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Pues señoras y señores, esto se acaba.

Como dice mucha gente, que le vayan dando al veinte veinte. Unos días y adiosito, querido. Aunque ahora que lo pienso, eso de «querido» no será para la mayoría. Si algo ha sido este año es inusual y cabrón, de una manera muy loca y muy perra y para mucha, mucha gente, ha sido el peor año de su vida.

Contrariados, golpeados, malheridos, fallecidos, despedidos, arruinados…, jodidos y descontentos, este año va a pasar a la historia en gran parte por el gran reset que hemos tenido que hacer la mayoría. Hemos perdido la libertad que conocíamos, o mas bien, la forma en la que hacíamos las cosas y que nos creíamos que era nuestra LIBERTAD individual y colectiva (que tarados!). Nos hemos llevado las manos a la cabeza diciendo que esto que estaba pasando era ciencia ficción, que si nos lo contaran no lo creeríamos, que si nos contenemos, que si luchamos, que si luchamos contra los que luchan, que si conspiramos, que si conspiran, que si nos manipulan (¿ahora vienes con eso?), que si…. que no… que si bla, bla, bla.

Pero también ha sido un año positivo para otras personas que han sabido reinventarse, moverse o adaptarse a las circunstancias y sacar un rédito. Lo que para la mayoría es crisis, para una minoría selecta y atrevida, es oportunidad y eso hace que se equilibre un poco la balanza. Cuantos avispados y cuantas empresas han ganado en este fango pandémico, y no solo al rebufo de los caídos o de los desasistidos. Han surgido verdaderas posibilidades de negocio, de cada restricción, de cada normativa, de cada retroceso…. No ha sido un fifty fifty, que no, pero es que nunca es así y no podemos hacernos ahora los locos pensando que lo JUSTO es que exista un paralelismo entre lo bueno y lo malo. El karma no funciona así ya que en general, en muy general, las situaciones malas son sobrevenidas, pero las buenas requieren de un proyecto, un desarollo y una ejecución (y si, de una aprobación también).

Recordáis el refrán, «a río revuelto, ganancia de pescadores»…. pues eso, los pescadores pescan, el rió se esquilma y los demás que no son pescadores, a dos velas. Estar en el lugar adecuado en el momento adecuado y con la mente enfocada es fundamental. Con esta premisa también te puedes estrellar, vamos que puedes, pero ¿y si no?

Pues en definitiva, esto va a ser el resumen del año que pronto acaba, negro, negro, negro, blanco, negro, negro…..

Y hay tanta gente esperando que este año acabe que no se están percatando de que las circunstancias en las que estamos no van a cambiar el 1 de enero. Hay personas esperando a recuperar sus vidas como eran antes, sin haber aprendido ninguna lección, millones de individuos que no van a sacar nada en claro de lo que nos ha pasado y lo que nos está pasando. Son esas personas que se han visto forzadas a hacer un paréntesis en sus vidas, que no han pensado, que no han actuado, que no han reflexionado, que no han asimilado que lo que estamos viviendo es tenebroso y decepcionante, pero también único. No culpo a esas personas que creen vivir en un mundo paralelo donde las responsabilidades y las respuestas siempre las tienen que asumir otros, siempre las tienen que dar otros, no solo no puedo culparlos, incluso puedo entenderlos.

Aunque también te digo, muchas de las cosas que han pasado en los últimos meses me han dejado muy mal sabor de boca, una sensación de desasosiego abrumadora y se ha afianzado en mi cerebro la sensación no contrastada de que esto que nos pasa como sociedad lo tenemos merecido, que el planeta nos está poniendo a prueba, que el planeta se está defendiendo y que quizá, solo quizá, esto no se quede así y pase al ataque. Como individuos podemos ser adorables pero como sociedad, como turba, somos insostenibles y desquiciantes. Somos egoístas y perversos, que le vamos a hacer, es nuestra naturaleza. En el «primer» mundo estamos tan acostumbrados a tener y a salir impunes que esto nos supera. Esta pandemia es un zasca! en nuestras bocas de dientes perfectos.

Parece que tengo la intención de ser catastrofista pero no es así, esto que digo ya lo sabemos todas y todos. Que hagamos algo con esa información ya va en cada uno, pero ya estamos enterados, esto no es profundo ni sesudo ni concienzudo, esto es superficial, descerebrado e irreflexivo. #EstamosLocos? pues claro, si no, ¿como nos aguantaríamos? Que nos den nuestra pastilla verde y a descansar.

El Xanzolam de Beth Harmon (Gambito de Dama)

Sea como fuere, pase lo que pase, en un par de días estaremos celebrando la Nochevieja y el Año Nuevo, algunos se sentirán renovados y harán nuevos planes, otros seguiremos en modo perfil bajo y seguiremos, como tantos y tantos cierres de ciclo anteriores, pensando que es una noche más, un día más y que no hay puntos y aparte.

No será gracias a mi aportación pero el aire se llenará de propósitos nuevos, de listas, de balances, de arrepentimientos, de lecciones, de buenos y malos deseos, de trucos para triunfar, de filtros de amor, de sortilegios caseros…. de esa normalidad de una noche especial. Habrá que disfrutarla, ¿verdad?

Hasta aquí la entrada especial de Navidad, ahora varias tonterías mías que casi no tienen nada que ver:

Como te habrás dado cuenta, esta entrada no tiene título, te animo a que se lo pongas tú. ¿Se te ocurre algo? ¿quieres participar en el reto? No te cortes y di lo que se te ocurra, yo escribo siempre así y no me va tan mal. Si nunca te lo has planteado, prueba a hacerlo, un comentario, una reflexión, un resumen, una frase, una foto… todo me sirve, juguemos. Y además, la carencia de título y lo hoja en blanco son unas estupendas metáforas, escribe lo que quieras, crea, comparte, propón… O pasa de todo, eso también es una elección.

Ahora voy a hacer una concesión, un reconocimiento… He escrito esta entrada sin título porque he visto que WordPress me ha felicitado por el séptimo aniversario de este blog y he dicho, ¿pero bueno? ¿como voy a tener un blog sin entradas? Pues aquí está, casi sin pensar, un ratillo después. Por si no me lo dices tú, y mis abuelas ya no están para hacerlo, ya me felicito yo por todos estos años al otro lado de tu pantalla. Y ya te doy las gracias desde aquí por ponerle título a este post, por felicitarme y por leerme, eso se valora mucho, mucho.

Y tres, como no podía ser menos, una canción. No hay celebración, ni festejo, ni pandemia sin música. Y esta me la regalo yo. (Siento defraudar pero no es un villancico, ya hablaremos de eso). Hazy Shade of Winter es una creación de Paul Simon, grabada en los 60’s por Simon & Garfunkel, versionada por cientos de artistas y que se ha incluido en infinidad de bandas sonoras de películas y series. Una de mis interpretaciones favoritas, la de The Bangles (lo se, me pueden las chiquillas roqueras). Pero para salir de mi zona de confort, os dejo la original.

Feliz Año nuevo, cuidaos mucho y disfrutad.

J

Feliz Navidad

Yo no soy mucho de Navidades, ya lo sabéis y mucho menos de villancicos. Odio esos clásicos que niños monísimos de carrillos colorados cantando con sus agudas voces…. ¡qué grima! Realmente me imagino que esos niños son la cara de la Navidad mientras que al más salvaje estilo Milli Vanilli, unas viejecitas no tan encantadoras son las que realmente ponen sus voces en esas odiosas canciones.

Estoy enfermo, lo se.

Pero hay un par de villancicos que me encantan, y no se por qué. Igual es que me estoy haciendo viejo y se van derribando mis muros, o quizá es que mi postureo se derrumba. Y como este post no da para más que para desearos una FELIZ NAVIDAD y unas FELICES FIESTAS en general, aquí os dejo uno de ellos, para que vayáis entrando en calor u moviendo esos cuerpecitos.

Disfrutad de la noche, que comáis mucho y os engorde poco. ¿Quién no cree en milagros?

Hasta pronto,

J

La Navidad es un coñazo!

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Solía decir mi madre….

-¡Cómo me gustaría acostarme hoy y despertarme el ocho de enero…!

A mi hermana y a mí nos ponía descompuestos tanto derrotismo pero ahora, como todo en la vida, el ciclo ha continuado con su rumbo y somos nosotros, ya padres responsables, los que entonamos esta y alguna que otra expresión parecida. Yo reconozco que las Navidades no me han gustado nunca desde que mi padre me reveló el secreto mejor guardado, la verdad de Los Reyes Magos. Ese día se acabó la magia, lamentablemente. Imagino que mis padres creerían que yo era demasiado inocente, demasiado tonto o demasiado blandito para mi edad (unos siete años y medio, no penséis que ya era adulto…) y por ello tomaron la decisión de contarme lo que me contaron. Mi padre, que fue el encargado de llevar a cabo la conversación, tuvo todo el tacto que pudo pero a la hora de tirar por tierra las ilusiones de un niño no hay fórmulas mágicas.

Desde entonces el único aliciente de la Navidad, eran los regalos y las vacaciones. Ahora, años después de terminar los estudios y metido de lleno en la vida laboral, y que no nos falte, solo nos quedan los regalos porque de vacaciones mejor ni hablar. Pero nuestros hijos si que las tienen, al igual que tienen ilusión y creen en la magia y demandan de nosotros todo el tiempo del mundo, toda la atención y toda nuestra implicación, que es muy bonito, pero cansa, vamos que cansa.

Sin ir más lejos, mi hermana decía el otro día que quería que se acabaran las vacaciones para que su marido volviera a trabajar y su hijo al cole…. Es curioso que tratamos de luchar constantemente contra la rutina y al final, en fechas como estas se convierta en una aliada. Somos inconformistas por naturaleza y en estos hechos contradictorios se revela nuestra naturaleza mejor que nunca.

Yo reconozco que disfruto bastante el tiempo que estoy con mi mujer y mis hijas y con la familia, me adapto a los planes que vayan surgiendo y tiendo a tratar de divertirme con cada evento, con cada comida y con cada tradición, me guste o no. Soy consciente de que algunos disfrutan más que otros y yo no voy a ser el agorero de la reunión, si hay que pasar frío, se pasa, si hay que comer hasta reventar, se come, si hay que gastar sin límite, se gasta, si hay que quererse mucho y ser solidario, se intenta. Y es que estas cosas, que es a lo que se ha reducido la Navidad para los que no tenemos un sentimiento religioso, no me gustan. No me gustan en conjunto, cuando pienso en el «paquete navideño» y hago un somero resumen de lo que incorpora, lo negativo se lleva lo positivo.

Detesto con todas mis fuerzas el consumismo al que nos vemos abocados y del que todos participamos, aunque todos lo critiquemos. En las comidas, por ejemplo, todo es poco, cuanto más platos mejor, cuando más vino mejor, cuanto más postres, mejor, cuanto más cara es la materia prima mejor…. He escuchado hasta la saciedad aquello de -«Si yo con unos huevos fritos con patatas me quedaba tan a gusto…», pero como nunca se hace, ni se hará, ya ha caído en la lista de tópicos navideños, como los abuelos que se despiden Navidad tras Navidad haciendo ver que esa será la última…. Alguna lo es, claro.

Y no solo con la comida hacemos excesos, con los regalos tiramos la casa por la ventana. Los regalos de Navidad, los del amigo invisible, los de los Reyes Magos, las bragas rojas para año nuevo….. no recuerdo un día de estas Fiestas que no hayamos estado gastando dinero y abriendo paquetes. No rechazo la tradición de los regalos, lo que me asusta y me sobrecoge es el excedente. Luego nos quejamos de que los niños no valoran nada….. y es cierto, ¿como lo van a hacer si cada Navidad, sus habitaciones parecen jugueterias? Ellos no entienden de precios y del esfuerzo económico que hay que hacer para que unas Fiestas salgan CDM (como Dios manda), ellos, inocentes, solo entienden de ilusión y de papeles de colores.

Y hablando de niños…. yo creí que vivir las Navidades a través de los ojos de mis hijas iba a reconciliarme con la Fiesta y la tradición, pero no ha sido así. Me gusta como se ilusionan, como mantienen aún esa efímera inocencia, que no seré yo el que trate de romper a la fuerza, pero también veo en ellas mucho egoísmo, mucho acaparar, mucho abarcar y mucho desear sin fundamento. Creo que su madre y yo deberíamos tratar este tema de diferente manera, de hacerlas ver las desigualdades que existen, que las hagamos emocionarse y anhelar de manera razonada…. pero no sabemos hacerlo, al final, nos dejamos llevar por la vorágine, por ese más es más tan desnaturalizado y que tanto nos agobia.

¿Otras Navidades son posibles? Por supuesto que sí, podemos incluso hacerlo mucho peor, ser más consumistas, más egoistas, más egocéntricos y más aprovechados. O también podemos tener unas Navidades a lo Dickens, sin recursos y aparentemente más románticas, austeras y verdaderas. Esto último me parece el topicazo del siglo y no me lo creo pero bueno, queda políticamente correcto.

Este año, los amigos de IKEA nos han querido dar una lección con un precioso vídeo con mensaje, que os dejo a continuación porque no tiene desperdicio, si termináis llorando es que os sentís tan culpables y avergonzados como yo:

¿Serían esas las verdaderas Navidades? Es posible que el sentido de la Navidad sea ese, es posible que todo lo que se dice en esa campaña sea verdad y que tengamos que pensar sobre ello…. Y luego, una vez pensado y reflexionado, mirar cómo es nuestra vida de verdad, la posibilidad real que tenemos de conciliar vida laboral y familiar, los recursos que necesitamos y de los que podemos prescindir y quizá, a lo mejor, el año que viene, podamos hacer felices a nuestros pequeños con más presencia, más implicación y un molde para galletas….

O  a lo mejor, podemos llevar a todos nuestros hijos a Ikea a que los re-eduquen, como ellos mismos dicen, que «les amueblen la cabeza», donde nosotros fallamos, que el gigante sueco nos eche una mano. Yo en confianza os digo, si pudiera dejar a mis hijas en Ikea una semanita en Navidad y así evitar tener que hacer encaje de bolillos con los horarios míos y la disponibilidad de los abuelos y tíos, sería un poquito más feliz.

Feliz Año Nuevo.

Hasta pronto,

J

Ahora soy un «Iron Blogger»

IronBlogger

Imagino que recordáis como hace un par de post os hablaba del sentido de pertenencia y de lo importante que es para el ser humano, para su desarrollo, pertenecer a un grupo. Pues como os podéis imaginar, eso también es aplicable a mí mismo. Toda la vida he intentado pertenecer a algo, más bien algo grande para poder pasar desapercibido, nadar entre los demás mientras nos lleva la corriente, por eso yo siempre he pretendido ser «normal».

Ahora, a mis años, cada vez quiero que mis círculos sean más pequeños, más diferenciadores e incluso más sectarios, no lo voy a negar. Creo que me estoy empezando a convertir en la estrella de mi vida, y quiero gritarlo a los cuatro vientos. ¡Estoy aquí! ¡Disfrutadme! Quizá por esa razón de exhibicionismo empecé a escribir este blog, quizá por esa sensación de pertenencia me he unido a comunidades de bloggers donde compartir nuestros contenidos, y quizá por todo esto decidí convertirme en un Iron Blogger.

Tengo muy claro que, aunque haya empezado a correr tímidamente, nunca voy a ser un Iron Man, no tengo la capacidad de sacrificio para desarrollar un deporte a ese nivel, ni las ganas, ni el cuerpo, vamos. Pero a lo mejor, sí que puede ser Ironalgo…. Rebuscando en la blogosfera, un día ví una insignia que me llamó la atención, por su diseño, por su contenido y porque me recordaba a uno de mis comics favoritos, Watchmen, no me podéis negar que el logo tiene un parecido naif a una mezcla de Buho Nocturno y su nave… ¿solo yo lo veo?

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El caso es que me redirigí a la web de Iron Blogger, me leí de qué iba el asunto, me lo creí y me apunté. Ahora, tras un brevísimo periodo de prueba, tengo mi insignia, mi propio Buho Nocturno, instalada en mi blog. Y no solo eso, claro. También tengo el compromiso.

Seguro que muchos de vosotros os estaréis preguntando: ¿Pero qué es Iron Blogger? ¿Qué nos está contando éste tío hoy? ¿Por qué no para de llover? ¿Me van a traer algo los Reyes Magos? ¿Por qué no hay concejales negros que hagan de Rey Baltasar? ¿Hasta cuando hay que seguir diciendo Feliz Año?… Sobre las cuatro últimas no tengo respuestas, sobre la primera y la segunda sí.

Iron Blogger es ante todo una COMUNIDAD. Una comunidad de blogueros, para ser más exactos, fundamentada en tres pilares, MOTIVACIÓN, NETWORKING y CRECIMIENTO. Desde mi punto de vista ya era suficiente, pero además supone un COMPROMISO. Un compromiso adquirido con el fin de publicar por lo menos un post semanal, si es más mejor. Dependiendo de lo activo que seas con tus publicaciones, puedes ascender en el escalafón hasta convertirte en un Ultra Blogger. Eso para mí ya son palabras mayores, que no tengo dedicación exclusiva al blogging. Si queréis saber más sobre esta iniciativa, su concepto, su origen, su desarrollo, sus actividades y si estáis interesados en participar, no tienes mas que pinchar sobre la insignia de este blog, allí lo encontrarás todo mucho mejor explicado.

He querido aprovechar este primer post del año para hacerles esta pequeña mención y una especie de homenaje, estoy seguro que pertenecer a esta comunidad me va a traer cosas buenas. Y ahora, pues ya sabéis, a seguir publicando y vosotros, queridos lectores, a seguir disfrutando, comentando, criticando…. que me encanta sentiros cerca. Por si no lo he dicho antes, os deseo un Feliz Año Nuevo a todas y a todos, espero que se cumplan vuestros sueños y deseos, siempre que no tenga yo que pagarlos…..

Hasta pronto,

J

Es por los niños

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Queridos y queridas. Se que llevo varios días sin acercarme por nuestro blog favorito, es cierto, pero tengo una justificación. Como el título de esta entrada indica, es por los niños en general, o mas bien, por mis niñas en particular, que me encuentro en esta situación de abstinencia bloguera.

Y es que resulta que mis hijas, bueno, todos los niños, no solo las mías, tienen vacaciones en el colegio y en las actividades extraescolares, que ya era hora por ellas, lo primero, y por mí, lo segundo, y como padre comprometido que soy, yo también he cogido una semana de vacaciones en el trabajo, gran error.

Aunque he de reconocer que las vacaciones no empezaron mal,  ya que las inicié con una comida con los compañeros/amigos del trabajo que duró quince horas de reloj. Os podéis imaginar que nos estuvimos las quince horas comiendo, claro, que habríamos acabado en urgencias. Mas bien estuvimos charlando, cantando, bailando, e hidratándonos, que es muy necesario. ¿no dicen que hay que beber de 1.5 a 2 litros de agua al día? Yo como no sabía la equivalencia en ron, pues me tomé los que pude, y algún tequila que otro para complementar. Así bien hidratado volví a casa, casi de día a dormir un rato. Mis niñas, se fueron a comer con los abuelos y por la tarde al teatro, con lo que tenía la casa para mí. Cierto que mi mujer también estaba, pero esa pobre da poca guerra.

Ese mismo día, domingo 22 de Diciembre, el día después, era el famoso día de la lotería de Navidad. Cuando estaba dormitando entre los vapores del ron o los de la Coca-Cola Light soñaba como los Niños de San Ildefonso cantaban mi número y me convertía en ganador del premio. ¡Qué adorables los niños! Y cuando me desperté, una de las veces, y observé mi móvil, me dio un vuelco el corazón. Tenía nosecuantos mensajes de Whatsapp de gente del trabajo, me dije:

-¡Coño, coño, coño!, qué no lo he soñado, ¡¡¡¡¡Qué me ha tocado la lotería!!!!!

Pero no, todo eran intercambios de fotos de la noche anterior, ¡tío que bien lo pasamos!, ¿Cuántas nos tomamos?, ¿Qué tal acabasteis?, creo que Ron Brugal cierra por falta de existencias…., y muchas cosas más como esas. Ni rastro de los niños de la lotería, ni de mi premio, ni de mis millones, ¡Qué capullos los niños! Tras mi euforia inicial, ahora estoy consumiendo las vacaciones navideñas disfrutando de mis hijas, o disfrutando con mis hijas, según se mire. No es que me queje, que debe haber cosas peores (por ejemplo tener tres hijas, yo solo tengo dos), pero lo de la lotería molaba mas.

Como no me he convertido en millonario, otra vez, sigo haciendo las cosas normales que hacen los padres con hijos en estas fechas:

1. Intentar convivir sin matarse.

2. Tratar de darles todos los caprichos.

3. Procurar vivir la navidad sin que una horda de gente se nos lleve a alguno.

Y debo decir que de momento parece que lo estoy consiguiendo, salvo un par de rasguños, seguimos ilesos, satisfechos y unidos. Y lo mejor de esto es que no solo disfruto de/con mis hijas, sino también con sus amigos. El otro día había por casa un par de niños mas de los habituales, y creedme si os digo que al principio parecía una batalla campal. No sabia si ir a ver que hacían o llamar a la policía. Menos mal que fui a verlos, pegué cuatro gritos y los apacigüé. Bueno, también los amenacé con echarlos a todos de casa, colgarlos de los pulgares y meterles palillos chinos entre las uñas. El caso es que surtió efecto y el resto del tiempo fue como la seda. Al final ninguno de los niños se quería ir de mi casa, tan malo no seré como anfitrión, todos lloraban en la despedida. Unos, los que se iban, porque no querían irse. Otras, las que se quedaban, porque no querían que se fueran sus amigos. Hasta yo estuve a punto de ponerme a llorar y mandarlos a todos al carajo, ¡Qué capullos los niños! Imagino que estaban nerviosos ante la inminente llegada de Papa Noel.

Y llegó Papa Noel, demasiado temprano para mi gusto, a eso de las 8 de la mañana y con un frío de pelotas. Realmente Papa Noel había llegado de madrugada, todos lo sabemos, a las 8 fue cuando mis hijas se despertaron y nos despertaron para ir a ver los regalos. A mi me trajeron ropa y un cortavientos chulísimo para salir a correr, estoy deseando estrenarlo. Y a las niñas, muñecas, accesorias para las muñecas y una «Tablet educativa». A partir de ahí, mis vacaciones han caído en picado, si antes no tenía tiempo, ahora estoy completamente asfixiado. El motivo, acabo de estrenarme como «tester», o sea, me he convertido en papi-probador de juguetes. Tengo que estar presente cuando lavan la cabeza del Nenuco, tengo que estar presente e interactuar cuando montan y decoran el armario de Nancy, y tengo que estar o si no se me reclama a voces, cada vez que encienden la Tablet. Estoy tan sumido en mi nuevo papel que ya me sé las instrucciones de todos los juegos que traen incorporadas las tabletas, el funcionamiento del software, las características de la cámara de fotos integrada y todos los permisos y licencias. ¡Estoy agotado!

El próximo lunes vuelvo al trabajo y en un par de semanas la vuelta a la normalidad, en parte lo estoy deseando.

Hasta el año que viene.

J

La Navidad está en el aire

2013-01-01 23.27.05La Navidad está en el aire. Con esto no me quiero referir a que la celebración de la Navidad esté pendiente, ni de que alguien la tenga en cuarentena para ver que pasa. Ya me gustaría a mí. Porque amigos, debo deciros que odio la Navidad, y si tanto la odio, no se que hago escribiéndola todo el rato en mayúsculas. Debe ser algún tipo de trauma infantil que me impide utilizar la minúsculas para cosas relacionadas con la Religión ¿veis, no sé? Cosas como Navidad, Catecismo, Encíclica, Papa, Concilio, Obispo, Iglesia o Dios, incluso Oro, Incienso y Mirra, me salen en mayúsculas…. ¡Que trajín!

Y todo este desvarío para confirmaros lo que ya he dicho antes, que la Navidad no me gusta. Creo que no me ha gustado nunca o a lo mejor un poco al principio, cuando creía en la magia. Pero desde el día en que mi padre se sentó conmigo en mi habitación para contarme la realidad de los Reyes Magos (ya estoy otra vez) todo es distinto. Sin Magia no hay Navidad que valga. Luego ya de mayor me enteré de una cosa que me llenó de profunda tristeza, un día mi madre me contó que pagaban los juguetes que nos traían los Magos de Oriente a plazos porque el dinero que ganaba mi padre no llegaba para todo, pobres, lo que hacían por nuestras caritas de ilusión. Y luego para que en lugar de jugar con el tren eléctrico, jugara con la caja, ¡manda huevos!

Todo esto por no hablar de que cuando dejas el colegio, el instituto y la facultad, o sea, cuando curras, las Navidades se reducen a dos días, porque el resto hay que trabajar. Y trabajando, las cosas no son…. tan festivas. Había cosas buenas en aquella Navidad y las vacaciones de casi tres semanas eran casi lo mejor, después estaban los regalos y luego…. pues más regalos. Ahora desde la faceta de padre y harto de trabajar, creía que iba a vivir la Navidad de forma diferente, a través de los ojos de mis hijas. Si que me hace ilusión cómo lo viven, pero en el fondo no disfrutan más que en otra época, seguro que viven la magia pero de una forma más material a como la vivíamos nosotros a su edad. Ellas piden cosas por pedir, nada les hace verdadera ilusión, de hecho, creo que les hace más ilusión el proceso que el momento de los regalos. No, en definitiva, no me gusta este periodo del año, en el que tenemos la obligación de ser felices, encuentro mucha falsedad en ello. Hay que ser felices siempre, querer a los que tenemos cerca siempre y disfrutar de las cosas buenas de la vida siempre. Creo que también me falta el sentido religioso de la celebración, claro, debido a mi ausencia de Fe….

-Pero bueno -dirán algunos- Pero si todavía falta un montón para las Navidades.

Pues sí y no, amiguitos. Ya hay muchas señales, que como la Estrella que dirigía a los Reyes Magos, nos acercan tan entrañable época del año. Os enumero las más importantes:

Frio. Será cosa mía, pero a mí el frío de me da mucha pereza, la misma que la Navidad en sí. Y cuando el frío arrecia se que lo Otro viene detrás. Y este fin de semana ha hecho un frío invernal, casi Navideño.

Luces de Navidad. En Madrid ya están instalándolas, de hecho llevan por lo menos un par de semanas, aún no se han atrevido a encenderlas, pero ya están todas (o casi todas) colgadas.

Mi suegra. Ya ha entrado en modo «Espíritu Navideño» y un alto porcentaje de sus conversaciones giran en torno a ello. Los regalos es uno de sus temas estrella de la temporada, y ya está empezando a jugarse el tipo cuando se olvida de que los Reyes Magos, son magos, que no compran, y que se dice, les voy a pedir…, no te voy a comprar….. Pero bueno, todo se le perdona por la ilusión que pone.

Catálogos. Es una continuación lógica al punto anterior, si hay opción de compra, ahí están los catálogos. De juguetes, de decoración, de cestas y lotes Navideños, de viajes…. Mi casa tiene ya más catálogos que rollos de papel higiénico, no os digo más.

Lotería de Navidad. Este es otro punto que me pone malito, odio comprar lotería, y que conste que la compro porque es la del trabajo y como les toque a los demás a mí me da un ataque. Pues yo ya he pagado mi décimo. ¿He dicho lotería de Navidad? Lo siento en el alma pero no puedo dejar pasar este comentario, que luego me muerdo la lengua y me enveneno. Si, estoy hablando del anuncio de la lotería de este año. ¿COMO ES POSIBLE que hayan tenido los huevos de hacer ese anuncio? Es de chiste, figuras de la música de primer orden (y otras de segunda) que parecen caricaturas, qué falta de química, qué falta de armonía, qué falta de imaginación. No es que sea un anuncio malo, es que es pésimo, y me voy a callar que como siga….Ver ese anuncio me crea urticaria, casi prefiero un CD de villancicos. Como hay bastante gente que lee este blog desde fuera de España, os dejo el enlace del «anuncio»:

http://www.youtube.com/watch?v=Iwk8-wDcaEc

Y si todo esto no te traslada a la Navidad, abrid bien los oídos y empezaréis a escuchar cosas como comidas de empresa, tele-maratones, solidaridad, resumen anual, huelga de pilotos…..

Seguro que mucho de vosotros disfrutaréis de todo esto, enhorabuena. Si os apetece compartidlo, reflexionemos entre todos sobre la Navidad. Reventemos las estadísticas de comentarios.

Hasta pronto,

J