Las dos muertes de Roy

Roy_batty2

Hay que joderse con lo caprichoso que es el Destino, a veces.

Han pasado casi tres meses del fallecimiento de Rutger Hauer pero todavía colea lo irónico que ha sido que haya muerto en el año 2019, justo el mismo año en que vivía y moría su mítico personaje Roy Batty en la mítica e imprescindible Blade Runner.

Como dirían por ahí -¿Coincidencia?, no lo creo.

No podemos negar que este tipo de ocurrencias idealizan y aportan un valor extra a ciertas personas/personajes y que les dotan de un aura distinto. Queda hasta molón, que algo tan potente como La Muerte juegue a alinearse con sus «víctimas», que las ayude a pasar al otro plano encumbrados en una legendaria anécdota que quedará en lo más recóndito de la conciencia colectiva. Rutger Hauer pasó a la historia del cine por esa interpretación y por ese monólogo final, y este pequeño detalle de las fechas ha supuesto una especie de broche de oro genial.

Y es que Ella es así. Desde que la conocí en el Sandman de Neal Gaiman, sabía que ella sería capaz de esto y de más. Sin lugar a dudas el personaje más subyugante del cómic. Muerte, inspirada en la recientemente fallecida (como no) Cinamon Hadley no tiene Facebook, Twitter o Instagram pero no por ello pasa del postureo, píensalo. Lo de Rutger/Roy es el equivalente luctuoso a los post de los más famosos «influencers».

cinamon
La modelo Cinamon Hadley, insparación de Neal Gaiman para el personaje de Muerte

Destino y Muerte, hermanos y residentes…. donde quieran. Ellos son Eternos y hacen lo que quieren, o lo que tienen que hacer. Con desafección muchas veces y con ironía otras muchas. Porque la del actor holandés no ha sido la primera ni será la última anécdota curiosa sobre los decesos. Ya me hice eco que de lo George Michael allá por la Navidad de 2016 cuando vivió su «Last Christmas». La canción sigue sonando año tras año, pero ahora es un poco más amarga, ¿no os pasa?

Si bien estas coincidencias mortuorias causan sensación cuando se trata de personajes tan famosos y relevantes, lo cierto es que en el caso de los anónimos también se da. Os voy a ilustrar con un ejemplo muy personal.

muerte
Muerte by Dave McKean

Mi abuela materna había nacido el 10 de Diciembre de 1910 y había llevado una vida complicada, guerra civil, post-guerra, traumas varios, pérdidas irreparables… quizá gracias a eso tenía un carácter bien forjado y muy potente, lo que no quiere decir que fuera fácil. Tenía muchos ovarios y estuvo viviendo sola hasta que la edad y sus circunstancias se lo impidieron. Padeció la pérdida de su hija favorita en la ola migratoria a Alemania en aquellos años tan difíciles, la pérdida de un marido al que decía no haber querido, superó tres infartos, uno de ellos casi a escondidas para quitarse del medio sin llamar la atención…. así era ella.

Muy probable que sin proponérselo exportaba a la vida todo lo que había importado, frustración, ciertas dosis de mala leche y el estoicismo difícilmente entendible de aquellas personas que se echan todo el peso de su existencia a la espalda hasta que acaban sepultadas.

Su hora llegó el 10 de Diciembre de 2004, ingresada en el hospital y deshecha por dentro, parecía que ella había decidido cuando terminar, dando la campanada, en el día de su 94 cumpleaños.

El mismo día que mi mujer y yo nos enteramos de que íbamos a ser padres por primera vez. ¿Coincidencia….u otro ejemplo de los jueguecitos de esa Muerte gótica, magnética y entrañable? No se tú, pero yo lo tengo claro 🙂

Estos son solo unos ejemplos pero seguro que si rebuscamos en nuestra memoria o en Google (que para el caso viene a ser lo mismo) seguro que encontramos muchos mas. ¿Tu recuerdas alguno? ¿te animas a contarlo en la sección de comentarios? No seas tímid@ y charlemos un rato.

Hasta pronto,

J

Soñando

morpheus

Cuando pensamos en el mundo de los sueños la primera imagen que se nos viene a la cabeza es siempre positiva, nos imaginamos un mundo donde todo es posible, donde las leyes físicas han cambiado y donde las imágenes evocadoras surgen por doquier. El mundo de los sueños se nos presenta amable y colorido, es un refugio, un santuario, el mundo ideal para vivir porque todo es felicidad…. Y eso os pasa a algunos, a los que hemos leído los comics de Sandman, de Neal Gaiman nos ocurre básicamente lo contrario, que estamos convencidos de que el mundo de los sueños es oscuro e intrincado y que no es más que un reflejo del mundo real. Así, que si aún no habéis disfrutado de las historias de Morfeo, no os adentréis, insensatos, y seguir viviendo y disfrutando de vuestra ignorancia.

Dicen los entendidos que todos soñamos, que nuestra mente genera este tipo de visiones, tal vez, para liberar el estrés diario o quizá sea nuestro subconsciente que se interna en nuestros más recónditos miedos y deseos para mostrárnoslos. Sea como fuere, los sueños existen y son generados, aunque nuestro cerebro posea a veces una incapacidad terrible para recordarlos. A lo mejor es un mecanismo de defensa contra todos ellos, los buenos y los malos. Los buenos, para quitarnos esos anhelos oníricos imposibles de conseguir y los malos, para evitarnos sufrimientos innecesarios.

Imagino que a todos nos ha pasado eso de despertarnos en mitad de un sueño y a medida que el cuerpo toma conciencia de su nueva situación, el mundo onírico se va diluyendo y finalmente, olvidando. No se a vosotros, llamadme loco, pero a mi me resulta muy frustrante. Intento con todas mis fuerzas aferrarme a él pero se me escurre de la mente tan rápido como la espuma del champú cae de mi pelo con el agua caliente. Me joroba enormemente olvidarme así de las cosas, sentirme arrancado de una historia que estoy viviendo, aunque en realidad no sepa, ni nunca llegue a saberlo, si era positiva o negativa.

Pero hay algo excepcional que a mi personalmente me da mucho que pensar, esos sueños reiterativos, esos sueños…, pesadillas mas bien, que se repiten y repiten. Si todas las noches nuestro cerebro se va de marcha al mundo de los sueños, y en teoría cada día vive una aventura distinta, basada en lo vivido en la realidad, ¿por qué somos capaces de recordar sólo una misma imagen, o una misma sensación, o un mismo escenario? No me digáis que no es curioso… De todos los posibles sueños diarios, solo es recurrente uno, y siempre uno malo, para que vamos a engañarnos. A mi me pasa con uno en concreto que me produce mucha desazón.

Hace unas semanas, mi bloggeramiga Sonia Le Lo publicó en unos de sus blogs, Bitácora de Fotografía el trabajo de un excelente fotógrafo llamado Luis Beltrán, pera ilustrar el post eligió la siguiente foto:

A sus pies. Luis Beltran, 2009
A sus pies. Luis Beltrán, 2009

Un imagen espectacular, de una belleza extraordinaria pero que a mi me produce un terrible desasosiego. Esta foto se parece mucho a mi pesadilla recurrente.

En mi sueño, yo no estoy en un columpio, que ya de por si me daría bastante miedito, pero si que estoy en lo alto de algo con toda la ciudad a mis pies, la sensación no es agradable sino todo lo contrario, me encuentro de pie allí subido en algo que no es totalmente fijo y la superficie es más pequeña que el tamaño de mis pies. En todo momento siento la amenaza de caer al vacío e infinidad de veces he intentado hacerlo para acabar con esa sensación. Nunca he sido capaz, mi tormento es estar ahí, a la espera de una caída que nunca llega. Yo no se interpretar los sueños, pero este parece bastante sencillo, ¿Incapacidad? ¿Inseguridad? ¿Inestabilidad? Seguramente todas.

No deja de resultarme curioso cómo funciona nuestro cerebro y como es capar de dibujar estos sentimientos, esa imágenes irreales son a veces tan vividas que asustan, quizá es la mejor forma que tenemos de sufrirlas o disfrutarlas, metiéndonos de lleno en ellas con todos nuestros sentidos.

Y hablando de sueños, luego están los otros, los que pertenecen al ámbito de los anhelos, los objetivos, las metas a cumplir. Estos son distintos, son reales, son cuantificables, y son medibles. Sin estos, no deberíamos vivir, debería ser necesario que todos hiciéramos un ejercicio de introspección para saber con claridad cuales son nuestros objetivos en la vida y trazarnos un camino para llegar a alcanzarlos. No se trata de describir propósitos imposibles ni emprender caminos que nos lleven a todo lo alto, los sueños cercanos, realistas y accesibles pueden parecer menores pero también son gratificantes. Tratar de conseguir modificar alguna parte de tu carácter, dejar de fumar o aprender a relacionarte mejor con los que te rodean también son proyectos posibles, no todos podemos ser presidentes del gobierno, ni estrellas de rock, ni top models, ni los descubridores de la cura del cáncer. Estas metas personales son las que nos van a servir de guía en nuestro camino y en nuestro desarrollo así que no hay que perderlas de vista, no podemos dejar de soñar, no debemos perder esa parte, aún a pesar, de que de vez en cuando, nuestros sueños se tornen en pesadillas.

Ayer mismo, estaba dando de alta en nuestra base de datos del trabajo a una empresa-cliente nueva de Portugal que se llama Chasing Dreams (persiguiendo sueños) y esa expresión es la que me ha inspirado para hablaros de esto hoy, que es sábado y estamos relajados. No debéis olvidaros de que en todo lo que vivís hay una lección que aprender, así que os animo a que la aprendáis, soñando, temblando, viviendo, errando y superando límites.

Hasta mañana,

J