Hermanadas!

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Ya estamos completamente absortos en el espíritu navideño. La iluminación oficial de las ciudades ya está funcionando, la campaña de compras navideñas también ha comenzado, al parecer con fuerza este año y en televisión y radio ya nos bombardean constantemente con anuncios de todo tipo de viajes, juguetes, turrones y posibilidades de celebración. Aunque no lo queramos creer, las tenemos encima, Las Navidades, digo…. ¿Qué si no? Y por supuesto, el Fin de Año…..

La gente a la que le gusta hacer balance en estas fechas (yo no soy de esos) están ya frotándose las manos con listas de lo mejor, lo peor, lo más o lo menos de este año, y yo he pensado que este año, vamos a colaborar…. ¿he dicho vamos? Si, he dicho vamos, y no por error, que conste. Lo he dicho adrede (me encanta esta palabra). Me he propuesto que colaboremos todos, lectores, familiares, amigos, bloggers,…. todos los que se acerquen por este humilde blog a compartir, que en Navidad se lleva mucho. No estoy pensando en cosas al uso, de esas ya habrá listas oficiales y mucho mejor escritas.

Os propongo algo que calmará vuestro espíritu de cara a estas fechas tan entrañables, criticar. A mi me encanta criticar, y si es con criterio mejor que mejor, yo se que a mi me critican y por eso trato de ir por delante. A lo que voy, que tiendo a liarme. El otro día una lectora nos contó como de soslayo un «incidente» que había tenido con su película favorita, un grabador de VHS y su hermano y pensé que vamos a ir a por ellos, a por los hermanos y hermanas, que en su fraterno amor nos hacen, a veces, la vida imposible. Construyamos una lista de quejas, soltemos eso que tenemos guardado dentro y exorcicemos esos pequeños demonios para siempre.

A ti, que se que estás leyendo esto, te pido que escribas unas líneas, una anécdota, algo que te hizo tu hermano/a/os/as. Exponlo en público y, lo mejor de todo, déjalo ir, sin rencores. Yo empiezo.

Yo solo tengo una hermana, menor, y por lo tanto las posibilidades de tener anécdotas son más reducidas, pero recuerdo entrañablemente aquella vez que siendo un par de pre-adolescentes mi hermana me dijo:

-Tete (ella me llamaba así, que pasa…), ¿me acompañas a la papelería a comprar un boli?

Yo, que ya habría terminado de explotarme unos granos y por lo tanto ya no tenia mucho más que hacer le contesté que si, que vamos. Salimos a la calle, fuimos a la papelería del barrio, vimos toooooodos los bolis que había y ninguno era el que ella quería.

-Jo, no lo tienen, vamos a la otra papelería.

Yo, que aún tenia paciencia le dije que claro, que vamos.

Distinto escenario, mismo guión:

-Joooo, no lo tienen, ¿y si vamos a Simago? -Imagino que todos os acordáis de Simago, o Simango, entre los colegas.

Yo, que ya me estaba cansando le dije que bueno, que venga.

¿Os imagináis? No había el dichoso boli. -Jooooooo, aquí tampoco lo tienen. Vamos a Galerías Preciados (si amigos, era esa época).

-Pero qué dices!! -Si hay que coger el metro y todo….-Trataba de persuadirle, pero para lo que quiere, mi hermana tiene una moral inquebrantable.

-Si, ¿y qué, Tete? si solo es una parada…

-Pues yo no voy a ir….-Eso lo decía andando hacia el metro, claro. -Qué no voy….

Y fui, claro que fui, a Galerías Preciados y al Corte Inglés que creo recordar que es donde encontramos el puñetero boli. Fuimos y volvimos en metro, pero yo me mantenía firme. -Vete tú si quieres, yo no voy.

Ese día, comprendí que tenía que mejorar mi asertividad, que mi hermanita de piernas eternas, rizos morenos y sonrisa perfecta había hecho de mí lo que había querido. Que mi hermanita me había convertido en un panoli, en una marioneta sin voluntad y patética (tú vete, que yo no voy a ir….). Así que hasta aquí, dicho esto, hermana manipuladora, te perdono.

¿Veis? No ha sido tan difícil. Seguro que vosotros tenéis mil historias que contar y compartir, hacedlo. Como siempre, en los comentaros del blog, en Google+, en Facebook, en Twitter, o llamadme y me lo contáis, que ya lo escribiré yo.

Hasta pronto,

J

9 respuestas a “Hermanadas!

  1. JAJAJA, Ay Tete, me acuerdo como si fuera ayer de tu anécdota, fuiste tan bueno acompañándome papelería por papelería…. cual pelele.
    Ahora, he de decir que yo también tengo alguna que otra por ahí guardada, como por ejemplo aquella vez que le cortaste el pelo a todas mis nancys, a toooooodaaaaasssssssss, no sé si fue una venganza o era que no te cuadraba mucho tener que jugar conmigo y mis muñecas…. el caso es que cuando llegué a mi habitación me dijiste: «tengo una sorpresa para ti» tus nancys han ido a la peluquería y……. mira qué guapas están!!!!!!!!
    Para matarte!!!!!
    Te quieroooooooooo

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  2. J. me encanta que lo que dices lo cumplas, me he reído mucho con tu nuevo post.
    Una anécdota que me viene a la cabeza sobre mi hermano, ese que grabó una frikada suya encima de mi película favorita es que el muy capullo cuando mi madre ponía la comida en la mesa y había San Jacobos (que nos encantaban a los dos), a mi me gustaba elegir el más churruscadito, una vez que lo elegía, él lo cogía rápidamente y lo chupaba por todos sus lados para que no me lo comiese.
    Menudo capullo.

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