Y a mis enemigos también

«Señor; líbrame de mis amigos, que de mis enemigos yo me cuidaré». (Enrique IV)

horda-furiosa

El entrenamiento de hoy, la parte final más bien porque hoy ha sido largo e intenso, consistía en series cuesta arriba. Series potentes y rápidas. Nuestro entrenador nos ha dado la opción de elegir si haríamos cuatro o cinco, cada uno dependiendo de las que pudiera hacer con calidad, cada cual a su ritmo, ya tu sabes.

Indudablemente yo lo he dicho a mi cabeza que íbamos a hacer cuatro, eran suficientes, además hoy no era un buen día, con los mocos en la garganta no podía respirar bien y me costaba un triunfo recuperar así que…. Al final he hecho las cinco, la última era de regalo, para mí y para mi cabeza. Es la forma que tenemos de «mentirnos» para no sufrir en exceso. Mi mente es vaga y hay que quererla así, con lo que yo le doy lo que quiere, el mínimo esfuerzo hasta que está convencida y ahí entra mi cuerpo, que dice, pero si podemos mas, vamos a por otra.

Yo ya sabía que iban a caer las cinco, y ella también, aunque los dos nos hacíamos los suecos, por aquello del «fartlek» (broma privada entre runners).

¿Qué que tiene que ver esta enésima batallita con el título del post de hoy? -preguntan por aquí-. Pues todo. Porque a veces siempre mi cabeza es mi peor enemigo, es la que procrastina y la que intenta boicotear todo tipo de esfuerzo. Así que ya me dirás si se merece esta entree.

Pero realmente yo venía aquí a hablar de otro tipo de enemigos, de esos que nos creamos en la Redes Sociales por el simple hecho de existir. Esos enemigos inútiles que solo sirven para que la gente que esconde su YO real tras una cuenta de Twitter despotriquen criticando, chinchando y lapidando verbalmente al que piensa distinto, al enemigo. Este ejercicio de «hateo» (del ingles, of course, HATE=ODIO) me produce tal repugnancia que hace que se me revuelva el estómago.

Parecía que este asalto a los medios, a la información en general, tan «democrático» iba a ser positivo, yo lo creía seriamente. Qué las voces empoderadas y sesgadas iban a dejar que la inteligencia global se colara entre sus dedos. Era un mundo presuntamente utópico, donde todos teníamos acceso a la información, a dar y a recibir, a diversificar, a nutrirnos de opiniones distintas, complementarias, válidas….

Y lo que nos hemos encontrado es esto, hasta Melendi lo dice en una canción: -«Para poder desahogarnos, hemos inventado Twitter»- El microblogging se ha quedado reducido a un compartimento estanco y pequeño donde el humor, el buen gusto, la poesía, los pensamientos y los gatitos son la anécdota, el resto en un puñetero campo de batalla de energúmenas y energúmenos (aquí si que quiero utilizar el lenguaje inclusivo) que vomitan odio, soberbia, ira y seguro que hasta gula.

Ya nadie se plantea conversar sin agredir, discutir encontrando puntos en común, charlar acaloradamente con respeto… ya todo eso quedó atrás, en la prehistoria del Spectrum. Lo de ahora se basa en defender lo nuestro o a los nuestros (pero no a los de verdad, que ahí le encontraría un sentido…. «por mi hija, M.A.T.O!») sino a esos nuevos ídolos o a esas ideas unidireccionales que tanto creemos que nos dignifican. Hemos vuelto, sin quererlo, al UHF, a la época de los dos rombos y al blanco y negro. Se ha perdido la gama de grises, se ha perdido el color. Muchos creen que se han ganado libertades pero.. #estamoslocos? Esas libertades las estamos tirando por la borda de nuestro yate como si de lastre se tratara.

Lo que pasa a día de hoy es que tratamos de defender lo nuestro atacando lo contrario, pero atacando a dolor, tirando a dar, y no nos damos cuenta de que esa forma altera conceptualmente todo el fondo. Decir de algo que es LO MEJOR porque lo demás es UNA MIERDA no le añade ningún valor a lo nuestro, es más, le dotamos de una mediocridad abrumadora. No es de extrañar que lo mediocre llegue lejos y que el talento se quede sumido, una vez más, en el pozo de la incomprensión.

La libertad de expresión es maravillosa, eso nadie lo va a poner en duda. Yo lo que pongo en duda es la falta de visión y de autocrítica de algunos «opinadores», esos pobres que se creen libres o a los que se les ha hecho creer que son válidos cuando lo que hay detrás de todo es un magnífico guiñol lleno de cuerdas y marionetas. Tu di esto, yo escribo esto, tu acusa aquí y ya verás como la turba nos sigue. Con un panorama así no es de extrañar el triunfo de los extremos.

Fuera del anonimato de las Redes Sociales el «hateo» está muy extendido desde siempre en el mundo del deporte, principalmente deporte mayoritario. Ese sector lleno de valores que llegan a lo más profundo y que sacan lo mejor y lo peor de los acólitos. Risas, lágrimas y cánticos por unos colores prestados y muy vívidos rozan la parodia y la sensación de «asco-pena» con cada comportamiento primario, con cada abuso, con cada agresión…

Pero no todo está perdido, a veces la aficiones dan lecciones (bonito pareado) y se comportan como gente normal y civilizada… o mucho más que eso. Hace unas semanas leí una noticia que me impactó, porque se desarrollaba en una partido de hockey hielo canadiense, donde se juega duro, muuuuuy duro en la pista y en la grada. Y es que los seguidores del Calgari Hitmen acudieron al encuentro de su equipo con un cargamento muy especial. Tras el primer gol del equipo local, la grada hizo llegar a la pista un aluvión de osos de peluche, las imágenes hablan por si solas:

Mas de 25 mil osos de peluche arrojados al hielo para repartir entre Ong,s de la zona. Una tradición aneja al hockey desde hace casi veinte años, tanto en Canadá como en EEUU y que hasta cierto punto da sentido a esa posibilidad de cambio, a esa luz al otro lado de un túnel que a veces se nos antoja demasiado oscuro. O quizá es que estas cosas pasan cerca de la Navidad y nos pillan en un momento «pico» en lo que emociones positivas se refiere.

Otro apunte, uno más sincero y tierno si cabe y a la postre, la frase que me inspiró para escribir este post que estás terminando de disfrutar 🙂

En el programa de radio que escucho por las mañanas, uno de los reporteros visita un colegio y le hace preguntas adultas a los niños más pequeños. La pregunta de ese día era:

-¿Si pudieras, a quién invitarías a tu cumpleaños?»

Un niño contestó: -A todos mis amigos, y a mis enemigos-

El reportero preguntó: -A tus enemigos, por que les invitarías e ellos?

Respuesta: -Porque si no, nunca podrán ser mis amigos.

No hay mas preguntas, señoría.

Hasta pronto,

J

8 respuestas a “Y a mis enemigos también

  1. Que razón llevas, las redes sociales ya no es lo que eran, ahora se critica todo y no se respeta nada, tienes que tener cuidado de lo que publicas, por que como bien dices, hay que tener libertad de expresión, claro que si, pero repito, no se respeta nada, pero bueno, siempre nos quedará alguna publicación interesante o algún buen post como este para leer agusto.
    Un bsin guapetón!! 😉

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    1. Hola Yoli,
      Lo bueno de todo esto es que sabemos diferenciar y tenemos la capacidad de buscar y quedarnos con lo que nos guste o no nos moleste. En las RRSS y en Internet en general hay cosas maravillosas y no vamos a dejar que unos acomplejados nos lo quiten, no? 🙂
      Así que a seguir disfrutando, que aún tenemos el poder de elegir.
      Un abrazo!!!!

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  2. Es la baja tolerancia a la opinión ajena y el odio al prójimo como religión lo que me pone los pelos como escarpias. Estamos asistiendo ahora en España a un circo anti democrático que, sinceramente, nunca pensé que llegase a estos extremos. En fin, ojalá la sangre no llegue al río.
    abz

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  3. Es cierto Gonzalo, pero todo está orquestado, las respuestas no son naturales, la población funciona como una turba… de ahí la imagen que elegí para el post 😀
    Si se produjeran cambios a mejor y la gente se aliara para el bien común, el fin justificaría los medios. Pero no es así, ahora buscamos una individualidad extraña dentro de cada colectivo y no nos damos cuenta de que somos menos libres, aunque no seamos capaces de verlo.
    ¿solo me lo parece a mí? ¿estaré pasándome con las teorías conspiranoicas???
    Dejadme cabrones!! que aún no he terminado de escrib…..
    😀 😀
    Un abrazo!!!

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  4. Qué razón tienes. Últimamente las resdes sociales son un caldo de cultivo para atacar a los demás, escondiéndose tras una pantalla y escupiendo todo lo que se les pasa por la cabeza. A mí me han llegado a bloquear varias personas por el mero hecho de decirles cuatro verdades. La gente está muy suceptible y se enfada por tonterías. Pero oy, que yo encantada porque me quito de encima a cuatro pavicos que no saben tomarse las cosas con deportividad.

    Me parece un gesto muy bonito lo que hicieron en el partido. Pasó lo mismo en un encuentro de Fútbol. Los hinchas del ADO lanzaron peluches a los niños de un hospital. Mientras los aficionados del equipo local, aplaudieron. Eso es lo lque debería verse más a menudo.

    Qué respuesta más sincera dio el niño. Deberíamos tomar ejemplo!

    Un abrazo grande!

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    1. Hola Mamen, es cierto, al final vamos haciendo criba, jajajaja
      Yo también he dejado de seguir a personas que bombardeaban sus redes con consignas completamente sesgadas o personas completamente intolerantes, es lo bueno de esto, tienes en tu mano la posibilidad de seguir o de dejar de hacer, a un click. Y eso es maravilloso. Algun@s ya no estamos para polladas y bastante hay que aguantar en el día a día como para tener que comer lo que te cocinan por ahí XD
      Lo del niño me encantó, son tan monos a veces, tan inocentes…. ya veremos cuando crezcan, jajaja.
      Un abrazo grande y muy felices fiestas!!!

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  5. Un broche perfecto a tu atinada reflexión, que comparto absolutamente. Se leen tantas burradas en twitter que muchas veces dan ganas de cerrar y decir ¡Hasta luego, MariCarmen! Menos mal que entre burrada y burrada se cuelan hilos de historias que nos reconcilian con la humanidad, por eso nunca me acabo de marchar de twitter. Y la respuesta del niño… ¡Qué adorable! Espero que ese niño no se eche a perder y llegue a la vida adulta con la cabecica tan bien amueblada como ahora.
    ¡Un besazo enorme y felices fiestas, Juanan!

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  6. Hola Carmen,
    Si, la verdad es que la respuesta de ese peque me emocionó. Y por ese me decidí a escribir este post aprovechando y reconduciendo todo ese odio. Tienes razón que a veces es bastante hartante todo lo que se lee en twitter, incluso hay veces que he estado tentado de entrar al trapo y ponerme yo también a la altura, jajaja. Menos mal que también tengo algo de cabeza 😀
    Un abrazo y muy felices fiestas!!!

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