Del «Black Friday» al «Blue Monday»

Blue woman

Nos vamos a hacer bilingües a la fuerza, no me digáis que no. Llevamos ya una temporada hablando en este Spanglish que nos parecía tan gracioso al principio que no nos damos cuenta que vamos a terminar hablando como en Puerto Rico. ¿Os lo imagináis? Pues no lo veáis tan lejano, que está a la vuelta de la esquina.

Yo ya estoy bastante avanzado en el asunto, en mi empresa se habla así desde siempre. Recuerdo lo mucho que me extrañaba la forma de hablar de mis nuevos compañeros cuando me incorporé hace ya casi nueve años y ahora, tengo tan mimetizado este «idioma corporativo» que hay palabras que no se en español. Parece triste, y, en cierta medida, lo es. Incluso tengo compañeros que españolizan los términos en ingles dejando perlas como:

-«Príntame» ese documento. (de PRINT, imprimir)

-«Forwardeales» el e-mail para la reunión. (de FORWARD, Reenviar)

-«Bookea» estas facturas. (de BOOK, registrar)

Y es que en mi trabajo todo se hace en inglés, nosotros no preparamos provisiones de cuentas, sino accruals. Ni realizamos presupuestos anuales, sino budgets. Hacemos bookings en lugar de reservas, forecasts en lugar de estimaciones y trainning en lugar de formación. En cierta medida, es lógico que terminemos hablando en un idioma propio que entienden y comparten nuestros compañeros de todo el mundo. Es lo que tienen las multinacionales, que todas poseen una lengua madre por la que se rigen todos los procedimientos y los procesos. En la nuestra es el ingles, y nosotros, que somos unos snob o unos catetos, aceptamos lo que nos dan y como nos lo dan, asimilamos los términos y los hacemos nuestros.

Pero esto que pasa al nivel más íntimamente empresarial también se produce en la vida cotidiana, estamos hartos de encontrarnos negocios locales con nombres rimbombantes en otros idiomas. Desde hace años, mucha publicidad no se traduce, los mensajes se transmiten en la lengua original y el que lo pille que lo pille, si total, el que no lo pilla no entra dentro del mercado objetivo de la marca.

Así, poco a poco, vamos asumiendo términos y expresiones que nos globalizan. Desde la niña gitana llamada Iloveny, porque sus padres vieron ese nombre en una camiseta….

iloveny

… al famoso «Just do it«. Todo este vocabulario extranjero, anglosajón principalmente, que hemos ido asumiendo nos deja la mente abierta para todo lo que vaya cayendo. Ya lo he dicho muchas otras veces, el mundo angloparlante tiene, en general, y los Estados Unidos, en particular, muy buen marketing, saben vender lo suyo mejor que nadie y eso es porque tienen industria de todo y ganan dinero exportando su marca. En nuestro humilde pais, nos hemos tragado como parte de nuestra historia reciente la festividad de Halloween cuando ya teníamos nuestro propio día de difuntos, hace un par de años tan solo, instauramos el Black Friday como el top de la modernidad, y este año nos echamos las manos a la cabeza al enterarnos de que el tercer lunes de enero es el peor día de año, el más malo de todos, el peor, el más deprimente, o lo que viene a ser lo mismo, el Blue Monday.

Y nos quedamos tan tranquilos, oye.

Este concepto, porque el Blue Monday ya es un concepto en sí mismo, tiene además bastante traca. Resulta que el término es relativamente nuevo, de 2005 y está basado en una fórmula matemática que analiza valores climáticos, económicos, la sensación de haber fallado con los propósitos de Año Nuevo, el tiempo que ha transcurrido desde que acabó la Navidad, la motivación actual y la necesidad de reaccionar. No se cuanto tiempo le llevó a su descubridor, Cliff Arnal, la fórmula magistral del lunes depresivo por excelencia pero por lo menos fue financiada por una entidad privada, la empresa Sky Travel que aprovechó el descubrimiento para incentivar su negocio, los viajes.

Porque si este estudio hubiera sido subvencionado por el Estado, el British o el Spanish, me da lo mismo, la cosa sería distinta. O sea, que hay dinero para memeces y no para la ley de dependencia! Y claro, luego está el hecho de que nos tenemos que creer que esto es así, porque como son matemáticas puras y duras no hay lugar a engaño, verdad verdadera. Da igual como te encontrases el lunes pasado, como estuvieran tus biorritmos, tu motivación o tus ganas, si en la tele dicen que es el día más triste, pues a cambiar la cara, todos «blue«.

Esto de los estudios es demencial, no me digáis que no. Yo creo que en las Universidades no saben en que invertir el dinero que les llega por la cara y lo dedican a hacer encuestas y estadísticas absurdas que luego publican y publicitan, tienen todo un tinglado montado en aras de la investigación, el desarrollo y el progreso. Esta misma mañana, en la radio se han hecho eco del último hallazgo….

Por lo visto, está demostrado (no sabemos muy bien como) que los jueves son los días más propicios para tener acercamiento con la pareja. Los investigadores del London School of Economics and Political Science han llegado a la conclusión de que estos días, repito, los jueves, los picos de hormonas sexuales están en su máximo nivel, o lo que viene a ser lo mismo, toda una orgía de testosterona y de estrógenos. Así que ya sabéis, ahora no hay excusas que valgan, si hoy es jueves, toca. El mito del sábado sabadete tiene los días contados.

Pero mira, aquí, los investigadores de la Gran Bretaña, se han dejado el concepto que podría revolucionar la vida sexual mundial, solo tenían que darle un nombre bonito a esto y ya estaría. Cada jueves, los telediarios abrirían sus ediciones hablando de los…. ¿Sex Thursdays? ¿Hot Thursdays?…. mejor, siguiendo la senda de la gama cromática, los «Red Thursdays«. Red (rojo) por la pasión, por el morbo, por la libido y porque así es como se marcan en el calendario los días importantes.

Ay, qué cándidos han estado estos investigadores! Pero bueno, yo siempre estoy aquí para echar una mano (sin guarradas….).

Hasta pronto,

J