No siempre apetece

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Hace muchos, muchos años, cuando yo estaba en plena vorágine hormonal, cayó en mis manos una revista de esas, no se bien de donde pude sacarla, si era mía, prestada o robada… entre tanta foto y tan poco texto, porque estas revistas son para lo que son, para desarrollar nuestro lado más voyeur, me encontré con un titular que me llamó muchísimo la atención. Se trataba de una entrevista a una de las estrellas porno masculinas del momento, no preguntéis el nombre porque a nadie le interesa, el titular decía lo siguiente:

«No siempre apetece quitarse la ropa y follar»

Pensé que ese tío no sabía de lo que estaba hablando, eso era precisamente lo que nos apetecía a todos los de nuestra edad, no era de recibo que un tío que se dedicaba a ello profesionalmente, un héroe, se quejara de semejante manera. Tardé mucho tiempo en entender a lo que el tipo se refería y ahora puedo asegurar que coincido a pies juntillas con aquella infame afirmación.

Realmente no me estoy refiriendo al hecho sexual, o no solamente, si no a la sensación de hastío y de pereza que puede producirnos la vida laboral, y en mayor o menor medida, la vida personal o familiar. Me quiero centrar solo en la faceta laboral porque lo otra me parece un jardín demasiado grande, y no me apetece….

Un trabajo es un trabajo, y por la tanto, tiene unas connotaciones especiales. Puede que tu trabajo te haga disfrutar y puede que hasta tú mismo consideres que es el trabajo de tu vida, pero tarde o temprano, un trabajo se vuelve rutina y aburre o al menos, se convierte en monotonía. Cuando realizas una actividad que te gusta y alguien te paga por ella y te exige por ella, el romanticismo que tiene dedicarte a lo que más te gusta se pierde. Esto es innegable, puedes ser el profesor más vocacional, el médico mas entregado, o el arquitecto más creativo que en algún momento de tu vida entonarás eso de… «es que no siempre apetece».

Cuanto más afín y más deseada sea la profesión elegida más satisfactoria va a ser siempre de afrontar, ya teniendo en cuenta que estás entregado a un intercambio comercial, en un mundo capitalista y en el que, desgraciadamente, los que tenemos ciertas costumbres como comer todos los días, nos vemos obligados a acatar decisiones, a aguantar a patanes y a sonreir a gente que no se lo merece. Esto no es edificante, pero es la vida misma.

Ahora, a la vuelta de los años y de las responsabilidades, entiendo perfectamente que aquel actor porno, estuviera cansado de estimular, excitar y penetrar mujeres, porque era su trabajo y él no era el que elegía el CÓMO, el CUANDO, el DONDE y el CON QUIÉN. De la misma manera que un abogado de éxito puede defender con todas sus fuerzas y su desgana a una persona en cuya inocencia no cree, una enfermera puede tener que lidiar con algunos pacientes desagradecidos y sucios o un vendedor de coches puede tener que poner su mejor sonrisa y bailarle el agua a un imbécil que le trata como a un desarrapado, todo esto a cambio de dinero, tan desagradable, tan sucio, tan esclavo y tan necesario.

Y eso si nos centramos en los profesionales que han apostado por su vocación y son trabajadores abnegados y centrados en las tareas que han elegido, que si pensamos en el resto, en los que estamos donde estamos porque no podemos, no queremos, no sabemos o nunca nos hemos planteado estar en otro sitio, la cosa se agrava.

¿Qué podemos hacer para remediarlo?

Pues poco, o mucho, depende de como se mire. Principalmente debemos ser consecuentes con nuestras tareas, tenemos un contrato y tenemos que cumplirlo, nos apetezca o no, nos guste o no, nos interese o no, al final del día, cobraremos y eso es a por lo que tenemos que ir. También tenemos que ser leales con quien nos contrata y con nosotros mismos, acordar unos plazos, una calidad y un compromiso asumible. Todos pertenecemos a este tejido económico que se llama capitalismo y que nos obliga a producir para consumir y si estamos en la cadena, estamos. Más o menos integrados, más o menos contentos.

Si extrapolamos la vida laboral a otras tareas más altruistas o más personales, por las que no nos pagan, vamos, nos encontramos que es más complicado sacar adelante un proyecto cuando estás en una de esas etapas de apatía. Tal vez te dejes llevar por otras tareas, tal vez te dejes caer en la famosa procrastinación o tal vez te quedes esperando a que suceda algo a tu alrededor que te de un empujón. Yo reconozco que de cara al blog y a las redes sociales, llevo un mes un poco relajado, he adolecido un poco de cada cosa, un mucho de tareas de la vida off-line, algo de procrastinar y algo de esperar acontecimientos blogueables…. Sin ir más lejos, estaba convencido de que este año me iba a tocar la lotería y pensaba narrarlo con todo lujo de detalles en un super post, antes de transformarme en un hombre rico y de alejarme de un trabajo que no me llena como debería.

No hay que decir que no me ha tocado la lotería, ni un euro, ni lo que jugaba, ni la mitad de la mitad. Así que sigo siendo igual de pobre, sigo teniendo que retomar mi trabajo y ahora ya no tengo excusas para no sentarme a escribir a contaros lo que hay de glamouroso en el día a día. Quizá, a lo tonto a lo tonto, este post me esté sirviendo para ponerme en marcha de nuevo pero claro, es que empezar hablando de follar está bastante bien, aunque sea en estos términos de pereza.

Ahora ya estoy acabando, la comida se está haciendo, ya he tendido todas las sábanas y las bragas que había en la lavadora y me encuentro de cara a la pantalla de mi portátil con los pies subidos encima de la mesa, aún en pijama y abrigado hasta las orejas con un forro polar. Hoy más que nunca me planteo…. Qué glamour hay en esto?

Felices Navidades a todas y a todos,

Hasta pronto,

J

16 respuestas a “No siempre apetece

  1. Hola Juanan,
    es que en la vida al fin y al cabo todo es monotonía. A veces miramos a los demás y nos parece que tienen una vida más interesante que la nuestra, pero si les preguntas verás que también ven el mismo glamour que nosotros en nuestra vida.
    Aunque he de decir, que el momento en el que más feliz fui en mi vida, fue la temporada en que tenía trabajo, vivía en casa de mis padres, no tenía responsabilidades, todo el dinero era para mí, entraba y salí cuando quería…
    Feliz Navidad!!

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    1. Hola Carolina, Feliz Navidad, que disfrutes de estas fiestas con la familia y con los amigos. Es cierto lo que dices, algunas veces vemos cosas mas interesantes en las vidas de los demás, porque no nos paramos a pensar en lo que son en realidad, ni siquiera conocemos sus pormenores, pero a veces adolecemos de cierto complejo de inferioridad.
      Un abrazo!!

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  2. jajajaja…. pareces el malote de la vida glamurosa. Sólo te ha faltado decir que estás a la espera de algún buen estreno de cine para vestirte.
    Hoy creo que anotaré una nueva palabra rara a mi diccionario: «procrastinación». Me cuesta hasta pronunciarla.
    En fin, todos tenemos días perezosos. Lo malo es que se hagan costumbre.
    Saludos y Felices Fiestas!!

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    1. Hola Sonia, Felices Fiestas para tí también, disfrutalas al máximo que al final es lo que nos vamos a llevar por delante. Yo me he tenido que conformar con unas febriles navidades, no muy glamurosas después de la sudada de la fiebre, jajajajaja. pero renaceré de mis cenizas, cual ave fénix con ayuda del paracetamol y el ibuprofeno. Jajajajaj. Un abrazo!!!

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  3. Pues si, todos los curros al final acaba en monotonia, y en la vida misma!! Pero para eso estás tu, intenta que cambie con cualquier pequeñez, ya sea con un chiste al compañero y unas risas que siempre vienen bien, imaginación…Feliz Navidad para ti tmb, nos vemos muy pronto, un bsin!! 😉

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    1. No me jodas mi juan.
      Encabezas el post con una revista de las q se les pegaban las paginas y sutilmente nos llevas a la mesa d tu oficina.
      La unica mesa q me podria valer es la d la cocina d el cartero siempre llama dos veces..(la culpa es tuya por probocarme).
      Lo de estar regulin en el curro es lo nomal por eso lo llaman trabajo,si fuera placer tendriamos q pagar.
      Feliz navidad a todos.
      Grande y navideño mi juan.

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      1. Hola Mipe, Feliz Navidad a vosotros también querido. Lo de «el cartero siempre llama dos veces» me parece un poco guarreo, con toda esa harina…. con lo que reseca la piel!!! jajajajaja…. Ya sabes que la vida es así, sexo, drogas y rock and roll…… O para algunos no hay mas sexo que el suyo, no hay mas drogas que el sintrón y no hay más rock and roll que Bisbal…. ¡Con lo que hemos sido! 🙂
        Un abrazo!!!!!

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    2. Hola Yoli, Feliz Navidad para vosotros también, si todo va bien, nos vemos en un par de días, si el gripazo me deja salir de casa, jajajajaja. Hay que tener momentos de melancolía y de pereza, que de todo se aprende.
      Un abrazo!!!

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  4. Al final el trabajo es monotonía, pero también merece la pena reflexionar si te ves en ese trabajo dentro de 10 años, si la respuesta es no, debería plantearte el cambiar la cosas y salir de tu zona de confort y buscar lo que verdaderamente te llene

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    1. Hola Alicia, entiendo eso que dices y que está tan de moda de plantearte un objetivo y salir de la zona de confort, puede funcionar, aunque mi trabajo no me llena, cubre mis necesidades y ya es bastante. Puede que en diez años siga allí o no, depende. A lo mejor yo fuerzo las cosas o las circunstancias me fuerzan a mí, pero todos los trabajos tienen esa doble cara… todos requieren dedicación y te absorben. Ya te iré contando, jejeje.
      Un abrazo!

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  5. Comparto y sufro igual…….en mi caso no es tanto la monotonía sino el haber perdido la inocencia….haber dejado de idealizar….Ver plantearse situaciones increíbles entre la gente que me rodea. En mi caso el trabajo no es problema, la cuestión es descubrir el costado oscuro de la gente……

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    1. Hola Ana, yo realmente trabajo porque no soy rico, si lo fuera no volvía a poner un pié en esa oficina ni en ninguna, a lo mejor invertiría en el negocio familiar pero eso también tienen sus quebraderos de cabeza. Yo quiero vivir de la rentas, ir y venir a voluntad y, como decía Ricky Martin…living la vida loca. jajajajaja. Al final el trabajo te termina alienando.
      Un abrazo!!!!

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  6. Hola Juanan, tienes razón en lo que dices. La rutina es letal para la motivación en el trabajo o en la vida. A veces es bueno hacer el vago. En realidad es como si hicieras una pausa para retomar fuerzas y continuar.
    Siento que no te haya tocado la lotería y que no hayas podido publicar ese super post … quizás algun dia te toque la primitiva ¿quien sabe? 😉
    Disfruta las fiestas y feliz año nuevo!!

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  7. Hola Erika, ¿Verdad que sí? Hay quien cree que en este post estoy especialmente pesimista y yo no lo creo ni lo escribí con esa intencion, solo hay que saber que el trabajo es trabajo y por lo tanto no es placer. Puede ser placentero, si, no lo dudo, yo, de hecho, me lo paso fenomenal en el trabajo el 85% del tiempo así que no me quejo.
    Pero es lo que hay, tenemos que trabajar y mejor hacerlo sabiendo que tarde o temprano nos va a parecer monotono y rutinario, si lo sabemos, estaremos preparados.
    Lo de la lotería me vuelve loco, yo tendría que haber nacido rico pero me quedé en caprichoso pobre…. que le vamos a hacer, algún otro sorteo habrá que jugar porque está claro que nadie se hace rico trabajando honradamente y están las cosas como para meterse en jaleos, jajajaja.
    Un abrazo y Feliz Año.

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  8. Juanan hola

    Cuanta razón tienes!!!

    Fíjate que yo aprendí a conducir alrededor de los 12 años y ya te podes imaginar un chaval de esa edad conduciendo.

    Las vueltas de la vida, me llevaron a tener dos trabajos.

    Uno, el profesional, es decir, aquel para el que había estudiado que sin ser vocacional, me termine sintiendo a gusto y disfrutaba de dicha labor, pero en más de una ocasión, me sentí hastiado, trabajaba en horario vespertino.

    El segundo trabajo, debido a las presiones económicas, monte una empresa y una de las facetas era repartir el producto que producíamos, mi mujer, siete empleados más y este servidor.

    Lo llevaba por el día, pero al tener que andar repartiendo el producto por toda la cuidad, llego el momento en que efectivamente detestaba tener que conducir, ya había perdido la magia.

    Cada vez que me tocaba coger el coche, perdía la dulzura del caracter.

    Para que veas como has atinado.

    Excelente entrada, te felicito.

    Felices fiestas y un abrazo.

    Jacobo

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    1. Hola Jacobo, has clavado el tema, era precisamente esto lo que quería decir y mira como he dado en la diana, nada mejor que tu caso personal para ilustrar mi tema. Muchas gracias.
      A mi en el pasado también me pasó algo parecido, yo estudié Bellas Artes y siempre he sido muy creativo, hace tiempo tuvo un trabajo esporádico que consistía en crear diferentes campañas para publicidad o para la creación de productos en mi empresa, era algo que me apetecía hacer y que tenía mucho que ver con lo que me gustaba hacer, pero yo solo podía volcar mi «arte» en mis encargos, no tenía poder de decisión sobre los temas o los objetos a diseñar, solo era otro trabajo rutinario…. y luego estaba la falta de imaginación, la presión por las fechas de entrega…. como ves, todos hemos sufrido aunque a priori se trate de una actividad tan deseada.
      Un abrazo y feliz año nuevo!!!

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