Diálogo de besugos

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¿Habéis tenido alguna vez la sensación de que nadie os entiendo cuando habláis? No por un problema de dicción que os impida comunicaros correctamente, sino porque hables lo que hables no hay manera. A mi me ha pasado recientemente, es frustrante. Os pongo en antecedentes, mis hijas van tres días en semana al polideportivo a practicar natación sincronizada. El miércoles pasado, la pequeña se dejó todo en el vestuario. Cuando llegamos a casa y saqué la ropa de sus mochilas, sus cosas de natación no estaban, lo primero que hice fue llamar al polideportivo, ahí empieza la locura.

-Polideportivo, buenas tardes.

-Buenas tardes, soy el padre de una de las niñas que hace sincro, se ha debido dejar el bañador y todo el equipo en las duchas y quería saber si…

-Quería saber si nos lo han dado, ¿no? -El tío a lo hecho.

-Oye -Le pregunta a gritos a una compañera. -Que dice un señor que su hija se ha dejado una bolsa con las cosas de natación en el vestuario. -¿una bolsa, de donde se ha sacado este tío lo de la bolsa? -¿nos han dejando algo?

-No, no nos han dejado nada, llame mañana a ver si cuando recojan está por ahí.

-Gracias, mañana llamaré, buenas tardes.

-Buenas tardes.

Al día siguiente, a la salida del trabajo me pasé por el polideportivo, había llamado en el transcurso de la mañana y me habían dicho que era mejor que me pasara y que preguntara en objetos perdidos. Así que allí me presenté, me acerqué a la ventanilla y reconocí al tipo con el que había hablado el día anterior por teléfono.

-Hola, llamé ayer porque mi hija se había dejado la ropa de natación en el vestuario y….

-Si, si, me acuerdo. Ha aparecido, ahora se la dan. -Estaba muy agradecido aunque era la segunda vez que el hombre me interrumpía mientras yo trataba de explicarme. -Mi compañero se lo busca.

-Gracias -y me espero un rato a que venga el compañero.

Un par de minutos después viene un señor y me dice:

-Había perdido usted algo, ¿verdad? -Iba a perder la paciencia, pero eso aún no lo sabía.

-Si, bueno, mi hija se dejó ayer en el vestuario el bañador, el gorro, las gafas de bucear y la pinza de la nariz.

-Bien, si es de ayer, debe estar en esta caja. -Y saca una caja del mostrador llena de ropa deportiva, zapatillas, geles de baño, y utensilios varios- ¿Cómo era lo que ha perdido?

-Pues un bañador azul con dibujos en el pecho, un gorro azul con dibujos blancos, una gafas azules y una pinza de sincro.

-Vaya, -comenta el señor rebuscando en la caja. -Aquí no está, espere un momento que voy al armario que hay en el gimnasio. -Le veo alejarse, meterse en el gimnasio y desaparecer.

Uno par de minutos más tarde vuelve a salir.

-Espere un momento, que voy a buscar las llaves. -¿entonces que estaba haciendo…? El señor atraviesa todo el hall, entra en un cuarto y varios minutos después vuelve a salir, pasa por delante mío y vuelve al gimnasio.

Esta vez tarda un poco más, cerca de cinco minutos.

-Lo siento, pero no hay ningún bañador amarillo ahí. -¿cómo????

-El bañador no es amarillo, es azul. -Le digo yo amablemente.

-Ah!, espere entonces. -Y se vuelve a ir. Yo me quedo con cara de fliparlo y espero otro par de minutos hasta que el señor vuelve a aparecer.

-Nada, ningún bañador de esas características. Espere un momento que hay otro armario en la piscina. -Y se va para allá.

Al cabo de un rato vuelve a aparecer con una bolsa de plástico grande llena de cosas.

-No encuentro nada, eche un vistazo a esta bolsa pero….. Ay, si esta bolsa es la de las toallas. Espere un momento. -y se vuelve a ir con la bolsa y dejándome con la boca abierta.

Vuelve a aparecer con otra bolsa y con una de las señoras que suelen estar en recepción.

-Mire, aquí si que hay un bañador azul. -Me dice mientas saca un bañador de hombre….

-Ya -le respondo yo. -Pero estoy buscando un bañador de niña… y el gorro, y las…

-¿Qué están buscando? -pregunta la señora.

Y antes de que yo pudiera decir nada, contesta el señor:

-Su hija, que se dejó ayer una bolsa con un bañador azul y…. ¿unas chanclas, me dijo? -¿una bolsa? ¿unas chanclas? ¿me están tomando el pelo?

-No -contesto yo. -Lo que estoy buscando es un bañador azul, un gorro, unas gafas y una pinza que se debió dejar mi hija ayer en las duchas, en la jabonera de la ducha para ser mas exactos. Sin bolsa.

-¿En la jabonera de las duchas dice usted? -pregunta la señora. -¿Del vestuario infantil?

-Si. -Contesté esperanzado.

-Pues no, lo siento, ese vestuario lo recogí yo ayer y no había nada.

Me estaban tomando el pelo, lo juro. ¿dónde está la cámara oculta????

-Pero si vuestro compañero, el que coge el teléfono, me ha dicho que sí que lo habían encontrado.

-¿Mi compañero? ¿cual, el de la ventanilla?

-Si, claro. Ese.

-Pues espere un momento. -Dijeron a dúo el señor y la señora encaminándose hacia la ventanilla. Yo no daba crédito.

Se habían metido dentro de la oficina con el señor de la ventanilla y los veía hablar y gesticular pero no entendía lo que decían. De pronto los tres me miraron y salieron a mi encuentro.

-Este señor es el que ha perdido una bolsa con la ropa de su hija. -Y dale con la bolsa! -Y dice que tú le has dicho que sí que había aparecido…

El señor de la ventanilla se me acerca, me mira fijamente durante unos segundos que se me hicieron eternos y me dice:

-Le he confundido. -¿qué me ha confundido? -Ha venido otro señor preguntando por unas cosas que se había dejado y ese sí que las ha encontrado, pero lo suyo no está. -¿qué lo mío no está? ¿qué lo mío no estaaaaá? -Lo siento pero me he equivocado de señor.

Y mirando a sus compañeros les dice:

-Si, me he confundido, no puedo estar a todo! -Y se vuelve hacia la oficina.

Ahí me quedé con el señor y la señora explicándome lo que podíamos hacer a continuación, que si dejar mi número de teléfono para que me avisaran si por casualidad aparecía, que preguntara a las otras niñas por si alguna lo había cogido, que ya le digo yo que en el vestuario no estaba que lo recogí yo ayer, que estos niños cómo son, que lo van perdiendo todo….. Hasta que..

-Vale, vale. Muchas gracias -Ya no tenía más ganas de hablar con nadie. Solo quería alejarme de allí y olvidar este episodio. -Gracias por su ayuda, buenas tardes.

-Buenas tardes -dijo la señora.

-Buenas tardes -dijo el señor. -ya le llamo yo si aparece. -Me decía mientras yo me alejaba fuera del polideportivo….pensando.

¿Qué me va ha llamar? ¿cómo? si no lo he dado el número de teléfono.

Cuando llegué al coche y enfilé para mi casa no paraba de pensar en lo sucedido. ¿era una sensación mía o ese rato había sido raro, raro, raro? No podía negar que, a su modo, todos con los que había hablado habían sido amable conmigo, habían hecho lo que estaba en su mano para ayudarme, pero yo me iba a mi casa con la sensación de que no se habían enterado de lo que había pasado. ¿sería un problema mío? ¿me costaba comunicarme? Una cosa tenía muy clara, si alguien me volvía a decir que esperase un momento, lo mataría.

Hasta pronto,

J

 

 

9 respuestas a “Diálogo de besugos

  1. Me suele pasar a mi esa sensación de que no me expreso bien, que hablo otro idioma creado por mi y que la gente no me entiendo. últimamente me pasa más a menudo de lo que yo quisiera. has pasado un momento bastante frustrante. Un abrazo.

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  2. Hola Lumy, fue un momento muy frustrante, ahora me río pero en aquel momento me sentía tonto, parecía una broma de esas de inocente, inocente. No me hubiera extrañado que me hubieran dicho que era una cámara oculta. 🙂
    Un abrazo y gracias por pasarte y comentar.

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