¿No os ha pasado alguna vez que hay una palabra en concreto que os gusta especialmente? A mi sí, puede ser que yo sea friki por naturaleza y me fije en esas cosas pero me pasa a menudo, puede ser por la forma en que suena, por su significado o por la combinación de letras con que está escrita. Puede ser incluso una palabra que te recuerda algo, que te hacer rememorar momentos o personas, para mí, las palabras están vivas y cargadas, no solo de significado, sino de experiencias y vivencias.
Quizá sea posible que debido a esa particular relación que tengo con los sonidos y las letras haya palabras que me atraigan y una de esa es la que da título al post de hoy, no, qué no, la otra…. DESFACHATEZ. Esta palabra había caído bastante en desuso en mi particular y limitado diccionario y hace un par de años la he vuelto a recuperar, mucha culpa de eso ha tenido esta canción de Fangoria:
Desfachatez es una palabra rara
Está claro, no es una palabra normal y corriente, tiene una f, una ch y una z que le confieren un toque un tanto exótico al conjunto y también tiene ese toque vintage tan de moda últimamente. Parece una de esas palabras que se utilizaban antaño, tiene un regusto a tradición, a España de posguerra, a señoritas finas y a «Amar en Tiempos Revueltos». Aparte de estas connotaciones, a mi me gusta como suena, me gusta su composición y me gustan esa f, esa ch y esa z tan particulares, me suena a la bofetada de Gilda y realmente, todo lo que suene así, aunque no sea políticamente correcto decirlo, me pone un poco.
Ahora que caigo, estoy dando por hecho que todo el mundo sabe su significado pero a lo mejor hay algún despistado, así que, recurriendo al diccionario de la Real Academia Española, os informo que:
Desfachatez:
1. f. coloq. Descaro, desvergüenza.
Pues la descripción tampoco aporta mucho, que le vamos a hacer. Sea como fuere, a mi me sigue gustando. Y la uso, vamos que la uso. Recientemente, de hecho, le he utilizado en varias ocasiones y en varios contextos distintos.
La desfachatez de mis hijas
Ellas son así, y no solo ellas, también lo son sus amigas. Hoy vuelvo a tener la casa llena de niñas de ocho y nueve años, en plena edad pre-pavo y con mucha, mucha, mucha tontería. Esas niñas, entre las que incluyo a las mías, que hace unos años no se atrevían a hablar con adultos, que se escondían tras las piernas de sus padres y que agachaban la cabeza para no tener ni que decir hola, campan como monos por mi casa, vienen a pedirme que juegue con ellas, que me vaya del salón porque quieren jugar a la Wii o se me auto invitan a cenar. Están completamente desvergonzadas, debido en parte al exceso de confianza y a que he sabido crear un ambiente agradable.
Una de ellas, hace unos años, entre el grupo de adultos que estábamos a su alrededor solo me hablaba a mí. Incluso alguna vez cogió el teléfono de su madre tras discutir con ella para llamarme porque quería venirse a mi casa. ¿no es adorable?
Mi hija pequeña, sin ir más lejos, ha preferido irse, dejar a su hermana mayor y a sus amigas y pedirme un intercambio. -«Yo me voy con Kike a su casa y que se venga Julia a jugar con la mayores». -Así de categórica se ha mostrado, sin pelos en la lengua y sin pudor alguno me azuzaba para que llamara al padre de las criaturas para organizar la tarde del viernes, una joya. Ni que decir tiene que los pobres padres hemos consentido y hemos hecho el intercambio, mi hija pequeña por su hija mayor, todos contentos, ahora estará en casa de su mejor amigo llenándole la cabeza de coletas o maquillándole, porque encima de todo, es ella la que elige a qué se juega.
Pero no solo tengo que sufrir estos manejos de parte de las pequeñas, noooo.
La desfachatez de mi madre
Esto es, hasta cierto punto, peor. Las personas mayores tienen bastante en común con las más jóvenes, con los niños y niñas para ser concretos, parece ser que los que tenemos una edad intermedia entre la juventud y la senectud somos los garantes de la diplomacia y del sentido común mientras que el descaro y la desvergüenza está en manos de esos puntos equidistantes.
Mi madre está perdiendo el pudor por completo, antes guardaba las formas pero ahora se las pasa por el forro. Ha olvidado, a propósito creo yo, el acuerdo tácito que teníamos de llamarnos por teléfono cada día uno. Le está echando morro y si fuera por ella pasarían las semanas sin llamar.
Lo que pasa es que ahí se ha encontrado con un hueso duro de roer, yo, que no solo no la llamo, sino que cuando lo hago se lo echo en cara. Ayer mismo tuvimos una de esas conversaciones:
-Hola mi niño, me has leído el pensamiento. -Mentira, no pensaba llamar.
-Hola, yo solo llamaba para saber si seguíais vivos. -Risas a ambos lados, ella es consciente, no es tonta.
-Ya…. ya, acabo de colgar a una amiga y le estaba diciendo que llevaba un par de días sin hablar con mi hijo. -O sea, que con la vecina si que habla, no?
-Bueno, ¿un par de días? concretamente desde el domingo pasado que fuimos a verte. -Toma exactitud.
-Uy, no me lo puedo creer ¿tanto? -con matiz de falso asombro en la voz -Si es que se me pasan los días volando, como ni salimos de casa….
-Claaaaaaro, pobre, pobre. -Mas risas (a ambos lados, insisto) -Desde luego, madre, tienes una desfachatez…. que sepas que esta situación es carne de blog… -El que avisa no es traidor (más risas).
-¿Y qué tal las niñas? -Y ahí se acaba la conversación de adultos, ya son las niñas las protagonistas, ya ha aceptado mi pseudo reprimenda y ha pasado página.
La conversación no duró más de dos minutos, porque ella tenía prisa por colgar y yo, todo hay que decirlo, también. Y como le prometí que esa conversación podría ser grabada y utilizada en su contra, ahora me veo cerrando este post dedicado a una palabra y denunciando cómo nos mangonean, los de arriba y los de abajo, los muy adultos y los muy niños. Nos toca aguantarnos, esta es nuestra posición, la de atribulados sufridores.
No es la primera vez que dedico un post a una palabra, ya lo hice hace poco con la palabra prisma, y vendrán mas. Palabras bellas o palabras horribles, pero cargadas de significado. Nos vemos en la próxima.
Hasta pronto,
J
Hola Juanan, si te sirve de consuelo, mi madre también se ha vuelto como la tuya. A veces te suelta unos comentarios que te deja en shock y ella se queda tan pancha.
¡Como han cambiado los tiempos! En mi época si le hubiera dicho a mi madre que me iba a dormir a casa de un chico …
Muy buena entrada, como todas.
Buen fin de semana
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Hola Erika, hasta cierto punto me alegro de que haya más madres así, por eso de mal de muchos…. jajajaja. Mi madre es muy curiosa, es pasota en unas cosas y luego va de víctima en otras, es difícil tratar con ella y cuanto más mayor, peor, todo se acentúa. 🙂
Muchas gracias por el apoyo y por las palabras que me dedicas siempre, eres un sol.
Un abrazo!!!
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Yo tambien tengo algunas palabras q me resultan simpaticas,curiosas,e incluso divertidas,por ejemplo «potorro» me hace mucha gracia, entre su significado segun la RAE y el uso mas comun hay un mundo.
RAE..potorro…SALERO
Cariño acercame el potorro
Voy a llenar el potorro
Q potorro mas bonito.
Creo q voy a comerme todo soso.
Tengo mas para otro dia.
Grande y SALAO mi juan
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Jajajajajajajajajajaja!!!! tu si que tienes mucho POTORRO, Mipe.
Un abrazo!! 😉
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Uis no me hables de madre!!! Si antes era por teléfono ahora que la tengo tan cerca es…. pero bueno así somos las madres, y palabrejas claro que hay algunas quizás una de las mias sea «pachorra» como la que tu tienes y mi gato jjjjjj. Muy bueno un bsin guapetón!!!
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Jajajaja, si, la verdad es que hay madres con exceso de confianza y parece se da la vuelta a la tortilla y nos convertimos nosotros en los padres y ellos en los hijos. Es curioso y por lo menos da juego.
Un abrazo!! y otro para tu gato pachorra 🙂
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En la película The Interpreter , el hermano del personaje interpretado por Nicole Kidman, tenía la afición de anotar en un cuaderno las palabras que le sonaban «especiales»
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Hola Javier, yo creo que tendré que hacer lo mismo, hay varias palabras que me gustan pero otras se me van olvidando. Será la edad?
Un abrazo!
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Es cierto que hay palabras que tienen algo, lo que sea, que hace que te gusten especialmente. Ya sea por su sonoridad, su significado o como bien dices porque te recuerdan a algo importante para ti. Me gusta cómo de prácticamente nada sacas un post interesante y divertido como éste. Es un gusto leerte 🙂
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Muchas gracias! 🙂
La verdad es que desde que tengo el blog rodando si que me he dado cuenta de que tengo capacidad para la improvisación (o para enrollarme), eso que dices, sacar un post de prácticamente nada.
Como siempre, muchas gracias por pasarte.
Un abrazo!!
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Delicioso articulo sin verguenza ninguna 🙂 Tus niñas descaradas y tu madre divertidisimas! Saludos y he disfrutado leyendolo y con Alaska de fondo (mola mazo)
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Hola Vero, hace tiempo que perdí la vergüenza, sobre todo desde que escribo este blog y me muestro tal cual soy, casi sin pensar en las consecuencias. Quizá por eso vuestro feedback es siempre tan bueno.
Gracias por pasarte y comentar.
Un abrazo!!
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Me hace recordar cuando me decían, que desfachatez! muchacho malcriado!
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Jajajaja, eso también suena muy Vintage, 🙂
Un abrazo
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¡Pero que desfachatez!
Mentira. Yo también quería usar esa palabra y no le supe encontrar lugar.
Cada vez resulta mas ameno leerte, cosa que me alegra.
Te mando un abrazo.
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Muchísimas gracias Johann, me alegro que te guste.
Ya sabes, ahora ya puedes utilizarla cuando quieras 😉
Un abrazo
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Grande como siempre Juanan. Hay que tener un poco de desfachatez para revelar los secretos de las palabras más allá de las definiciones del diccionario. Esos usos y costumbres del día a día que les dan carne y vida. De otra manera serían letra muerta y habría que tener más bien un gusto por los cadáveres para acercarse a ellas. 🙂 ¡Un abrazo!
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Muchas gracias por tus palabras Carlos, nadie como tú para darles vida y emoción, en eso eres un maestro.
Encantado de tenerte por aquí.
Un abrazo!!!
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Buen análisis de la palabra desfachatez. Yo uso más descaro.
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Muchas gracias Félix, descaro también tiene su punto.
🙂
Un abrazo
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La verdad es que la uso menos de lo que debería usar 😉
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Hola Rafa, a lo mejor no la usas tanto como debieras porque no tienes gente a tu alrededor que derroche desfachatez o descaro, a lo mejor son mas comedidos, jejeje.
Un abrazo y gracias por pasarte.
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Yo creo que hay épocas de nuestra vida donde la desfachatez es espontánea, y probablemente sean los momentos más felices, cuando nos da igual lo que piensen los demás. Así que vivan los niños y mayores «desfachatados» jaja
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Totalmente de acuerdo Mauxi, a mi me toca quejarme por mi parte pero reconozco que esta forma de ser, con ese descaro es bastante más espontánea. Simplemente lo niños no ven las consecuencias y a los mayores, que ya están de vuelta de todo, les trae sin cuidado.
Un abrazo
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Yo hace unos pocos días, pero pocos, que he pasado la época de que venían niños a casa. Me he visto reflejada, «mama puedes ir a la habitación que nosotros vamos a jugar aquí», luego se dividían unos en un sitio, otros en mi habitación y yo siempre terminaba en la cocina. Ahora lo añoro porque mi hijo tiene ya 14 años y está ya adolescente…. mejor me callo. Había una palabra que a mi me traía de cabeza. Ahí va: «MASES», mi hijo me pedía Mases. Ahí es nada. La de horas que me he pasado yo pensando que podían ser esos Mases. Yo le daba cualquier cosas y así callaba. Todo eran Mases. Siempre tuve la esperanza de que cuando creciera me explicaría que es eso de Mases. Pero adivina……no lo recuerda. Estoy en un sin vivir, que son muchos años. ¡¡¡Que son los Mases|||
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Jajajajajajajaja, Ay Montse, menuda desazón, no tengo ni idea de lo que pueden ser los mases! pero tal y como lo cuentas es una pena que no hayas podido llegar a averiguarlo. Aunque a lo mejor no era nada concreto, solo una palabra con la que tu hijo conseguía lo que quería, a expensas tuyas. 🙂
Muy curioso, jejejeje
Un abrazo
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Me imagino al amigo de tu hija con coletas, coloretes y los morritos pintados. ¡Mira que debe estar mono! jeje
Yo más que desfachatez, diría que hay una total confianza en el caso de tus hijas. Y en el de tu madre, creo que se está haciendo de rogar para que la mimes 😉
Un abrazo,
Patri.
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Hola Patri, el hecho es que tengo una como la otra están bastante descaradas, creo que ya lo he dicho en otro comentario, una, por pequeña, no es consciente de las consecuencias y a la otra, por mayor, le empieza a dar todo igual. Y yo me quejo pero lo disfruto. En el caso de mi hija me hace muuuuuucha gracia que sea tan espontánea y en el de mi madre, en el fondo, también, ya ha pasado su época de estar siempre encima de los demás y preocupada, ahora es el momento de devolverle el favor.
Un abrazo!!!
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jajajaja… ya te veo. Pobre de tí que tienes que dar el paso con tu madre y llamarla….jajajaja… Ay, si no fuera por esos momentos…
A mí también me llama la mía, pero la conversación bien puede durar una hora y menos mal que no es todos los días, porque la última vez se me quedaron grabadas las teclas del teléfono en mi mejilla…jajaja… Me he propuesto para reyes que me regalen unos auriculares que funcionen con bluetooth o algo parecido.
Y bueno, por «desfachatez» no te preocupes, que el de los peques se traduce en «mangoneo» porque saben como ganarnos.
Yo tengo también palabras que me llaman la atención, pero hay una expresión muy singular que me hace mucha gracia y que la he oído en mi casa: «¿Por qué?… Esto es totalmente injusto»… Sólo le falta el «¡cáspita!» y me parto con ella.
En fin, un placer leerte, como siempre. Saludos!!
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Hola Sonia, mi madre suele ser bipolar, cuando tiene ganas de hablar no hay quien la pare, por mas que intentes interrumpir la conversación ella sigue y sigue como si tuviera pilas Duracell, pero cuando no tiene intención de escucharte, en menos de un minuto se despide y te cuelga, es genial y da mucho juego.
La frase que dices, mola mucho, es muy de niños!!!
Un abrazo!!
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