La (e)lección de la camiseta

i0lincod

Recientemente hablaba con una compañera de trabajo de lo importante que es tener ropa chula para hacer deporte. El hecho de estrenar algo es como un aliciente para salir a sudar la camiseta con más ganas, una excusa, a veces cara, para tirarte a la calle a correr o acercarte a machacar tu cuerpo en el gimnasio. Se que no era una conversación muy elevada que digamos, pero claro, este blog habla de glamour barato y cotidiano así que no esperaríais que fuésemos a charlar sobre física cuántica, ¿no?

De momento no tengo intención de cambiar el título de mi bitácora a algo parecido a…

«Cuantos protones hay en esto?»

Dicho esto, volvamos por la colorida senda de lo superfluo (que no tonto) y de lo superficial (que no tanto) y pensemos un poco en el fondo de la conversación que os comentaba. Cierto es que a veces necesitamos excusas para castigar a nuestro cuerpo, y sobre todo, para engañar a nuestra mente y una buena forma de hacerlo es con estos pequeños estímulos. La novedad siempre ayuda, por lo menos hasta que somos conscientes de que las prendas coloridas y molonas que portamos no hacen que lleguemos más lejos, ni más rápido, ni nos cansemos menos… pero estamos tan guapos cuando nos miramos al espejo antes de salir, que compensa e incita.

Aunque también hay veces que no lo hace y es que, si queremos darnos estos caprichos que tiren de nosotros hasta el reino del sudor, de la congestión y de las agujetas, debemos recurrir a prendas adecuadas, prendas que nos queden bien y que sirvan para lo que queremos que sirvan… O sea, para enseñar si tenemos algo que lucir o para tapar, si lo que tenemos para lucir está mejor oculto y encerrado bajo cuatro llaves.

Y os digo esto porque yo he caído en la trampa de Narciso y me he estrellado de manera atómica. Quería empezar mi nueva temporada de running estrenando ropa, para animarme, y vi una camiseta en Amazon chulísima y muy rebajada, de color verde fluorescente, con detalles en azul y camuflaje… mejor os dejo la foto…

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Me la pillé, claro, porque me gustaba la camiseta y porque inocente y desquiciadamente pensé que me sentaría igual que al modelo. Qué error amig@s, que error.

Abrí el paquete con ansia, la camiseta era más bonita de lo que parecía en la foto y ya me veía corriendo a velocidad supersónica mientras la gente se daba la vuelta para mirarme mientras pensaban con algo de envidia… «qué mono va este chico siempre!» 

Cuando me la puse y me miré al espejo me dí un tremendo golpe contra la más cruel de las realidades, un golpe dolorosísimo. Lo que vi en el espejo era atroz, como si algún ser diabólico me hubiera hecho un trabajo cruel de body painting. La camiseta era tan fina que parecía que iba desnudo, y así me sentía yo, desnudo y verde, como una versión amorfa y mohosa del Increíble Hulk. No es que la camiseta remarcase todas las zonas, las bonitas y las feas, de mi torso, sino que las realzaba de una forma que debería estar prohibida.

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WTF!!!!!

Ni que decir tiene que no le dí mas oportunidades, me la quité como si quemara, la metí en su bolsa y solicité la devolución express. Quería ese engendro lejos de mi casa, de mi armario, de mis lorzas… Dicen que hay tres cosas que SIEMPRE dicen la verdad, los borrachos, los niños y las mallas…. pues creedme, esa camiseta era un puto niño borracho en mallas.

Aquel episodio fue cruel, pero también muy instructivo.

Tenemos metido en nuestro subconsciente la imagen que queremos proyectar de nosotros mismos, una imagen deseada y casi siempre alejada de la realidad pero encontrarte con ese otro YO de repente y sin anestesia es, cuanto menos, inquietante. Y no porque creamos que somos lo que no somos, no es eso, sino que tendemos a vernos idealizados, distintos, a veces mejorando la realidad, otras veces, empeorándola. Ambas versiones son, llevadas al extremo, patológicas. Así que cuanto más cercanas estén la imagen real de la imagen proyectada mejor para nosotros.

Esto forma parte del proceso de aceptación de nosotros mismos, y si, del proceso de aprender a querernos. Pero no podemos confundir esa aceptación con una liberación excesiva. Las cosas grotescas, como lo de la camiseta, mejor dejarlas para la intimidad. Siempre hay otra elección más acertada con la que podamos sentirnos mejor y donde la imagen que proyectemos sea más dócil. O tal vez seamos del tipo de personas que ya carecen de complejos porque se los han ido quitando uno a uno… si eres de esos y te gusta lucir palmito sea lo que sea lo que te devuelva el espejo, dame un toque, tengo el conjuntito perfecto para tí. Yo no me atreví.

Y ahora una canción que sirva de ilustración a esto que os he contado, un tema que suelo escuchar en mi MP3 y que dice de una forma muy gráfica algo parecido a habla, habla, que no te escucho. Porque a veces es mejor salir corriendo y hacer oídos sordos a los gritos, a los insultos, a las vejaciones y a las camisetas verdes. Que disfrutéis de la canción y de la versión del Mago de Oz que representa el vídeo.

Y ahora, llegó el momento de charlar, no seais tímid@s y contadme algún momento vergonzante como el que os he relatado yo… o simplemente hablemos de lo que os apetezca.

Hasta pronto,

J

12 respuestas a “La (e)lección de la camiseta

  1. A veces parece que nuestra existencia depende de la mirada ajena, sin su aprobación no existimos, pero tu camiseta te dio una lección magnifica, uno debe sentirse bien aceptándose con sus virtudes y defectos. En ésta sociedad actual, la competencia cada vez es mayor, una prueba es el éxito de facebook, a través del cual todos buscamos la aceptación de los otros, no es tan malo como parece, pero primero y por sobre todas las cosas uno debe amigarse con sigo mismo, aceptarse tal cual es y no querer adaptar lo de otros a uno; la edad va decantando el sistema y cada vez vas volviéndote más libre de la opinión ajena; a lo mejor a los veinte años te hubieras quedado con la camiseta, con tal de competir con los demás, eso es maduración y no se si es buena o mala, solo es una camiseta no querida, que no llego a tu armario.
    Felicitaciones por un nuevo aprendizaje y una excelente entrada al blog.
    Saludos.

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    1. Hola Mira,

      Yo creo que una de las claves es lo que has dicho, la edad, la madurez que hace que entiendas a la perfección lo que quieres, y sobre todo, lo que NO quieres. Y esa libertad de elección tan fantástica en la que tu y solo tu decides lo que si, lo que no y lo que tal vez. Pero tu lo has dicho muy bien, todo forma parte de una aprendizaje.
      Un abrazo!!!

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  2. Yo no corro, bailo. También es una afición tardía pero que me proporciona uno de los mejores ratos de la semana… por lo que sea. Y estoy completamente de acuerdo en que ese esfuerzo a veces necesita de ciertos estímulos como pueden ser los estéticos. Ante el comienzo de esta nueva temporada, mi hija me hizo el comentario de que igual era hora de sustituir esa camiseta que llevaba siempre (esos hijos que a veces te hablan como tu propia madre, ¿sabes?) pero lo que no sabía ella es que ya tenía preparado mi nuevo outfit… Incluidos unos leggins que ¡chico, yo me los vi estupendos! Quizás marcando un poquito de tripa y otro poquito de muslamen, pero es que, los de efecto reductor ¡se me iban de presupuesto! y luego, con una camiseta más bien anchita pero muy, muy favorecedora, ¡conjunto perfecto! Por cierto, la primera clase tras el parón veraniego fue de maravilla 😉
    Abrazos!

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    1. Hola Carmen,

      La verdad es que es un gusto encontrar aquellas prendas con las que te sientes tan a gusto y tan favorecido. Yo devolví la camiseta verde como se me fuera a contagiar algo y enseguida encontré otra que me gustó. Ya la he estrenado y estoy encantado con ella, además, me ha salido mas barata, 😀
      Realmente no es tan importante como te quedan las cosas sino las sensaciones que tengas cuando las llevas, yo no me sentía cómodo con al verde y por eso escribí el post.
      Un abrazo y muchos bailes. 😉

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  3. Hola mi Juan.
    Tu con cualquier cosita q t quites estas estupendo tanto poner ni poner.
    Yo siempre he querido tener un guarda polvos como llevaban en las pelis del oeste y un buen dia paseando lo vi largo con puños y solapas de piel marron …era mio mio mio y lo compre,al llegar a casa me mire en el espejo yyyyyy nooooo no parecia al bueno era uns mezcla entre el feo y el malo
    Esta claro soy enano para ese tipo de prendas…..q le vamos hacer…
    Ahora estoy mas cerca de torrente
    Es la vida mi amigo.
    Con lo bien q le sienta el verde a mi Juan q es el mas grande.
    Con tu estatura me hubiera quedado el guardapolvos como
    A Clint eastwood en la.muerte tenia un precio.casi na.

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    1. Hola Mipe, pues yo si que tuve un guardapolvos negro guapíiiiisimo cuando iba al instituto y era la envidia de mis compañeros. Recuerdo que me lo llevé al viaje de fin de curso a Italia y cada noche me lo pedía alguno para salir y chulear, jajajaja.
      Es cierto lo que dices, yo gano cuanta menos ropa tengo, jajajajaja 😀 así que mejor no añadir en exceso.
      Tu si que eres grande, artista.
      Un abrazo!!!

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  4. Hola Juanan,
    sé muy bien de lo que hablas con esa camiseta verde. Yo ropa de hacer deporte no compro porque no hago deporte ajaja pero el Zara online lo tengo trillado, amigo. Si a esas chicas les queda todo tan bien a mi también, que menudo cuerpazo tengo jaja Y cuando me llega a casa el pedido y me lo pruebo super emocionada: ¡tortazo de realidad! Cuerpazo tengo pero de tripa, michelines, patorras y no sigo que me deprimo.
    Tienes razón cada uno tiene una imagen de sí mismo que no siempre coincide con la realidad.
    Un abrazo!

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    1. Hola Erika
      Es estupendo que me entiendas, aunque sea a las malas, jajajajaja.
      ¿Y por qué será que siempre picamos? Somo masoquistas, parece que nos gusta enfrentarnos al espejo o a lo mejor es que esperamos que alguna vez, aunque solo sea una, seamos como los modelos de las revistas 😀
      Qué ilusos. Menos mal que nos queremos.
      Y lo del deporte es para pensárselo, si te animas, nos damos unas vueltas en mallas por el Retiro, solo tienes que darme un toque 😉
      Un abrazo!!!

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  5. Hola Juanan,
    En casi 8 meses he perdido 22 kilos. Jamás me había sentido tan bien conmigo misma. Ir a ver ropa ahora me encanta porque al reducir de talla tanto en pantalones como en camisetas, me hace sentir muy bien y cuando me pruebo algo vamos, alucino porque me veo estupenda. Todos los días hago 45 min de ruta andando en plan marcha. Que es lo que me recomendó el dietista, ya que ejercicio más dieta, deben ir de la mano. El caso es que hace poco fue mi cumpleaños y mi hermana me regaló unas zapatillas chulísimas de Nike y al estrenarlas fue una sensación de placer inmenso. En cuanto a ropa de deporte voy con una camiseta normalita y pantalones de chandal marca gromenaguer, jaja. Nunca he comprado ropa por internet. Siempre me ha costado encontrar talla para mí en tiendas físicas, imagínate si hago un pedido. Muero directamente. Siento que la camiseta verde, no te quedara bien.
    Un abrazo grande!

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    1. Hola Eowyn,
      Eso es fantástico, que constancia.
      Es buenísimo todo lo que estás consiguiendo a todos los niveles simplemente por tener semejante mejora en el aspecto físico. Y claro, todo influye. Tus sacrificios de dieta y deporte obtienen sus resultados y son esos mismos los que hacen que sacrificarse merezca la pena. Es una maravilla, mi mas sincera enhorabuena.
      Y ahora, con tu nuevo YO, es hora de comprar cosas nuevas con las que te sientas estupenda, es genial.
      Lo de la camiseta ya está olvidado, la devolví, me compré otra y ya la tengo más que sudada, jajajaja
      Un abrazo!!!

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  6. Pobre camiseta!!!! Ella que llegaba con la mejor de sus intenciones, de colmar tu sensación de fuerza frente al espejo…de veras te viste tan ‘gusiluz’? jajaja pobre camiseta, que a Juanan no le gustó, vaya papeleta!!! Un abrazo de runner a runner

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    1. AY Cakerunner, si me hubieras visto tu también me hubieras animado a quitármela e incluso a quemarla.
      Cuando pienso en aquello me sale sarpullido 😀
      Si, me quedaba fatal, la camiseta no tiene la culpa, pobre, lo que la afeaba era la percha, que por mas que quiera no se parece al modelo de la foto.
      Fue un momentazo para olvidar pero repetí, otra vez con Amazon y otra camiseta mas barata aún si cabe… y esa, la nueva, ya la he sudado varias veces 😉
      Un abrazo!!!

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