ese día era:

-¿Si pudieras, a quién invitarías a tu cumpleaños?»

Un niño contestó: -A todos mis amigos, y a mis enemigos-

El reportero preguntó: -A tus enemigos, por que les invitarías e ellos?

Respuesta: -Porque si no, nunca podrán ser mis amigos.

No hay mas preguntas, señoría.

Hasta pronto,

J

Domingo

IMG_20180820_204746

Domingo.

Y la sensación extraña, entre la nostalgia y la afección, de saber que las vacaciones se han terminado y que mañana hay que volver al trabajo. Otra vez la rutina y hasta el año que viene. Por otro lado, también la sensación de confort de estar de nuevo en casa, con mi cama, mi almohada, mi habitación, mi baño, mis olores familiares…

Ayer volvimos de darnos una vuelta de quince días por el norte de España, una región que teníamos siempre pendiente de visitar, que si hace frío, que si llueve, que si yo quiero disfrutar de la playa, que si más adelante… Y este ha sido el año, ya no se ha postergado más y ni ha llovido, ni ha hecho frío, y sí, hemos disfrutado del paisaje, de conocer y de la playa. ¿por qué no hemos venido antes?

Las cosas pasan cuando pasan, no le demos vueltas.

Domingo.

Y muchas ganas de retomar cosas, ganas de ponerme de nuevo las zapatillas de running y de comenzar a sudar (aunque se que me va a costar). Ganas de ponerme los guantes de boxeo y de empezar a darle golpes al saco como si no hubiera un mañana, para destensar. Ganas de ponerme a escribir, como el que anda sin rumbo fijo.

De estas tres opciones, he elegido la tercera, la que tenía más a mano y la que he dejado ¿abandonada? por más tiempo. Así que aquí me encuentro, frente a mi pantalla favorita, que no es solo una pantalla sino un mundo abierto a cientos de personas reales y virtuales, a sus vidas, a sus quehaceres, a sus domingos. Para todos ellos van estas palabras: «Amigas, amigos, estoy aquí dispuesto a colarme en vuestras rutinas una vez más».

Para hablar de algo concreto os voy a hacer un resumen de mis vacaciones, a mi manera. Es lo típico que se hace en el colegio cuando se vuelve a las clases después del verano. Ya sabéis que mi manera es muy «particular» como las reseñas de libros que me he atrevido a ir publicando. Pues eso, aquí va el resumen sensitivo de mis días en Pontevedra.

Un OLOR

Al llegar, al desplazarnos para visitar, al volvernos e incluso cuando el viento mecía los árboles en la dirección correcta. El olor del eucalipto que me hacía rememorar otros veranos, otras personas, otros lugares y otras situaciones con ese olor intenso.

Un SABOR

Muchos, demasiados quizá para una dieta equilibrada e hipocalórica. Pero si tuviera que quedarme con uno, sería con el sabor a mar y a tradición, a comida casera y a cariño de las empanadas de pulpo con queso y de zamburiñas. Esto no me hacía acordarme de nada, es bueno crear nuevos recuerdos, ¿verdad?

Una TEXTURA

Aunque hace años odiaba la sensación, ahora me he vuelto un converso. Disfruto como un niño con el tacto de la arena del mar. Arena fina y blanca, arena gorda y rocosa, me da igual. Este año ha estado mezclada con minerales, con conchas, con grandes piedras, con musgo, con restos de algas. Todo muy guarro para mi yo de entonces, todo delicioso para mi yo de hoy.

Una VISIÓN

La inmensidad del océano, las vistas desde el monte, los pueblos de pescadores, la arquitectura concreta de los pueblos gallegos, las piedras milenarias y los paseos de madera junto al mar se quedan cortos con la visión de una cría de tiburón nadando entre nosotros. Perdida, ajena, desorientada, pero magnífica criatura que por pequeña y boba nos encantó. Si hubiera llegado su madre a reclamarla la historia hubiera sido distinta.

Un SONIDO

Aunque debería nombrar al gallo que trataba de despertarnos a diario, y que no tiene ningún mérito porque se tiraba cantando toda la mañana, así cualquiera, mis oídos se han empapado de ruidos del mar, de dos sonidos que ya son indivisibles en mi cabeza, el rumor de las olas y el graznido de las gaviotas. Esas olas indolentes y esos pájaros impertérritos (aún no tengo claro si me gustan o no) siempre llegaban a la playa a saludar.

Y para sonidos, la banda sonora del viaje de vuelta, rebuscando entre los CDs de la guantera encontré la BSO de Pulp Fiction, que hacía muuuchos años que no escuchaba y que, aunque no sea muy gallega, me reportó algunos de los mejores momentos del camino de regreso. Y de entre todas, esta fue la canción.

Y hasta aquí el resumen, yo sigo en plan domingo y a ver que depara el día, ahora el tuyo. Comparte tus momentos en la zona de comentarios y charlemos un rato.

Hasta pronto,

J