Cantaba Alejandra Guzmán en uno de sus temas… «…Eres bello, bello, bello, más que el firmamento, con un millón de estrellas…. eres bello, bello, bello, peligroso y bello, mucho más de la cuenta….» y se refería evidentemente a un buen ejemplar, a un hombre bello por fuera, todo un adonis, un tiarrón, un pibón, aunque por lo que reza la canción no era tan bello por dentro… Este tipo de belleza no es la que me interesa, al menos hoy.
La belleza, ese concepto tan extraño y tan particular, totalmente subjetivo aunque medible atendiendo a los intereses de una época, de una región geográfica y de unos patrones universales como la simetría y la armonía. Estaremos todos de acuerdo en que la belleza es relativa y pertenece más al ojo que mira que al que la posee, si alguien no está de acuerdo con estos planteamientos es la hora de disentir. Aunque una cosa es la Belleza en mayúsculas, y otra la belleza que poseen, por ejemplo, los seres humanos, tan diferentes unos de otros, con rasgos característicos tan distintos, con colores y actitudes tan diversos…
Aunque también hay algunas constantes…. hoy en día estamos acostumbrados a casi todo, en la época de Internet no nos extraña ver personas de distintos tamaños y colores, tenemos una ventana muy grande al exterior y ahí se asoma el que quiere, se exponen… pero tendemos a apreciar la belleza en las cosas que tenemos cerca, en los rostros que nos son reconocibles, en los lugares comunes. Todos hemos oído expresiones como… -«A mí no me gustan los negros» o -«A mí todos las chinas me parecen igual de feas», incluso se dice que para los orientales, los occidentales de ojos redondos les parecemos altamente exóticos, extraños y si, poco agraciados.
Siempre buscamos la seguridad en lo cercano, la belleza de lo accesible, de lo conocido y de las cosas que no se salen de la norma. Un rostro simétrico nos atrae, unos rasgos definidos también, una cara proporcionada también, porque es a lo que estamos acostumbrados, pero un rasgo diferenciador como una boca grande, una nariz prominente o unos ojos demasiado pequeños tienden a hacernos dudar, a afear el conjunto. Si encima nos encontramos con varios de estos elementos diseminados por un rostro, la cosa se va complicando. Y lo complicado no nos parece aceptable, no nos parece bello.
Para combatir esa lucha constante de la búsqueda de la belleza y de la eterna juventud, no olvidemos que solemos tender a pensar que solo lo joven es bello, se dice por ahí aquello tan manido de que la belleza está en el interior…. Y la verdad es que hay personas por ahí sueltas que se merecían que las pelaran, a ver si es cierto eso de que hay algo bonito allí dentro… Pero es cierto, la belleza, si no está realmente dentro de nosotros, si que nace desde ahí. Las personas bellas por fuera deben serlo también por dentro, la belleza exterior es efímera y, como ya hemos dicho, parcial, así que sin un buen fundamento, no hay belleza que valga.
¿Entonces las personas guapas son buenas personas? No tienen por qué. Seguramente es mucho más bella una persona fea por fuera pero con buenos sentimientos y buenas acciones que una persona atractiva pero vacía y mezquina. Es muy probable que con la primera impresión las cosas estén difíciles de discernir, los estímulos que recibimos por la vista son muy difíciles de rechazar y la visión de un ser humano guapo es excitante, no lo podemos evitar. El problema de esto de la belleza es que se está convirtiendo en un arma arrojadiza, me explico.
Ya he comentado antes, y estoy convencido de lo que he dicho, que la belleza se basa en patrones reconocibles, con unos parámetros claros y muy específicos y estamos llegando a un punto, como sociedad, en que todos perseguimos esos mismos patrones, todos queremos alcanzar todo eso que nos falta para conseguir esa belleza exterior tan ansiada y que posee tanta repercusión. Todos tendemos a rendir culto al físico olvidándonos de cultivar otras áreas y, lo peor de todo, estamos intentando convertirnos en clones del estereotipo vigente. Esto es peligroso, esto degenera en una lucha de castas que no es beneficiosa y que tratará de apartar en guetos al que es diferente.
Hoy en día no se valora lo diferente, lo único, lo distinto, si no te ajustas al patrón no eres digno. La belleza se está convirtiendo en elitista y sectaria y eso debería preocuparnos, nuestro físico tiene una vida corta y por más avances que se desarrollen seguirá siendo así, no podemos, no debemos convertirnos en rostros bellos, cuerpos esculpidos y seguir los dictados de gente que marca lo que es o no es mientras se enriquece a costa de los sueños y del sentimiento de pertenencia necesario en sociedad.
Si no sabes ver que hay una belleza real en lo que se aparta de la norma es que no estas en el mundo, debemos quitarnos esos complejos y romper las cadenas que nos anclan, somos bellos porque somos reales, somos altos y bajos, gordos y delgados, blancos y negros, simétricos y asimétricos, somos armonía y caos. Ojala la belleza volviera a ser subjetiva y aprendamos a luchar por ser mejores y más bellos por dentro que por fuera, que eso termina aflorando.
Esta canción de Christina Aguilera ilustra a la perfección mis palabras, que la disfrutéis.
Hasta mañana,
J
Quizas,tal vez no seamos bellos peroooooo estamos buenisimos, porque somos buenas personas y eso sale para afuerza y dulcifica nuestros rasgos .
Grande y bello mi juan.
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Jajajajajaja, si que estamos buenísimos…. por dentro, como tu dices, pero aflorando, en unos años estarmos cañones por fuera también.
Un abrazo, rey
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Uis lo confieso, yo cuando veo un «machoman» osea un chico mono, lo miro, lo remiro y lo vuelvo a remirar, como siempre digo: para que me a dado Dios los ojos? Pues eso para ver las cosas bonitas… jjjj pero si, algun@s viven de eso, otros pues no, no hay que obsesionarse claro que no y lo bonito siempre estará en el interior!! Un bsin guapetón!! 😉
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Jejejeje, bueno, a veces lo bonito está en el interior y otras no, a veces el cascarón está tan bueno que no necesitas nada más… Y oye, por que disfrutarlo??
Un abrazote!
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