Que nos pille celebrando

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Hoy he llegado a casa después de trabajar, me he calentado la comida y me he sentado enfrente de la tele a ver las noticias, podía haber elegido cualquier otra cosa que pusieran, con todos los canales de la TDT hay mucho para elegir pero me he quedado con el canal que estaba, que esta vez no era un canal infantil, y he mirado con atención. Estaban relatando el final de la agenda nacional y hablaba la locutora de algo que ni recuerdo, es eso de empezar las noticias empezadas, que ya no me engancho y no me entero. Lo que si que he visto completo ha sido el bloque de deportes, o el bloque de fútbol, para ser más exactos.

A mí, que no me gusta el fútbol, me resulta muy pesado todo el tiempo que le dedican en todos los programas de noticias a este deporte y a su entorno. Hay incluso programas específicos en los que solo se habla de fútbol así que toda esa atención me parece innecesaria. Han abierto el bloque con la lesión de Bale, figura del Real Madrid, famoso por su velocidad y su capacidad para el gol. El pobre se ha lesionado en el músculo de glúteo y se perderá el próximo partido de la Champions y el clásico contra el Barça. Una noticia de alcance, sin duda. Como esta semana es la tercera ronda de partidos de la fase de grupos de la Champions se han dedicado a hacer un repaso de los enfrentamientos de los equipos españoles en la competición, el Real Madrid, el Barça, el Atlético de Madrid y el Athlétic de Bilbao y de sus respectivos rivales, con entrevistas a los entrenadores y a algunos de los jugadores más relevantes. Luego la liga con sus goles del fin de semana y un resumen somero de los mejores partidos. Para terminar esta sección futbolera nos han avisado de que las imágenes que ofrecerían a continuación podrían herir nuestra sensibilidad y nos han mostrado y explicado como un jóven jugador de la liga de fútbol de la India mete un gol, lo celebra haciendo volteretas y en una de ellas, calculando mal la altura de la pirueta, golpea su cabeza contra el suelo, partiéndose el cuello y falleciendo casi en el acto. Boquiabierto me he quedado con la crudeza de la cara y la cruz del deporte. ¿Era necesario ese vídeo?

Para relajar los ánimos han usado el último minuto que quedaba de emisión para hablar de la vuelta a la competición de Rafa Nadal, del comienzo del torneo de Valencia de tenis con David Ferrer como cabeza de serie número 2, de las canastas que ha metido Pau Gasol con los Chicago Bulls y han finalizado el bloque de deportes con la gran noticia de que el español Aritz Aramburu se ha clasificado para la cuarta ronda del Moche Rip Curl Pro. derrotando a la leyenda viva y once veces ganador del mundo, Kelly Slater. Orgullo patrio y al joven esnucado que le vayan dando, es sólo una anécdota y un jugador desconocido que no mueve ni un euro. Por cierto, lo de Aramburu es surf, y si no hubiera ganado a Slater, nunca hubiera salido en un telediario.

Una vez superado el impacto del joven muerto en acto de servicio han comenzado las noticias culturales, tan aburridamente narradas que prácticamente mi cuerpo, él solo, se ha tumbado en el sofá y se ha tapado con la manta. Yo juro que quería enterarme de que iba esa exposición pero ha sido imposible, la narradora tenía voz de Balium y he caído rendido en los brazos de Morfeo. Solo he tenido un ápice de cordura para apagar la televisión, que la luz está muy cara y no hay que ir derrochando.

Unos veinte minutos después, ya en un estado de duerme-vela, pero más a gusto que un niño me ha sorprendido la puerta de la calle, ha llegado mi mujer y he terminado de despertarme, hemos charlado y le he contado, con toda la afectación de la que he sido capaz, porque así lo sentía, lo del chico indio que se ha matado dando volteretas, para mí ha sido lo más relevante de las noticias que he visto. Mi mujer se ha asustado al verme la cara y creía que había sucedido una desgracia mayor, como un tsunami, un terremoto o el cierre de los centros comerciales de Dubai pero ha relajado un poco el rostro cuando se lo he terminado de contar. La pobre ha puesto cara de penilla, y me ha dicho:

-Fíjate, el pobre se ha muerto así de repente, celebrando…

Al principio no le he dado mucha bola pero luego me ha gustado, esta chica a veces es brillante. Una muerte es una muerte, de eso no hay duda, y seguramente habrá sido muy dolorosa para los compañeros y los familiares pero se ha producido en un momento de felicidad, en un momento en que el protagonista estaba eufórico y celebrando, cuando estaba contento de sus logros y ni siquiera habrá sido consciente de los sucedido. Ahora estoy en las nubes, ahora estoy dando vueltas, ahora no estoy.

Hay maneras de morir mejores y peores, esta es horrenda en sí misma y por el espectáculo grabado, pero en el fondo…. mejor no digo lo que se me pasa por la cabeza. Mucha gente mayor dice aquello de «que nos pille confesados» refiriéndose a la muerte, yo en la misma línea, me quedo con «que nos pille celebrando«.

Hasta mañana,

J

Un domingo de perros

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Hoy ha sido un domingo de perros, aunque la temperatura ha sido muy agradable y haya brillado el sol con bastante insistencia. Hoy ha sido uno de esos días que me gustan, de los que no huelen a invierno, a cerrazón ni a oscuridad. Hoy se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Mama y si Barcelona se teñía de rosa con la Carrera de la Mujer y su eslogan #sumatealrosa, en Madrid, los protagonistas han sido los mejores amigos de los hombres ¿los coches deportivos? no, los perros.

Desde que salgo con mi grupo de running todos los domingos he tomado conciencia de la vida que hay en Madrid estos días, antes me limitaba a caminar por el barrio, o salir al jardín de la urbanización a socializar, si acaso unas cañas al aperitivo o un poco de actividad cultural en El Matadero. Pero un poco más arriba, más tirando al centro, las cosas se mueven, y mucho. Quiero hacer un inciso en este punto ya que hablo mucho últimamente del running y del deporte y quiero aclarar una cosa, que a lo mejor os puede decepcionar. No soy un atleta, no tengáis esa imagen de mi porque no es cierta, os costará aceptarlo, pero es la realidad, soy mucho más humano que eso, cada sesión me cuesta un triunfo y sudo y me congestiono como si fuera a estallar. Ya está, soltado, he roto un mito.

Hace tres semanas el domingo de Madrid centro y los aledaños de El Retiro estaban tomados por una carrera popular, cientos de personas bajaban en hordas vestidos con camisetas azules, dorsales, bebida isotónica y cuatro panes de hamburguesas que les había regalado el patrocinador al tiempo que yo subía a ponerme «colorao» corriendo. Recuerdo que pensé, míralos, a lo mejor yo en unos meses también hago una carrerita de estas, cuando ví que en la espalda llevaban serigrafiado «media maratón» , pensé… «O a lo mejor no…»

Hace dos semanas, le tocó el turno a la fiesta de la bicicleta, cientos de personas bajaban en hordas con sus amigas, las bicis, mientras yo subía a «disfrutar» corriendo. Ese día era muy peligroso, había muchas bicicletas y muy poco espacio para los corredores, las calles ya se habían abierto al tráfico normal y a los ciclistas de domingo le debía dar miedo bajar por la calzada, así que estaban todos concentrados y procesionando por las aceras. Allí se mezclaban los viandantes, los ciclistas, los padres con carritos de bebe, las terrazas, los runners, algún que otro patinador, varios niños, en bici y andando y yo. Para habernos «matao».

Lo de la semana pasada ya lo dejé reflejado en este post, fue el día de la Fiesta Nacional Española y su consiguiente desfile, esta vez las hordas de gente se concentraban en Atocha y subían por el Paseo del Prado con el afán de ver desfilar a los cuerpos del ejército, ¡y que cuerpos! dirán algunas y algunos. Y a los carros de combate, y a los tanques, y a la cabra de la legión, y a los aviones.

Este domingo, hoy, teníamos Perrotón, una carrera popular de runners y perros. Os puede parecer de broma pero, al igual que estos últimos domingos, cientos de personas bajaban en hordas con sus muy mejores amigos, customizados para el evento, con camiseta los dueños y con pañuelo al cuello, los perros, no confundirse. Bueno todos menos una señora que llevaba la camiseta y a un chiguagua en el bolso, imagino que el pobre animal no habría corrido porque le podían haber dejado como una calcamonía en el asfalto. Esta carrera de perros tiene un fin festivo y eminentemente solidario, su mensajes es el siguiente: Carrera Solidaria por la Adopción y Tenencia responsable de animales de compañía.

http://www.dontstopmadrid.com/
http://www.dontstopmadrid.com

Lo que ha quedado bastante claro es que la ciudad se mueve, o los habitantes se mueven, o nos movemos o nos movilizamos según la causa. Hay mucho entusiasmo deportivo y se nota en la calle, estos que os he puesto, bueno, quitando el desfile, son muestras bastante fehacientes. En todos los casos las inscripciones se habían agotado, las plazas estaban cubiertas y aún así ha habido over-booking de participación. Muchas ganas de salir por la ciudad y de disfrutar de sus calles y monumentos de una forma distinta, estas lo han sido pero habrá más. La agenda es muy ámplia y cada fin de semana un nuevo evento tiene lugar, solo hay que estar un poco atento.

Yo, de momento, que no me veo preparado para media maratón y que no tengo ni bici ni perro veré que es lo que más se ajusta del calendario deportivo/cultural/solidario y si no hay nada, siempre puedo sentarme a tomar un brunch en una terracita y ver bajar a esos cientos de personas arremolinadas en hordas que se juntan cada domingo.

Y tu ¿has encontrado ya tu evento?

Hasta mañana,

J

Soñando

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Cuando pensamos en el mundo de los sueños la primera imagen que se nos viene a la cabeza es siempre positiva, nos imaginamos un mundo donde todo es posible, donde las leyes físicas han cambiado y donde las imágenes evocadoras surgen por doquier. El mundo de los sueños se nos presenta amable y colorido, es un refugio, un santuario, el mundo ideal para vivir porque todo es felicidad…. Y eso os pasa a algunos, a los que hemos leído los comics de Sandman, de Neal Gaiman nos ocurre básicamente lo contrario, que estamos convencidos de que el mundo de los sueños es oscuro e intrincado y que no es más que un reflejo del mundo real. Así, que si aún no habéis disfrutado de las historias de Morfeo, no os adentréis, insensatos, y seguir viviendo y disfrutando de vuestra ignorancia.

Dicen los entendidos que todos soñamos, que nuestra mente genera este tipo de visiones, tal vez, para liberar el estrés diario o quizá sea nuestro subconsciente que se interna en nuestros más recónditos miedos y deseos para mostrárnoslos. Sea como fuere, los sueños existen y son generados, aunque nuestro cerebro posea a veces una incapacidad terrible para recordarlos. A lo mejor es un mecanismo de defensa contra todos ellos, los buenos y los malos. Los buenos, para quitarnos esos anhelos oníricos imposibles de conseguir y los malos, para evitarnos sufrimientos innecesarios.

Imagino que a todos nos ha pasado eso de despertarnos en mitad de un sueño y a medida que el cuerpo toma conciencia de su nueva situación, el mundo onírico se va diluyendo y finalmente, olvidando. No se a vosotros, llamadme loco, pero a mi me resulta muy frustrante. Intento con todas mis fuerzas aferrarme a él pero se me escurre de la mente tan rápido como la espuma del champú cae de mi pelo con el agua caliente. Me joroba enormemente olvidarme así de las cosas, sentirme arrancado de una historia que estoy viviendo, aunque en realidad no sepa, ni nunca llegue a saberlo, si era positiva o negativa.

Pero hay algo excepcional que a mi personalmente me da mucho que pensar, esos sueños reiterativos, esos sueños…, pesadillas mas bien, que se repiten y repiten. Si todas las noches nuestro cerebro se va de marcha al mundo de los sueños, y en teoría cada día vive una aventura distinta, basada en lo vivido en la realidad, ¿por qué somos capaces de recordar sólo una misma imagen, o una misma sensación, o un mismo escenario? No me digáis que no es curioso… De todos los posibles sueños diarios, solo es recurrente uno, y siempre uno malo, para que vamos a engañarnos. A mi me pasa con uno en concreto que me produce mucha desazón.

Hace unas semanas, mi bloggeramiga Sonia Le Lo publicó en unos de sus blogs, Bitácora de Fotografía el trabajo de un excelente fotógrafo llamado Luis Beltrán, pera ilustrar el post eligió la siguiente foto:

A sus pies. Luis Beltran, 2009
A sus pies. Luis Beltrán, 2009

Un imagen espectacular, de una belleza extraordinaria pero que a mi me produce un terrible desasosiego. Esta foto se parece mucho a mi pesadilla recurrente.

En mi sueño, yo no estoy en un columpio, que ya de por si me daría bastante miedito, pero si que estoy en lo alto de algo con toda la ciudad a mis pies, la sensación no es agradable sino todo lo contrario, me encuentro de pie allí subido en algo que no es totalmente fijo y la superficie es más pequeña que el tamaño de mis pies. En todo momento siento la amenaza de caer al vacío e infinidad de veces he intentado hacerlo para acabar con esa sensación. Nunca he sido capaz, mi tormento es estar ahí, a la espera de una caída que nunca llega. Yo no se interpretar los sueños, pero este parece bastante sencillo, ¿Incapacidad? ¿Inseguridad? ¿Inestabilidad? Seguramente todas.

No deja de resultarme curioso cómo funciona nuestro cerebro y como es capar de dibujar estos sentimientos, esa imágenes irreales son a veces tan vividas que asustan, quizá es la mejor forma que tenemos de sufrirlas o disfrutarlas, metiéndonos de lleno en ellas con todos nuestros sentidos.

Y hablando de sueños, luego están los otros, los que pertenecen al ámbito de los anhelos, los objetivos, las metas a cumplir. Estos son distintos, son reales, son cuantificables, y son medibles. Sin estos, no deberíamos vivir, debería ser necesario que todos hiciéramos un ejercicio de introspección para saber con claridad cuales son nuestros objetivos en la vida y trazarnos un camino para llegar a alcanzarlos. No se trata de describir propósitos imposibles ni emprender caminos que nos lleven a todo lo alto, los sueños cercanos, realistas y accesibles pueden parecer menores pero también son gratificantes. Tratar de conseguir modificar alguna parte de tu carácter, dejar de fumar o aprender a relacionarte mejor con los que te rodean también son proyectos posibles, no todos podemos ser presidentes del gobierno, ni estrellas de rock, ni top models, ni los descubridores de la cura del cáncer. Estas metas personales son las que nos van a servir de guía en nuestro camino y en nuestro desarrollo así que no hay que perderlas de vista, no podemos dejar de soñar, no debemos perder esa parte, aún a pesar, de que de vez en cuando, nuestros sueños se tornen en pesadillas.

Ayer mismo, estaba dando de alta en nuestra base de datos del trabajo a una empresa-cliente nueva de Portugal que se llama Chasing Dreams (persiguiendo sueños) y esa expresión es la que me ha inspirado para hablaros de esto hoy, que es sábado y estamos relajados. No debéis olvidaros de que en todo lo que vivís hay una lección que aprender, así que os animo a que la aprendáis, soñando, temblando, viviendo, errando y superando límites.

Hasta mañana,

J

Hoy es un día…

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Adoro los viernes, es mi día favorito de la semana, no lo puedo evitar. Me ha pasado siempre, estudiando, trabajando o incluso haciendo las dos cosas a la vez, el viernes era el ganador. Puede que me encuentre cansado y que haya madrugado mucho pero todo lo que hay por delante tiene un brillo especial. Siempre ha sido mi día especial para salir (cuando salía) y para hacer planes (cuando hacía planes) y desde bien temprano me levanto de la cama con eso en el cuerpo, con saber que hoy es ese día.

Cuando salía por la noche me gustaba especialmente esta noche, después de trabajar o de la Universidad, una ducha y a la calle, a tragarme lo malo de la semana con unas cervecitas o con lo que fuera surgiendo, y hasta las tantas…. nunca encontraba el momento de irme a casa, a lo mejor por el hecho de que no se acabase mi día favorito. Ahora es un poco lo mismo, el viernes está lleno de incentivos. Voy a repasar unos cuantos, generales y particulares:

El primero de ellos es sutil y superficial pero me encanta, es el casual day en el trabajo y puedo ir en vaqueros, que comodidad. Es la prenda de ropa con la que mas y mejor me identifico así que esos días de vaqueros y dress code relajado es cuando me siento más YO MISMO. Y eso, amigas y amigos, es importante. Creo que lo noto en mi actitud hacia el trabajo y hacia los compañeros, los viernes no suelen ser días fáciles laboralmente hablando, siempre hay prisas y algunas cosas tienden a enfangarse pero con un poco de paciencia todo se va finiquitando, total, yo ya estoy en vaqueros… También es un día difícil en lo que se refiere al tráfico, la vuelta a casa en hora punta es atroz pero me da exactamente igual, se que en un momento u otro llego así que me relajo con la música y el paisaje y listo, total, yo ya estoy en vaqueros…. Parece absurdo, pero la comodidad que siento anticipa la tranquilidad del fin de semana y relativiza las tareas del día.

Este año, además, los viernes tienen otro aliciente, las niñas no tienen entrenamiento este día por lo que, una vez recogidas del colegio tenemos la tarde para nosotros, a modo de preámbulo, sin más prisas que la merienda y sin más preocupaciones que decidir si patines o patinete para salir a jugar. Un tranquilidad que agradezco, claro, que también me gusta desconectar de esa parte. Cuando hace bueno y las veo largarse y dejarme solo en casa, solo puedo recostarme en el sofá y sonreir.

Hoy, en concreto, ni siquiera están, se han ido de compras con los abuelos así que no tengo que estar pendiente de ellas, ni preveer que vengan a casa por pis, caca o agua, hoy la tarde es mía, y vuestra, que aquí estoy dándole a la tecla. Y tan agusto, oye. Cuando quieran volver ya será la hora de la cena y estaré preparado para irme a correr un rato, para terminar de desestresarme. Cuando vuelva, disfrutemos del pack peli-pizza y cuando se vayan a la cama, me quedaré tirado en el sofá como un gato, ronroneando y todo.

Además, hoy es el cumpleaños de mi ex-jefe y me ha alegrado mucho llamarle para felicitarle y charlar un rato con él. Asi dicho queda raro, pero es que él es mas que un ex-jefe, él ahora está jubilado y nos conocemos desde hace taaaaanto tiempo. Todo lo que se del mundo laboral, la forma que tengo de trabajar y de ser me la ha forjado él. Yo llegué a su vida con 18 añitos, solo unos años más mayor que sus hijos y me ha tenido un poco como referente. La relación que establecimos desde bien pronto fue de amor por el trabajo, de respeto, de maestro-alumno y luego, más tarde pero de forma natural, de amigos, casi familia. Yo era para él un proyecto y notaba como se sentía orgulloso de mis avances, de mi vuelta a los estudios, del ingreso en la Universidad, de mi boda, del comienzo de mi proyecto de familia. Muchos años juntos, y me consta, que si hubiera sido por él, ahora yo estaría mucho más arriba de lo que estoy. Pero la vida es así. Yo le tengo mucho cariño por todo esto que os he contado pero también por su forma de tratarme, por su forma de mirarme, por su forma que respetarme y por su forma de quererme. Cariñosamente le llamábamos «El López» y así me apetece presentároslo, así que, aunque ya lo he hecho por teléfono… López, muchas felicidades.

No puedo evitarlo, ni quiero. La euforia que siento hoy se debe en parte a todo esto que os he dicho y a muchas cosas más pero sobre todo son fruto de una actitud positiva. Me viene a la memoria, muchos años atrás, una cinta de casette de Joan Manuel Serrat que solía poner mucho mi madre y a una frase extraída de una de esas canciones:

«Hoy puede ser un gran día,
plantéatelo así,
aprovecharlo o que pase de largo,
depende en parte de ti.» 

Yo creo que de tanto oírla se me quedó grabada a fuego y quién sabe si ha podido marcar mi filosofía de vida desde entonces.

Hoy viernes, mientras volvía a casa en el coche, dejando que el sol acariciase mi cara, sabiendo que ya había terminado lo duro de la semana ha sonado una canción que me gusta mucho y que me pone de buen humor, de mejor humor del habitual, si cabe y como os habéis portado bien, quiero compartirla con vosotros y desearos un muy feliz viernes.

Hasta mañana,

J

Somos bellos

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Cantaba Alejandra Guzmán en uno de sus temas… «…Eres bello, bello, bello, más que el firmamento, con un millón de estrellas…. eres bello, bello, bello, peligroso y bello, mucho más de la cuenta….» y se refería evidentemente a un buen ejemplar, a un hombre bello por fuera, todo un adonis, un tiarrón, un pibón, aunque por lo que reza la canción no era tan bello por dentro… Este tipo de belleza no es la que me interesa, al menos hoy.

La belleza, ese concepto tan extraño y tan particular, totalmente subjetivo aunque medible atendiendo a los intereses de una época, de una región geográfica y de unos patrones universales como la simetría y la armonía. Estaremos todos de acuerdo en que la belleza es relativa y pertenece más al ojo que mira que al que la posee, si alguien no está de acuerdo con estos planteamientos es la hora de disentir. Aunque una cosa es la Belleza en mayúsculas, y otra la belleza que poseen, por ejemplo, los seres humanos, tan diferentes unos de otros, con rasgos característicos tan distintos, con colores y actitudes tan diversos…

Aunque también hay algunas constantes…. hoy en día estamos acostumbrados a casi todo, en la época de Internet no nos extraña ver personas de distintos tamaños y colores, tenemos una ventana muy grande al exterior y ahí se asoma el que quiere, se exponen… pero tendemos a apreciar la belleza en las cosas que tenemos cerca, en los rostros que nos son reconocibles, en los lugares comunes. Todos hemos oído expresiones como… -«A mí no me gustan los negros» o -«A mí todos las chinas me parecen igual de feas», incluso se dice que para los orientales, los occidentales de ojos redondos les parecemos altamente exóticos, extraños y si, poco agraciados.

Siempre buscamos la seguridad en lo cercano, la belleza de lo accesible, de lo conocido y de las cosas que no se salen de la norma. Un rostro simétrico nos atrae, unos rasgos definidos también, una cara proporcionada también, porque es a lo que estamos acostumbrados, pero un rasgo diferenciador como una boca grande, una nariz prominente o unos ojos demasiado pequeños tienden a hacernos dudar, a afear el conjunto. Si encima nos encontramos con varios de estos elementos diseminados por un rostro, la cosa se va complicando. Y lo complicado no nos parece aceptable, no nos parece bello.

Para combatir esa lucha constante de la búsqueda de la belleza y de la eterna juventud, no olvidemos que solemos tender a pensar que solo lo joven es bello, se dice por ahí aquello tan manido de que la belleza está en el interior…. Y la verdad es que hay personas por ahí sueltas que se merecían que las pelaran, a ver si es cierto eso de que hay algo bonito allí dentro… Pero es cierto, la belleza, si no está realmente dentro de nosotros, si que nace desde ahí. Las personas bellas por fuera deben serlo también por dentro, la belleza exterior es efímera y, como ya hemos dicho, parcial, así que sin un buen fundamento, no hay belleza que valga.

¿Entonces las personas guapas son buenas personas? No tienen por qué. Seguramente es mucho más bella una persona fea por fuera pero con buenos sentimientos y buenas acciones que una persona atractiva pero vacía y mezquina. Es muy probable que con la primera impresión las cosas estén difíciles de discernir, los estímulos que recibimos por la vista son muy difíciles de rechazar y la visión de un ser humano guapo es excitante, no lo podemos evitar. El problema de esto de la belleza es que se está convirtiendo en un arma arrojadiza, me explico.

Ya he comentado antes, y estoy convencido de lo que he dicho, que la belleza se basa en patrones reconocibles, con unos parámetros claros y muy específicos y estamos llegando a un punto, como sociedad, en que todos perseguimos esos mismos patrones, todos queremos alcanzar todo eso que nos falta para conseguir esa belleza exterior tan ansiada y que posee tanta repercusión. Todos tendemos a rendir culto al físico olvidándonos de cultivar otras áreas y, lo peor de todo, estamos intentando convertirnos en clones del estereotipo vigente. Esto es peligroso, esto degenera en una lucha de castas que no es beneficiosa y que tratará de apartar en guetos al que es diferente.

Hoy en día no se valora lo diferente, lo único, lo distinto, si no te ajustas al patrón no eres digno. La belleza se está convirtiendo en elitista y sectaria y eso debería preocuparnos, nuestro físico tiene una vida corta y por más avances que se desarrollen seguirá siendo así, no podemos, no debemos convertirnos en rostros bellos, cuerpos esculpidos y seguir los dictados de gente que marca lo que es o no es mientras se enriquece a costa de los sueños y del sentimiento de pertenencia necesario en sociedad.

Si no sabes ver que hay una belleza real en lo que se aparta de la norma es que no estas en el mundo, debemos quitarnos esos complejos y romper las cadenas que nos anclan, somos bellos porque somos reales, somos altos y bajos, gordos y delgados, blancos y negros, simétricos y asimétricos, somos armonía y caos. Ojala la belleza volviera a ser subjetiva y aprendamos a luchar por ser mejores y más bellos por dentro que por fuera, que eso termina aflorando.

Esta canción de Christina Aguilera ilustra a la perfección mis palabras, que la disfrutéis.

Hasta mañana,

J

El dedo en el ojo

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Hace ya varios años que el tráfico no me preocupa, suelo administrar bastante bien mi tiempo y llegar a los sitios en hora. Tengo la pequeña manía de ser puntual, y me gusta que lo sean conmigo, así que calculo lo que voy a tardar en los desplazamientos y suelo acertar, esa debe ser la virtud que compensa la manía.

Desgraciadamente para mí, nunca he trabajado cerca de casa, cosa que me podría haber hecho plantear mis movimientos de otra forma, y exceptuando los primeros años, cuando cogía metro y/o autobús, el resto del tiempo lo he pasado al volante, para bien o para mal. Ahora, con todos los años que llevo haciendo lo mismo, yendo y viniendo en coche, de casa al trabajo y del trabajo a casa, he podido llegar a la conclusión de que no hay mejor sitio para mí que en mi propio vehículo.

Los factores externos ya no me incomodan, los atascos son algo normal que vengo sufriendo desde hace más tiempo del que puedo recordar, si bien he notado a raíz de la crisis económica, como mucha gente se ha visto apartada de la vida laboral y por lo tanto de las carreteras en hora punta. Pero lo llevo bien, se lo que se tarda con atasco y sin él en llegar a donde tengo que llegar, el resto es anticipación. Si llueve sabemos que el tráfico se ralentiza y se abigarra así que paciencia y buena música. Ya llegaremos.

Tener esa tranquilidad es otra de mis virtudes, algunos la pueden considerar pachorra, pero es lo que hay. A mí tampoco me gusta ir a 20 por hora pero como no puedo influir, no me voy a atacar. Y como no me ataco, no me creo el dueño y señor de la carretera, ni interrumpo la circulación, ni agredo con mi claxon, ni agobio a los que tengo delante, ni asusto a los que llevo detrás. Me mantengo impertérrito viendo como otros, que si tienen los nervios a flor de piel sufren y hacen sufrir. Esa gente que va con prisas a las que me gustaría detener y decirles que si se creen que los demás nos vamos de excursión a esas horas…. No hombre, todos vamos a trabajar.

No llevo nada bien la gente que va al volante de su coche y se hacen los listos, los que se cruzan en mitad del carril haciendo frenar a los demás, los que se cuelan en una fila interminable de pacientes sufridores. Esa gente tan cívica merece que se le multe, pero no voy a ser yo el que lo haga, para eso están otros. De todas formas, siempre llevo en la cabeza un pensamiento -«vete tú a saber lo que pasa por la cabeza del tipo o de la tipa esta… a lo mejor actúa así porque tiene un buen motivo y yo solo veo mi parte….» A lo mejor me paso de empático pero me ayuda a no cabrearme. Esto que os cuento no quiere decir que no tenga mi orgullito y que deje que todo el mundo pase delante mío, que tampoco es eso, cuando voy de cabroncete no hay quién me pare, para listo, yo.

Todo esto viene a colación de una cosa, últimamente estoy viendo muchos accidentes, coches destrozados en las calles, motos pisoteadas por autobuses, vehículos detenidos en arcenes, colisiones múltiples… y todos son debidos a nuestras propias imprudencias. Seguramente en cada uno de esos accidentes hay una víctima inocente, y por lo tanto, hay al menos un culpable. Yo me he propuesto no ser culpable y mucho menos ser víctima. A muchos de esos exaltados al volante les he deseado que se estrellen, ellos solitos, un buen susto pero que les salten los airbags, para que empiecen a valorar lo que hay y lo que están haciendo con su actitud, menos mal que ninguno lo ha hecho, menudo susto!

Me gustaría que en las calles, al volante de nuestros coches, motos y bicis hubiera más respeto pero parece que siempre vamos demandando lo mismo pero dando bien poco, siempre nos creemos los agraviados y nunca los culpables y eso no puede ser, no podemos ser siempre las víctimas, no podemos tener esa actitud de que todo está en nuestra contra, no podemos pensar que el resto de vehículos deben cedernos el paso aunque no tengamos preferencia, ni hacer frenar a los demás porque tengamos que girar y no estemos bien situados. Si nos pitan nos ofendemos, si nos golpean por nuestra culpa, el culpable es el otro. Tendemos a ser el ombligo de nuestro mundo porque actuamos sin perspectiva, con soberbia y con prepotencia. Lamentablemente esto nos puede jugar una mala pasada.

Seamos mejores ciudadanos y aprendamos a respetarnos, así es mejor.

Como dicen en el caribe… «-No te estresseeeesss….»

Ya os he dicho que yo hace bastante que no me estreso al volante pero hoy he tenido un episodio bastante friki, es que mi cabeza a veces patina y luego pasa lo que pasa, que tengo material para escribir estos posts…. Resulta que he girado a la derecha y me he incorporado a una avenida grande con bastante tráfico, he recorrido unos escasos cincuenta metros y me he parado en un semáforo, el primero de la fila. Inmediatamente he notado como me picaba el lagrimal de mi ojo derecho y me lo he arrascado, debía ser un resto de legaña mañanera, en fracciones de segundo se me ha pasado por la cabeza el siguiente escenario:

Mi coche detenido en el semáforo, un coche por detrás demasiado pagado que no le da tiempo a detenerse, un golpe, mi dedo penetrando en mi ojo y finalmente mi ojo colgando de la cuenca ocular.

¿Absurdo? Si.

¿Probable? También

Conclusión: cuidado con esos actos reflejos o el día menos pensado puedes aparecer en ese programa americano de desgracias imposibles… 1000 Maneras de morir. Yo me he reído hasta la saciedad con la mayoría de esas historias y me he visto protagonizando una de ellas, eso no me ha hecho tanta gracia. Pero seguro que a tí, que estás leyendo esto y agitando la cabeza pensando que estoy fatal, seguro que te la haría.

Mis ojos siguen en su sitio y un día mas he llegado en perfectas condiciones al trabajo y a casa, que dure, que nos dure. Y cuidado con donde metéis esos deditos….

Hasta mañana,

J

Esos angelitos…

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Ayer reflexionaba sobra la historia de una niña que quería ser astronauta, pero no como fantasía, sino como objetivo férreo y plausible, la muchacha se está preparando para ello desde hace casi diez años con lo que está totalmente encaminada. Si algún día se convierte en la primera persona en pisar la superficie de Marte habrá culminado todo este camino con éxito. En este caso no es aplicable el término «cosas de niños».

Mientras pensaba en ello veía pulular a mis hijas alrededor y pensaba en lo distintas que son a aquella niña americana, en la falta de metas que tienen por el momento y en lo felices que parecen, me parecían tan monas y las quería tanto…. Realmente las adoro, me las comería… y otras veces, me da por pensar en por qué no me las he comido. Porque lo mismo son adorables que se vuelven de la piel del diablo, lo mismo son princesas que monstruos detestables, lo mismo son cariñosas que ariscas y rebotadas…. Cosas de niños.

Y en medio de todo este análisis y reflexiones me llegó por Whatsapp el vídeo que os dejo a continuación. Un vídeo donde un pequeño nos da una lección de vida y nos anima a tener otra actitud. Un vídeo que me puso de muy mal humor. ¿Cosas de niños…?

Imagino que ya lo habréis visto y puedo hablar libremente, sin spoilers….. Me parece de una mala leche y de una falsa candidez inauditas, un vídeo hecho a posta para remover conciencias y para tratar de mostrarnos a los adultos que otro mundo es posible. Debe ser un mundo de plastidecores, de ropa de colores y de parques infantiles, que es lo que el adorable niño del vídeo identifica con «felicidad».

Que a la pobre criatura le da perecita hacerse mayor porque a los 18 años se pierde la cabeza…. todo son caras largas y malas noticias. Está claro que este niño del vídeo es un niño del primer mundo en nada acostumbrado a pasar penurias y si tiene que esperar a ser adulto para comprender las cosas como son y para darse cuenta de que no todo es de colorines es porque hay alguien que le protege.

Que el muchacho piense que los mensajes que recibimos de la televisión para nuestra adulta felicidad son superficiales y caros  y seguramente le parecen más atroces que sus vídeo juegos, que sus muñecas o que sus cromos de fútbol, que para eso, pequeñín, también se necesita dinero, no solo para coches rápidos ni tetas nuevas. Vivimos en un mundo capitalista donde el dinero es lo principal, es cierto y es deleznable, pero tú, muchachito, te nutres de él.

¿Qué el dinero es el objetivo principal de todo el año y que la única recompensa son quince miserables días de vacaciones? Pues a lo mejor sí, a lo mejor se necesita dinero para cubrir las necesidades básicas de una familia, de adultos y de niños, o si no que piense en la ropa, el colegio, la comida, la merienda, la cena… si es tan afortunado de tenerlas todas, y que esos miserables días de vacaciones son el único momento en que la familia puede disfrutar junta después de todos los sacrificios y sinsabores del resto de año, luchando por llegar a un fin de mes del que los niños están completamente ajenos, y que así sea….

Que al pobre chiquillo le asustan nuestras prisas y nuestro aborregamiento…. y detesta en lo que nos hemos convertido, que él se queda con la fantasía y con la reflexión, en definitiva con la vida…. Con la vida padre que se está pegando el chaval, claro. Porque a él seguro que le llevan y le traen, le regalan, le agasajan y no le falta de nada, puede ir al parque y no tiene que trabajar, puede dormir a pierna suelta porque no tiene ninguna responsabilidad ni ninguna preocupación. Ni siquiera tiene a ninguno de esos borreguitos que menciona a su cargo y cuidado, con lo que eso conlleva…

Qué el niñito no quiere ser mayor, claro, ni yo. Que a mi también me gustaría vivir al otro lado del arco íris.

Pero una cosa, que aprenda a mirar, porque entre los adultos también hay gente que vive, que disfruta, que lucha y se esfuerza poniendo buena cara, que hacen las cosas sencillas, que pelean por salir adelante y que velan con la mejor de las sonrisas porque a los niños no les falte de nada. Adultos que juegan en la playa a los castillos de arena, que montan en bici y disfrutan de los parques y de la naturaleza, que escriben e imaginan mundos mejores y que persiguen sus sueños. Hay adultos grises, por supuesto y también hay adultos de colores.

Así que le digo, ya no al niño del vídeo, sino a sus creadores, que no sean tan estrechos de miras, que observen mejor lo que hay a su alrededor, que dar una visión tan sesgada y subjetiva es muy sencillo, reducir la vida adulta a tópicos es el camino fácil y que con poner cara de niño y voz de listillo no se dan lecciones. La vida se vive viviendo, errando, cayendo y levantándose y para ello hay que ser muy responsable, muy irresponsable, muy niño y muy adulto.

Lecciones de este tipo, las justas, amiguitos.

Hasta mañana,

J

La niña astronauta

Foto: @NASABlueberry1
Foto: @NASABlueberry1

Ya había oído hablar de esta niña pero esta mañana he escuchado la noticia completa. Resulta que una adolescente estadounidense lleva casi diez años de su vida preparándose para ser astronauta y para embarcarse en una futurible expedición a Marte en 2033. Una expedición que, a fecha de hoy, no tiene previsto un retorno factible. Bueno, de hecho no se si tiene fecha concreta de salida….

La muchachita se llama Alyssa Carson y tiene trece años. Desde los cuatro está embarcada en esta aventura y se está formando para este objetivo tan «plausible». Por lo visto, ya ha participado en los tres campamentos mundiales de la NASA y su mayor ambición es convertirse en el primer ser humano en aterrizar en el planeta rojo. Está trabajando duramente para alcanzar su sueño siguiendo los protocolos que marca la Agencia Aeroespacial, uno de ellos, hablar cuatro idiomas, ya está conseguido. La niña ya habla inglés, francés, español y chino, que creo que son los idiomas más demandados en el hiper espacio, y todos sus esfuerzos y formación están siendo satisfactoriamente valorados desde la NASA.

Por lo visto tienen planteados sus próximos veinte años con la culminación de un sueño, la niña y su familia, y la lucha por el objetivo es brutal. Hoy por hoy no hay nada en el mundo que pueda apartar a esta joven de su carrera a las estrellas, literalmente hablando.

A mi me vais a perdonar pero todo esto se me hace muy grande, esas aspiraciones desde una España en crisis se me antojan demasiado irreales e inalcanzables pero no voy a desestimar la fuerza de voluntad de una persona que lucha por sus sueños, aunque sean de este calibre, pero la emocionante historia de esta chica me ha dado mucho que pensar.

Lo primero que me ha llamado la atención de este caso es la temprana edad de la menor, tener las ideas tan claras desde tan joven no es normal del todo. Yo que soy padre se lo volubles que son los hijos, mis hijas, por ejemplo, han querido ser ya casi de todo, bailarinas, princesas, peluqueras, profesoras… Dependiendo de los estímulos que reciben del exterior, los planteamientos de futuro se han ido transformando y evolucionando, los niños están probando constantemente y actualizando sus gustos con un pestañeo así que no tengo dudas de que el planteamiento inicial no ha tenido tanto que ver con la niña en cuestión como en su entorno. Comprendo el empecinamiento actual de la muchacha, ya tiene una edad para tomar decisiones de este tipo y de asumir las privaciones necesarias en virtud de los objetivos pero se me hace muy raro pensar en una niña de cuatro años tomando esta vía por si misma.

Luego me ha pasado por la cabeza, que dada la férrea convicción de la menor para alcanzar su meta, el factor psicológico debe ser muy poderoso. Parece que la joven Alyssa está completamente orientada a cumplir con su destino pero he escuchado una frase que me ha puesto los pelos de punta: -«No quiero que ningún obstáculo se interponga en mi camino para que deje de ir a Marte. El fracaso no es una opción». Pero realmente la posibilidad del fracaso es real. De nuevo insisto, no vamos a tirar por tierra los planes de la niña, de su familia y de la NASA, tener un objetivo claro en la vida es de gran importancia y luchar por él es necesario y vital pero también hay que educar psicológicamente ante la amenaza del fracaso. Qué puede venir de parte de la aspirante, de parte de la organización o de parte del presupuesto. Hasta cierto punto creo que es nocivo vivir alentado por un objetivo tan poco fiable. Imagino que a alguien se le debe pasar por la cabeza que el hombre ha pisado la superficie lunar en una sola ocasión (o eso creo) y fue hace muchos años, los medios ahora son mucho mejores, la carrera espacial cuenta con mucho más apoyo y aún no ha vuelto nadie.

Llamadme loco si queréis pero yo aún lo sigo viendo un tanto irreal. Ojala la niña cumpla su objetivo y sea la primera persona en pisar Marte, ojala sea la mejor preparada y vaya en esa expedición, ojala la NASA cuente con ella cuando tenga que tomar decisiones sobre su «casting» de nuevos astronautas, ojala complete satisfactoriamente su formación y ojala ningún factor ajeno la aparte de su camino.

Y la última cosa, para terminar, que me ha llamado la atención de esta noticia es que la niña está perfectamente preparada para no volver, sabe que la expedición podría ser un camino solo de ida, sin retorno. Y su familia la apoya, como no, pero… Imagino que en ningún momento se han planteado la fama o la gloria, solo cumplir un objetivo de la manera más humilde y humana posible, con la limitación de una vida. Un objetivo suicida a fin de cuentas. Si a ellos les vale…

Creo que esta noticia me ha dejado un poco de mal sabor de boca, quizá un regusto amargo. Me parece el colmo de vivir la vida deseada por uno mismo a través de los ojos de nuestros hijos, y eso no debería ser bueno, pero por otro lado, me gusta la firmeza que demuestras Alyssa en sus declaraciones y y en sus objetivos, muy loable. Me quedo un rato pensando en ello… y escuchando esta canción que me parece que le va al pelo a toda esta historia, Accross de Universe de The Beatles en la preciosa versión de Rufus Wainwright.

Hasta mañana,

J

Cuando el ejército tomó la ciudad

desfile

Esta mañana tocaba sesión de running, como todos los domingos últimamente y allá que iba yo dando un paseo. Al llegar a Atocha tomé conciencia de toda la gente que se había movilizado para ver el desfile de las Fuerzas Armadas. Como todos los años, este desfile tiene lugar el mismo dia, el doce de octubre como parte de los festejos del Día de la Hispanidad o el Día de la Fiesta Nacional.

Este día fue histórico, se supone que fue el mismo día de 1492 cuando Cristobal Colon descubrió la Américas y produjo el inevitable encuentro entre dos mundos. Aunque realmente Cristobal creía que había llegado a Japón en lugar de a un mundo nuevo y desconocido, pero bueno, eso es otra historia. Lo dicho, día importante para todo el mundo hispano hablante, un día excepcional y festivo donde se habla de hermanamiento, de alianza y de paz.

Si bien, con los tiempos que corren, la sensación festiva y de unidad está severamente dañada. Por un lado, algunos de nuestros hermanos del otro lado del océano, consideran este día como el día de Horror Español, y hasta cierto punto, con fundamento. Los españoles que llegaron a Las Américas no fueron todo lo civilizados que el alzheimer histórico nos ha hecho creer. Allí violaron, mataron, esquilmaron y se apoderaron de los recursos en nombre de la Corona de Castilla y de una España que aún hoy en día se les antoja muy lejana. Por el otro lado, las propias disensiones en el actual Estado de las Autonomías Español, con voces discordantes e independentistas hacen que con esta fiesta no se sientan identificados todos los ciudadanos. Ciudadanos, que realmente están deseando alejarse del concepto España y que haga lo que haga el Estado como conjunto no va a ser nunca bien visto.

Opiniones hay para todos los gustos. Yo, personalmente, no me siento más español en un día como hoy, ni me siento menos o poco identificado con lo que se celebra, para mí una fiesta es una fiesta y esta ha tenido la mala suerte de caer en domingo, un pena. Bromas la margen, lo que yo he podido comprobar es que a la gente que estaba en la calle le gustaba, lo estaba disfrutando. El sentimiento era de orgullo por unas Fuerzas Armadas profesionales, por unos cuerpos perfectamente en formación con los uniformes de gala, por esos legionarios que desafiaban a la amenaza de lluvia a pecho descubierto y por esas bandas de música militar. Hasta cierto punto, la imagen tenía un tufillo rancio, los mismos uniformes, las mismas galas, los mismos banderines…. alguna remembranza del ayer, imagino. Pero todo estaba actualizado con la cantidad de cámaras de fotos modernas, de móviles último modelo que sacaban fotos de los formantes por doquier e incluso de los más actuales tablets, la gente iba perfectamente preparada para inmortalizar estos momentos.

Uno de los lados de la plaza estaba completamente tomado por grandes camiones, carros de combate y tanques, elementos que cualquier otro día nos haría pensar en un estado de excepción y nos acojonarían hoy se tornaban amables, dignos, cercanos y fotografiables, claro. Yo los he visto a lo lejos y me han impresionado, qué poderío, qué grandeza, qué modernos pintados «de camuflaje» y no he sido el único. Todos a los que yo he podido observar estaban pendientes de esas enormes máquinas, los niños sobre todo. Los nacionales se encontraban encantados disfrutando de la trastienda de un desfile que tenían tan a mano pero ¿y los extranjeros? y no me refiero a extranjeros latinos, hispanoamericanos, sino a los otros, a los europeos, americanos o asiáticos. Estos, amigos, estaban boquiabiertos, sus dedos señalaban a todas partes, todo les causaba emoción, todo era digno de atención. He estado a punto de llevarme por delante a dos muchachas guiris (porque no se de donde eran) que estaban extasiadas móvil en mano y he tenido que apartarlas con una sonrisa y mi mejor Excuse me!

El punto culminante ha llegado cuando han comenzado a llegar los aviones, que subían desde el sur para enfilar el Paseo del Prado. Ahí ya no lo he podido soportar mas y he tenido que detenerme y mirar al cielo. Se me han puesto los pelos de punta y un escalofrío me ha recorrido la espalda. Qué bien se veían desde allí. Los cazas, el avión Hércules, los helicópteros, en una impresionantemente perfecta formación. He sentido una emoción tal que me ha transportado a mi más tierna infancia, cuando acostumbrábamos a ver el desfile por la tele. Menudo momento.

Luego he vuelto a la realidad y he enfilado de nuevo hacía El Retiro porque iba con hora, mi clase de running estaba esperando y yo aún podía escuchar el ruido de los aviones en mi cabeza, de los gritos de sorpresa de los asistentes y de los aplausos espontáneos, si es que es escribirlo de nuevo y se me vuelve a poner carne de gallina, sensible que me habré levantado….

Y oye, que todo esto que os he contado lo he vivido mientras sorteaba gente y más gente mientras atravesaba una plaza, grande, pero una plaza al fin y al cabo. Si cuando se mira en la dirección correcta, se ven muchas cosas.

Así que ya sabéis, como ya os dije el otro día, acostumbraros a mirar más para ver mejor, que hay muchas cosas por descubrir, y vivir las cosas por los sentimientos que os provocan, no por lo que los demás os digan que os tienen que provocar. Esto ha quedado un poco enigmático pero pensad en ello y sed felices, que aún es domingo.

Hasta mañana,

J

Estrés en el Super

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Ayer fue viernes, noche de pizza y de peli en casa. Es un tradición ya casi legendaria aunque no muy original, creo que no es la única casa en el mundo que la siga, bueno no podemos ser siempre pioneros. Eso sí, nosotros el apartado peli, lo dedicamos a la que pongan en Clan TV o en Disney Channel, es el día que dejamos que las niñas se queden un poco más por la noche y no vamos a poner un documental de osos polares, porque nos dormiríamos todos ni un programa de esos, del corazón, que nos diviertan a rabiar pero que no son muy de «niños». La peli de anoche era de perritos, cuando llegué de correr y me pegué una buena ducha la peli y la cena ya estaban empezadas, y mis hijas ya estaban en trance, con los ojos como platos y la boca abierta, como abducidas, que monas! y qué tranquilas!

Afortunadamente la película que ponían ayer no era de los típicos cachorros monos ni tenía enormes cantidades de edulcorante, los perros y gatos que salían eran bastante capullos, hacían cosas malvadas y tenían unos diálogos bastante ingeniosos. Ahora que lo pienso, creo que me he equivocado, no era una peli de perros, era una de perros contra gatos, o de gatos contra perros, que los mininos eran los malos, claro.

Aclarado el tema para poneros en situación he de deciros que no venía yo aquí ha hablar de eso, sino del previo. Como esa noche tocaba pizza, me tuve que pasar por el super a hacer un poco de compra. Me las prometía muy felices porque mis hijas se habían ido a casa de una amiga y podía comprar sin preocupaciones, además, a esa hora casi no había nadie en el establecimiento así que, estupendo. Mi lista de la compra era muy escueta, pero como a veces soy bastante subnormal no suelo apuntarla, la llevo en la cabeza. Bueno, alguna vez lo he apuntado todo con detalle y luego me la he dejado en la encimera de la cocina, así que ya estoy acostumbrado.

Entré en el super, cogí una de esas cestas con ruedas e inmediatamente me dí cuenta que se podía mover sin tener que inclinarla, que curioso, se mueve como una de esas maletas con ruedas modernas, de pie. Mira que llevo años haciendo la compra en ese sitio y siempre torciendo la cestita, si con razón estas eran más altas que las otras y no tenían el mango retráctil. Yo si que debo tener el cerebro retráctil porque a veces me pasan cosas como estas, que le vamos a hacer! Una vez superada la emoción de lo de la cesta enfilé el primer pasillo y empecé a coger cosas, de las que sabía que tenía que comprar sí o sí y de las otras, de las que me acordaba en el momento o de las que veía y pensaba, -«de esto no tenemos….»

Fui a por las pizzas, que la mayoría de las veces son ya del supermercado, adiós cadenas de pizzerias con venta a domicilio, a por cosas para preparar cocido madrileño para comer hoy, por petición expresa de las mujeres de la casa, y había algo que sabía que tenía que pillar pero se me había esfumado. Recordaba a mi mujer diciéndome -«Cómprame detergente para la lavadora y …» Joer! si solo me había pedido dos cosas, o eso era lo que yo pensaba, y me había olvidado una. ¿Qué podía ser? ni idea. Y yo con la imagen de ella en la cabeza diciéndome «eso» paseando por los pasillos a ver si me venía la inspiración. En el pasillo de los lácteos me encontré a dos mujeres, de esas que se paran a hablar en cualquier parte, incluyendo «en medio de todo», de esas, las esquivé y seguí mi camino, dí la vuelta por donde las galletas y ahí estaban de nuevo, no podían ser las mismas, pero lo eran, que velocidad! y yo haciendo el mismo recorrido todo el rato, pasillo arriba, pasillo abajo… Otra vuelta por donde los lácteos y nada, no venía no me venía.

Teniendo en cuenta que en el super solo estaban dos reponedoras, un par de clientes, las señoras habladoras y yo, se me veía bastante dar vueltas desorientado. De nuevo al pasillo de las galletas y allí seguían las señoras, dándole a la lengua, imagino que hablando de médicos o cortando algún traje, y allí lo vi, en el estante de abajo, al lado de las piernas de una de las señoras, el bote de Nocilla. Eso era, las niñas no tenían su crema de chocolate para merendar, ahora lo veía completo -«Cómprame detergente para la lavadora y Nocilla para la merienda de las niñas». Pedí amablemente a la señora que se apartara, cogí el bote y me fuí a la caja a pagar, misión cumplida. Lo que vi allí, no me gustó nada.

Solo había un caja abierta, y la cajera estaba sola, no había nadie. Para algunos puede ser la opción ideal, pero no para mí. Me estresa enormemente llegar a la caja, empezar a colocar la compra y que la señorita las vaya pasando por el lector sin que yo haya terminado y sin tener tiempo para guardarlas en mi bolsa. ¡Cómo odio esooooo! Y eso es lo que tuve. Mira que iba deprisa agachándome y levantándome para sacar las cosas de la cesta de la compra y colocarlas sobre la cinta, pero la cajera, tan eficaz, casi me las quitaba de las manos y las «tiraba» al otro lado, donde se recogen. Cuando le dí la última cosa, y cambié de sitio para empezar a guardar la compra ya me había dicho el importe y tenía que pagar. Yo no sé hacer esas dos cosas a la vez, así que resoplé, tiré la bolsa sobre la compra, saqué la cartera y le dí la tarjeta. Volví a coger la bolsa, metí dos cosas y tuve que volver a dejarlo todo para poner el PIN de seguridad, la leche, que estrés.

Lo peor que me puede pasar en esa circunstancia es que ya haya más personas en la cola de la caja con su compra colocadita y la cajera dispuesta a darle al escaner. Y yo ahí, a medio recoger mi compra, mi tarjeta y el ticket con la presión de que hay gente esperando, no lo puedo evitar, me cabrea.

Acabé metiéndolo todo de golpe y descolocado en mi bolsa y largándome de ahí lo antes posible. Yo reconozco que suelo ser bastante templado, os lo podéis imaginar por las cosas que os cuento normalmente pero a veces me ataco por tonterías. Me irrita que me pasen esas cosas, que por otro lado, me las puedo tomar con más calma, pero no me apetece, si no, ¿de que os iba a hablar? ¿De pelis de animalitos?

Hasta mañana,

J