Viejas glorias

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Menudo año llevamos. Un auténtico annus horribilis en lo que al mundo de la farándula se refiere. Desgraciadamente hemos tenido que decir adiós a verdaderos monstruos de la canción, auténticos referentes del arte, músicos legendarios y estrellones de renombre. Aún no habíamos superado la desolación de las despedidas de Bowie, de Prince  o de «La Veneno» y ahora le ha tocado el turno al bueno de Leonard Cohen.

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Que te vaya bonito, Leonard

Imagino a mas de uno de los reinones que quedan con el culete apretado deseando que pasen las uvas a la espera de superar esta racha de celebrity-criba. Y es que las cosas se están poniendo serias. Yo no recuerdo una temporada tan nefasta desde principios de los noventa, cuando estaba haciendo el servicio militar, la famosa «mili». En aquellos días me cargué a muchos famosos importantes, como Freddie Mercury. Y digo me cargué porque era la sensación que me quedaba. Cada vez que yo hacía una guardia, algún VIP caía, como si el universo compensara mis frustraciones y desvelos con sangre. Aquello se convirtió en una rutina macabra, Benny Hill, Tino Casal, Juanito (Real Madrid) Gomez… son solo una muestra de mis «victimas» de las que, por cierto, este año se cumplen sus 25 años a la sombra….

¿Sería demasiado egocéntrico decir que todos esos nefastos acontecimientos son por mi? Nahhh, será casualidad (espero).

Y dicho esto, hay que ver como pasa el tiempo. Eso de hablar de mis «hazañas bélicas» denota ya cierta edad, cierto viejunismo o cierta experiencia vital, como se quiera ver y es que poco a poco se nos va echando el tiempo encima y empezamos a divagar. Parece que nos vamos convirtiendo en esos adultos que hablaban de sus anécdotas de cuando eran jóvenes, ya sin el pudor de la cercanía y con una completa indolencia.

Porque uno no se convierte en uno de ellos, en un viejo (sin eufemismos y sin ánimo de ofender) hasta que no le resbala todo. Cuando ya no existen los tabúes, las incertidumbres ni los «qué dirán». En el momento que el adulto mayor empieza a pasar de todo, a derrochar desfachatez y a ponerse el mundo por montera es cuando más libre se siente. Será por la proximidad de lo inevitable que les hace querer vivir al límite… o no.

Imagino que a todos nos ha pasado esto por la mente cuando vemos a un señor o una señora muy mayores cruzando una calle atestada de coches por el medio, sin esperar al semáforo o al paso de peatones y claro, más bien escasos de movilidad. Y lo hacen por derecho, sin pensar en las consecuencias y con la altivez de las canas.. -«qué paren ellos, que yo soy mayor y se lo que hago».

Yo hace poco viví un momento de esos, de vieja gloria.

Uno de estos sábados en los que recojo a las niñas del entreno y me voy a casa por la autopista, vi como un señor mayor, bastante mayor por cierto, caminaba por el arcén con una mochilita al hombro y unas bolsas de plástico en la mano. No daba la impresión de estar desorientado ni perdido pero me recordó a aquellas noticias de algún señor que desaparece sin dejar rastro, sin su medicación y con lo puesto. Por el espejo retrovisor (yo iba bastante más rápido que él) traté de fijarme en su cara y su aspecto por si esa tarde, al ver las noticias, aparecía alguien reclamando noticias suyas.

No fue así, no salió en ningún medio.

Al sábado siguiente, mismo escenario, misma hora de recogida, misma carretera…. y mismo señor mayor, con su mochilita y sus bolsas. Ahí quedó claro que el hombre no se había perdido, ni había escapado, ni había desaparecido. Tampoco era el día de la marmota  así que solo podía significar una cosa, que ese hombre caminaba por allí porque quería.

Ni idea de donde iba ni que se traía entre manos pero la rutina denotaba todo eso de lo que hablaba antes, el medio para un fin. Su medio y su fin, sin importarle los demás y sin importarle él mismo. Lo que estaba haciendo era peligroso, mucho, era ilegal y no era necesario. Al lado de la carretera, unos cincuenta metros más allá discurre un camino medianamente practicable. ¿por qué entonces iba el señor por allí? Pues porque le daba la gana. Sin más.

Porque sin quererlo se había convertido en una vieja gloria, en uno de esos que ya están de vuelta y que toman las decisiones que quieren tomar al margen de todo y de todos. Me imagino lo que dirían sus familiar, amigos o conocidos si se enterasen de estas «salidas», un poco lo que pensaría yo si ese señor fuera mi padre. Otro igual, que ya está empezando a cruzar las calles a lo loco casi sin visión en uno de sus ojos. Ainssss la vejez!

Me apetece homenajearlos a todos, a los vivos y a los no tanto, a los jóvenes y a los viejos así que os dejo esta maravilla de canción de Mr. Cohen que se titula «In my secret life» (En mi vida secreta) y que de una forma muy sutil, vincula e ilustra todo de lo que he escrito hoy aquí. Cerrad los ojos y disfrutadla.

Y ahora, una vez habiendo recapacitado sobre vuestra vida secreta, sobre vuestros amores, sobre vuestras edades, sobre vuestros mitos y sobre esas viejas glorias indolentes, podéis dejarme vuestras conclusiones en la zona de comentarios. Me encantará charlar con vosotros.

Hasta pronto,

J

19 respuestas a “Viejas glorias

  1. Y nosotros cuando seamos muy mayores, ¿haremos lo mismo? Quizás no, quizás hagamos cosas más impensables… Como escribir posts políticamente incorrectos porque total, si ya no tendremos nada que perder… Por cierto, qué chorrada, ¡¡¡ahora tampoco tenemos nada que perder!!!
    ¡La Reina ha muerto, larga vida a la Reina!
    ¡Que el Duque y Cohen nos acompañen también!

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    1. Hola Txaro, di que si, mejor hacer las cosas políticamente incorrectas ahora que no tenemos nada que perder y que tenemos la cabeza en su sitio. Que si lo hacemos más adelante la gente creerá que estamos seniles.
      Un abrazo!!!

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  2. Yo creo que cada uno ya hace lo que le da la gana. Con el tiempo nos volvemos todos un poco mas maniáticos y posesivos. Y a veces hacemos las cosas porque nos dicen que no las hagamos. O acaso no se están pasando a prohibirnos las cosas que debemos hacer. Esto me recuerda una anécdota, en la que un viejecito que llevaba toda su vida cogiendo plantas en la montaña para alimentarse de ellas, le multaron porque una de ellas estaba protegida.. y digo yo, ademas de no saberlo, era para su subsistencia, el no hacia ninguna locura, ni hacia ningún mal a nadie. No deberíamos ser mas permisivos con nuestros mayores, o lo que debemos hacer es atenderles más, que quizás estén solos y llamando la atención para ser escuchados… be happy my friend !!

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    1. Hola Carlos,

      Seguro que hay algunos que si necesitan más atención y cuidados y también hay otros que se saltan las normas a la torera. Para estos últimos debe ser muy difícil darse cuenta que se les han echado los años encima y que las cosas no son tan sencillas como eran hace tiempo. Quizá las mermas que nosotros vemos con la distancia ellos no las ven, o no quieren verlas. En relación con esto de la vejez, me viene a la memoria el libro «El anciano que saltó por la ventana y se largó» de Jonas Jonasson que habla muy bien sobre estas cosas de la edad y las locuras (y las no tanto).
      Un abrazo y muy buena semana my friend!!!

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  3. A mí me encanta imaginarme la vida de esas viejas glorias, como tú les llamas. Pensar en quién les esperará al final del día en casa, si regalarán chocolate a escondidas a sus nietos, si serán de los que aun leen el periódico en papel nada más empezar el día,..

    Y siempre tiendo a pensar en mi abuela, cuando alguna ancianita me la recuerda. Y la comparo, y pienso en cuando yo era niña y me llevaba al cole y en que ahora soy yo la que la acompaño a los sitios para que no vaya sola.

    Aiiiish, melancolía que me ha entrado. Gracias Juanan, por tu bonita entrada, un placer leerte, como siempre 😉

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    1. Hola Patri,

      A los que hemos disfrutado de nuestros abuelos es imposible que no nos invada la melancolía, mi abuela materna vivió hasta los 94 años (por cierto, falleció el día de su cumpleaños y el mismo día que nos enteramos que estábamos embarazados de nuestra primera hija) y tuvo luces y sombras. Como abuela era fantástica pero como madre no tanto. En los últimos años insistía en vivir sola, en lo aceptar ayuda, en cruzar la calle sin mirar y cuando estuvo mas impedida y terminó viviendo con mis padres se convirtió en una especie de tirana que ni comía ni dejaba comer. Yo la adoraba, mi hermana la adoraba y mi madre la quería con locura porque era su madre pero sufría demasiado con y por ella. Es lógico pensar en los ancianitos adorables pero eso es solo una cara de la visión global. Igual que el resto de las personas de otras edades, adultos y menos adultos. Somos demasiado complejos y tendemos a quedarnos en la superficie, y prejuzgamos.
      Con esto no quiero decir que nuestros mayores sean unos irresponsables o unos capullos pero si que tienen esa parte de NIÑOS, con todo lo que conlleva. En definitiva, si tienes en casa niños y ancianitos, estas jodido. 😀
      Un abrazo!!!

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  4. Una verdadera pena la muerte de Cohen. La verdad es que tienes razón, menudo año llevamos :S

    Las batallitas de la mili, ay. Yo siempre he destado contarlas ante gente que no las ha hecho y a menos que me pregunten directamente no suelto prenda. Todo para no parecerme al clásico abuelo cebolleta, ya me entiendes. Y coño, Juanan, deja ya de hacer guardias. Fijo que la noche que murió Cohen estabas espiando a alguien por la ventana, o algo así 😛

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    1. Hola Holden, no te creas que yo tampoco soy mucho de contar batallitas, y la única que he explotado un poco más es la que he compartido con vosotros, la de mis víctimas. Es que eso de ser un serial killer tiene su punto.
      Pero ahora ya no me dedico a eso, seguro de lo de Cohen, Prince, Bowie y compañía debe ser de algún que otro puteado.
      A Dios pongo por testigo!
      Un abrazo!!!

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  5. A veces me sorprendo a mi misma cuando hablo con mis sobrinos y les estoy contando historietas de los que yo hacía a su edad (básicamente, lo mismo jaja botellón y fumar a escondidas) Pero el caso es que me oigo y digo «¡dios! ¡parezco una señora mayor!»
    Tienes razón, llega un momento en la vida en el que te la suda todo, haces lo que te da la gana y sueltas por la boca las cosas sin importar el qué dirán. Lo veo por mi madre, qué tía, cada día se supera
    Besos

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    1. Jajajaja Erika,

      Yo también he pensado eso muchas veces, me pongo a hablar y luego pienso que me he convertido en mi padre, o incluso en mi madre 😀 Y es cierto lo de la desfachatez de la edad, poco a poco dejas de pensar en el que dirán y aprendes a hacer lo que te apetezca, aunque sea «correr» riesgos innecesarios. jajajaa.
      Yo lo llamo senilidad selectiva.
      Un abrazo!!!

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  6. Hola Juanan
    Al fin me paso a comentar. Pues este año desde luego nos ha golpeado en muchos aspectos. Cuando me enteré del fallecimiento de Leonard Cohen, me dio una pena tremenda. Ojalá acabe ya el año sin más pérdidas. Un abrazo!

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    1. Hola Eowyn, siempre un placer tenerte por aquí, puedes pasarte cuando quieres, puedas o te venga bien, que no tenemos que dar explicaciones a estas alturas, jajajajaja. Si te soy sincero a mi también me dio mucha pena, era un tipo que me caía muy bien y como tampoco sabía si estaba enfermo o no.
      Pero también te digo, casi me conmocionó mas lo de La Veneno, pobre.
      Un abrazo!!!

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  7. Hola mi juan.
    Te preguntas q donde voy con la mochila y las bolsas??
    En la mochila llevo lo vivido!!
    En las bolsas lo q me gustaria poder contar si alguien me quisiera escuchar , asi camino por la carretera hasta llegar a mi final.
    JODER…q dia llevo.
    Haciendo caminos mi Juan.
    Tan grande como siempre.

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  8. Y tú aspiras a ser una de esas ‘viejas glorias’? Ser de pronto el centro de atención de alguien anónimo que imagine qué es de tu vida, por qué llevas una combinación tan extraña de ropa, por qué tarareas esa canción en la cola del super, qué te sucedió en la vida para que antes de cruzar la calle mires exactamente 7 veces a ambos lados… Llegar a ser una vieja gloria guarda maravillosas historias, baldas repletas de libros, de historias, de dibujos sobre el polvo acumulado en una cómoda… Qué bonito recordar a mis abuelos en un día como hoy! un besacooo

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    1. Hola Carmen, por supuesto que trataré por todos los medios de ser una vieja gloria, si mi complejo de Peter Pan no me lo impide, claro. Es bonito eso que has dicho de imaginar todo lo que hay detrás de una señor con una mochila al borde de la carretera o de una señora paseando con sus nietos. Todos tenemos mucho dentro, muchas facetas de vida.
      Un abrazo!!!

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  9. Pingback: El hada vieja

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