Antes de empezar con mis neuras debo confesaros que es posible que el post de hoy salga un poco disperso porque tengo la casa llena de niños, mis hijas y sus amigos, jugando en el piso de abajo, ¡bendito duplex! Me sorprende enormemente que el ruido que pueden generar estos pequeños, bueno ya no tan pequeños, sea tan elevado. Dos niñas son bastantes ruidosas, pero el ruido crece exponencialmente con cada nueva adquisición, ahora son 6 y les ha dado por hacer música con lo que encuentran. Esto es ingobernable. Si midieran los decibelios en esas habitaciones, nos multaban. Por otro lado no entiendo eso de que todo lo digan chillando, están hablando de sus cosas y jugando pero parece que se están matando, el sonido reverbera en sentido ascendente y lo que surge por el hueco de la escalera es de película de terror, como se nota el espíritu Halloween.
Aclarado esto, debo confesar que me ha gustado mucho hablar de objetivos y metas y disfrutar de vuestros comentarios, a veces creo que no mido mis palabras y que no soy consciente de las cosas que termino escribiendo hasta que ya están publicadas. En el post de ayer se notaba que yo no soy coach ni psicólogo pero tengo una opinión, como cada uno de nosotros, y que no suelo andar desencaminado. Tener un blog abierto y publicar periódicamente favorece esta desfachatez de meterte en jardines que normalmente, en la vida offline, solo te meterías en entornos controlados y con gente de confianza. Se que estoy abierto a críticas, a sembrar polémica con mis palabras y a que algunas de mis reflexiones y afirmaciones puedan sentar mal, aunque debo reconocer que mi intención inicial nunca ha sido polemizar.
Aunque tampoco voy a huir si alguien no está de acuerdo con mi visión de la vida, confío plenamente en el diálogo y en la conversación con respeto y buenos modales, así que ya sabéis, si disentís estáis en vuestra casa. Hasta ahora todos los comentarios han sido positivos, mejor, positivísimos y yo estoy encantado, no voy a negar la evidencia, creo que estoy empezando a tener una buena comunidad de lectores, colaboradores, compañeros y amigos y que mi personal branding está bastante bien perfilado. Pronto acabará este reto loco de publicar a diario pero las novedades no se acabarán ahi, confío plenamente en el movimiento, me gustan los cambios y suelo huir de las cosas estáticas, así que tras un proyecto, llegarán mas.
Esto que acabo de contaros suena un poco, volviendo…, al post de ayer, a los logros personales, a las metas profesionales y a los objetivos a corto o medio plazo. El proyecto del #PostDiario ha sido, bueno, sigue siendo, un objetivo a cumplir, una meta diminuta pero que me aporta mucho, de mi mismo, de mis capacidades, de mi aptitudes y de mi gestión del tiempo. No es un objetivo de futuro que me vaya a reportar un salto cuantitativo pero es que tampoco lo quiero. Ya dije que yo soy mas de proyectos cortos, humildes y realizables y en esos parámetros me gusta moverme, con los pies en el suelo y la cabeza en las nubes… Si, soy alto, ¿y qué?
Otro reto cumplido, aunque nunca me lo había planteado como tal, esta entrada. Este post que estáis leyendo es la entrada número 100 del blog, quien lo habría dicho cuando empecé a desnudarme virtualmente en este medio que hasta ahora había sido hostil y desconocido para mí. Pero he llegado y he marcado una nueva muesca en mis proyectos. Esto es interesante, pensad en ello, he logrado superar una meta que no me había planteado, pero que ahora, una vez conseguida, si que se ha convertido en un hito. ¿no es genial? ¿solo a mí me lo parece? No se si a alguien se le han pasado este tipo de teorías por la cabeza, como la de superar retos no marcados y sus consecuencias. Personalmente superar conseguir cien entradas me parece importante y por eso me lo apunto, quizá a vosotros os pase algo parecido, que solucionáis cosas que estaban enquistadas sin habéroslo propuesto o que un día, de buenas a primeras, sois conscientes de como ha cambiado vuestra vida gracias a las acciones y decisiones que has tomado sin propósito aparente… En ese caso, la verbalización de los objetivos tampoco es tan importante.
Y de un objetivo que ha llegado de soslayo, a uno real que yo no me he impuesto pero que si lo han hecho por mí. El curso de running se acaba, el domingo será el último de esta etapa de iniciación y hay un reto que superar que yo desconocía porque no había estado en la primera clase, y ya se sabe, es esas clases se habla de todo… El domingo vamos a sudar la camiseta, de verdad y nos enfrentamos a una prueba física de resistencia. Nuestra entrenadora ha quitado hierro al asunto diciendo que estamos preparados y que estas semanas de clase y de trabajo personal van a dar sus frutos pero eso aún está por ver. Yo, por si acaso, esta noche salgo a entrenar un rato no vaya a ser que el domingo me flaqueen las piernas o la cabeza.
Esto de hablar de metas tiene su cosa y hasta cierto punto estimula, yo ya os he contado varias de las mías en este y otros posts, así que os propongo que me contéis las vuestras. Esta es la entrada centenaria y debe ser especial, espero vuestros retos, vuestras metas, vuestros objetivos y vuestros comentarios y recordar que no hay metas pequeñas o grandes, hay satisfacción o frustración en el resultado pero con optimismo y poder de recuperación se logra todo, paso a paso. Os espero, no seáis tímid@s.
Hasta mañana,
J