Caliente, caliente

Como aquello que cantaba hace milenios Raffaella Carrá, pero sin sus Eeeooo, Oooaaa.

caliente_caliente

Hemos pasado un verano caliente y ahora, que aún estamos en agosto pero tenemos un clima algo otoñal, vuelvo a sentarme enfrente de mi pantalla favorita, para hacer una de mis cosas preferidas. Este tiempo alejado de mi blog, de mi espacio, de mi sitio, ha sido como una especie de penitencia. Cuando encontraba de lo que hablar no tenía tiempo o conexión, y cuando lo tenía, la pereza y la procastrinación me hacían anular el impulso.

Hoy no es un día distinto, no ha pasado nada novedoso ni nada especial, pero se han alineado los planetas que rotan y se trasladan dentro de mi cabeza y, aprovechando que el ordenador estaba sobre mis rodillas, he caído sin remedio en el editor de textos de WordPress.

Y ya sabéis lo que eso significa, que mi verborrea (¿o sería mi «teclorrea»?) se desata, mis sinapsis neuronales empiezan a echar chispas y los temas empiezan a cuadrar y a situarse. Todo muy concienzudo y muy organizado ¿no lo parece? 😀

Pues como os decía, caliente, caliente ha sido el verano, y debe ser cosa de la edad que este año me ha afectado sobre manera. Y eso que estaba más delgado que de costumbre, que llevaba unos hábitos más saludables y deportivos y todo eso, y bla, bla, bla… pero yo, que siempre he sido más de chorrear sudor que de pelarme de frío he vivido en mis propias carnes la agonía del «caloret».

La faceta deportiva ha sido la peor parada. A finales de junio corría la que iba a ser mi última carrera de la temporada, bien entrenado y con un objetivo firme y alcanzable en la mira. Quería ganarme las vacaciones rebajando mi marca de los 10 kilómetros y estaba listo para ello. Con lo que no contaba, era con los agentes externos.

Aunque tenía que madrugar el domingo para la carrera, tuve que salir a cenar el sábado por la noche, era una celebración del trabajo y además me daban un reconocimiento por mis años de servicio, no me parecía bien faltar. Me porté muy bien, no bebí alcohol, cené moderadamente y me recogí como la Cenicienta, a medianoche, eso si, yo no perdí los zapatos. La cena se desarrolló en una finca al aire libre donde había de todo menos aire libre, estábamos a casi cuarenta grados y todo lo que podíamos comer y beber lo sudábamos de inmediato. Nada de toxinas al llegar a casa.

Me metí en la cama concienciado en la carrera del día siguiente pero me levanté sin muchas ganas, me vestí, me metí en el metro y me fui donde había quedado con mis hermanos runners para calentar. La pereza que sentía era extrema y después de calentar me noté un poco mareado. Pero yo, adelante, me coloqué en la línea de salida esperando que el papelón pasara cuanto antes. En movimiento me encontraba mucho mejor, iba ligero y a buen ritmo pero el calor empezaba a apretar y no hacía más que buscar sombras donde estar más fresco y desear que llegara el avituallamiento del kilómetro 5 para poder beber agua fría o echármela por encima. Llegó y lo hice.

Un kilómetro y medio más tarde todo se torció, el calor me afectaba demasiado, me agobiaba el sol y mi cabeza no respondía bien. En una cuesta abajo bastante pronunciada sentí un vértigo impresionante, como si se tratara de un gran tobogán lleno de gente e interminable. Me paré y continué caminando para no caerme redondo al suelo. El resto de la carrera, los casi cuatro kilómetros finales, los hice corriendo y andando y jodido porque mis objetivos se alejaban, cada vez que me detenía me enfadaba más y más conmigo mismo…. pero mi cuerpo estaba KO. Crucé la meta más por coraje que por convicción y cuando puede me tiré al suelo a descansar. Menos mal que mis hermanos runners estaban allí compartiendo sufrimiento y agua.

Lo que me sucedió fue un golpe de calor y tardé en recuperarme más o menos una semana, con dolores de cabeza, mareos y una sed constantes. Cuando sentí todos esos síntomas y me encontraba tan mal prometí darme un descanso y no hacer locuras a altas temperaturas, desde entonces no he vuelto a correr. Mi descanso se acaba este domingo y ya hay ganas pero mi tiempo en la «reserva» también lo he aprovechado.

Y precisamente hoy, dia en el que hablo de calenturas, me he enterado del nuevo y peligrosísimo reto que circula por las redes. El hot water challenge (el reto del agua caliente) consiste en tirarse por la cabeza un cubo de agua HIRVIENDO. ¿Se puede ser más subnormal? ¿Es que no hay límites para la imbecilidad humana? Esto es demencial, tremendo y demuestra sin lugar a duda que #EstamosLocos de remate y que nos merecemos que nos pasen cosas macabras. Hablo de la humanidad en general, sin particularizar.

De este reto hay varias versiones, para todos los «gustos». Están los que hierven su agua, se ponen delante de la cámara y se la tiran por la cabeza… los que no tienen huevos para hacerlo y esperan inmóviles a que otro les haga el trabajo y lo más peligroso, los que arrojan agua hirviendo a un tercero sin que se lo espere. A estos, les metía yo dos «guantás» que iban a estar con un golpe de calor como el mío tres decenios. Por graciosos.

¿Y que es lo peor de todo esto? No es que un adulto se fría y se genere quemaduras y cicatrices de por vida por hacer el salvaje, es su puñetera culpa. Lo malo es que estos retos los ven niños, los imitan, los improvisan y las consecuencias son terribles. Hay fotos y vídeos de niños achicharrados e incluso hay fallecidos. De hecho, una de estas historias para no dormir la protagonizan un niño y una niña que se retaron a beber agua hirviendo, la niña se desolló la garganta, le tuvieron que hacer una traqueotomia y después de varios meses en el hospital ha fallecido a consecuencia del jueguecito. Poca broma con esto.

Quizá estas cosas que nos están pasando son las  nuevas pandemias del mundo rico, las consecuencias de la globalización, de la conectividad y de, por qué no, de la gilipollez máxima del ser humano.

Me noto un poco encendido así que voy a dejarlo aquí, no quiero que la calentura acabe como la otra vez, con mareos y dolor de cabeza. Si te apetece, pon un comentario y charlemos sobre lo caliente que estamos 😉

Hasta pronto,

J

8 respuestas a “Caliente, caliente

  1. Ainsss ya estás aqui!! Que alegría volver a leerte!!
    Si el verano ha sido de cojones, calor muucho calor, y por esta zona ( que tu la conoces bien) ya sabes como son los veranos, mucho calor igual que en Madrid. Espero que no cometas otra locura de hacer runnig con esas temperaturas, ya te llevaste un susto, no más.
    El reto del agua caliente, la gente está muy mal, y como bien dices no saben las consecuencias que pueden traer, y yo pensaba que estaba mal de lo mio, veo que hay gente peor que yo, en fin… de nuevo decirte que me alegro mucho que estés por aquí otra vez. Un bsin guapetón!! 😉

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    1. Hola Yoli, siiiii ya de vuelta y encantado con encontrarte por aquí, siempre fiel. Me encantaaa!
      Esperemos que la racha me dure, que últimamente estoy disperso.
      Ya he escarmentado, una y no más, estaré atento a las señales para saber cuando retirarme a tiempo, ya tengo una edad y no puedo ir haciendo el cabra por ahí.
      Conociendo los veranos extremeños como los conozco no quiero ni pensar en como habrá sido este, de derretirse enterito.
      Un abrazo!!!

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  2. ¡Bienvenido de nuevo!
    Me alegro mucho de leerte. Este verano especialmente aquí ha sido tremendo. El calor era realmente agotador. El lado positivo que le he encontrado es lo poco que he sudado y eso es cosa rara. Porque soy muy pero que muy calurosa desde que era bien pequeña.

    Yo dejé de hacer deporte desde Junio. Porque conozco mi cuerpo y sé que no me iría nada bien salir a anadar o correr. Depende de mis ganas, jaja. Siento mucho que sufrieras un golpe de calor.

    No cabe duda que la estupidez humana cada vez es mayor. Si esa gente descerebrada usara la materia gris y sus energías en hacer algo de provecho, el mundo iría mejor.
    Un besazo!

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    1. Hola Eowyn,
      Gracias por el recibimiento.
      Debe haber sido un verano tremendo en toda España. Yo la verdad es que siempre he tolerado muy bien el calor, mi termostato interno se ha adaptado cojonudamente a los cambios así que nunca había padecido con estas temperaturas… pero ya sabes, todo tiene un principio.
      Ya no volveré a pasar por esto, que es bastante desagradable.
      Lo de los vídeos es para denunciarlo, no me digas. Que panda de chalados.
      Un abrazo!!!

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  3. Y todo el mundo acojonado por la Inteligencia Artificial, que si vamos a desaparecer como especie, que si las máquinas van a dominarnos, que si …

    Como muy bien dices, no hay límites para la imbecilidad humana. Hablando de la humanidad, en general …

    Cuanto más conozco al hombre, más quiero a mi […..] (póngase ahí lo que se quiera)

    ¡Gracias por informar de una manera tan interesante como entretenida!

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    1. Hola Angel,
      Qué gusto verte por aquí!
      Es verdad, yo creo que nos vamos a destruir nosotros mismos sin necesidad de agentes externos, bueno, si Corea y EEUU no lo remedian antes 😀
      Yo rellenaria tu espacio en blanco con «mi cactus» ese si que sabe cuidarse y sobrevivir.
      Gracias a tí por el comentario.
      Un abrazo!!!

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  4. Eeeooo, oooaaa!! cómo me gustan esa canción y Raffaella, para mi son sinónimo de desparrame en fiestas, bodas y todo tipo de eventos.
    Enhorabuena por el reconocimiento de tu empresa. Que guay, cenita gratis, jejee Valóralo que, ya sabes, que en otras empresas no te dan ni los buenos días.
    El calor de este verano ha sido tremendo. Cada tarde cuando voy a pasear a la perra por el parque y estan allí los runners y los de la bici, como si fueran de otra galaxia y no les afectara el calor, me quedo alucinada.
    Tú un golpe de calor y yo una pérdida de conocimiento por la calle. E igual que tú estuve un par de días echa polvo.
    Sobre lo del agua hirviendo, definitivamente la gente es muy subnormal jajaja
    Un abrazo!

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  5. Hola Erika,
    Es que Raffaella es mucha Raffaella! menuda estrella. Yo también la asocio siempre con pasarlo bien.
    Lo de la empresa fue un eventazo en toda regla, como una boda pero con entrega de los Long Service Award que es como llaman al pedruscazo que nos dan a los que llevamos más de cinco años al pie del cañón. Pero como tu dices, no nos vamos a poner tiquismiquis que en otros sitios, ni agua.
    ¿Una pérdida de conocimiento en la calle? Madre mia, superando el susto, me parece una de las situaciones más vergonzantes por las que puede pasar alguien 😀 😀
    Un abrazo!!!

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