La (e)lección de la camiseta

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Recientemente hablaba con una compañera de trabajo de lo importante que es tener ropa chula para hacer deporte. El hecho de estrenar algo es como un aliciente para salir a sudar la camiseta con más ganas, una excusa, a veces cara, para tirarte a la calle a correr o acercarte a machacar tu cuerpo en el gimnasio. Se que no era una conversación muy elevada que digamos, pero claro, este blog habla de glamour barato y cotidiano así que no esperaríais que fuésemos a charlar sobre física cuántica, ¿no?

De momento no tengo intención de cambiar el título de mi bitácora a algo parecido a…

«Cuantos protones hay en esto?»

Dicho esto, volvamos por la colorida senda de lo superfluo (que no tonto) y de lo superficial (que no tanto) y pensemos un poco en el fondo de la conversación que os comentaba. Cierto es que a veces necesitamos excusas para castigar a nuestro cuerpo, y sobre todo, para engañar a nuestra mente y una buena forma de hacerlo es con estos pequeños estímulos. La novedad siempre ayuda, por lo menos hasta que somos conscientes de que las prendas coloridas y molonas que portamos no hacen que lleguemos más lejos, ni más rápido, ni nos cansemos menos… pero estamos tan guapos cuando nos miramos al espejo antes de salir, que compensa e incita.

Aunque también hay veces que no lo hace y es que, si queremos darnos estos caprichos que tiren de nosotros hasta el reino del sudor, de la congestión y de las agujetas, debemos recurrir a prendas adecuadas, prendas que nos queden bien y que sirvan para lo que queremos que sirvan… O sea, para enseñar si tenemos algo que lucir o para tapar, si lo que tenemos para lucir está mejor oculto y encerrado bajo cuatro llaves.

Y os digo esto porque yo he caído en la trampa de Narciso y me he estrellado de manera atómica. Quería empezar mi nueva temporada de running estrenando ropa, para animarme, y vi una camiseta en Amazon chulísima y muy rebajada, de color verde fluorescente, con detalles en azul y camuflaje… mejor os dejo la foto…

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Me la pillé, claro, porque me gustaba la camiseta y porque inocente y desquiciadamente pensé que me sentaría igual que al modelo. Qué error amig@s, que error.

Abrí el paquete con ansia, la camiseta era más bonita de lo que parecía en la foto y ya me veía corriendo a velocidad supersónica mientras la gente se daba la vuelta para mirarme mientras pensaban con algo de envidia… «qué mono va este chico siempre!» 

Cuando me la puse y me miré al espejo me dí un tremendo golpe contra la más cruel de las realidades, un golpe dolorosísimo. Lo que vi en el espejo era atroz, como si algún ser diabólico me hubiera hecho un trabajo cruel de body painting. La camiseta era tan fina que parecía que iba desnudo, y así me sentía yo, desnudo y verde, como una versión amorfa y mohosa del Increíble Hulk. No es que la camiseta remarcase todas las zonas, las bonitas y las feas, de mi torso, sino que las realzaba de una forma que debería estar prohibida.

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WTF!!!!!

Ni que decir tiene que no le dí mas oportunidades, me la quité como si quemara, la metí en su bolsa y solicité la devolución express. Quería ese engendro lejos de mi casa, de mi armario, de mis lorzas… Dicen que hay tres cosas que SIEMPRE dicen la verdad, los borrachos, los niños y las mallas…. pues creedme, esa camiseta era un puto niño borracho en mallas.

Aquel episodio fue cruel, pero también muy instructivo.

Tenemos metido en nuestro subconsciente la imagen que queremos proyectar de nosotros mismos, una imagen deseada y casi siempre alejada de la realidad pero encontrarte con ese otro YO de repente y sin anestesia es, cuanto menos, inquietante. Y no porque creamos que somos lo que no somos, no es eso, sino que tendemos a vernos idealizados, distintos, a veces mejorando la realidad, otras veces, empeorándola. Ambas versiones son, llevadas al extremo, patológicas. Así que cuanto más cercanas estén la imagen real de la imagen proyectada mejor para nosotros.

Esto forma parte del proceso de aceptación de nosotros mismos, y si, del proceso de aprender a querernos. Pero no podemos confundir esa aceptación con una liberación excesiva. Las cosas grotescas, como lo de la camiseta, mejor dejarlas para la intimidad. Siempre hay otra elección más acertada con la que podamos sentirnos mejor y donde la imagen que proyectemos sea más dócil. O tal vez seamos del tipo de personas que ya carecen de complejos porque se los han ido quitando uno a uno… si eres de esos y te gusta lucir palmito sea lo que sea lo que te devuelva el espejo, dame un toque, tengo el conjuntito perfecto para tí. Yo no me atreví.

Y ahora una canción que sirva de ilustración a esto que os he contado, un tema que suelo escuchar en mi MP3 y que dice de una forma muy gráfica algo parecido a habla, habla, que no te escucho. Porque a veces es mejor salir corriendo y hacer oídos sordos a los gritos, a los insultos, a las vejaciones y a las camisetas verdes. Que disfrutéis de la canción y de la versión del Mago de Oz que representa el vídeo.

Y ahora, llegó el momento de charlar, no seais tímid@s y contadme algún momento vergonzante como el que os he relatado yo… o simplemente hablemos de lo que os apetezca.

Hasta pronto,

J

Yo no soy el que era… y mi madre lo sabe

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Pues eso mismo.

Y la verdad es que podéis analizar la frase y quedaros con todo el contenido posible y a lo mejor sería mucho mejor que un post entero lleno de información. Pero como soy muy egocéntrico, y me encanta hablar de mí mismo, creo que voy a desarrollar el tema.

De todos es sabido que una madre es un ser superior, una MADRE sabe tus cosas antes que tú, incluso antes de que te sucedan e incluso antes de… vamos, siempre antes. Mi madre, por ejemplo, siempre ha presumido de que cuando estaba embarazada de mí, soñó un par de noches con su retoño y era clavadito al bebé rubio, gordo y adorable que era yo cuando tenía unos meses. ¿Premonición? ¿Brujería? No, cosas de madre.

Ellas te miran a los ojos y saben que te pasa, si estás contento, si estás triste, si has ligado, si has aprobado, si has suspendido e incluso lo que has comido. Ellas son así, saben hasta lo que piensas, aunque tu te creas que no piensas eso… Mi madre decía que yo era racista, no se en que se basaba y yo lo he negado siempre.

-No, mamá, te pongas como te pongas, no soy racista, nunca lo he sido.

-Si que lo eres, a una madre no se le engaña, y yo se que no te hacen gracia esos negritos…

Y ante eso de que a una madre no se le engaña no se puede añadir nada, podrías discutir hasta entrar en bucle pero sabemos que la paciencia de una MADRE es infinita, inextricable e inexpugnable. Y yo, pues seré racista… si ella lo dice. Menos mal que no me ha dicho que soy negro, o gay, o de derechas… o todo junto.

Lo que tengo comprobado es que si algo no llevan bien las MADRES es que las cosas se escapen a su control matriarcal y que sus pequeños lleven una vida ajena a ellas y a su área de influencia. Lo llevan bien cuando te independizas, te casas, te emancipas, te arrejuntas o lo que sea porque ellas saben que forma parte de la evolución y de la vida y te apoyan en tus decisiones, pero también sufren. Y mucho.

Sufren porque no estás bajo su amparo, con todo lo bueno y lo malo que puede ser eso. Y sufren porque te transformas, mutas, ajeno a su control. Cuando una MADRE se da cuenta de que el bebé que ella ha parido, ha criado, ha desarrollado, ha criado y ha puesto las alas para que pueda volar libre empieza a tener una comportamiento distinto, aunque sea solo un ápice, lo pasan mal. No porque pierdan influencia o porque se sientan apartadas, sino porque tienen la sensación de que su hijo ya no es quién ella creía que era.

En el fondo son perfectamente conscientes de que la vida es puro cambio y que las personas crecemos y variamos, porque ellas también han sido hijas y lo han hecho, pero entendedme, es un momento… de ruptura. Y eso duele. Cortar los lazos, duele, cortar el cordón umbilical, duele, sentir el cambio, duele. No frustra, ni es un dolor desgarrador de los que no te dejan vivir, es algo más interno, más de entraña, más de fondo, como un click ahí dentro que indica que ya no hay vuelta atrás.

Yo noto que mi madre, mis padres en general, están muy orgullosos de mí, de la vida que llevo, de como me comporto, de como he crecido como persona, y de las cosas que hago. Mis padres fliparon cuando les dije que había empezado a escribir un blog, porque fue a posteriori, que yo me lanzo a hacer las cosas sin decir ni pío y luego ya me exhibo, y disfrutan hasta el éxtasis cada vez que mi hermana o yo mismo les leemos alguna de las entradas, si son familiares e íntimas mucho mejor. Y la forma en que me miran todo orgullosos de esta nueva faceta, desconocida para ellos y para mi…

Recientemente mi madre me ha dicho que le encantaría verme correr. Si lo del blog le entusiasmó, lo de ser medio runner la tiene totalmente descolocada, yo no he hecho deporte en mi vida y ella lo sabe, como no. Quizá, solo quizá, en el fondo se cree que le estoy tomando el pelo, que eso de las zapatillas de colorines y de las carreras los domingos por la mañana temprano, ¡POR LA MAÑANA TEMPRANO!, es producto de mi imaginación. Y si ella lo dice, será cierto.

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Tú a mi no me engañas….

-Tu no eres runner, hijo. Si has sido un «parao» toda tu vida.

-Que ya no, mamá, que ahora salgo a correr unas tres veces a la semana y….

-A una madre no se le engaña, y yo se que a ti no te hace gracia eso del deporte.

Pero claro, existe esa parte de la que hablaba antes, esa ausencia, esa distancia, esa laguna profunda que nos separa y de la que ella ya no tiene referencia, que le hacen pensar que quizá si que es posible que su hijo, el que dibujaba si parar, hasta casi perder la vista, ahora escribe un blog, que su hijo, el que era una rareza reservada e introvertida, ahora se relaciona con un montón de personas distintas tanto ON como OFF line, que su hijo, el sedentario, ahora corre sin que le persigan.

Ella sabe todo eso. Sabe que he cambiado, que sigo siendo en esencia ese pequeño rubio, gordo y adorable niñito y es consciente de la evolución, a su pesar. Pero también sabe que los cambios han sido para mejor y que no se deben a injerencias extrañas, abducciones o sectarismos, que soy el de siempre pero en versión mejorada. El hijo 2.0, lo que sea que eso signifique (si significa algo).

Y eso que nos sucede es bueno, es genial sorprender y ver en sus ojos ese pequeño atisbo de descoloque mezclado con un montón de sensaciones bonitas. Y para celebrarlo voy a poner una canción que se titula  «Mama Said», la canta el grupo danés Lukas Graham y habla de todas estas cosas de madres, padres e hijos, de crecer, evolucionar y sorprender.

¿Os ha gustado la canción, el post? ¿No os ha gustado nada? No dudéis, comentadlo y charlemos, que no se os quede dentro, vuestra madre lo sabrá y no estará contenta….

Hasta pronto,

J

Noche de miedo

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Hoy es el último día de octubre y mañana, primero de noviembre, se celebra el día de Todos los Santos. Tradicionalmente es el día de ir a visitar a los muertos a los cementerios y toda esa imaginería, completada con la celebración de los Fieles Difuntos el segundo día de noviembre, siempre ha sido mágica y oscura.

En nuestro país siempre se representa el Don Juan y se solía leer a Becquer pero desde unos años a esta parte, la tradición de los muertos más autóctona se ha quedado en segundo plano y para sustituirla hemos adoptado el día de los muertos Anglosajón, el día de Halloween. Ya nunca se oirá hablar del Monte de la Ánimas y los desfiles de espectros, por contra, decoramos todo con calabazas naranjas y telarañas del todo a 1 Euro. Así somos aquí, empáticos y sin personalidad.

Y quizá sea por eso por que lo yo nunca he vivido esta noche como algo especial. No me gusta machacar mis tradiciones históricas sustituyéndolas por otras más globales e importadas, no le encuentro el sentido. Pero luego llegan los hijos y hacen que te metas tu chauvinismo por donde te quepa porque ellos sí que son hijos de Halloween, como lo son de los teléfonos inteligentes, de las pantallas planas y del Blue Ray, y reclaman su espacio de microterror y diversión. Truco o trato, truco o trato, truco o trato. En unos años todos nos llamaremos Jonathan, Kevin, Jennifer o Tessa y nos parecerá normal. Comeremos hamburguesas de media libra (porque habremos desechado nuestros kilos) y beberemos Coca Cola con sabor a cereza.

No os extrañe que entonces desaparezcan las horchatas, la paella, el cocido, el lacón con grelos y el pacharán. Y sobre todo, no nos tiene que extrañar, porque lo desecharemos nosotros mismos, lo sacaremos de nuestra ecuación como si nunca hubieran existido, solo quedarán pequeños reductos «para turistas» o en zonas de delicatessen. Al tiempo.

Y mientras eso llega, yo hoy tengo fiesta de Halloween, ¿que os creíais, que yo no me iba a dejar llevar por la corriente? Pues claro que sí, yo soy un vendido, como todos. En mi descargo diré que es una fiesta especial, hoy corro, bueno, practico running, que es lo que se dice ahora. Siempre he sido papá acompañante en las fiestas del día de los muertos pero hoy me desmarco y voy a vivir mi «Leaving la Vida Loca» con mis compis de afición. La carrera es de noche, en el hipódromo o por sus alrededores y promete muchos sustos y mucha diversión. Estoy como loco, ya me he hecho el disfraz, casero, eso sí, y estoy deseando que llegue la hora. Por las ganas y las expectativas creo que va a ser mi mejor Halloween hasta la fecha, ya os contaré en que queda todo esto.

Y dicho todo esto, habréis confirmado que no soy más que otro de los que prostituye sus raíces. Sí, yo también soy de esos, me quejo, me quejo, me quejo, me doy un baño de realidad y termino siguiendo la corriente. Que conste que me sigue pareciendo igual de mal que invirtamos en calabazas en lugar de en «Leyendas» pero oye, es el recurso del pataleo. Hoy si me quieres buscar ya sabes donde estaré, corriendo por mi vida y por no despeñarme en lo oscuro, como mis ideales patrióticos.

Y para ponerme un poco en situación me voy a dedicar una canción, y también a vosotr@s que seguro que os gusta 🙂

«Thriller» se lanzó en el año 1982, yo tenía diez años y este fue el primer vídeo musical del que tengo consciencia. Me atemorizó de tal manera que tenía que dormir todas las noches con la cabeza tapada y cada sonido que escuchaba en mi habitación creía que era un zombie o un hombre lobo que venía a despedazarme.

También fue el primer disco que compré en mi vida, una cassete pirata que compré en el Rastro de Madrid con mi paga, mi primer álbum adulto después de aquellos de Parchís o Teresa Rabal. Así que no es de extrañar que le tenga un especial cariño a este tema, que además viene de perlas para la noche de hoy.

Disfrutadlo, sed malos, que hoy se puede, y utilizad la zona de comentarios para lo que queráis, incluso poner fotos de calabazas, fantasmas, zombies y momias.

Hasta pronto,

J

Canciones en el ático

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Este verano he tenido muchos momentos de soledad, buscada y encontrada. Es agradable esa sensación, la de obtener lo que quieres. Después de un año lleno de obligaciones y compañía, esos ratos de esparcimiento tan seleccionados son «gloria bendita» como dicen por el sur.

Aprovechando ese momento en el que subíamos de la playa en pleno atardecer y los cuartos de baño se llenaban de duchas, geles y cremas after sun, he salido a correr por el paseo marítimo, por las calles de ese pueblecito malagueño y por las dunas que separan la realidad de la carretera de la ficción de las olas, siempre tan constantes, siempre tan indolentes, siempre tan rítmicas. Y he salido a correr no para escapar de nada, sino porque me apetecía, tenía la necesidad de moverme y con ese pensamiento en la cabeza, me calcé las zapatillas de running (que casualmente habían viajado conmigo en la maleta), me enganché el mp3 y me dije:

-Me voy un rato, si no puedo correr, por lo menos camino.

Y corrí, vaya si lo hice, unos cuatro kilómetros el primer día, y un poco mas cada vez que salía, lo justito para ver otras cosas, para estar a otro ritmo y para desentumecerme. Volví a casa chorreando de sudor, congestionado por el calor pero muy, muy, muy contento, quizá por no haberme parado, quizá por haber hecho ejercicio, quizá porque me sentía realmente bien… tal vez sea la acción de las endorfinas esas de las que hablan los expertos.

Pero otros días, a la misma hora y en las mismas circunstancias de cruces de cepillos, colonias y bragas limpias, aprovechaba que mi habitación, el ático de la casita que teníamos alquilada, tenía terraza así que cogía mi música y me tumbaba en una silla de playa con los pies en alto a contemplar como el sol si iba ocultando poco a poco detrás de las montañas. Y era en ese preciso instante, con los auriculares embutidos en mis orejas, escuchando mi música y aislado por completo del mundo cuando más disfrutaba de esos momentos de los que os hablaba al principio. Me parecían momentos únicos y eternos, cada canción que sonaba era como un himno, todo cobraba sentido, las nubes, el sol, los pájaros, el picor de la piel, esa sensación de fresco que hace que se emocione el vello de los brazos…

Era como vivir en un videoclip.

Mientras escuchaba, también observaba como las gaviotas danzaban en el aire, las nubes se mecían empujadas por la brisa cambiando sus formas a placer y algún que otro avión dorado, reflejando el color de un sol cada vez más apagado, atravesaba el escenario dejando su inconfundible estela de queroseno arañando el cielo multicolor. Para que digan que los hombres solo podemos hacer una cosa cada vez….

Una de esas canciones resumía perfectamente mi sentimiento así que os la dejo por aquí. A ver si vosotros, al escucharla, también os sentís en la cima del mundo, como estaba yo en la terraza de mi ático.

«If you love somebody
Better tell them why they’re here
Because they just may run away from you

You’ll never know what went well
Then again it just depends on
How long of time is left for you

I’ve had the highest mountains
I’ve had the deepest rivers
You can have it all but not till you move it
Now take it in but don’t look down

Because I’m on top of the world, hey
I’m on top of the world, hey
Waiting on this for a while now
Paying my dues to the dirt
I’ve been waiting to smile
Been holding it in for a while
Take it with me if I can
I’ve been dreaming of this since a child
I’m on top of the world

I’ve tried to cut these corners
Try to take the easy way out
I kept on falling short of something

I could’ve gave up then but
Then again I couldn’t have because
I’ve traveled all this way for something
Now take it in but don’t look down

Because I’m on top of the world, hey
I’m on top of the world, hey
Waiting on this for a while now
Paying my dues to the dirt
I’ve been waiting to smile
Been holding it in for a while
Take it with me if I can
I’ve been dreaming of this since a child
I’m on top of the world

Because I’m on top of the world, hey
I’m on top of the world, hey
Waiting on this for a while now
Paying my dues to the dirt
I’ve been waiting to smile
Been holding it in for a while
Take it with me if I can
I’ve been dreaming of this since a child

And I know it’s hard when you’re falling down
And it’s a long way up when you hit the ground
Get up now, get up, get up now

And I know it’s hard when you’re falling down
And it’s a long way up when you hit the ground
Get up now, get up, get up now

Because I’m on top of the world, hey
I’m on top of the world, hey
Waiting on this for a while now
Paying my dues to the dirt
I’ve been waiting to smile
Been holding it in for a while
Take it with me if I can
Been dreaming of this since a child

And I know it’s hard when you’re falling down
And it’s a long way up when you hit the ground
Get up now, get up, get up now

And I know it’s hard when you’re falling down
And it’s a long way up when you hit the ground
Get up now, get up, get up now

Because I’m on top of the world, hey
I’m on top of the world, hey
Waiting on this for a while now
Paying my dues to the dirt
I’ve been waiting to smile
Been holding it in for a while
Take it with me if I can
I’ve been dreaming of this since a child

I’m on top of the world»

«Si quieres a alguien,
mejor que les digas por qué están aquí,
porque simplemente, podrían salir corriendo de ti.

Nunca sabrás qué es lo que fue bien,
así que de nuevo, solo depende de
cuánto tiempo te queda.

He tenido (estado, recorrido) las montañas más altas,
he tenido los ríos más profundos,
puedes tener todo eso, pero no hasta que muevas (el trasero),
ahora métetelo dentro, pero no mires abajo.

Porque yo estoy en la cima del mundo, hey,
estoy en la cima del mundo, hey.
He estado esperando por esto un buen rato,
he estado pagando mi cuota a la suciedad,
he estado esperando para sonreir,
he estado conteniéndome durante un buen rato,
llevarlo conmigo si puedo,
he estado soñando con esto desde que era un niño,
estoy en la cima del mundo.

He estado intentando cortar estos bordes (esquinas),
intentando pillar la salida fácil,
seguía cayendo, a falta de algo.

Podría haberme dado por vencido entonces, pero
de nuevo no hubiera podido, porque
he viajado todo este camino para algo,
ahora métetelo dentro pero no mires abajo.

Porque estoy en la cima del mundo, hey,
estoy en la cima del mundo, hey.
He estado esperando por esto un buen rato,
he estado pagando mi cuota a la suciedad,
he estado esperando para sonreir,
he estado conteniéndome durante un buen rato,
llevarlo conmigo si puedo,
he estado soñando con esto desde que era un niño,
estoy en la cima del mundo.

Porque yo estoy en la cima del mundo, hey,
estoy en la cima del mundo, hey.
He estado esperando por esto un buen rato,
he estado pagando mi cuota a la suciedad,
he estado esperando para sonreir,
he estado conteniéndome durante un buen rato,
llevarlo conmigo si puedo,
he estado soñando con esto desde que era un niño.

Y sé que es difícil cuando te estás desmoronando,
y es un largo camino hacia arriba cuando tocas el suelo,
ahora, levántate, levántate, ahora, levántate.

Y sé que es difícil cuando te estás desmoronando,
y es un largo camino hacia arriba cuando tocas el suelo,
ahora, levántate, levántate, ahora, levántate.

Porque yo estoy en la cima del mundo, hey,
estoy en la cima del mundo, hey.
He estado esperando por esto un buen rato,
he estado pagando mi cuota a la suciedad,
he estado esperando para sonreir,
he estado conteniéndome durante un buen rato,
llevarlo conmigo si puedo,
he estado soñando con esto desde que era un niño.

Y sé que es difícil cuando te estás desmoronando,
y es un largo camino hacia arriba cuando tocas el suelo,
ahora, levántate, levántate, ahora, levántate.

Y sé que es difícil cuando te estás desmoronando,
y es un largo camino hacia arriba cuando tocas el suelo,
ahora, levántate, levántate, ahora, levántate.

Porque yo estoy en la cima del mundo, hey,
estoy en la cima del mundo, hey.
He estado esperando por esto un buen rato,
he estado pagando mi cuota a la suciedad,
he estado esperando para sonreir,
he estado conteniéndome durante un buen rato,
llevarlo conmigo si puedo,
he estado soñando con esto desde que era un niño.

Estoy en la cima del mundo»

Y tú ¿has tenido algún momento especial en estas vacaciones? ¿alguna canción que te haya hecho sentir cosas bonitas?…. Cuéntamelo y charlamos que comunicarse es vivir.

Hasta pronto,

J

Hábitos de vida saludable #EstamosLocos?

Ayer tuvimos en el trabajo una charla sobre nutrición y bienestar, dos horas escuchando los beneficios de la dieta mediterránea y del deporte, de lo beneficioso que es para la salud, la actitud ante la vida, la productividad y el cosmos. Si, el cosmos, todo se soluciona con la dieta mediterránea, es como la pastilla blanca que daban en la mili para curar todas las dolencias, la panacea, vamos.

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La charla estaba dividida en dos partes, una hora de nutrición con una nutricionista titulada y una hora de deporte y vida saludable con un entrenador personal. En la primera parte, mientras la nutricionista nos comentaba que, lamentablemente en nuestro país nos estábamos alejando del ideal de cocina mediterránea, el entrenador personal nos pesaba, nos media y calculaba nuestro porcentaje de grasa, de líquidos y nuestra edad metabólica. Esto, indudablemente, era opcional y privado.

Imaginaos el caso, una muchacha hablando de verduras y hortalizas (yo nunca he entendido la diferencia) y tú, al otro lado de la sala, sin zapatos ni calcetines, subido a una báscula muy moderna y agarrando lo que parecía el manillar de una moto, de circo.

Pero iremos por partes. Lo primero que nos contaron era la diferencia entre alimentación y nutrición, que lo primero corresponde a la ingesta de alimentos y lo segundo a la eficiencia de lo primero, o sea, comer sano y bien. Luego un ideal de dieta y unas recomendaciones y prohibiciones. Entre las recomendaciones, las consabidas cinco comidas diarias, las cinco raciones de frutas y verduras optimas para lograr el ansiado equilibrio y variedad nutricional.

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Otra recomendación, dedicar una alto porcentaje de las calorías que ingeriremos en el desayuno y la comida, dejando más ligeros el almuerzo, la merienda y la cena.

Otra recomendación, tomar a diario cereales (pan, pastas, arroces), legumbres, hortalizas, verduras, proteínas (carnes, pescados, huevos), fruta, lácteos (leche, queso, yogur), aceite de oliva y agua. ¡A diario!

Otra recomendación, elaborar un menú exhaustivo que aúne todos estos grupos alimenticios para no caer en la rutina y comer siempre lo mismo, porque si no, si nuestra alimentación es rutinaria, no será equilibrada.

Nos propusieron una serie de menús tan equilibrados…. tan apetitosos…. tan irreales. Porque todo esto que nos han contado está genial sobre el papel, si tienes un cocinero y alguien que te haga la compra. Si eres como el resto de personas del mundo, con sus cargas familiares, con su trabajo, con sus trajines varios…. poco tiempo para comer de esa manera te queda…. Te podrás ajustar más o menos pero prepararte semejantes combinaciones para meterlas en un tupper, llevártelas al trabajo y comértelas recalentadas no es la opción más viable. Como tampoco lo es cocinar de un día para otro y recalentar….. Entre desayunos, almuerzos, comidas, meriendas, cenas, pensar en los menús variados, la compra, los tiempos de cocción, elaboración, aliño de los platos y el propio acto de comer y socializar haciéndolo, que también es super importante a nivel salud, se nos va casi todo el día…. No se como se tomarán en mi trabajo que me reduzca más horas para que mi alimentación sea más optima…. o como se lo tomará mi cuenta corriente cuando vaya a hacer la compra y solo me quede para patatas.

Tras la primera parte de la charla nos quedamos hambrientos y algo desolados…. yo ya iba deficitario en frutas y cereales esa mañana y la perspectiva no parecía mejorar.

Para cambiar un poco de tema entró en escena nuestro amigo y confidente de sobrepeso, el entrenador personal, que nos explicó la diferencia entre deporte de competición y hábitos deportivos dedicados a la salud. Creíamos que la diferencia sería clara, ay ilusos, pues no lo era tanto….

De nuevo, los beneficios del deporte o de la actividad física y su vinculación con el resto de aspectos de la vida y la salud. En resumen, el deporte es como la dieta mediterránea pero sudando, sirve para todo. Un inciso, se me ha olvidado comentar que el ponente iba de uniforme de trabajo, o sea, en chandal, y todos nos temimos lo peor, que nos fuera a dar una clase de aerobic o algo peor, que nos tirara al suelo a hacer abdominales… afortunadamente no hicimos nada de eso, y por lo tanto, tampoco comprendimos que viniera a una ponencia de aquella guisa (en el fondo, la que habla es la envidia, yo también quería zapatillas y pantalón de algodón).

En este área también encontramos muchas recomendaciones, como elegir una actividad que nos satisfaga, o una actividad que se nos de bien, o una actividad que podamos hacer con amigos. Lo importante, y que los organismos internacionales, la Organización Mundial de la Salud sobre todo, recomendaban, que la práctica de actividad física se prolongase entre ciento cincuenta y doscientos cincuenta minutos semanales, resumiendo, unas tres o cuatro horas.

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Eso si, podemos adaptarla a nuestro ritmo de vida y hacer sesiones más cortas más a menudo o sesiones más largas más espaciadas en el tiempo… pero sin pasarnos, que luego el cuerpo se acostumbra a no sufrir y no asimila el entrenamiento.

Otra recomendación, encontrar un nivel de entrenamiento óptimo para nuestros objetivos, mantenernos, adelgazar, fortalecer, tonificar…. y sobre todo, prestar mucha atención a nuestras abdominales, a reforzarlos y trabajarlos para tener una columna vertebral fuerte y sana y un suelo pélvico fortalecido.

Otra recomendación, entrenar tanto la fuerza, como la resistencia y la flexibilidad. Vamos, un poco lo de la dieta, variada y equilibrada.

En resumen, cuatro horas de ejercicio a la semana, con distintas intensidades de cargas, incluyendo estiramientos, abdominales, cambios de ritmo, cambios de ropa, duchas… a lo que debemos añadir los desayunos, almuerzos, comidas, meriendas, cenas, pensar en los menús variados, la compra, los tiempos de cocción, elaboración, aliño de los platos y el propio acto de comer… y no nos olvidemos de socializar, sonreir, dormir ocho horas diarias, tener sexo con regularidad, beber litro y medio de agua y mear en proporción, por no hablar de otras necesidades que llevan un poco más de tiempo.

Lo dicho, vida utópica e incompatible con la vida real… a menos que tiremos de nuestra faceta multitarea y nos obliguemos a hacer dos o tres cosas a la vez. A ver,  se me ocurre…. se me ocurren muchas «tontás». Quieras o no, todos estos consejos, los de nutrición y vida sana, están bien dirigidos, pero si no somos capaces como sociedad, de conciliar la vida laboral con la familiar, ¿cómo vamos a ser capaces de afrontar todas estas «necesidades»? ¿Acaso es que #EstamosLocos?

No se, no se, demasiadas cosas que hacer y demasiadas pocas horas en el día, ¿como lo ves tu? ¿locura total? ¿totalmente viable? Utiliza la zona de comentarios para decírmelo y así charlamos un rato, que eso también es necesario, ya lo he dicho, socializar alarga la vida.

Hasta pronto,

J

De cero a diez mil

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Es muy curioso como pasan las cosas. Yo nunca he sido deportista, nunca me ha interesado el deporte más allá de lo que daban por televisión, y nunca fútbol, que es lo más emitido. Me tragaba cualquier cosa desde la comodidad de mi sofá, carreras de coches, de motos, natación, gimnasia, atletismo, tenis, baloncesto y desde luego nunca me había planteado traspasar la televisión y practicar nada de eso. Eso era para otros.

Bueno, en parte miento, si que me hubiera gustado estar en el sitio de esos deportistas que recibían medallas y lloraban a moco tendido con el himno de su país mientras su bandera era izada al viento. Ya lo del esfuerzo y el sudor lo veía como más lejos, yo al drama.

¿Quién me iba a decir a mí que acabaría saliendo por la tele mientras otros vagos veían mis avances? Pues la respuesta es muy sencilla, nadie. Y si alguien me lo hubiera dicho, habría pensado que no sabía de lo que estaba hablando, ¿deporte yo? #amosnojodas. Ahora me acuerdo de una frase que decía mi abuelo: «nunca digas de este agua no beberé ni este cura no es mi padre». Cuanta razón tenía el hombre. Hablaba poco, era muy para adentro, pero cuando lo hacía sentenciaba. Si levantara la cabeza, seguro que esbozaría una sonrisa con un ¿lo ves? escrito en los labios.

De cero…

Los que me seguís por Facebook y Twitter ya sabéis que acabo de participar en mi primera carrera, los diez kilómetros del EDP Rock ‘n’ roll Madrid Maratón y 1/2 y que he salido con vida, con agujetas y dolorido pero vivo, muy vivo. Y eso es porque soy un inconsciente que no piensa las cosas y se dedica a actuar por impulsos, hasta ahora me ha salido más o menos bien y por ello me atrevo a vivir de esa manera. Hace aproximadamente un año que me plantee correr, no lo había vuelto a hacer desde el instituto, donde era nombrarme el test de Cooper y ponerme de mala leche, le cogí mucha manía a eso de correr y la he arrastrado hasta hoy, así que si lo pienso, no se que coño hago haciendo lo que hago.

Lo dicho, me planteé correr para matar el tiempo, podría haberme planteado leer enciclopedias o tomar el sol pero pensé que sería mejor hacer un poco de ejercicio y coger un poco de forma física. Aún tengo dudas sobre como fue aquel momento, estaría enajenado o drogado. El caso es que lo intenté, con más o menos suerte y como aprovechaba para corretear mientras mis hijas estaban en el polideportivo, cuando se acabó su curso, se acabó el mío. No había conseguido prácticamente nada, un poco de fondo y poco más.

Acabado el verano, ya septiembre del año pasado, me regalaron un curso de iniciación al running que se desarrollaba durante ocho semanas, un día por semana en clase de grupo con un entrenador y la posibilidad de hacer algo de trabajo personal orientado entre semana. Las primeras clases eran sencillas, correr dos minutos (que se me hacían eternos), caminar uno (que duraba como diez segundos). Era el comienzo, escalado y ascendente para hacer las cosas bien. Ocho semanas más tarde corría aproximadamente veinte minutos seguidos para dar una vuelta completa a «El Retiro» y superar la prueba final del curso. Estaba tan contento con lo conseguido en esas semanas que me reenganché al grupo siguiente, y ya van ocho meses.

… a diez mil

Lo bueno que tienen esas clases grupales es que son divertidas, a mi sigue sin gustarme correr pero me lo paso bien, voy todos los domingos con mis «amiguetes», pasamos la mañana y hacemos deporte. Un día, a alguien se le ocurrió la idea de participar en una carrera oficial y venga, a apuntarnos como locos, como descerebrados, como histéricos….. La mitad del grupo se apuntó a la Carrera de los Bomberos y la otra mitad al Rock ‘n’ Roll y yo ahí, al lío.

Que locura, nunca había corrido esa distancia, lo más que había hecho eran cinco kilómetros, la mitad, y ya tenía bastante, pero la fecha de la carrera la veía tan lejana que daba por hecho que mi estado de forma de corredor de élite se iba a mejorar milagrosamente. Falso. Con el invierno llegó mi alergia al ciprés, las lluvias, el frío, la pereza de salir entre semana, el no estar a la altura en algunas clases, ¿frustración? un poco… y la fecha ya se iba acercando.

El último mes me he puesto las pilas y he atendido (en su mayoría) a la rutina de entrenos que me había puesto mi entrenadora para estar a tope de cara a la carrera, y se ha notado, dos semanas antes del evento corría seis kilómetros sin despeinarme, subidón. Una semana antes del evento hice una tirada de siete kilómetros y rebajando casi un minuto por vuelta…. pero nunca había corrido 10 kilómetros. Hasta ese día.

Y a pesar se la lluvia, del madrugón y del ataque de nervios que arrastraba desde una semana antes salí a correr y paso a paso hasta la meta, diez mil metros, mis primeros diez mil, acompañado de mi mujer, que también es una enajenada como yo y se metió de cabeza en esto del running, mas por casualidad que por convicción, pero que está hecha una fiera.

Esto último ha sido una aliciente especial, ir acompañado durante toda la carrera es motivador, de vez en cuando nos mirábamos y nos preguntábamos, otras corríamos por carriles opuestos de la calle y ella, en un despiste, o eso dice, se arrimó a otro que no era yo, creo que no llegó a hacerle ojitos, pero bueno, lo que pasa en la carrera, se queda en la carrera.

Otro aliciente, la gente, el gentío que poblábamos Madrid correteando como gacelas, gamos o bisontes, cada uno a lo suyo y a lo de los demás, constantemente animando y animándonos, había buen rollo y se notaba. En algunos puntos encontramos concentraciones de gente animando nuestro paso, se me ponen los pelos de punta solo de recordarlo. Aunque para pelos de punta, cuando a unos doscientos metros de la meta me llegaron los gritos que estaba dedicándome mi primo de Alemania, que ha venido por trabajo y que se pasó por la carrera a animar. Oir ese «PRIMOOOOOOO» me dio más energía que un litro de Red Bull y aceleré para entrar en la meta en pleno sprint, buscando a mi mujer con la mirada para no perderla y resulta que la cabrona me había adelantado y me sacó casi diez segundos. Chicas al poder.

Tercer aliciente, mi medalla, había una para cada uno pero yo ya había focalizado mi triunfo en ese pedazo de metal, y cuando me la pusieron por la cabeza me acordé de todos aquellos deportistas de élite de los que os he hablado al principio. Creo que no lloré por vergüenza y porque me hacía pis. A punto estuve de ducharme con la medalla y todo. Es un símbolo, una meta, otro objetivo cumplido.

Y ahora…

Hoy tenemos resaca de carrera y de ilusión, aún nos duran la emoción y las sensaciones y creo que se van a quedar con nosotros durante bastante tiempo. En principio seguiremos corriendo, entrenando con nuestros respectivos grupos y si surge, correremos más carreras. Intentaremos rebajar esos 1:04:33 que tenemos como marca oficial pero solo si se tercia, sin estrés, sin apuros, sin agobios.

Tengo la sensación de haber conseguido muchas cosas en estos ocho meses de entrenamiento, no es solo pasar de correr cero metros a correr diez mil. Ha sido un camino de superación, de implicación, de naturalidad, de objetivos, de empeño, de fuerza, de coraje, de alegría, de humildad, de motivación… son muchos momentos bonitos pero tampoco hay que mitificarlos. Si yo he podido, vosotros también. Ni mi mujer ni yo somos super-héroes, somo personas normales, más bien vaguetes, que se han propuesto una meta alcanzable y la han alcanzado.

Y hablando de metas, no quería despedirme sin recomendaros el blog de una compañera de running de mi mujer que ha relatado post a post toda su evolución hasta convertirse en medio-maratoniana. Cierra la boca y corre no tiene desperdicio, derrocha naturalidad y buen humor. Si alguien cree que lo que hemos hecho nosotros es espectacular, que lea alguna de sus entradas, yo estoy completamente rendido a Flor, a su mundo y a su fuerza de voluntad.

Que lo disfrutéis, y como siempre, si queréis que charlemos un poco, ahí tenéis los comentarios.

Hasta pronto,

J

Que nos pille celebrando

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Hoy he llegado a casa después de trabajar, me he calentado la comida y me he sentado enfrente de la tele a ver las noticias, podía haber elegido cualquier otra cosa que pusieran, con todos los canales de la TDT hay mucho para elegir pero me he quedado con el canal que estaba, que esta vez no era un canal infantil, y he mirado con atención. Estaban relatando el final de la agenda nacional y hablaba la locutora de algo que ni recuerdo, es eso de empezar las noticias empezadas, que ya no me engancho y no me entero. Lo que si que he visto completo ha sido el bloque de deportes, o el bloque de fútbol, para ser más exactos.

A mí, que no me gusta el fútbol, me resulta muy pesado todo el tiempo que le dedican en todos los programas de noticias a este deporte y a su entorno. Hay incluso programas específicos en los que solo se habla de fútbol así que toda esa atención me parece innecesaria. Han abierto el bloque con la lesión de Bale, figura del Real Madrid, famoso por su velocidad y su capacidad para el gol. El pobre se ha lesionado en el músculo de glúteo y se perderá el próximo partido de la Champions y el clásico contra el Barça. Una noticia de alcance, sin duda. Como esta semana es la tercera ronda de partidos de la fase de grupos de la Champions se han dedicado a hacer un repaso de los enfrentamientos de los equipos españoles en la competición, el Real Madrid, el Barça, el Atlético de Madrid y el Athlétic de Bilbao y de sus respectivos rivales, con entrevistas a los entrenadores y a algunos de los jugadores más relevantes. Luego la liga con sus goles del fin de semana y un resumen somero de los mejores partidos. Para terminar esta sección futbolera nos han avisado de que las imágenes que ofrecerían a continuación podrían herir nuestra sensibilidad y nos han mostrado y explicado como un jóven jugador de la liga de fútbol de la India mete un gol, lo celebra haciendo volteretas y en una de ellas, calculando mal la altura de la pirueta, golpea su cabeza contra el suelo, partiéndose el cuello y falleciendo casi en el acto. Boquiabierto me he quedado con la crudeza de la cara y la cruz del deporte. ¿Era necesario ese vídeo?

Para relajar los ánimos han usado el último minuto que quedaba de emisión para hablar de la vuelta a la competición de Rafa Nadal, del comienzo del torneo de Valencia de tenis con David Ferrer como cabeza de serie número 2, de las canastas que ha metido Pau Gasol con los Chicago Bulls y han finalizado el bloque de deportes con la gran noticia de que el español Aritz Aramburu se ha clasificado para la cuarta ronda del Moche Rip Curl Pro. derrotando a la leyenda viva y once veces ganador del mundo, Kelly Slater. Orgullo patrio y al joven esnucado que le vayan dando, es sólo una anécdota y un jugador desconocido que no mueve ni un euro. Por cierto, lo de Aramburu es surf, y si no hubiera ganado a Slater, nunca hubiera salido en un telediario.

Una vez superado el impacto del joven muerto en acto de servicio han comenzado las noticias culturales, tan aburridamente narradas que prácticamente mi cuerpo, él solo, se ha tumbado en el sofá y se ha tapado con la manta. Yo juro que quería enterarme de que iba esa exposición pero ha sido imposible, la narradora tenía voz de Balium y he caído rendido en los brazos de Morfeo. Solo he tenido un ápice de cordura para apagar la televisión, que la luz está muy cara y no hay que ir derrochando.

Unos veinte minutos después, ya en un estado de duerme-vela, pero más a gusto que un niño me ha sorprendido la puerta de la calle, ha llegado mi mujer y he terminado de despertarme, hemos charlado y le he contado, con toda la afectación de la que he sido capaz, porque así lo sentía, lo del chico indio que se ha matado dando volteretas, para mí ha sido lo más relevante de las noticias que he visto. Mi mujer se ha asustado al verme la cara y creía que había sucedido una desgracia mayor, como un tsunami, un terremoto o el cierre de los centros comerciales de Dubai pero ha relajado un poco el rostro cuando se lo he terminado de contar. La pobre ha puesto cara de penilla, y me ha dicho:

-Fíjate, el pobre se ha muerto así de repente, celebrando…

Al principio no le he dado mucha bola pero luego me ha gustado, esta chica a veces es brillante. Una muerte es una muerte, de eso no hay duda, y seguramente habrá sido muy dolorosa para los compañeros y los familiares pero se ha producido en un momento de felicidad, en un momento en que el protagonista estaba eufórico y celebrando, cuando estaba contento de sus logros y ni siquiera habrá sido consciente de los sucedido. Ahora estoy en las nubes, ahora estoy dando vueltas, ahora no estoy.

Hay maneras de morir mejores y peores, esta es horrenda en sí misma y por el espectáculo grabado, pero en el fondo…. mejor no digo lo que se me pasa por la cabeza. Mucha gente mayor dice aquello de «que nos pille confesados» refiriéndose a la muerte, yo en la misma línea, me quedo con «que nos pille celebrando«.

Hasta mañana,

J

Un domingo de perros

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Hoy ha sido un domingo de perros, aunque la temperatura ha sido muy agradable y haya brillado el sol con bastante insistencia. Hoy ha sido uno de esos días que me gustan, de los que no huelen a invierno, a cerrazón ni a oscuridad. Hoy se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Mama y si Barcelona se teñía de rosa con la Carrera de la Mujer y su eslogan #sumatealrosa, en Madrid, los protagonistas han sido los mejores amigos de los hombres ¿los coches deportivos? no, los perros.

Desde que salgo con mi grupo de running todos los domingos he tomado conciencia de la vida que hay en Madrid estos días, antes me limitaba a caminar por el barrio, o salir al jardín de la urbanización a socializar, si acaso unas cañas al aperitivo o un poco de actividad cultural en El Matadero. Pero un poco más arriba, más tirando al centro, las cosas se mueven, y mucho. Quiero hacer un inciso en este punto ya que hablo mucho últimamente del running y del deporte y quiero aclarar una cosa, que a lo mejor os puede decepcionar. No soy un atleta, no tengáis esa imagen de mi porque no es cierta, os costará aceptarlo, pero es la realidad, soy mucho más humano que eso, cada sesión me cuesta un triunfo y sudo y me congestiono como si fuera a estallar. Ya está, soltado, he roto un mito.

Hace tres semanas el domingo de Madrid centro y los aledaños de El Retiro estaban tomados por una carrera popular, cientos de personas bajaban en hordas vestidos con camisetas azules, dorsales, bebida isotónica y cuatro panes de hamburguesas que les había regalado el patrocinador al tiempo que yo subía a ponerme «colorao» corriendo. Recuerdo que pensé, míralos, a lo mejor yo en unos meses también hago una carrerita de estas, cuando ví que en la espalda llevaban serigrafiado «media maratón» , pensé… «O a lo mejor no…»

Hace dos semanas, le tocó el turno a la fiesta de la bicicleta, cientos de personas bajaban en hordas con sus amigas, las bicis, mientras yo subía a «disfrutar» corriendo. Ese día era muy peligroso, había muchas bicicletas y muy poco espacio para los corredores, las calles ya se habían abierto al tráfico normal y a los ciclistas de domingo le debía dar miedo bajar por la calzada, así que estaban todos concentrados y procesionando por las aceras. Allí se mezclaban los viandantes, los ciclistas, los padres con carritos de bebe, las terrazas, los runners, algún que otro patinador, varios niños, en bici y andando y yo. Para habernos «matao».

Lo de la semana pasada ya lo dejé reflejado en este post, fue el día de la Fiesta Nacional Española y su consiguiente desfile, esta vez las hordas de gente se concentraban en Atocha y subían por el Paseo del Prado con el afán de ver desfilar a los cuerpos del ejército, ¡y que cuerpos! dirán algunas y algunos. Y a los carros de combate, y a los tanques, y a la cabra de la legión, y a los aviones.

Este domingo, hoy, teníamos Perrotón, una carrera popular de runners y perros. Os puede parecer de broma pero, al igual que estos últimos domingos, cientos de personas bajaban en hordas con sus muy mejores amigos, customizados para el evento, con camiseta los dueños y con pañuelo al cuello, los perros, no confundirse. Bueno todos menos una señora que llevaba la camiseta y a un chiguagua en el bolso, imagino que el pobre animal no habría corrido porque le podían haber dejado como una calcamonía en el asfalto. Esta carrera de perros tiene un fin festivo y eminentemente solidario, su mensajes es el siguiente: Carrera Solidaria por la Adopción y Tenencia responsable de animales de compañía.

http://www.dontstopmadrid.com/
http://www.dontstopmadrid.com

Lo que ha quedado bastante claro es que la ciudad se mueve, o los habitantes se mueven, o nos movemos o nos movilizamos según la causa. Hay mucho entusiasmo deportivo y se nota en la calle, estos que os he puesto, bueno, quitando el desfile, son muestras bastante fehacientes. En todos los casos las inscripciones se habían agotado, las plazas estaban cubiertas y aún así ha habido over-booking de participación. Muchas ganas de salir por la ciudad y de disfrutar de sus calles y monumentos de una forma distinta, estas lo han sido pero habrá más. La agenda es muy ámplia y cada fin de semana un nuevo evento tiene lugar, solo hay que estar un poco atento.

Yo, de momento, que no me veo preparado para media maratón y que no tengo ni bici ni perro veré que es lo que más se ajusta del calendario deportivo/cultural/solidario y si no hay nada, siempre puedo sentarme a tomar un brunch en una terracita y ver bajar a esos cientos de personas arremolinadas en hordas que se juntan cada domingo.

Y tu ¿has encontrado ya tu evento?

Hasta mañana,

J

Cansado pero vivo

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Lo reconozco, hoy estoy agotado.

No de escribir un post diario, que eso de momento lo llevo bien, estoy literal y físicamente agotado. No había comentado por aquí que desde primeros de septiembre había retomados mis hábitos deportivos, vamos que he vuelto a correr. Después de un verano dedicado a mirarme el ombligo, tomar el sol, leer y si acaso, hacer algún que otro «largo» en la piscina o un paseo «corto» por la playa, la re-entré a la rutina ha sido, cuanto menos, cansada.

Mis compañeros de trabajo me regalaron por mi cumpleaños, allá por mayo, un curso de iniciación al running que por problemas de fechas y de calor sofocante no he empezado a disfrutar hasta ahora. Consiste en un clase grupal un día por semana, los domingos en mi caso, y luego trabajo personal entre semana, adaptado y progresivo. No encuentro nada negativo en ello, el grupo es perfecto, las edades y el estado de forma son muy similares y correr en grupo es gratificante, «el equipo de suda junto, permanece junto». Pero claro, es un curso proyectado a hacer de nosotros, tiernos principiantes, runners de grado medio y que consigamos tener una independencia de carrera constante de unos cuarenta minutos al finalizar los dos meses de formación.

Hoy ha sido la clase número 5, la primera del segundo mes y ya nos habían dicho que las cosas se iban a poner duras…., sin guarrerías. Y como lo prometido es deuda, así ha sido. Nadie nos ha engañado y eso es de agradecer pero al terminar la sesión nos hemos querido morir, o por lo menos dejarnos caer al suelo, cual atleta olímpico en la línea de meta a la espera de una camilla que nos llevase a casa. Hoy hemos conocido un término nuevo en el mundo del running, el «Fartlek», que, como buena rutina de entrenamiento nórdica, parece sacada del catálogo de IKEA, junto a las estanterías Lesvik, las toallas Hären, las camas Svärta y las cajas Trofast.

Sin entrar mucho en explicaciones, esta técnica de entrenamiento está basada en los cambios de ritmo, en series de carrera contínua de distintas intensidades. El objetivo es la sobre-oxigenación del corazón que va a ser, a la larga, la que nos va a dar ese fondo físico que necesitamos para ir «un paso adelante».

Lo bueno de la experiencia es que hemos salido todos vivos, lo malo, que tenemos que seguir practicando entre semana y seguramente el próximo domingo sea peor, más distancia, más cambios de ritmo y corazón a tope de oxígeno. Cuando mi entrenadora me ha dado el planning semanal ya ha incluido una sesión de Fartlek, ya no me libra de esto ni…. nadie, no me va a librar nadie.

Pero oye, que en realidad no me estoy quejando de nada, estoy encantado. Después de volver a casa y de pegarme una ducha de campeonato hemos comido en familia y luego un poquito de siesta. De lo cansado que me encontraba casi no he podido dormir y cuando me he levantado y he subido las escaleras, mierda de duplex, me he dado cuenta de lo vivo que me encuentro. Porque cuando estás vivo te duelen las cosas y yo, a estas alturas, tengo pocas que no me duelan. ¡Qué sensación de vitalidad tan….! sí, como te imaginas.

Me duele al andar, me duele al sentarme, me duele estirarme y me duele pensar en las agujetas de mañana y de pasado. La vida es bella!!!

Prometí hablar del lado positivo de las cosas y ya he empezado, nada de lo que he escrito hasta ahora es negativo en sí mismo, todo forma parte de una experiencia vital y liberadora que debería estar al alcance de todos. La actividad física, mola. Yo siempre he sido sedentario y creía que así se vivía estupendamente pero ahora he podido comprobar que no, moverse es sano, que te duela hasta el alma es sano, respirar al máximo de capacidad de los pulmones es sano e ir a hacer deporte con ropa chula y conjuntado es sano y molón. Y el entorno…. importante el entorno. Las clases grupales las tenemos en el Parque de El Retiro, un lugar extraordinario para el deporte, para pasear y para perderse, lleno de lugares bellos y recónditos. En El Retiro hay mil rincones y las opciones de tener tu propio disfrute son enormes. Esta parte de Madrid me encanta, y el camino de ida y de vuelta, que hago andando porque vivo relativamente cerca.

Espectacular imagen de "El Retiro" desde el aire
Espectacular imagen de «El Retiro» desde el aire

En el post del otro día os hablaba de la importancia que tiene cambiar el punto de vista y de mirar, para descubrir cosas nuevas en nuestro camino rutinario. Si os dí ese consejo es porque yo estoy haciéndolo y funciona. De un tiempo a esta parte, tal vez desde que hago deporte y desde que escribo el blog o desde no se cuando noto que mi movimiento corporal es distinto, ahora camino más erguido, mis hombros más rectos y mi vista no va pendiente del suelo. He empezado a mirar a lo alto y a lo lejos, y he empezado a ver cosas nuevas, que siempre han estado allí, pero de las que no era consciente.

Hay todo un mundo desconocido a nuestro alrededor, vamos a descubrirlo. Yo de momento, voy a tomarme un paracetamol y un vaso de agua, a ver si soy capaz de llegar de forma digna a la cocina.

Hasta mañana,

J

Todos corren…. ¡yo corro!

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Esta tarde iba caminando y delante mío, paseaba un abuelo, bastante mayor el hombre, con sus dos nietas. La más pequeña debía tener cerca de dos años, y con la lengua de trapo que tienen los niños a esa edad le decía:

-No se code ¿vedad agüelo?

-No, hija, no se corre -respondía el abuelo- pero es qué tu hermana….

-Hermana mala, no se code -Insistía la niña pequeña.

-No, no, no se corre- volvía el abuelo- tu hermana es muy mala,  le digo que no se corre y no para de correr…

Menuda escena, la de veces que me he visto yo en esa misma situación, no como un abuelo, joer. Sino diciéndole a mis hijas que no corran, que pueden ir andando, que por qué no van andando?, qué paaaaaren ya!! Los que tenemos hijos hemos pasado por eso en innumerables ocasiones y es que los niños ven el mundo a su modo, y poco les suele importar lo que digamos los adultos. Con lo de ir corriendo de un lado a otro pasa lo mismo que con las toallas de la piscina -Qué no pises las toallas!- pero nada. Da igual que el niño en cuestión tenga 2 que 10 años, cada vez que atraviesan el césped de la piscina van pisando las toallas y como no, corriendo. Siempre corriendo… Bueno, siempre que no seas tú el que tenga prisa y diga, ¡corriendo, que no llegamos! Que ahí te has caído con todo el equipo. En esas circunstancias, los niños están muy cansados, no les apetece correr, les duele la planta de los pies o las zapatillas no son apropiadas…. Solo se me ocurre una palabra para describirlos cuando adoptan esta actitud. Capullos.

Dejando aparte esta fijación infantil de ir corriendo, que cuando hablo de comportamientos infantiles se me va la cabeza y me lío…me he dado cuenta de que a mi alrededor todo gira en torno a «correr». Si, es como cuando te compras un coche último modelo, de los que se han dejado ver poco por la calle, y cuando lo tienes no paras de verlos por ahí, en movimiento, aparcados, estrellados contra un semáforo. O cuando paseas de la mano de tu mujer embarazada y te cruzas con otras seis o siete, como si estuvierais en una feria de bombos. O cuando te rompes algo y vas escayolado, miles de personas se escayolan algo para no dejarte ser el único. A mi me está pasando con esto del running.

Desde que tomé la decisión de aprovechar unos ratos libres que tengo ciertas tardes entre semana para salir a correr un rato, unos treinta minutos, con intención solo de matar el tiempo y ponerme algo en forma, a todos a mi alrededor parece haberles entrado ansia por el running. El novio de mi compañera de trabajo corre, el novio de otra no hace deporte, sólo corre de vez en cuando, mi compañero de trabajo corre por las tardes para desestresarse, otro corre para preparar una competición, otro incluso participa en competiciones tipo Ironman….¿Es que no hay nadie que juegue a la petanca? Pues va a ser que no, chicas y chicos, el deporte de moda es correr, nada mas barato y tan a mano. El caso es que yo siempre he sido un detractor de esto del correr, he sido de los que pensaba que solo correría si me perseguían, aunque luego matizaba, incluso ni aunque me persigan… si me van a coger igual y encima desfallecido y sudado. Pero ahora mi opinión es otra.

Creo recordar que cuando me planteé salir a correr miré todo el catálogo de Decathlon para ver que era lo que necesitaba,  en una visita que hice a la tienda para otras cosas llegué a probarme unas zapatillas Asics tan bonitas como caras. No se cuando decicí parar con el cuento de la lechera, ya que yo soy mucho de eso, aunque vaya un día al campo tengo que ir de arriba abajo customizado, si voy a la nieve, lo mismo, me falta tiempo para comprarme hasta las gafas de ventisca….Pero el caso es que paré, me detuve, miré al cielo y pensé:

-Vamos a ver, no nos volvamos locos, si tengo zapatillas, camisetas y pantalones de deporte, ¿qué mas quiero? Ya si veo que en una o dos salidas me va bien, me compro las Asics, el pulsómetro, la sujeción para el móvil, dos o tres camisetas técnicas, un cortavientos y hasta una riñonera.

Así que con mi equipo básico de corredor pardillo, me lancé a la aventura de correr, primero andando rápido, luego trotando un poco, más tarde un poco de carrera ligera y luego, por favor un Samur. Qué experiencia maaaaaas mala. En qué hora se me había a mí pasado por la cabeza lo de correr. De los treinta minutos que tenía, debí de correr unos diez, el resto me los pasé caminando rápido, con el pecho ardiendo, sin respiración y boqueando como un pez fuera del agua. Ese día no me sentí bien, ni los cuatro o cinco días siguientes debido a las agujetas. El primer «running day» fue una maldición.

Aún así, volví un segundo día, para entonces ya había leído algo en Internet que me había llamado la atención. Se trata de un blog que encontré por ahí, navegando (que no corriendo) por la web, os dejo el enlace porque es muy recomendable su sección Running para Novatos (la mía, claro).

http://devagoarunner.wordpress.com/

El autor da todo tipo de detalles y de estímulos para los que queremos iniciarnos, nos facilita la tarea aportando su experiencia, poniéndose en nuestra piel y ejerciendo de Cicerone por el amplio mundo del running y sus vicisitudes. Una vez leídas varias de sus entradas, aún con el subidón del principiante, me marqué un objetivo a cumplir y me tiré de nuevo a la calle con las zapatillas. Os quiero decir una cosa, la motivación está muy bien, los objetivos también, la constancia, la vitalidad, la experiencia…. todo cojonudo. Pero el que estaba ahí sudando como un perro, colorado como un tomate y al borde del infarto era yo. Me acordé con cariño del autor del blog cuando acabaron los treinta minutos y me paré, objetivo cumplido. Y me estuve acordando de su familia entera mientras moría por ese maldito parque. Porque en el segundo «running day» corrí mucho más que en el primero, por mi mala cabeza, por cumplir el objetivo fijado y porque iba cuesta abajo, llegó un momento que me sentí fuerte y tiré, tiré, tiré….. Tanto tiré que me perdí. Y yo con hora y sin saber donde estaba concretamente. Ahí si que tuve que correr, como un maldito «pringao». Afortunadamente salí del atolladero, llegué a tiempo donde debía y me dije:

-¡Vaya mierda! -Y me fui a morirme a mi casa.

Unos días después, volví a releer el blog «De vago a runner», pensé que a lo mejor estaba exagerando y que debería darle ooootra oportunidad al ejercicio, ¿o tal vez no? Así que pensé que si lo de salir a correr estaba hecho para mí debería recibir alguna señal que lo confirmara, entre tanto, yo esperaría cómodamente sentado.

Este domingo, mientras estaba sentado junto a unos vecinos en un banco de nuestra urbanización, mi vecinita pequeña, una niña a la que no paran ni sus padres ni teme a nada, vino corriendo horrorizada a subirse encima de su padre porque un perro estaba rondando por ahí. El perro en cuestión, un diminuto y precioso cachorro, también venía corriendo escapando de una jauría de niños que solo querían acariciarle y hacerle monadas. Y sí, como os podéis imaginar, los niños también venían corriendo a por el perro. Esta situación entre tensa y graciosa no me pasó desapercibida. En ese momento pensé:

-¡No me jodas que ésta es la señal! -Parece ser que lo era, eso me pasa a mí por dejarle elegir al destino.

Así que no me queda otra que volver a intentarlo. Si todos corren, yo no voy a ser menos. Si véis que en unos días no estoy por aquí, es que estoy tirado en el suelo hecho un bicho bola y maldiciendo «las señales».

Hasta pronto,

J